jueves, 24 de junio de 2021

La violación en el matrimonio, otro escándalo egipcio

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



Los casos sobre la situación negativa de las mujeres no dejan de salir en Egipto. Si hace unos días tratábamos aquí las condenas de 3 a 10 años de jóvenes acusadas de "tráfico de personas", "incitación al libertinaje" en nombre de unos indefinidos y sagrados "valores familiares egipcios", otro escándalo ha saltado a las redes y medios. Egyptian Streets lo titula "Calls for Marital Rape Criminalization in Egypt After Viral Instagram Video" y da cuenta del escándalo creado cuando han salido a la luz, a través de una red social, las acusaciones de "violación marital", algo que entra en cierta contradicción, digámoslo así, con esos sagrados valores de las familias egipcias, una peligrosa etiqueta que sirve para meter en la cárcel a quien sale en un vídeo, pero permite la ocultación del fenómeno de las violaciones dentro del matrimonio, un fenómeno significativamente no legislado y sobre el que se reclama ahora algún tipo de norma y sanción que lo evite dándole forma jurídica. Oficialmente, jurídicamente, no existe, con las implicaciones que esto tiene.

El artículo, firmado por Mona Bassel y Mirna Abdulaal, nos introduce en el caso:

 

The subject of marital rape made recent headlines in Egypt after Nada Adel, the owner of local fashion brand Nada Adel Apparel, took to Instagram on the 18th June to speak up about marital rape allegations against her ex-husband singer Tameem Youness.

This isn’t the first time the subject of marital rape made national headlines this year; Ramadan TV series Leabet Newton (Newton’s Cradle) stirred up the debate when an episode portrayed one of the characters attempting to force himself on his wife. Actress Mona Zaki, who played the wife in the marital rape scene, later discussed how pleased she was to shed light on the topic and explained that young girls need to know that their bodies are their own, even after marriage. “We aren’t animals. Even animals don’t do that,” she said on MBC’s Al Hekaya Program in May.*

 


Pero el cuerpo femenino, una vez dentro del matrimonio, pasa a ser como una especie de propiedad del varón, que satisface sus propias necesidades sin tener que contar con un consentimiento, aceptación o voluntad. Simplemente es suya y si se resiste lo toma a la fuerza.

Entre el fuerte acoso exterior y la posibilidad de la violación en el interior, la situación de la mujer pasa a ser muy precaria. La teoría tradicional es clara: dentro del matrimonio no existe la violación. En esas pocas palabras está implícita la práctica totalidad del sistema patriarcal, ya que se percibe a la mujer como el resultado de una compra a su familia de origen y que la función interna del matrimonio (la externa es establecer vínculos) es el disfrute sexual del varón.

El artículo relata los apoyos recibidos por la denunciante, que sin embargo dice haber pasado página tras el divorcio y el paso del tiempo. Eso no ha evitado que el caso se convirtiera en viral, con medio millón de reproducciones. Muchos, nos dicen, han dejado comentarios burlándose de ella. 

En la segunda parte se realiza un interesante recorrido por los aspectos legales y sociales del caso:

 

While Egyptian law does not explicitly recognize marital rape, it recognizes other forms of rape such as defilement (sex with a woman through the anus, since it is forbidden in Sharia law). Egyptian law also criminalizes rape that does not occur between spouses and the severity of a rapist’s sentence could be increased if the rape was preceded by assault or battery.

Some conservatives and religious figures in Egypt consider sexual intercourse a marital “duty” that must be fulfilled by the wife. Although rape is illegal in Egypt according to Article 267 of the Egyptian Penal Code, the reason why marital rape often goes unpunished is speculated to be due to Article 60, which states that “the provisions of the Penal Code shall not apply to any deed committed in good faith, pursuant to a right determined by virtue of Sharia law.”

According to Abo El Komsan though, Article 60’s applicability to marital rape would be inconsistent with Quranic text. This, she explains, is evidenced by the Quranic verse “إمساكٌ بمعروفٍ أوْ تسريحٌ بإحسانٍ” (keep with kindness or let go with kindness) from Surat Al Baqarah.

Abo El Komsan notes that the term ‘marital rape’ in itself is yet not well understood, adding: “Many ask the question ‘How is it rape when the purpose of marriage itself is to permit a sexual relationship with one another?’ Yet, there is nothing in the marriage contract to prove that it is also permissible to force sexual intercourse and abuse the other person’s freedom, and in the case of compulsion, then this violates the terms of the marriage contract.”*

 

La explicación a esto mismo es la que no se quiere ver, lo que hemos señalado: el matrimonio es concebido como una compra a partir de la que se generan unos derechos, como se señala claramente en la última intervención. Introducir la "libertad" es una relación de "propiedad" se percibe como un absurdo. Si la mujer es "libre" de decidir, ¿qué queda del matrimonio, para qué sirve? Evidentemente hay muchos aspectos que están determinados por el matrimonio desde el punto de vista jurídico, pero sin embargo la relación íntima no lo está más que curiosamente con esa prohibición del coito anal, que la Sharía condena, sea consentida o no. Queda claro qué es lo que importa: está implícito que es el deseo del marido el que está bajo la libertad, mientras que la respuesta de la mujer está condicionada, por lo que él puede tomar violentamente aquello a lo que tiene derecho y se le niega.



La violencia dentro del matrimonio, igualmente, se erige sobre la idea de su superioridad moral. Es el varón siempre el que es "vigilante" de la mujer y no al contrario. La autoridad del varón es considerado como un hecho natural con reconocimiento en las leyes, que se orientan desde la voluntad divina.

La denuncia, aunque sea tardía, ha servido para poner de nuevo el problema de la situación de las mujeres en un sociedad que ha hecho todo lo posible por mantenerlos ocultos para poder tener de sí misma una imagen basada en esos "valores familiares egipcios", donde choca ese empeño en "nacionalizar", que nos muestra cómo han entrado en una narrativa retórica de la idealización. Esa conversión en seña de identidad nacionalista choca con la propia realidad, que es muy diferente a la que gustaría exhibir.

De la misma forma, los casos de acoso callejero hasta poco antes de la llegada de la Primavera egipcia de 2011, eran rechazados en las propias comisarías donde se iba a denunciar convenciendo a la víctima de que era mejor para ella evitar el "escándalo". El propio cine egipcio convirtió en filme el caso de esa primera denuncia en el que la víctima decidió seguir adelante.



Cambiar la mentalidad sobre la violencia intrafamiliar, especialmente contra la mujer, es un paso grande que tiene muchas resistencias. La principal, como señalamos, es la diferencia de estatus que pasa a tener el matrimonio con el cambio de relación entre la pareja. Que el varón no pueda ejercer la fuerza sobre la mujer es algo que no será fácil asimilar si se sigue entendiendo como una situación asimétrica y menos todavía si se da a esa diferencia un sentido divino y natural.

Habrá quienes expliquen que la violación en el matrimonio es la forma de "evitar" la violación fuera. Pero eso tiene unas implicaciones que entran de lleno en una concepción brutal de la sexualidad y su conversión en una violencia que puede estar legalizada, organizada socialmente.

Las soluciones que apuntan no es contra la violencia en sí, sino la posibilidad del divorcio, es decir, que el hecho de violar no es penable y solo puede ser invocado en el caso de un divorcio como una circunstancia. Esto es un reconocimiento de facto del derecho a la violación.



En un contexto que habla de los "valores familiares egipcios", dándolos por hecho, el sentimiento más evidente es el de vergüenza y ocultación de toda aquellos que va en contra de esa retórica. Más todavía si se siguen a las denuncias —como hemos visto en algunas ocasiones— campañas contra la víctima. Las fuerzas reaccionarias son implacables tratando de amedrentar a las futuras denunciantes, que se ven sometidas a campañas de apoyo, pero también de burlas, insultos y hasta amenazas.

Creo que este caso no se puede separar del de las condenas hace unos días a las jóvenes que pusieron vídeos en TikTok y ahora están encarceladas. Las condenaron en nombre de esos valores familiares. La inexistencia de una figura que tipifique la violación dentro del matrimonio lo convierte en un espacio de fuerza y violencia, de impunidad, algo muy diferente a los que nos gustaría que fuera.

De la misma forma, la falta de reconocimiento de la parte negativa convierte en una trágica ironía las afirmaciones de perfección del sistema. Una y otra vez tiene que producirse un estallido social para que se reconozca lo que la versión oficial niega. Mientras tanto, son las mujeres las que padecen este tipo de violencia con el visto bueno del sistema. Puede que no sea fácil cambiar los hechos, pero lo que no es asumible es la falta de respuesta legal, la ocultación de un fenómeno, el mirar para otro lado, lo que contribuye al crecimiento de las ideas de impunidad de la violencia y dominación sobre las mujeres dentro del marco matrimonial.

 


* Mona Bassel & Mirna Abdulaal "Calls for Marital Rape Criminalization in Egypt After Viral Instagram Video" Egyptian Streets 22/06/2021 https://egyptianstreets.com/2021/06/22/calls-for-marital-rape-criminalization-in-egypt-after-viral-instagram-video/


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