martes, 14 de diciembre de 2021

La guerra de las comidas navideñas

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


A Isabel Díaz Ayuso la acaban de nombrar por ahí persona influyente con el título oficial de "reina de los bares", algo que se acuño aquí y que fuera de España ha quedado como etiqueta graciosa. Esto, que en cualquier otro país haría sonrojarse, en España, con un bar por cada 170 habitantes, se puede considerar un activo político y no tomarse a broma. Desgraciadamente, los niveles de los "nuevos políticos" son de este tipo, acordes con la sociedad salida de esos mismos bares. Es lo que hay. No busques una sociedad mejor; cultiva son defectos como virtudes. La gente no quiere referentes morales, ¿para qué? Quiere sentirse bien haciendo lo que le apetece, sin más.

En RTVE nos encontramos con un titular que nos muestra lo acertado del nombramiento, «Ayuso critica que el PP no permita las cenas navideñas y sostiene que "no hay motivos sanitarios para cancelaciones"».


La raíz del asunto parece estar en la cancelación de una cena navideña del PP en donde se ha hecho lo mismo que en otros ámbitos, cancelar las tradicionales celebraciones. Según Díaz Ayuso, los contagios en cenas —como la ocurrida hace unos días entre el personal de un hospital— no son cosas que se puedan producir en Madrid. Los virus, por lo que parecen están empadronados en otras Autonomías, no se sabe si es porque la temen o porque existe entre ellos algún tipo de filin.

Leemos en RTVE la firmeza de las convicciones de la reina y presidenta:

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha criticado este lunes públicamente que el PP no permita la celebración de cenas navideñas, pues, según ha dicho, "no hay motivos sanitarios (por el coronavirus) para estas cancelaciones", ya que la situación de la región "sigue siendo de total normalidad".

En una intervención ante los medios en Rascafría, ha incidido en que la presión hospitalaria en la Comunidad de Madrid "sigue con total normalidad, incluso bajando en las UCIS, como en la última semana". De hecho, ha desvelado que la positividad de los test "está en torno a un 5% frente al 10% de la media nacional".

"Con todo, quiero decir que la situación en la Comunidad de Madrid sigue siendo de total normalidad. Lo que queremos es que todos los ciudadanos sigan con una vida normal. No hay motivos para estar cancelando de manera masiva, como estamos viendo, cenas, comidas, celebraciones... que están nuevamente generando caos y sobre todo señalando siempre a los mismos, a la hostelería y a la restauración", ha recalcado.*

 


No sé muy bien a qué llama Díaz Ayuso "normalidad", pero seguro que es algo distinto al uso que hacen otros, incluidos los epidemiólogos. A ella le van más los bares y restaurantes, como buena intelectual y política que es, según se le reconocía en estos medios que fuera de España la valoran como lideresa de una futura España que por fin se dedicará a lo suyo, que es ser el chiringuito total que siempre hemos soñado ser. Una vez desestimada nuestra carrera industrial, demasiado cansada para nuestro clima, y emigrados nuestros investigadores, siempre nos quedarán los bares, el sol y demás.

El populismo de Díaz Ayuso roza ya la obscenidad, pero que se fijen hoy en ti lleva a estos desvaríos políticos. No es la sensatez lo que destaca, sino este tipo de desplantes frente a la realidad de los signos de alarma que se dan por toda Europa y que aquí no iban a llegar, pero han llegado.


Desde el inicio de la pandemia se ha jugado en Madrid con aquello de "aquí no pasa nada", que siga eso llamado "normalidad" de la que los bares son parte importante. Lo hemos señalado en ocasiones: las imágenes de jóvenes turistas de fin de semana diciendo que vienen a Madrid a hacer lo que nos les dejan hacer en sus ciudades francesas o de cualquier otro lugar próximo a tiro de tren rápido. Se ha denunciado el escándalo de la conversión de los pisos turísticos en espacios alquilados para fiesta privadas o semiprivadas. Podrían señalarse muchos otros casos en la que la Reina de los Bares ha mantenido su concepto de la "normalidad", basado más en la economía que en la salud.

Y una cosa es abordar la "normalidad" desde la prevención y otra hacerlo desde la negación. Díaz Ayuso, con su peculiar estilo comunicativo, ha abordado el problema desde este último supuesto: en Madrid todo es normal y no hay nada que cancelar.


Desde una perspectiva política, Díaz Ayuso muestra su oposición criticando la decisión del Partido de suspender la comida. Es más, carga sobre el partido la suspensión de todas las comidas navideñas, incluidas las de mi departamento. El mensaje es viejo: conmigo no hay restricciones, solo economía; conmigo te proteges tú, que ya eres mayorcito; conmigo contagiarte es el acto supremo de libertad. Es lo de siempre, pero en comida navideña.

La especialidad de Díaz Ayuso y su laissez-faire no es la gobernación sino la gestión de la comunicación, que son sus orígenes y prácticas. El dejar de hacer es lo suyo y contar a la gente que eso les hace más libres. Son las tesis que han llevado al desastre a Reino Unido de la mano de un liberal Boris Johnson, otro de los que creen que cada uno se cuida solo, aunque los hechos digan lo contrario. Ahora Johnson, el "Rey de la Fiestas", camina hacia el desastre de la popularidad por hacer en privado lo que recomendaba no hacer en público. Los grandes desgastes del gobierno británico han sido por saltarse sus propias normas. La estrategia de Díaz Ayuso es más descarada gracias a su toque personal desafiante y descarado, un tanto Pichi, como corresponde a Madrid.


Muchos se sorprendieron porque Díaz Ayuso sacara votos en los feudos tradicionales de la izquierda. Es la confirmación de que cada vez cuenta más el bolsillo y menos las ideas, la constatación de un pragmatismo descarado que busca votos aunque cuesten vidas. Como ella misma resaltó: la izquierda ofrece miedo y restricciones. Es un sentido absurdo y polarizado, pero que le funciona. Efectivamente, los votos de los bares es algo más que una forma de hablar. Representa una forma de hacer política y se llama populismo hedonista. Es decir a la gente lo que quiere que le digan. Y en eso consiste todo su programa.


No sé si Díaz Ayuso acabará desafiando a todos y montando su propia cena. Una cosa es hablar y otra meterse a celebrar predicando con el ejemplo. Pero le saca rendimiento a decir que si por ella fuera se celebrarían todas. Es fácil decirlo cuando se lanza así las responsabilidad a otros. Es una estrategia descarada, pero eficaz. La Reina de los Bares está bien asesorada para cubrir sus objetivos y es ambiciosa.


* "Ayuso critica que el PP no permita las cenas navideñas y sostiene que "no hay motivos sanitarios para cancelaciones"" RTVE.es 13/12/2021 https://www.rtve.es/noticias/20211213/ayuso-critica-pp-no-permita-cenas-navidenas-covid/2238529.shtml






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