sábado, 4 de diciembre de 2021

Idiota hasta la muerte

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


La pandemia, como los grandes hechos traumáticos, no lleva al límite, nos dejan al descubierto. Cada día salen historias de abnegación, de sacrificio, de valentía y de estupidez llevadas a extremos impensables. Sale lo mejor y lo peor.

La historia de Johan Biacsics, que nos cuentan sucintamente en Antena 3, es de las últimas señaladas, una puerta abierta a la estupidez en su forma más directa y sin necesidad de demasiadas explicaciones, pero es una muestra ejemplar de lo que hay que combatir o, incluso, de lo que es imposible redimir, la estupidez más allá de los límites. 

Imagínese intentar convencer a alguien que cree que la Ley de la Gravedad es solo una engañifa para evitar que la gente disfrute del vuelo y las compañías aéreas son las responsables de una gran mentira mundial para seguir beneficiándose. Imagínese cualquier otra estupidez "coherente" en sus propios términos y que solo se puede comprobar saltando de un edificio. 


En un mundo exhibicionista, llenos de pantallas y deseos de salir en ellas, Biacsics tuvo —gracias al Covid— una importante participación, hasta llegar a convertirse en cara y voz de los antivacunas austríacos.

Algo así se puede pensar en la historia de este irremediablemente tonto austríaco. El misterio, una vez más, no es la estupidez, sino cómo se crean los mecanismos de ajuste para hacerla coherente en casos como este: 

Johann Biacsics ha fallecido tras contraer hace unas semanas el Covid-19. Se negó a recibir el tratamiento y decidió utilizar lavativas de dióxido de cloro o lejía.

Este tratamiento comenzó a usarse después de que el exmandatario de Estados Unidos, Donald Trump, lo sugiriera durante una comparecencia pública.

Biacsics fue hospitalizado a principios del mes de noviembre en Viena debido a problemas respiratorios que sufría. Para ver si era por coronavirus, se le realizó una prueba covid y dio positivo. Sin embargo, se negó a recibir tratamiento.

Solicitó el alta voluntaria

Pidió el alta voluntaria y se fue a su casa, cerca de una localidad de Viena, Austria. Tiempo después su estado empeoró, pero la familia se negó a hospitalizarlo. Días después moriría.

Semanas antes de su muerte encabezó una manifestación antivacunas en Viena. Afirmaban tener "información confidencial" que le indicaba que el 67% de los pacientes en la UCI estaban vacunados.

La familia ha comenzado una campaña en redes sociales donde indican que "oficialmente entrará en las estadísticas de las víctimas Covid, pero nosotros sabemos la verdad". Acusan a los médicos de haberlo asesinado.

Los seguidores han llenado su muro de Facebook con mensajes donde denuncian que Johann Biacsics habría sido envenenado. Su hijo ha iniciado una campaña para recaudar fondos y denunciar a los medios de comunicación que hayan publicado "noticias falsas" relacionadas con su familia.*


Si la estupidez no es un misterio por su frecuencia, este caso —como muchos otros— nos hace preguntarnos sobre ese modo de construcción de lo que hoy llaman "realidad alternativa", "teorías de la conspiración" y un largo etcétera de locuras que se mantienen por encima de los hechos comprobables y el sentido común. 

Johann Biacsics manifiesta una tendencia doble: rechaza lo que los demás creen y rechaza los hechos (en los que los demás creen). Podría ser definido como un "incrédulo congénito", pero entonces ¿por qué cree las tonterías que otros creen? ¿Se puede ser "incrédulo" de lo mayoritario y "crédulo" de lo minoritario? Afortunadamente, lo que Biacsics creía son pocos los que lo aceptan. Pero ha servido para confirmar a los que piensan igual que él que estaba en lo cierto. Biacsics es para ellos una "víctima", pero no del "Covid" sino del "sistema": son los médicos los que le han asesinado. ¿Para qué? Para evitar que la verdad se extienda y permitir que el mundo siga creyendo "mentiras". Debe además haber algo genético en ello porque la familia continúa su legado tonto.

Johann Biacsics creía que los que morían no eran los que no estaban vacunados, sino, al contrario, que los muertos lo eran por las vacunas, pero que nos mentían. ¿De dónde sacó esta y otras ideas? La mención a Donald Trump no es casual. En él sí confiaba y por eso se sometió al ridículo y peligroso tratamiento a base de lavativas de cloro y lejía, como se indica en la cuestión.


Trump cogió el Covid. No falleció, como sabemos, pero también sabemos que los tratamientos que se le pusieron no fueron lavativas. Una cosa es hablar y otra jugarse la vida. Su gesto orgulloso y despectivo quitándose la mascarilla cuando regresó de la casa blanca era un mensaje interesado, pero equívoco. Algunos sospecharon que los tratamientos le habían afectado al cerebro, algo que es difícil discernir por las pocas diferencias con su estado anterior. Pero claramente se convirtió en una referencia para Biacsics. Es decir, el austríaco eligió al expresidente norteamericano como guía para sus acciones e interpretación del mundo con sus "alt" y sus "fake news".

La muerte no se ha convertido en evidencia de que lo hizo mal, sino en la confirmación conspirativa contra él para evitar que su "verdad" salga a la luz y consiga más adeptos. Ahora su familia denuncia y recauda dinero para llevar a juicio a los que digan que murió de Covid y no envenenado por los médicos.

Creo que no investigamos como deberíamos este tipo de mentalidades y situaciones. No creo que se deban despachar con un simple movimiento de cabeza o un "se lo buscó" o cualquier otro tipo de actitud de este tipo. No basta con decir "antivacunas" o "negacionista". Estos personajes forman parte de entramados más amplios con orígenes diversos que sería interesante comprender.


Nos conformamos con esta parte marginal de la sociedad, pero hoy "marginal" no significa "aislada". Siempre me acuerdo de aquella idea en una de las novelas de Kurt Vonnegut, "todo país puede tener 40.000 locos, el problema es si se ponen en contacto".  Hoy hay un "efecto red", una energía que surge de las interacciones. Los locos sí se reúnen de forma activa y ascienden.

En los últimos años, las investigaciones en Estados Unidos nos hablan del crecimiento de las ideas estrambóticas, de las que van contra lógica y evidencia. Esto es un peligro, especialmente si se fomenta desde la política. Trump logró convencer a más de la mitad de los Estados Unidos que todo inmigrante era un narco, un violador, un peligro para la comunidad. No necesitó mucho para hacerlo porque muchos estaban deseando que se lo "confirmaran".

Cada vez es más difícil explicar las cosas con lógica y más fácil haciéndolo con falsas teorías pues mentiras y rumores se pueden expandir por todo el planeta en unos pocos minutos. Hemos perdido la capacidad de distinguir lo real y lo falso.

Hoy mismo, en RTVE tenemos la noticia de la apertura de investigaciones por la Corte Suprema brasileña contra el presidente Jair Bolsonaro por vincular la vacuna del Covid con el SIDA. Las informaciones falsas, como en el caso de Trump o Bolsonaro, ya no llegan de los márgenes o periferia; llegan del mismo centro, del poder mismo.

Estamos cambiando mucho y ampliado nuestro escenario sobre lo interpretable a demasiadas zonas. Podemos considerar la historia del austriaco como una historia de un grupo de personas sin dos dedos de frente, pero que seguían también las ideas de un señor, Donald Trump, que tenía acceso al "botón rojo". Sabemos la preocupación que causó en las altas instancias de defensa norteamericanas el comportamiento de Donald Trump, todavía en la presidencia.

La historia de Johann Biacsics, al que se califica como "líder de los antivacunas" austríacos,  un país en el que uno de cada tres no está vacunado, no es una simple anécdota. Sale de un fondo oscuro que debemos explorar y tratar de corregir. Puede nuestras herramientas comunicativas sean ya muy poderosas y amplifiquen las locuras haciendo que tengan un efecto social mayor. 

No sabemos realmente cuántos han muerto siguiendo a Trump, a Bolsonaro o a este austríaco. 


 

* "Muere Johann Biacsics, el líder antivacunas en Austria que usó lavativas de lejía contra el Covid-19" Antena3 03/12/2021 https://www.antena3.com/noticias/mundo/muere-johann-biacsics-lider-antivacunas-austria-que-uso-lavativas-lejia-covid19_2021120361aa0766ccdfac000141d537.html

** "Violencia machista: la tecnología da voz a cinco asesinadas" RTVE.es https://www.rtve.es/play/videos/telediario-2/video-violencia-machista-israel/6232896/

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