Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El
empeño de la ministra Carolina Darias en que la vacuna no sea obligatoria es
uno de tantos hechos, como la felicidad
sin mascarillas, que se volverá contra ella. Pero Pedro Sánchez eligió sus
piezas de recambio por su capacidad de ir contra sus propias declaraciones, es
decir, poder ir con la misma sonrisa a una rueda de prensa a decir lo contrario
de lo que se dijo un día antes. Quizá esta sea la nueva forma de "hacer
política", no solo ir contra los hechos, sino ir contra uno mismo o, para
ser más preciso, ir contra sus propias declaraciones.
Del ha llegado el tiempo de las sonrisas, con 40, hemos pasado al no hace falta la vacuna obligatoria, con
un indicador de 234,03 por cada 100.000 habitantes, que son los que a día de
hoy tenemos como promedio y con cifras muy superiores en determinadas
Autonomías y poblaciones.
Antena 3 nos vuelve a mostrar la estrategia política de la ministra respecto a lo que son sus competencias:
La ministra de Sanidad, Carolina Darias, descarta que la vacunación contra el coronavirus sea obligatoria en España porque la situación que presenta nuestro país es "absolutamente diferente" a la de los países que están empezando a implantar esta medida.
Darias ha expresado que "somos el país con mayor cobertura vacunal, no solamente de la Unión Europea sino del mundo, con cerca del 90% de los mayores de 12 años con vacunación completa. Estamos liderando también las dosis de refuerzo. Hay una altísima responsabilidad de los españoles, que entienden la vacunación no solo como un derecho sino incluso como una obligación, porque se protegen a ellos y también a los demás". Estas declaraciones las ha hecho tras el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud, en Córdoba.*
España,
según Darias, es el país modelo. Lo malo es que el "absolutamente
diferente" positivo se olvida del "absolutamente diferente"
negativo, que también lo hemos vivido anteriormente. Es cierto que en España
los antivacunas militantes no han tenido mucha presencia y efecto, pero sí que
se había llegado a un punto muerto hasta que las circunstancias —no el
gobierno— han vuelto a reactivar la necesidad de vacunarse. Fiestas, puentes,
rebajas, celebraciones, etc. han empujado hacia la aguja, permitiendo que el
gobierno no tenga que tomar medidas y presuma de espíritu nacional bajo su mandato.
La
estrategia del gobierno central sigue siendo la de no legislar o, lo que viene
a ser parecido, soltar los marrones a las Comunidades repitiendo esa
maravillosa expresión de que "ellas tienen competencias suficientes"
para imponer medidas.
Todos
repiten lo mismo y hacen responsables a los demás. De ahí que el discurso
político no ofrezca soluciones sino frustraciones. Nadie quiere asumir los
riesgos o, para ser más fieles a la verdad, muy pocos lo hacen y tienen, me
imagino, sus buenos motivos.
La vacuna no es obligatoria, pero sí se está imponiendo el uso del pasaporte, que sí queda en manos de las Comunidades. Esto es lo que realmente permite a la ministra Darias presumir que España es diferente y apuntarse los tantos del optimista. De ahí salen esos discursos que nos hacen derramar alguna lagrimita sobre lo buenos que somos los españoles, lo cumplidores y responsables.
La
triste realidad es la que manifiestan los que son preguntados en las colas de
los vacunómetros, ahora reactivados
ante el temor de que se queden aislados. De esta forma, oficialmente nadie les
obliga a vacunarse, pero sí tienen menos espacio físico y social para moverse.
Entiendo
que lo importante es que la gente se vacune y que las razones son secundarias,
importando estas poco a los virus. Pero me resulta chocante que la ministra
presuma tanto de la gloria vacunadora como de una especie de victoria, que ella
canta como gloria nacional.
"Si
quieres viajar, te tienes que vacunar", dicen. "Si no te has vacunado
no puedes entrar en ningún sitio", repiten. No hay gloria, solo aburrimiento y miedo a quedarse más solos que la una,
algo que los animales gregarios tememos coma a la peste, aunque no al
coronavirus.
Me parece muy valiente que Ángel Gabilondo, socialista y Defensor del Pueblo, haya dicho claramente que es partidario de la vacunación obligatoria. Así lo ha declarado a RNE y se recoge por Antena 3:
"Yo no conozco que se haya declarado el derecho a contagiar. Por eso, entiendo que pueda abrirse un debate. Un debate sobre si una tiene, por respeto a su propio cuerpo, el derecho de contagiar a todo un vagón de metro". Son las palabras exactas con las que Ángel Gabilondo se ha manifestado en cuanto a la vacunación obligatoria.
El Defensor del Pueblo ya había expresando previamente que "el derecho individual no debe dañar a los más vulnerables" y se mostraba comprensivo con que se pueda obligar a los profesionales del sector sanitario o de las residencias a vacunarse contra el coronavirus.
Que haya tal entramado de intereses políticos en una cuestión tan crucial me parece deprimente. Tanto cálculo para obtener rendimiento electoral o personal no deja de ser una perversión.
* "Ángel Gabilondo, partidario de la
vacunación obligatoria: "Entiendo que pueda abrirse un debate""
Antena 3 02/12/2021
https://www.antena3.com/noticias/sociedad/angel-gabilondo-partidario-vacunacion-obligatoria-entiendo-que-pueda-abrirse-debate_2021120261a937ce454389000138b788.html
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