Joaquín Mª Aguirre (UCM)
No nos
engañemos, las cifras europeas estaban ya disparadas antes de que Ómicron
tuviera nombre. La llegada de la variante complica más las cosas allí donde ya estaban bastante complicadas. En países como Austria, Alemania, Francia
o Italia, además del Reino Unido se disparaban las cifras de contagios. Ómicron son nuevos miedos, pero todavía son los mismos números.
Nos cuentan en Antena 3 el gran drama que todo el mundo entiende, el símbolo total del miedo, que los partidos de fútbol se vuelven a celebrar a puerta cerrada, tal como se ha acordado ya en la región de Baviera: "[...] los clubes de fútbol de la región se tendrán que volver a acostumbrar a jugar a puerta cerrada, sin público. Como el FC Barcelona, que se desplazará el próximo 8 de diciembre para enfrentarse contra el Bayern de Múnich."* Un drama, sin duda.
La noticia de la cadena televisiva española recoge las sanciones europeas a las que se pueden exponer los que no se vacunen, que va desde fuertes multas en Austria, sobre 7.200 euros, a las más ligeras multas griegas de 100 euros a los mayores de 65 años sin pinchar a estas alturas.
Recurrir a las multas no deja de ser una estrategia con resultados muy variables. ¿En qué quedaron nuestras multas en la primera parte de la pandemia? ¿Dónde fueron las multas a los que se saltaban todo lo saltable? Como sabemos, a la papelera después de hacer pasar por un ridículo mayúsculo a todos los que tuvieron que dar la cara en la calle poniéndolas.
La pugna entre nuestros jueces y nuestros políticos ha servido para dejar en evidencia a los que se lanzaron a plantear prohibiciones que resultaron inútiles. Aquí los que han hecho negocio han sido aquellos que se han dedicado a gestionar las devoluciones de las multas declaradas ilegales. ¡El que no corre, vuela!
Los norteamericanos, por su parte, no dejan de sorprendernos. Ellos tuvieron que pasar un doble proceso, una pandemia, la del Covid, y una epidemia, la de Donald Trump, esta con muy graves secuelas de "estupidez persistente". Gracias a un titular de la CNN sabemos que están sorprendidos con que la gente acepte lo que en Estados Unidos resulta inaceptable, que las vacunas puedan ser "obligatorias". El titular de la cadena señala "Making Covid-19 vaccines mandatory was once unthinkable. But European countries are showing it can work". ¿Somos ejemplares porque estamos poniendo multas para reducir el movimiento del coronavirus, porque los partidos se celebrarán a puerta cerrada? Pues parece que sí, que este lenguaje de hechos funciona.
Recordemos que no hace mucho algunos resultaron muertos allí por el hecho de decirle a alguien que se pusiera la mascarilla en un supermercado u otro espacio público. Recordemos también, que ponerse la mascarilla "era demócrata" y no ponérsela "republicano". Sí, podríamos recordar —y recordamos— muchas imágenes, muchos momentos de enfrentamiento de sanitarios con la mascarilla, impertérritos, frente a energúmenos armados hasta los dientes, dispuestos a intimidar en calles y palacios de gobernadores (como ocurrió con la gobernadora de Michigan). Sí, son muchas imágenes en muy poco tiempo; algún día alguien hará con ellas un insólito documental que a la gente le costará creer. Les costará todavía más creer las cifras de muertos por la cabezonería retrógrada.
Por todo ello, no tiene nada de particular que la CNN diga que las vacunas obligatorias, que los pasaportes obligatorios, etc. funcionan en Europa finalmente. Sí, hasta en España ha habido un acelerón en la vacunación. No es tanto por las multas (ya que todo el mundo sabe en qué han quedado), sino por el rumor de que no vas a poder salir de marcha con los colegas. El riesgo de que no te dejen entrar en un restaurante, tugurio o cualquier celebración cerrada, motiva mucho, según parece. Un horrible destino, tanto como los partidos a puerta cerrada.
BBC 30/11/2021 |
La enorme paradoja es la que enfrenta la nueva situación de la variante Ómicron: mientras en Europa o los Estados Unidos, en los países ricos, hay un porcentaje de personas que no se vacunan porque no les da la gana, en los países más pobres la gente pide desesperadamente vacunas.
Dice el artículo de la CNN:
"We have enough vaccines. Science gave us the possibility, the exit ticket out of this vicious circle of virus waves and lockdown discussions. And simply not enough people are using this possibility and taking this exit ticket, and that's why we're still stuck in this situation," Austrian Chancellor Alexander Schallenberg told CNN last week, explaining his decision to mandate Covid-19 vaccines by February 1. Those failing to adhere to the rule will face an administrative fine, but it's not clear yet how high, or how the policy will be enforced. Nearly one in three people in Austria remain unvaccinated.
"It is a drastic measure. I would have
preferred to go another way. But if one year in having the vaccine, of having
national campaigns, of having media explaining again and again what this is
about, that we have such a high degree of insecurity, of people believing in
fake news ... we have a necessity to take this drastic step," Schallenberg
added.
No le falta razón al canciller austríaco, desde luego. Son pijoteradas, si se me permite la expresión, lujos de países ricos mal educados. Basta con escuchar las razones por las que se están vacunando ahora algunos en España para que se te caiga el alma a los pies ante tanta frivolidad.
Hemos tenido miles de muertos en las residencias de mayores; de ellas no se sacó un sentido de responsabilidad, sino la sensación de inmortalidad juvenil, de que esto no iba con ellos. Se intentó con multas primero y no funcionó; después se hizo con cargas policiales en esos botellones que no han cesado. Incluso se convirtió en un motivo más de diversión, un final de fiesta, lanzar botellas y piedras contra los que intentaban que se dispersaran. Tenemos gente anticipando las comidas navideñas por si acaso, sin entender que con eso aceleran los contagios; los pueblos inauguran la iluminación en noviembre y se extienden las rebajas por si hay restricciones. En fin, un mundo que acude de cabeza a los contagios por temor a que les quiten los caramelos y las fiestas.
Como se señala en el artículo, se corre el riesgo de que esas multas propuestas queden en agua de borrajas, en papel mojado, en una broma con la que reírse con los amigos. Ha habido que llegar a las multas por incumplimiento de algo tan obvio, de sentido común, de respeto a los demás. Pero no es en eso en lo que se nos educa.
Las cifras, sí, estaban disparadas antes de la llegada de Ómicron desde Sudáfrica, que ahora se nos dice que llevaba tiempo entre nosotros. La facilidad con la que se dispersa hace temer a todos que no haya más remedio que recurrir a las impopulares multas, aunque no se puedan cobrar, y a los pasaportes, que ahora todos quieren tener. ¿Se puede llegar a hacer lo que no se tenía intención de hacer solo porque se tenga el pasaporte? No hay que excluirlo.
* "Detectado en Alemania un caso con la variante ómicron que no procede de Sudáfrica" Antena 3 Noticias https://www.antena3.com/noticias/mundo/detectado-alemania-caso-variante-omicron-que-procede-sudafrica_2021113061a63ca59dc5fc00013a4a35.html
** Eliza Mackintosh "Making Covid-19 vaccines mandatory was once unthinkable. But European countries are showing it can work" CNN 30/11/2021 https://edition.cnn.com/2021/11/30/europe/covid-vaccine-mandates-austria-europe-cmd-intl/index.html
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