Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Como se
esperaba, ni las fechas navideñas han servido para aplacar los conflictos
políticos a cuenta de la pandemia. De la reunión del presidente con las
Autonomías no han salido más que nuevos conflictos o, si se prefiere, los
mismos reactivados. Muchos hablan de "volver a la casilla de salida",
otros del "día de la marmota" y los más cursis de "déjà vu".
Todo quieren decir lo mismo, cada uno a su estilo: todo se ha quedado en nada o
igual.
Escuchar al presidente Sánchez explicar que hay que volver a las mascarillas en exteriores y después añadir que solo allí donde no se pueda mantener la distancia de seguridad es como un chiste de los de antes, de aquellos de Jaimito. Por eso su solemne comparecencia se ha quedado en acto fallido, pese a sus intentos:
"No estamos en marzo de 2020 ni en las
Navidades de 2020", ha subrayado en su comparecencia, en la que ha alabado
que los ciudadanos "se han vacunado masivamente" a lo largo del
último año. En la reunión, ha puesto sobre la mesa una serie de medidas para acelerar
la campaña de vacunación con las dosis de refuerzo y mejorar la situación de
saturación en la atención primaria.
España ha batido este miércoles, por segundo
día consecutivo, su récord de nuevos casos desde el inicio de la pandemia con
60.041 contagios y la incidencia disparada hasta los 784 casos por cada 100.000
habitantes en las últimas dos semanas.*
Norma
número uno de la comunicación política: no convoques una reunión a bombo y
platillo si no tienes nada que decir o proponer. El riesgo es, como ha
ocurrido, que todos regresen a sus feudos echando pestes y que quedes como
alguien con ganas de foto pero sin nada que decir. Lo que ha hecho el gobierno
es exactamente eso: demostrar que no tiene nada que decir, ni plan B, ni bala
en la recámara ni...
Los medios disfrutan entrevistando a expertos que teorizan sobre si la mascarilla sirve de algo, por ejemplo, en la cumbre del Moncayo, en un pueblo de la España vaciada o similar. Todo se lleva al absurdo cuando se quiere llevar y, sobre todo, cuando no se quiere cumplir.
Dicho
esto, sí se puede observar un aumento de la mascarilla en exteriores ahora que
la gente sale de paseo en grupo o de compras. Un "aumento" no
significa el cumplimiento de la norma por parte de todos, sino que hay más
gente, simplemente.
El
problema dicen los expertos y los que no lo son está dentro de las casas, en
interiores de todo tipo, en la "República Independiente de Mi Casa", allí donde la
gente no se la pone o se siente cohibida porque otros no se la ponen. Trate de
evitar ese sentimiento. El que visiblemente no se pone la mascarilla, no solo
presume de ello, sino que tratará que usted se la quite directa o
indirectamente.
La
seguridad es sobre todo cuestión de costumbre, no de ir contando ni metros ni personas.
Por todos estos vaivenes de expertos y políticos, lo mejor es mantener una
estrategia fija: la que piense que es eficaz y no esperar a que me lo digan. Y
lo que es más eficaz (hay que evitar términos de falsa confianza, como
"seguro", inmunizado", etc.) lo sabemos desde hace mucho tiempo,
pero preferimos olvidarlo o, algunos, ignorarlo.
Los intereses en que rompamos esas limitaciones necesarias son muchas. En Madrid han sentado muy mal las palabras de la señora presidenta Díaz Ayuso insinuando que las colas en los centros asistenciales podían deberse a algún tipo de boicot y que "habría una investigación". La "reina de los bares", como es conocida dentro y fuera de España, sigue el modelo de Boris Johnson, la gente —dice— "ya es mayorcita" y puede decidir ella misma. El efecto de esta "mayoría de edad", claro está, son las avalanchas de personas en los centros de salud y la desaparición de los test que uno mismo debe hacer, auto confinándose si es necesario, es decir, todos aquellos que tengan de 38 grados en adelante. El mundo es sencillo para Díaz Ayuso y sus asesores: cada uno tiene lo que se merece. Nosotros debemos merecernos esto:
Los sindicatos han amenazado este martes con llevar ante la justicia las "falsedades" que, según ellos, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha vertido contra los profesionales de atención primaria. .En una entrevista en EsRadio en, fue muy dura contra los sanitarios. "Nos está pasando frecuentemente que dependiendo del centro al que acudan, la atención al ciudadano es distinta, vamos a estar sobre ello", sostuvo. "Estamos pidiendo que vayan solo los casos en los que de positivo en test de antígeno o tenga síntomas evidentes. Pero quiero estudiar profundamente lo que sucede en los centros de salud porque en algunos no cogen los teléfonos, o se cuelgan, de repente no hay médicos...lo vamos a investigar", terminó diciendo.
La respuesta de los sindicatos no se ha hecho esperar. "La presidenta abandona la salud de los madrileños y mientras acosa y machaca a los profesionales, los calumnia y desprestigia en los medios de comunicación mientras ellos sacrifican su tiempo libre y su familia para velar por la salud de todos", expresaron en un comunicado conjunto.**
Los
ataques a los centros de salud por parte de esta presidenta quedarán como una
de las mayores infamias que el coronavirus destapó, pero no trajo. Le deseamos
salud a la presidenta. Y seguro que los sanitarios también.
Entre
el "qué bien lo hemos hecho" de Pedro Sánchez y "qué mal lo hace
el sistema, al que habrá que investigar", los madrileños estamos flotando
bajo nuestra estricta responsabilidad. Sabemos que Sánchez nos da medidas
viejas o inútiles y que Díaz Ayuso vive otro tipo de optimismo neoliberal en
donde es la "mano invisible" la que dirige la pandemia y la economía.
¡Qué tristeza, sí!
Las (re)medidas de Sánchez se han quedado a mitad de camino y las (no)medidas de Díaz Ayuso se quedan en el tintero de la voluntad liberal, algo que uno se puede llevar a la tumba y no se puede desgravar.
Los demás presidentes autonómicos se han manifestado recriminando todo tipo de cosas. Lo más común es que "esperaban más", en diversos órdenes. Unos pedían toques de queda, otros cierre del ocio, limitación de las reuniones, algunos una ley general de pandemias que permita que las comunidades unifiquen sus medidas. El presidente no les ha dado mucho, por lo que ellos se han despachado bien. Ya tienen un claro centro de frustración.
Los más duros, claro, vascos y catalanes, que quieren medidas más intensas para así hacer ver que si en sus manos estuviera todo iría mejor. Los demás, dependiendo de quien gobierne, demuestran sus frustraciones mayores o menores por lo dicho por el presidente. Ven que tendrán que pelearse de nuevo con sus tribunales para sacar medidas adelante. Y eso no es bueno para nadie; solo para los antivacunas cuando son rechazadas.
Los vistosos paquetes al pie del árbol navideño no tenían nada dentro, solo bonitos lazos. Siga con la estrategia que mejor le haya funcionado. No se fie de las 3 dosis y vuelva a la raíces: mascarilla, distancia, ventilación e higiene. ¡Un clásico! No son nuevas, ni tienen porqué serlo; sencillamente funcionan. Cuanto mayor sea la presión de entorno con los contagios, refuércelas.
Esta es la ola del "puente" pasado. La de Navidades está por llegar.
*
"Sánchez anuncia la mascarilla obligatoria en exteriores desde este
viernes y llama a la responsabilidad en Navidades" RTVE.es 22/12/2021
https://www.rtve.es/noticias/20211222/covid-conferencia-presidentes-navidad/2190540.shtml
**
"Los sindicatos amenazan con llevar a Ayuso a los tribunales por decir
"falsedades" sobre la atención primaria" 20Minutos 21/12/2021
https://www.20minutos.es/noticia/4931046/0/sindicatos-ayuso-justicia-tribunales-falsedades-atencion-primaria-covid/
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