Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El
titular de Antena3 no se anda por las ramas, "Los contagios por
coronavirus aumentan a gran velocidad en las zonas más turísticas de España".
La noticia se sucede a otras de días anteriores, del tipo "crecen los
ingresos en los hospitales de las zonas turísticas", "desbordados los
centros asistenciales de las zonas costeras", etc.
Como es
lógico, los desplazamientos de las personas pasean turísticamente a los virus,
en unos casos, y en otros están allí esperando a que lleguemos. Con buen
criterio, se ha ido eliminando la expresión "variante india" por
"variante Delta" y —la nueva— "variante Lambda" en lugar
de "variante peruana".
Mi mentalidad positiva quiere creer que es para
evitar discriminaciones o acusaciones a las personas, pero no descarto que alguien
aluda a que se siente perjudicado por ser agencia de viajes o cualquier otro
negocio relacionado. Hace unos días, una joven manifestaba ante las cámaras sus
deseos de vacunarse para poder hacer un viaje a la India, que sería como salir de Málaga y entrar en Malagón,
según el dicho.
¡Lo que costó convencer a algunos (a otros no se les convenció) que dejaran de usar el término "virus chino" o incluso "¡maldito virus chino!", al que supongo que veía agitando el Libro Rojo de Mao en su interior! ¿No hemos aprendido el efecto de términos como "gripe española", sin comerlo ni beberlo? O quizá sí y por eso lo usamos de esa manera estigmatizadora.
El
artículo de Antena3 comienza con este párrafo:
En las zonas costeras es donde más están
aumentando los contagios por coronavirus este verano. La incidencia acumulada
sube en los municipios más turísticos en comparación con aquellos que reciben
menos visitantes. El resultado es una tasa que roza los 1.000 positivos por
cada 100.000 habitantes a 14 días.*
¿Dónde
está la "noticia", en sentido informativo la "novedad? Yo no sé
muy bien las fabricaciones mentales que nos hacemos. Los contagios aumentan no
por ser "turísticos", sino porque van "turistas" o,
simplemente, porque aumenta el tamaño de la población y las interacciones entre
sus habitantes. Lo raro, lo excepcional sería lo contrario, que aumentando
población y actividades, disminuyeran los contagios.
Los
ayuntamientos dirán que ellos vigilan las playas e imponen separaciones, pero
eso es solo una parte. En realidad, da igual en qué tipo de actividad turística
te contagies, ya sea tomando el vermú al medio día, charlando al borde de la
playa con un antiguo conocido o moviendo el esqueleto por la noche. Aplique el
lector la actividad "turística" que desee a esos "lugares
turísticos".
Seguimos
sin poner los bueyes en el lugar correcto y todo porque no queremos reconocer
que —insisto— somos nosotros los que esparcimos los virus por donde vamos y
allí donde nos paramos sin mantener las medidas. Y es de eso de lo que nadie
quiere hablar.
Tras
contarnos cómo han subido las cifras de contagiados en los lugares turísticos,
el artículo se cierra con este otro párrafo igualmente significativo:
Ante esta situación, el sector turístico y la
restauración temen que con el avance de la pandemia y la implantación de nuevas
restricciones no puedan salvar el verano. Recientemente, la Asociación
Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC) recurrió ante los tribunales, que
dieron la razón al sector, la resolución emitida por la Consejería de Sanidad
regional por la cual se obligaba a cerrar los interiores de los
establecimientos en 19 municipios, al considerarlas medidas
"desproporcionadas".*
Uno se imagina al "verano" desmayado al borde de la playa, donde alguien le ha rescatado del naufragio y le está practicando un "boca a boca", en contra de todas las recomendaciones, sin distancia y, claro, sin mascarilla.
Las
noticias sobre el aumento de casos en las zonas turísticas y el colapso de sus
hospitales forman parte de lo mismo. El lío se completa con eso —también
inexplicable— llamado "restricciones", que no son más que las consecuencias lógicas del aumento. No quejamos primero por que no vienen; cuando
vienen, se contagian y luego se vuelve a protestar porque nos llenan los hospitales y saturan las urgencias. Aquí no hay nadie que no se vea afectado por una cosa o su contraria. Si las medidas fueran eficaces, no sería necesario tomarlas; pero se toman precisamente como una respuesta tardía a lo inevitable. Los jueces lo acaban de arreglar con su dudoso concepto de "proporción". Esto es preventivo o no es. Si es "proporcionado", ya no tiene sentido, el mal está hecho. La mentalidad jurídica, en esto, no es la más adecuada.
Por
cierto, vuelvo a observar cierta tendencia a mostrar planos selectivos de
mujeres con velo en las urgencias, algo que no deja de ser llamativo y un tanto
tendencioso. O, si se prefiere, algo que algunos populistas harán suyo en las próximas campañas electorales locales,
como ya se hizo en Madrid con el famoso cartel de los "MENA". Estos
de las urgencias reaparecen después que hayan vuelto otros también con mujeres
veladas caminando por las calles. En su momento, eran "asiáticos", lo
que nos permite retratar cierta tendencia.
No
podemos estar a todo. Si nos vamos a la playa, lo llevamos, lo cogemos o
lo despistamos a base de normas de
seguridad que, desgraciadamente, tienden a ser poco sociables o veraniegas. Los
líos de los toques de queda no son eficaces, porque no es la hora, sino lo que hacemos.
Podemos irnos a las once a la cama perfectamente contagiados. El toque de queda
es para reducir nuestro tiempo juntos y es ahí donde debemos ver si es eficaz o
no. Si hace que la gente se reúna en lugares con peores circunstancias, el
efecto desde luego no será positivo. Todo depende de nosotros.
Cuando
terminó el curso la gente se reunió masivamente para recuperarse de los
exámenes. Unos se fueron de viaje juntos después, como el macro brote de
Mallorca y otros similares. Volvieron y se reunieron de nuevo para preguntarse
dónde se iban de vacaciones. En los lugares de vacaciones se reencuentran los
viejos amigos para contarse qué tal les fue el año y cómo se libraron. Cuando
regresan —ahora o en septiembre— se llaman para reunirse y contarse qué tal ha
ido el verano.... Y así hasta que empiece el curso y volvamos a reunirnos con
los compañeros de clase a los que contaremos lo que hemos hecho durante el
verano y si no me he enterado que X y Z están en la UCI. ¡Qué mala suerte!
Y cada
vez hay más de qué hablar, porque con cada reunión para ponernos al día aumenta
el número de personas que se han contagiado y de las que hablaremos al
siguiente contertulio.
Sigo sin entender dónde está la sorpresa, la verdad.
* Rosa
María Salcedo "Los contagios por coronavirus aumentan a gran velocidad en
las zonas más turísticas de España" Antena3 Noticias 11/08/2021
https://www.antena3.com/noticias/sociedad/contagios-coronavirus-aumentan-gran-velocidad-zonas-mas-turisticas-espana_202108116113e5a051c7e30001434881.html
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