Joaquín Mª Aguirre (UCM)
A estas
alturas debería quedar medianamente claro el patinazo dado por el reino de
Marruecos en la crisis desencadenada con España. El gobierno de Marruecos no
solo no ha obtenido apoyo de nadie sino que se ha tenido que enfrentar al
rechazo o al silencio prácticamente universal. Eso no quiere decir, ni mucho
menos, que el gobierno español lo haya hecho especialmente bien. Ha sido el
propio gobierno de Marruecos el que se ha pegado un tiro en su propio pie.
La
noticia que nos trae RTVE.es sobre lo expresado por el gobierno marroquí nos
muestra que está reculando de forma "gloriosa" en un intento de no
quedar demasiado mal, especialmente ante su despreciado pueblo. Cuando comenzó
la crisis señalamos que mostraba una serie de características que hacen que la
tomemos también desde una perspectiva interna, no solo como una crisis
internacional. Muchas veces el ruido de lo exterior trata de tapar el ruido
interior.
De la
misma forma, ahora el gobierno marroquí trata de tapar sus enormes errores con
reescritura de los hechos, intentado evitar las consecuencias, es decir, la
evidencia de que no solo no ha conseguido lo que quería —tampoco estaba claro—
sino que se ha producido una reacción internacional en contra. ¿Esperaba apoyos
de algún sitio? Esa es la duda, saber qué cálculos había hecho.
En
RTVE.es podemos leer esta reescritura, insistimos, destinada al consumo
político interior:
El rey Mohamed VI de Marruecos ha dado instrucciones a sus ministros del Interior y de Exteriores para que solucionen el problema de los menores no acompañados marroquíes que se encuentran en España y en otros países de la UE.
En un comunicado de ambos ministros marroquíes, se ha acusado a España de usar la crisis migratoria en Ceuta como "coartada" en la tensión diplomática actual y ha vuelto a avisar de eventuales "respuestas" aunque no han especificado cuáles.
El monarca alauí se habría interesado en persona para dar "instrucciones" a los dos ministerios marroquíes para que "la cuestión de los menores marroquíes no acompañados que se encuentran en situación irregular en algunos países europeos se resuelva definitivamente", según la Agencia EFE.
Mohamed VI "había subrayado en numerosas ocasiones, incluso ante jefes de Estado extranjero, el compromiso claro y firme del reino de Marruecos de aceptar el retorno de los menores no acompañados debidamente identificados", ha sostenido Rabat. El Gobierno marroquí resalta que hay "mecanismos de cooperación" con países como España o Francia, que han permitido "el retorno de varias decenas de menores" y se exime de cualquier culpabilidad en la lentitud constatada en el proceso, que vincula "esencialmente a los bloqueos en los procedimientos complejos en algunos países europeos".*
Lo primero que hay que ver es cómo se trata de presentar la situación de los menores a los que —recordemos— se les abrió la frontera y se les dijo que salieran. Sin embargo, Rabat juega ahora con una reescritura: "retienen a nuestros hijos fuera de la patria y sus familias". Es la forma de referirse a la situación de aquellos a los que el propio Rabat mandó fuera como presión y después, igualmente como forma de presión no dejaba regresar tratando de crear más presión. Es tan burdo como absurdo.
El rey de Marruecos, que no es tonto, se ha dado cuenta de que esa forma de presión se vuelve contra ellos. Pero, como en la política nadie comete errores, se trata de crear un segundo fondo absurdo: es la burocracia "europea" la que impide que regresen.
Los menores que entraron y fueron reclamados por sus familias pudieron ser devueltos inmediatamente. Ellos han sido la baza marroquí en forma invasiva. Pero No salió como esperaba porque el plan era una rabieta, ya que no se puede calificar de otra manera la reacción ante la presencia del líder saharaui en España por motivos humanitarios.
Es aquí donde hay que señalar que el gobierno español tiene una cierta tendencia a pegarse tiros en su propio pie en cuestiones internacionales delicadas. Este tipo de incidentes en los que intenta evitar que algo se sepa y todos lo acaban sabiendo no es la primera vez que le pasa. Pero no es fácil pensar con claridad cuando tienes dos voces en la cabeza. Estos conflictos se producen en casos como el del Sahara o, en su momento, con Venezuela, donde cada parte del gobierno tiene sus apoyos definidos. En algún momento deberían aprender de los errores.
Con todo, una vez dicho, la respuesta marroquí ha sido de rabieta primero y de patinazo después. La falta de cálculo real de lo que podía ocurrir proviene de que a Marruecos siempre le ha funcionado la técnica de la amenaza latente, en unos casos, y materializada e otros, como en este caso. España tiene una amenaza constante sobre Ceuta y Melilla y, de otra manera, sobre Canarias. Pero la débil frontera, en un país acostumbrado a romperlas, siempre ha sido una amenaza final.
La condena a lo hecho por Marruecos era obvia desde el momento en el que transcendieron las imágenes de los guardias marroquíes abriendo las verjas y dando paso a todo el que quisiera salir.
La imagen se leía en dos partes: a) la acción de los guardias de la frontera, que siguen la orden de la superioridad; y b) lo más preocupante, el deseo de salir. Hasta el momento eran los subsaharianos "almacenados" en la frontera, como una amenaza permanente por parte de Marruecos. Pero esta vez no han sido solo los subsaharianos, sino los propios marroquís los que han salido huyendo de su país. Es decir: lo que ha transmitido Rabat con su acción es que la miseria y la desesperación están asentadas en Marruecos, y eso no hay discurso triunfalista o reescritura que pueda cambiarlo. El gobierno marroquí ha tirado piedras a su propio tejado.
Lo que ha quedado en evidencia le deja en una situación complicada desde el punto de vista interno. Por eso la acción del rey "ordenando" que se "recupere" a los hijos de Marruecos que han sido retenidos por la malévola "burocracia europea". Sobre todo esto ocurre porque cada menor fugado del paraíso es entrevistado y dice que huye de su país porque no hay futuro. Los menores son la peor propaganda, exportada irónicamente por el propio Reino de Marruecos.
Por eso la insistencia de sus comunicados quejándose de que se trate esta crisis como una crisis migratoria. Una vez que se abre la caja de los truenos es difícil que la realidad se imponga sobre los deseos de control. Marruecos tiene ahora una crisis exterior y otra interior desencadenada por ellos mismos.
¿Nadie pensó en esto? Parece que no. No es bueno tomar decisiones precipitadas porque el riesgo del patinazo se eleva. Que se convierta en noticia que el rey marroquí se interesa por el destino de sus súbditos es un intento de restaurar la imagen de la monarquía dejando lo negativo al gobierno, que para eso es sustituible si es necesario.
Lo cierto es que Marruecos no solo ha abierto una crisis con España sino que ha abierto su propia crisis. Lo malo es si una crisis tapa otra crisis, como un clavo saca otro clavo.
* "Rabat readmitirá a los menores no acompañados marroquíes que están en Ceuta" RTVE.es / Agencias 1/06/2021 https://www.rtve.es/noticias/20210601/marruecos-readmitira-menores-ceuta/2097326.shtml
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