lunes, 3 de enero de 2022

Los ataques a los sanitarios

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


En mayo de 2021 la publicación internacional Medscape recogía en sus páginas un artículo en el que se señalaba que un tercio de los médicos españoles, debido a la COVID-19, buscaban apoyo en la salud mental. Son muchas las declaraciones de médicos y personal sanitario declarando su agotamiento, su desgaste, estar quemados (el burn out) ante el trabajo continuo y las circunstancias en las que tienen que ejercerlo.

La precipitación en las medidas y en las tomas de decisiones por parte de las autoridades sanitarias, en ocasiones guiadas por criterios políticos, no ayudan a aliviar este esfuerzo que en un momento se les reconoció con el aplauso público diario del que muchos se han olvidado. Hemos olvidado las primeras fases en las que médicos y personal sanitario eran recibidos, después de jornadas largas y agotadoras, como si fueran apestados en sus propios domicilios, donde carteles en la puerta o cartas en los buzones podían amenazarles por considerarlos peligrosos por parte de algún vecino. ¡Se nos olvidan tantas cosas!

Ayer, representantes de los médicos señalaban que tras una encuesta, un tercio de los médicos confesaba sus deseos de jubilarse si pudiera. No hace muchos meses, las noticias eran otras, la incorporación voluntaria de médicos ya jubilados para atender las bajas de los propios compañeros. No se nos debe escapar el detalle de que estos médicos, como es natural, estaban en los grupos de más edad, por lo que el gesto era doblemente valeroso. La vocación médica, en la mayoría de los casos, es doble, por la profesión en sí y por el servicio que representa.

¿Qué está ocurriendo para que ahora un tercio desee poder jubilarse, como afirmaba uno de los representantes? No parece probable que sea el trabajo en sí, la atención a los pacientes, sino más bien las condiciones en que esta se realiza, la impotencia para tratar de mejorar un sistema que no está organizado para este problema actual porque se basa en el filtrado desde las primeras instancias, que se encuentran absolutamente desbordadas en gran medida por las malas decisiones tomadas y por la falta de otras que no se han tomado a tiempo o, simplemente, no se han tomado.

Es de una enorme claridad que la reducción de los periodos de cuarentena "simplemente" porque los médicos "se contagian" es enormemente chapucera. Es también claro, que las medidas tomadas han lanzado a decenas, cientos de miles de personas sobre los Centros de Salud, cuando lo que se quería lograr era justamente lo contrario.

Cuando este colapso se ha producido, aparecen unas declaraciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, la señora Díaz Ayuso, haciendo entrever que las colas y colapsos que se producen cuando los ciudadanos van a los centros se debe a algún tipo de "boicot" y que "investigará" para ver qué ocurre. Todo esto sucede en mitad del mayor crecimiento de contagios, producido por la variante Ómicron, y con la Delta, que sigue en activo y peligrosa.

La Comunidad de Madrid ha sido una de las que ha presumido (forma parte de su éxito político) por no poner restricciones, a la contra de otras Autonomías. La señora Díaz Ayuso, apodada la "reina de los bares" ha recibido apoyo electoral gracias a su "no política" sanitaria. Mientras otras Autonomías se enfrentaban al desgaste político de tener que tomar medidas de cierre y control, Madrid era el reino de la "libertad", por citar la palabra fetiche de su presidenta.

En lugar de afrontar que el crecimiento de los contagios se relaciona con la falta de medidas restrictivas, su descaro electoralista y su búsqueda de popularidad hacen creer que son los profesionales de la Sanidad los que están detrás de las molestias que la propia Comunidad ha fomentado con su ausencia de medidas impopulares.

La cuestión podía quedar en simple política, que no suele ser un campo muy ejemplar. Pero se está detectando la creación de una corriente de opinión en la que se trata de atacar a los profesionales señalando que las molestias que reciben los ciudadanos obedecen a los boicots médicos. Y esto es inadmisible teniendo en cuenta lo que se están dejando en este larguísimo proceso en el que es comprensible el hartazgo de los ciudadanos, pero en el que es lógico que los profesionales sanitarios critiquen a los que ni ponen medios ni ofrecen más alternativas a este lento desgaste que se está produciendo tanto en número de personas implicadas como en las fuerzas, tanto físicas como mentales, de los que tienen que dar la cara y el trabajo.

Cuando los profesionales sanitarios critican la falta de medidas, la mentalidad barriobajera de algunos da como respuesta el desprestigio mediante estas campañas que se sostienen en las redes y en los medios mediante declaraciones e insinuaciones.

Demasiado están haciendo todos por salvar el sistema y a la población con unos recursos que se han ido reduciendo durante esta década pasada. Si no entendemos que hay que reformar este modelo de mínimos existente, que la salud es un bien frágil, ¡bien poco habremos aprendido de este sufrimiento!

Forma parte de la naturaleza y mañas de nuestros políticos el echar balones fuera, el descargar responsabilidades en otros, en este caso el mundo de la Sanidad de la que son, en última instancia, responsables ya que manejan sus presupuestos, aprueban las inversiones y contratan al personal. Diaz Ayuso considera que las quejas y colapsos en la sanidad son campañas orquestadas contra ella. ¡Cuánta vanidad!

No es justo que se creen estas campañas o se lancen estas insinuaciones contra un grupo profesional, en el que habrá de todo, pero que colectivamente está dejando sus vidas en defender las nuestras. Son los primeros interesados en que el sistema marche bien, absolutamente básicos en este momento y ante el futuro incierto que se nos avecina en los próximos años.  Esto durará y si no se toman medidas de ampliación, ese tercio que requiere asistencia psicológica y que estaría dispuesto a jubilarse se irá ampliando ante esta combinación de ineptitud e ingratitud.

Por mi parte agradecer su labor y sacrificio, sin los cuales la situación sería otra muy diferente, de la que nadie podría presumir ni ponerse medallas.

 

* Dr. Javier Cotelo "La COVID-19 empuja a un tercio de los médicos españoles a buscar apoyo en salud mental" Medscape 19/05/2021 https://espanol.medscape.com/verarticulo/59070571.

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