martes, 9 de marzo de 2021

Historia (vulgar) de Z

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



No hay que dejar caer ciertos casos en el olvido, sobre todo porque muchos cuentan con él, como en los casos de los asesinatos de Giulio Regeni o de Shaimaa al-Sabbagh ambos en Egipto. En otras ocasiones, la tendencia mediática a fascinarnos con lo inmediato hace que muchos hechos puedan quedar al margen del foco diario. Es lo malo de pensar en términos de "noticia" o de "actualidad".

El caso del asesinato del profesor Samuel Paty no debe ser olvidado. Un profesor que es que es degollado por un extremista de 18 que es guiado hasta él por una serie de conexiones que nos permiten comprender mejor las conexiones y mentalidades que rodean este trágico caso en el que una clase sobre la Libertad de Expresión se convierte en un ejercicio de lo contrario. El crimen final es el resultado de una serie de fuerzas que se van conectando hasta llegar al momento del asesinato. Hay un comienzo y un final. Es como un problema en el que se van dibujando los puntos que permiten establecer el recorrido del odio.



La BBC, donde primero vi la noticia, hablaba escuetamente sobre las mentiras de una de las chicas de la clase, de 13 años*. Ella era la que habría encendido la mecha que acabó con la muerte de su profesor a manos de asesino.  El texto habla de una "espiral" trágica que llevó al asesinato. Una espiral, sí, podemos llamarlo de esta manera y tratar de no pensar demasiado en el encadenamiento del absurdo que rige muchas veces nuestras vidas; son los entrecruzamientos de líneas imprevistas, de trivialidades, de azares.

La mentira inicial es relevante. Hay que conocer la trivialidad, la vulgaridad de los motivos de la muerte en casos en casos como este, en el que todo se disfraza con el nombre de Dios, al que se dice servir como brazo ejecutor. Hay que dejar al descubierto la perversa vulgaridad del motivo para comprender hasta qué punto las grandes palabras acaban tomando forma en pequeñas cabezas.

En Le Monde —con información de Le Parisien— encontramos un relato detallado en el que la chica reconoce haber mentido en la versión que le contó a su padre. Con esa versión, el padre comenzó a realizar llamamientos por las redes sociales contra el profesor. Esos llamamientos acabarían en manos de un predicador islamista que encontró allí su causa y la forma de expandir su ira y odio. El siguiente eslabón será el final de la cadena, el asesino checheno, de 18 años, que sería finalmente quien levantaría el cuchillo para degollar a Samuel Paty.



Los dos párrafos finales de Le Monde son desoladores al mostrarnos esa trivialidad de las cadenas de acontecimientos, la cutrez del destino que lleva a la muerte como culminación de despropósitos.  Nos explica el diario francés:

 

« Ce mensonge aux conséquences tragiques s’inscrit dans un contexte familial : complexée par la réussite scolaire de sa sœur jumelle, Z. n’aurait pas osé avouer à son père les motifs réels de son exclusion peu avant le drame, liés en fait à son mauvais comportement », écrit Le Parisien. Poussée dans ses retranchements par les policiers qui lui demandent si elle n’a pas « inventé cette histoire de caricature pour se sentir exister » aux yeux de son père, lui rappelant qu’elle est souvent « comparée » à sa jumelle, « bien plus assidue », l’adolescente est passée aux aveux : « J’ai menti sur un truc. » Z. explique qu’elle n’a jamais vu les caricatures projetées par Samuel Paty, ni le 5 ni le 6 octobre.

« C’est en fait une fille de sa classe qui lui en a parlé le mercredi 7, au lendemain du cours sur la liberté d’expression, auquel elle n’a pas assisté en raison de son exclusion, motivée par son absentéisme chronique », relate Le Parisien.**

 


La rivalidad entre dos gemelas, Z displicente y la otra trabajadora, estudiosa. la una expulsada por su mal comportamiento que trata de disfrazar sus faltas con una acción heroica a los ojos de su padre, un padre de fácil encrespamiento, de facilidad para convertirse en líder de las denuncias, en el hombre religioso que reclama venganza buscando un protagonismo ante su comunidad.

¡Cuántas veces ha buscado Z una ocasión de superar a los ojos de su exigente y perfecto padre a su gemela, dechado de virtudes! La chica había dicho a su padre que fue expulsada dos días de clase por la cuestión de las caricaturas para cubrir su expulsión anterior.

La frase en Le Monde nos revela es drama de la necesidad de la aprobación paterna: "« inventé cette histoire de caricature pour se sentir exister » aux yeux de son père". Z, nos dicen, no existía a los ojos de su padre, que solo daba existencia con su mirada a la gemela de su preferencia. La mirada del padre, la existencia o la invisibilidad, el ser y el no ser. Comprendemos ese vivir marcado por la sensación de inexistencia.



Las mentiras de Z no tienen disculpa, pero tienen una cierta explicación en esa mirada buscada, en esa necesidad de salir del vacío, de tapar sus fallos con excusas. Y la clase sobre la Libertad de Expresión con la caricaturas del profeta le brindaban la ocasión perfecta para justificar su ausencia, darle un sentido "noble" a los ojos de su padre.

Este podía haber aceptado simplemente la historia de su hija. Pero no se quedó ahí. Necesitaba la ocasión de mostrarse indignadamente virtuoso ante la comunidad. Era su forma de aumentar prestigio. También él busca una mirada y lo hace con persistencia, los tres mensajes grabados que cuelga en la redes solicitando acciones contra Samuel Paty.



La búsqueda de protagonismo de hija y padre encuentra pronto otros ansiosos por liderar la comunidad, el predicador islamista que atrae nuevas miradas mostrando exaltado su indignación, exigiendo medidas, pidiendo que el blasfemo se castigado como se merece. Sus mensajes se difunden hasta que finalmente será un joven de 18 años, deseoso de entrar pronto en el paraíso y que se cumplan ya todas las promesas que se le hacen al que realiza la yihad, ese esfuerzo voluntarioso para llegar a Dios, decide hacerlo cortando el cuello de Samuel Paty. Sus deseos serán cumplidos y caerá abatido a tiros por la Policía. No sabemos si sus deseos se cumplieron.

Ahora el protagonismo buscado se invierte. Los que buscaban atraer las miradas han encontrado un tipo de atención distinto al que buscaban. Z tendrá que vivir toda su vida con el remordimiento de la mentira y con haber hecho mejor indirectamente a su gemela. El padre tendrá un mayor protagonismo cuando sea condenado por incitación al asesinato, convirtiéndose en héroe de todos aquellos que envidiarán su firmeza denunciando al profesor muerto por las mentiras de su hija. El predicador también verá aumentado su prestigio y los años de cárcel que le puedan caer serán vistos como piezas importantes en su camino al paraíso. Todos consiguieron la atención que buscaban de un padre, de una comunidad, de un asesino.

La Legión de Honor reposó durante unos instantes sobre el féretro de Samuel Paty, profesor de Geografía e Historia, que decidió enseñar tolerancia.

 

 

* "Samuel Paty: French schoolgirl admits lying about murdered teacher" BBC 9/03/2021 Samuel Paty: French schoolgirl admits lying about murdered teacher

** "Attentat de Conflans : la collégienne à l’origine du drame reconnaît avoir « menti »" Le Monde 8/03/2021 https://www.lemonde.fr/societe/article/2021/03/08/attentat-de-conflans-la-collegienne-a-l-origine-du-drame-a-reconnu-avoir-menti_6072330_3224.html

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