jueves, 12 de agosto de 2021

Virus playeros

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


El titular de Antena3 no se anda por las ramas, "Los contagios por coronavirus aumentan a gran velocidad en las zonas más turísticas de España". La noticia se sucede a otras de días anteriores, del tipo "crecen los ingresos en los hospitales de las zonas turísticas", "desbordados los centros asistenciales de las zonas costeras", etc.

Como es lógico, los desplazamientos de las personas pasean turísticamente a los virus, en unos casos, y en otros están allí esperando a que lleguemos. Con buen criterio, se ha ido eliminando la expresión "variante india" por "variante Delta" y  —la  nueva— "variante Lambda" en lugar de "variante peruana".

Mi mentalidad positiva quiere creer que es para evitar discriminaciones o acusaciones a las personas, pero no descarto que alguien aluda a que se siente perjudicado por ser agencia de viajes o cualquier otro negocio relacionado. Hace unos días, una joven manifestaba ante las cámaras sus deseos de vacunarse para poder hacer un viaje a la India, que sería como salir de Málaga y entrar en Malagón, según el dicho.



¡Lo que costó convencer a algunos (a otros no se les convenció) que dejaran de usar el término "virus chino" o incluso "¡maldito virus chino!", al que supongo que veía agitando el Libro Rojo de Mao en su interior! ¿No hemos aprendido el efecto de términos como "gripe española", sin comerlo ni beberlo? O quizá sí y por eso lo usamos de esa manera estigmatizadora. 

El artículo de Antena3 comienza con este párrafo:

 

En las zonas costeras es donde más están aumentando los contagios por coronavirus este verano. La incidencia acumulada sube en los municipios más turísticos en comparación con aquellos que reciben menos visitantes. El resultado es una tasa que roza los 1.000 positivos por cada 100.000 habitantes a 14 días.*

 


¿Dónde está la "noticia", en sentido informativo la "novedad? Yo no sé muy bien las fabricaciones mentales que nos hacemos. Los contagios aumentan no por ser "turísticos", sino porque van "turistas" o, simplemente, porque aumenta el tamaño de la población y las interacciones entre sus habitantes. Lo raro, lo excepcional sería lo contrario, que aumentando población y actividades, disminuyeran los contagios.

Los ayuntamientos dirán que ellos vigilan las playas e imponen separaciones, pero eso es solo una parte. En realidad, da igual en qué tipo de actividad turística te contagies, ya sea tomando el vermú al medio día, charlando al borde de la playa con un antiguo conocido o moviendo el esqueleto por la noche. Aplique el lector la actividad "turística" que desee a esos "lugares turísticos".



Seguimos sin poner los bueyes en el lugar correcto y todo porque no queremos reconocer que —insisto— somos nosotros los que esparcimos los virus por donde vamos y allí donde nos paramos sin mantener las medidas. Y es de eso de lo que nadie quiere hablar.

Tras contarnos cómo han subido las cifras de contagiados en los lugares turísticos, el artículo se cierra con este otro párrafo igualmente significativo:

 

Ante esta situación, el sector turístico y la restauración temen que con el avance de la pandemia y la implantación de nuevas restricciones no puedan salvar el verano. Recientemente, la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC) recurrió ante los tribunales, que dieron la razón al sector, la resolución emitida por la Consejería de Sanidad regional por la cual se obligaba a cerrar los interiores de los establecimientos en 19 municipios, al considerarlas medidas "desproporcionadas".*

 

Uno se imagina al "verano" desmayado al borde de la playa, donde alguien le ha rescatado del naufragio y le está practicando un "boca a boca", en contra de todas las recomendaciones, sin distancia y, claro, sin mascarilla.



Las noticias sobre el aumento de casos en las zonas turísticas y el colapso de sus hospitales forman parte de lo mismo. El lío se completa con eso —también inexplicable— llamado "restricciones", que no son más que las consecuencias lógicas del aumento. No quejamos primero por que no vienen; cuando vienen, se contagian y luego se vuelve a protestar porque nos llenan los hospitales y saturan las urgencias. Aquí no hay nadie que no se vea afectado por una cosa o su contraria. Si las medidas fueran eficaces, no sería necesario tomarlas; pero se toman precisamente como una respuesta tardía a lo inevitable. Los jueces lo acaban de arreglar con su dudoso concepto de "proporción". Esto es preventivo o no es. Si es "proporcionado", ya no tiene sentido, el mal está hecho. La mentalidad jurídica, en esto, no es la más adecuada.

Por cierto, vuelvo a observar cierta tendencia a mostrar planos selectivos de mujeres con velo en las urgencias, algo que no deja de ser llamativo y un tanto tendencioso. O, si se prefiere, algo que algunos populistas harán suyo en las próximas campañas electorales locales, como ya se hizo en Madrid con el famoso cartel de los "MENA". Estos de las urgencias reaparecen después que hayan vuelto otros también con mujeres veladas caminando por las calles. En su momento, eran "asiáticos", lo que nos permite retratar cierta tendencia.



No podemos estar a todo. Si nos vamos a la playa, lo llevamos, lo cogemos o lo despistamos a base de normas de seguridad que, desgraciadamente, tienden a ser poco sociables o veraniegas. Los líos de los toques de queda no son eficaces, porque no es la hora, sino lo que hacemos. Podemos irnos a las once a la cama perfectamente contagiados. El toque de queda es para reducir nuestro tiempo juntos y es ahí donde debemos ver si es eficaz o no. Si hace que la gente se reúna en lugares con peores circunstancias, el efecto desde luego no será positivo. Todo depende de nosotros.

Cuando terminó el curso la gente se reunió masivamente para recuperarse de los exámenes. Unos se fueron de viaje juntos después, como el macro brote de Mallorca y otros similares. Volvieron y se reunieron de nuevo para preguntarse dónde se iban de vacaciones. En los lugares de vacaciones se reencuentran los viejos amigos para contarse qué tal les fue el año y cómo se libraron. Cuando regresan —ahora o en septiembre— se llaman para reunirse y contarse qué tal ha ido el verano.... Y así hasta que empiece el curso y volvamos a reunirnos con los compañeros de clase a los que contaremos lo que hemos hecho durante el verano y si no me he enterado que X y Z están en la UCI. ¡Qué mala suerte!

Y cada vez hay más de qué hablar, porque con cada reunión para ponernos al día aumenta el número de personas que se han contagiado y de las que hablaremos al siguiente contertulio.

Sigo sin entender dónde está la sorpresa, la verdad. 

 

 

* Rosa María Salcedo "Los contagios por coronavirus aumentan a gran velocidad en las zonas más turísticas de España" Antena3 Noticias 11/08/2021 https://www.antena3.com/noticias/sociedad/contagios-coronavirus-aumentan-gran-velocidad-zonas-mas-turisticas-espana_202108116113e5a051c7e30001434881.html

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