domingo, 8 de agosto de 2021

Extraterrestres, armas y guerras

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Dirán que es el mercado, que hay demanda. Y eso es lo preocupante. Al margen de las grandes cadenas de televisión, cuya programación será mejor o peor, pero entra dentro de la "normalidad", un recorrido por las incontables cadenas (en mi caso e Movistar) deja un balance un tanto preocupante. Desconozco cuál es el mecanismo por el que ciertas cadenas están donde están, pero supongo que al menos hay tres elementos claros: alguien hace los programas, alguien los compra y alguien los ve.

Podemos hacer un recorrido por las zonas "normales", donde se encuentran los canales nacionales y autonómicos y los deportivos, los informativos de distintos países (de Estados Unidos, con la CNN y la Fox, a Al-Jazeera, RT, o la BBC), hay canales de series especializados en comedia, terror o ciencia-ficción. Hay canales de cocina donde podemos enterarnos de lo que hacemos mal. Incluso hay uno en el que se pasan el día rezando el rosario. Otros nos dan cuenta de aguerridos veterinarios en su lucha por salvar vacas preñadas y mascotas exóticas. Todo esto, podríamos decir, entra dentro de lo previsible.

Pero hay una zona oscura de la programación de ciertos canales en donde los programas revelan un gusto, al menos, peculiar. Básicamente me refiero a aquellos en los que proliferan historias de extraterrestres entre nosotros, con explicaciones del conjunto de nuestra historia humana (curiosamente es el canal Historia); una creciente proliferación de documentales sobre el nazismo y su evolución y otros en los que se desarrolla la atracción por las armas, incluidos el gusto por su fabricación. Hay que decirlo inmediatamente: prácticamente todo esto llega de los Estados Unidos, capaces de producir y abastecer de este tipo de programas al planeta en su conjunto.



Esto tiene dos puntos de interés; primero, nos permite entender las mentalidades violentas, conspiranoicas —en versión humana o galáctica— norteamericanas, la que alimentan los delirios de los trumpistas en cualquiera de sus vertientes; en segundo lugar, si ellos han producido este tipo de productos para satisfacer su gusto, esto acabará seduciendo a los que aquí se exponen a este tipo de creencias o actitudes. Llamo aquí "creencias" a creer vivir en un mundo poblado por extraterrestres que se ocultan entre nosotros y bajo gobiernos que tratan de ocultarnos todo. En estos programas, la creencia reinterpreta la "historia" dándole un nuevo "sentido", con lo cual quienes se han adaptado a esto comienzan a vivir en un mundo diferente al del resto de los mortales de los que van separando como un gran bloque de hielo se acaba soltando de tierra firme y se adentra en el mar arrastrado ahora por las corrientes.



Las actitudes, en cambio, son formas de valoración y respuesta ante lo que tenemos delante. Por eso, los programas de armas son complicados porque, como vemos con frecuencia en las imágenes que nos llegan de Estados Unidos, se acaban exhibiendo con más frecuencia de la deseada y produciendo un enorme número de muertes al año. La obsesión por las armas suele sostenerse en una visión agresiva del mundo, del que hay que defenderse. Todos esos norteamericanos que compran armas tras un tiroteo son la revelación palpable de que la violencia es una espiral incontenible, que no lleva a reacciones de paz, sino a la polarización entre quienes la desean eliminando las armas y los que creen que la mejor defensa es armarse.

No conozco ningún estudio sobre, primero, quiénes son los espectadores en España que sostienen estos canales con su presencia (si no tuvieran interés para nadie habrían desaparecido ya) y, en segundo lugar, qué efectos tiene su exposición a ellos. Me imagino que no debe tener bastante interés para los investigadores, que dedican su valiosa atención a cosas de más enjundia.


El otro grupo que hemos resaltado es el creciente número de series sobre el nazismo en la programación. El ascenso del nazismo, sus principales figuras, etc. "Historia del nazismo", "El ascenso del nazismo", etc.

En 2015 hubo una gran polémica en los Estados Unidos por la promoción hecha en el metro de Nueva York por Amazon TV para lanzar la serie "The man in the high castle":

 

El gigante Amazon ha decidido retirar precipitadamente retirar una decoración de estética nazi en el metro de Nueva York con la que promocionaba su nueva serie sobre la Segunda Guerra Mundial tras las quejas de pasajeros y autoridades. Empapelar la Gran Manzana con propaganda totalitaria no ha sido tan buena idea. O tal vez sí. Todo el mundo habla hoy de 'The Man in the High Castle'.

Para promocionar la adaptación televisiva del clásico distópico de Philip K. Dick, una producción original de Amazon TV, se decoró el interior de varios vagones del metro con versiones de la bandera estadounidense modificada para incluir el emblema del águila Reichsadler con la cruz de hierro. También con el símbolo del sol naciente utilizado por los japoneses entre 1870 y 1945. La nueva serie, que se estrenó el pasado 20 de noviembre a través de su plataforma de películas y series en internet Amazon Prime, trata sobre lo que hubiera ocurrido si los ganadores de la Segunda Guerra Mundial hubieran sido Alemania y Japón.*



En El Confidencial, que es donde apareció la noticia, se nos cuenta que la promoción causó irritación y que fueron los pasajeros los que comenzaron a arrancar la simbología nazi e imperial japonesa.

En sociedad, hay una máxima que se suele cumplir: "de lo que se come, se cría". Da un cierto tipo de alimento cultural y habrá quien se sienta a gusto y te pedirá más.

Lo preocupante del caso es la confluencia en el tiempo. Si las posibilidades comunicativas de las redes sociales están dando alas a este tipo de grupos reforzando sus vínculos grupales a través de los contactos y el intercambio de información (como en muchos otros casos). En Estados Unidos se ha visto un aumento claro de las fuerzas "neonazis" en la época de Trump, donde se sintieron fuertes para salir a la luz pública. Ya sea oficialmente o a través de rasgos parciales, lo cierto es que la suma de "racismo", "nacionalismo" y "agresividad" son mañas por separado, pero juntas son explosivas.



Un caso peculiar es la proliferación de serie sobre nazis en Reino Unido y la BBC. En alguna ocasión tratamos el tema y señalamos los intentos del Brexit de volver a "separarse" de una "Europa dominada por Alemania". Recordarán los hipotéticos lectores las metáforas usadas por la prensa británica recordando la "Batalla de Inglaterra" y la defensa de país en el Canal. Nada es casual. Han sido los momentos de más intensidad de la alianza Trump Johnson.

Volver a revivir las agresiones reales o ficticias (no existió invasión de los Estados Unidos ni por Japón no por la Alemania de Hitler) es volver a darles sentido en un nuevo contexto; es una lectura actualizada con un sentido específico, ya sea implícito o explícito.

Me preocupa el efecto de estos programas continuados sobre extraterrestres, armas y nazismo. No me parece que ninguna de estas ramificaciones lleve a buen lugar. Por eso creo que es importante saber a quién se le está haciendo creer que los extraterrestres han llegado y controlan el mundo, que las armas son buenas y demás formas de revivir este tipo de estado de agresividad.



Quiero que se entienda bien algo: distingo perfectamente lo que son los programas sobre extraterrestres y armas, de lo que pueden ser buenos documentales históricos. Pero, como bien sabemos, un buen programa histórico puede ser "consumido" de forma muy inapropiada por parte de algunos de sus espectadores, que verán en él lo que quieran ver.

Vuelvo a la idea inicial: si están ahí es porque hay interés. En cualquier caso, alimentar a la gente con este tipo de cosas, acabará —como ha ocurrido en los Estados Unidos— teniendo consecuencias. De los antivacunas a los conspiradores cósmicos, hay cada vez un grupo mayor al que le resulta difícil vivir en la realidad y es fácilmente manipulable, que es de lo que se trata.

Llama la atención que esta concentración —extraterrestres, armas, etc.— se produzca en algún canal que ha sido "colonizado". No quiere decir que sea el único, pero sí que en él se dan estos programas con más intensidad o frecuencia.


Revista Squire

* "Amazon decide que empapelar Nueva York con simbología nazi no es una buena idea" El Confidencial 25/11/2015 https://www.elconfidencial.com/television/series/2015-11-25/amazon-el-hombre-en-el-castillo-k-dick_1106747/

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