Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Con el
bloqueo de los medios y voces críticas,
la gran ficción egipcia se sigue construyendo a mayor gloria del presidente
al-Sisi y del Ejército, su soporte. Las enormes brechas sociales, las educativas,
sanitarias, económicas, etc. son silenciadas con las fanfarrias de los medios
afines, los "reconquistados" para la causa y los grandes silencios
por miedo a ser eliminados del mapa egipcio en cualquiera de sus dimensiones.
Da una
enorme pena ver cómo medios enormemente críticos en el pasado han sido convertidos
en babeantes aplaudidores de todo lo que viene del gobierno, son un escaparate
silenciado de logros que se deshacen tras las fanfarrias y esconden la
realidad.
En el
medio Mada Masr se publicó el 15 de noviembre un artículo con el titular "UN
human development report on Egypt criticized for overlooking human rights
concerns". El artículo señala cómo en 2016 este informe fue retirado por
el propio gobierno ante la situación crítica que se denunciaba. Sencillamente,
no les gustó la imagen que se proyectaba de la realidad egipcia, muy distante
de la que la propaganda.
Ahora
la cuestión es algo diferente: lo que han publicado, bajo el control
gubernamental, son flores para el régimen. ¿Por qué arriesgarse a que lo que
salga "no guste" y quedar como "censores"? La estrategia
del nuevo informe es la contraria: eliminar cualquier problema de lo que salga
publicado. De esta forma se evita tener que censurarlo después.
La publicación
señala las denuncias al respecto y la irritación causada:
Three prominent human rights organizations are preparing to address the
administrator of the United Nations Development Program, Achim Steiner, to
protest the contents of the body’s recent human development report on Egypt,
which they say overlooks human rights concerns in Egypt, a source at one of the
groups told Mada Masr on condition of anonymity.
The three organizations — Amnesty International, Human Rights Watch and
the Cairo Institute for Human Rights Studies — are calling for the report to be
temporarily withdrawn from all UNDP websites pending a review, for UNDP’s Egypt
office to consult with human rights organizations and civil society before
issuing its reports, and for an investigation to be launched into how such a
report was released with the results made public, according to the source.
The report, issued in September, praises Egypt’s laws to combat terrorism,
terrorist entities and cybercrime, which the organizations say ignores Egyptian
authorities’ use of the legislative framework to criminalize all forms of
dissent and undermine guarantees of a fair trial for those accused of terrorism
and national security-related offenses, the source said.*
El método es sencillo: se elimina todo lo negativo y solo se ponen lo positivo o, mejor, lo que pueda favorecer la imagen gloriosa del régimen de al-Sisi. Lo de "gloriosa" es algo más que un adjetivo; es la esencia necesaria de la comunicación sobre el régimen.
Recordemos que el régimen ha ido construyendo una imagen del presidente como un "enviado" por el que el pueblo egipcio debe dar gracias a Dios. Al-Sisi recibió el "mandato" en un "sueño profético" en el que el fallecido en atentado presidente Sadat, el piadoso, le pedía que renunciara a sus deseos de neutralidad y se hiciera cargo de su "destino" histórico. Y, obediente, así lo hizo.
Toda la política presidencial egipcia se debe interpretar desde esa imagen proyectada. Al-Sisi les ha "salvado" de acabar como Siria o Libia, países destruidos por los efectos conjuntos de la Primavera y del integrismo islámico. Fue él quien "redirigió" —es la doctrina oficial— los deseos del pueblo egipcio que se levantó el 25 de enero de 2011 creando el nuevo golpe de estado que le llevó al poder y creó las condiciones para la nueva gloria. El aparato es solo una prolongación obediente de su presidente, que, a su vez, es la concreción de una entidad esencial, el Ejército, brazo del Estado. Todas estas fuerzas se concretan en su persona, algo que la mentalidad egipcia requiere para escenificar su visión del poder, entendido como un sistema de favores.
Financial Times 27/04/2016 |
Al-Sisi encerró a sus oponentes a la presidencia. Se le fue la mano y tuvo que inventarse un partido y un rival opositor, precisamente entre sus fieles. ¡Qué tierno era ver el espectáculo electoral del opositor lanzando loas al rival! La farsa era hasta cómica en muchos aspectos.
Hoy ya no hay máscaras, solo propaganda. Egipto es un país en el que la sonrisa de al-Sisi te mira desde cada esquina, en cada despacho o dependencia. Es un rostro y una voluntad omnipresente en efigie y en palabra, ya que estas se repiten como mandatos, como preocupaciones, etc. para que el pueblo, crédulo, suponga que él está al frente de todo y que los demás son meras piezas gobernadas desde el palacio.
Al-Sisi les ha dicho que sobrevivió con botellas de agua en la nevera cuando los egipcios tenían hambre o que los palacios lujosos que construían sus amigos con cargo a las arcas públicas no eran para él, sino para gloria de Egipto. Todo se lo han creído porque es la forma de sobrevivir en un sistema piramidal de favores en el que solo sobrevives si aplaudes con fuerza suficiente.
Toda esta ficción gloriosa queda en evidencia con la denuncia de la farsa documental que se ha hecho pública sobre las bondades de un régimen autoritario, corrupto y propagandístico. Pero los egipcios siguen besando la mano que les oprime. Muchos otros se han ido, pero siguen amenazadas con el destino de sus familias, por lo que procuran estar medianamente recatados ante esta situación.
Con grandes desfiles de momias y avenidas de esfinges se trata de recrear un mundo inexistente; se trata de atraer a la gente hacia espacios ignorando la realidad del Covid-19, de la que se dan increíbles y engañosas cifras para mantener la idea de que el turismo llegara. Pero todavía pesa aquella negativa a reconocer el contagio masivo en el crucero de Luxor, del que regresaron contagiados los turistas, algo negado por el gobierno egipcio, especialista en esta forma de tratamiento de la realidad. Como dijo el presidente al-Sisi: "no crean más que lo que yo les diga".
Los egipcios saben muy bien la diferencia entre creer y no creer en lo que se les dice o cómo se refleja la realidad. Muchos prefieren aceptar las fantasías para que les caigan las migajas que el régimen reparte para que le estén agradecidos y entiendan la diferencia entre creer y criticar. Quejarse es peligroso
* Beesan Kassab
"UN human development report on Egypt criticized for overlooking human
rights concerns" Mada Masr 15/11/2021
https://www.madamasr.com/en/2021/11/15/feature/politics/un-human-development-report-on-egypt-criticized-for-overlooking-human-rights-concerns/
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