viernes, 26 de marzo de 2021

La disculpa de Jay Leno por sus chistes racistas

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)



El célebre showman norteamericano Jay Leno se encuentra hoy en toda la prensa de su país. The New York Times le dedica un artículo con el titular "Jay Leno Apologizes for Years of Anti-Asian Jokes". Los chistes anti asiáticos parece que han sido un "clásico" de sus shows. Y ahora tiene que disculparse por ellos.

Es interesante preguntarse por cómo los Estados Unidos, un país hecho por inmigrantes a costa de meter en reservas a los nativos, se jerarquizó de forma despectiva en forma tan intensa. Podríamos decir que la independencia colonial no significó mucho a estos efectos racistas, que trasladó las jerarquías al interior creando unas escalas donde el "blanco genuino" se reservaba a unos pocos países europeos de origen mientras que el resto se "clasificaba" como ocupantes de segunda, tercera y cuarta. nadie habla del "germano americano" Donald Trump, norteamericano de segunda generación, pero sí se habla de "afro americanos" o "asiáticos americanos", de "hispanos" o latinos" en los que el "americano" va implícito por el origen continental. Hay dos colores, el blanco puro y los llamados "gentes de coloro", forma clasificatoria que establece posteriores jerarquías.

Las respuestas al racismo han sido parciales en gran medida, donde las vidas "importan" a cada comunidad, que parecía no solidarizarse mucho con los demás "colores", un tema que no se ha tratado mucho, lo que podríamos llamar "relativismo racista" donde solo es fijo el "blanco" como "no-color", que se distancia de todos los demás.

Ahora, Jay Leno, una importante figura de los medios norteamericanos pide disculpas por sus "chistes asiáticos", que habría que saber si tienen como objetivo una genérica "Asia" o se dividen por países, es decir, de "chinos", "japoneses", "vietnamitas", "coreanos"... países que, según las circunstancias históricas han sido objetivo directo.



El chiste busca la complicidad del público, al que se induce a ocupar una posición como receptor. La risa confirma que el punto se ha ocupado. Hay chistes racistas, machistas, clasistas... Buscan precisamente reforzar el punto de vista creando un marco de aceptación por parte del receptor.

Hace muchos años que explicaba a mis alumnos lo que implicaba reírse con un chiste machista o racista. Es una forma de aceptación en la que el humor, que suele esconder crueldad y violencia contra alguien, busca que ocupes ese espacio de complicidad. Los chistes sobre asiáticos no han sido inocentes antes ni después, como los machistas o racistas, ya sean antisemitas o de cualquier otra diferencia.

El chiste necesita una tradición, una tendencia previa, más o menos manifiesta, que el que lo cuenta o escribe busca explorar confirmando su existencia. Esa tendencia es percibida como "normalidad" por quien lo acepta y eso hace que el chiste sea aceptado, pues casi siempre vuelca la violencia del estereotipo degradante sobre aquellos que tiene como objetivo.

Elegir una comunidad de ataque es importante para el funcionamiento. Su elección forma parte de una corriente de antipatía que se encuentra fomentada por motivos diversos.



La conexión entre los ataques de Donald Trump a China y el mantenimiento de la campaña por parte los medios norteamericano tiene mucho que ver con la reacción de Jay Leno que me imagino no desea ser confundido con un "trumpista" por sus chistes sobre "asiáticos".

Es también interesante el uso del término "asian americans" ya que se evita precisamente mostrar el lado "chino" de la cuestión. En realidad, creo que los chistes han tenido "pasaporte" específico. Lo tuvieron cuando la parte negativa era Japón. No fue durante la II Guerra Mundial, sino cuando Japón despegó económica y tecnológicamente y se convirtió en potencia mundial. Es entonces cuando se recrudecieron las ridiculizaciones de Japón a través de chistes y caricaturas, a través del retrato negativo en los medios. Hollywood ha sido especialmente intenso en esto, ya que es el mayor público masivo. Hollywood ha sido el mayor difusor de estereotipos y prejuicios raciales de la historia, en gran medida por su enorme potencial cultural, exportado a todo el mundo. Los ha aplicado a todos los países en los que se ha fijado. Siempre había la forma de definir la superioridad norteamericana, definida como "normalidad" y "rareza", "atraso" o exotismo de los otros, raramente descritos con justicia o simple realismo.

En estos momentos, Estados Unidos se encuentra con una fuerte reacción porque los ataques a China se han "simplificado" en la calle atacando físicamente a cualquier persona de rasgos orientales, convertidos en "chinos" aunque no hubieran pisado el país desde varias generaciones o, sencillamente, porque eran japoneses, coreanos o de cualquier otro país. Estas eran sutilezas que el racista no considera que les sean de interés.

La reacción inicial de diversas comunidades asiáticas consistió en tratar de convencer a los otros de que ellos "no eran chinos", pero ante la imposibilidad llegó la solidaridad de algunos que descubrieron que hoy les tocaba a los "chinos" y mañana les tocaría a ellos por cualquier capricho racista. Se extendió así una cierta solidaridad "continental", por decirlo así aunque con muchos matices. Con todo, aquí comentamos un artículo de una mujer coreana que rechazaba inicialmente ser tratada como "china" hasta que se dio cuenta del fondo del problema: el racismo puro, que se manifiesta con variables según los casos. Todas las formas de racismo son manifestaciones del sentido racista profundo que se dirige hacia unos focos según el momento. El racismo no es una cuestión del otro, es una cuestión de la mente que se considera superior y ve a los otros como inferiores. El racismo es un sentimiento de superioridad y desprecio que se puede aplicar a muchos según convenga.



Salir de él es un ejercicio que no todos están dispuestos a realizar porque es también una forma de manipulación al intensificar la pertenencia al grupo. Es una forma que hoy, en un mundo global y competitivo, puede ser muy rentable y lo es para muchos grupos que se basan en este sentimiento primario. Se puede disfrazar de forma más "política" o incluso "religiosa". Trump los movilizó todos para crear esa fuerte dependencia interna y satisfacer los impulsos de sus seguidores. Hitler hizo lo mismo azuzando el odio contra los judíos y le fue rentable.

El problema es si la división constante entre un "nosotros" y un "ellos" (ahora le ha tocado a Asia, en especial a China, ser "ellos") no está creando un cada vez más preocupante clima, no solo llevando al extremo la situación internacional en determinadas zonas, sino fomentando los propios "populismos" internos una de cuyas bazas es el nacionalismo junto con su compañera, la xenofobia. Por decirlo de una forma clara: estamos jugando con fuego.



Las disculpas de Jay Leno tienen un sentido hoy, en pleno conflicto, donde hay que ser responsable de cada palabra dicha en un medio porque estas tienen conscuencias reales. En The New York Times se señala:

 

Jay Leno, the longtime “Tonight Show” host, apologized for a history of making anti-Asian jokes, saying that at the time he “genuinely thought them to be harmless” but now hopes for forgiveness from Asian-Americans.

The comedian said in a joint statement with the Media Action Network for Asian Americans, a watchdog group that tracks anti-Asian comments and incidents in the media and entertainment industries, that he had an attitude at the time that “some group is always complaining about something, so don’t worry about it.” Whenever the show received a complaint, he said, the response was divided into two camps: “We need to deal with this” or “screw ’em if they can’t take a joke.”

“Too many times I sided with the latter even when in my heart I knew it was wrong,” Mr. Leno said. “That is why I am issuing this apology. I do not consider this particular case to be another example of cancel culture but a legitimate wrong that was done on my part.”

It was a recent realization. In 2019, Mr. Leno, who hosted “The Tonight Show” from 1992 to 2014, made an offensive anti-Asian joke while filming a commercial for “America’s Got Talent,” the actor and producer Gabrielle Union told Variety.

MANAA, the watchdog group, had complained for decades about Mr. Leno’s jokes that relied on stereotypes of Asians, to no avail. Rob Chan, the president of the group, said in the statement that he was “happy that Jay came around, and that we will be working together in the future.”*

 


Jay Leno sabía lo que hacía, no tengo muchas dudas sobre ello. Lo que no podía prever eran los resultados en un momento determinado, es decir, en medio de una enorme guerra comercial contra China reforzada por la fatalidad al coincidir con una pandemia que Trump llamó "virus chino" o haciendo un mal chiste "Kung Flu". Puede que el chiste fura malo, pero cumplía su función doble hacer sentir odio hacia China y justificar medidas, aplaudidas por sus seguidores y algunos más.

El problema de Biden ahora es que no es su estilo hacer los chistes de Trump, pero sí comparten los objetivos de cerco a China, como se está viendo a diario. Todo está conectado. Le será difícil frenar lo que Trump empezó y no ser acusado de usar las mismas técnicas. Trump necesitaba los chistes para sus "actuaciones" en directo, sus mítines, y para sus tuits. El chiste es un formato ideal para estos medios. Joe Biden no puede hacer lo mismo.



¿Es sincero Jay Leno? No lo sé. Tampoco tiene ya mucha importancia. Los estereotipos no se los lleva el tiempo, permanecen. Las disculpas, en cambio, por muy sinceras que sean, son pronto borradas por los viejos chistes que vuelven una y otra vez en forma de "memes" a través de las redes.

Estados Unidos descubre ahora que los ataques a China los acaban pagando sus ciudadanos de origen asiático con golpes, escupitajos, empujones en sus calles. ¿Cómo mantener los ataques contra China sin que esto ocurra? Esa es la pregunta del millón.

Los chistes y demás representaciones sociales negativas acaban siendo el abono del campo racista y este crece llegando a un punto incontrolado. Lo hemos visto con Trump y el aumento del racismo con presencia de supremacistas, KKK y demás grupos de este corte.

Vender que todos tus males económicos provienen de China tiene sus consecuencias. Trump pensaba que los que asaltaron el Capitolio eran "buenos y pacíficos ciudadanos norteamericanos, respetuosos de la ley". Sabemos que eso es el principio. Golpear, quemar, burlarse, etc. pasan a ser actos patrióticos.



Esto funciona en todas partes, aquí y allí; los chistes los acaban pagando otros. No sé hasta qué punto Leno llegará a sus compañeros de los medios, a los que han contribuido a difundir los chistes que le escribían porque "funcionaban". Pero es algo que sí deberían plantearse los profesionales de todo el mundo, si contribuyen a hacer un mundo mejor o si, por el contrario, lo siembran con este tipo de elementos fáciles y rentables, pero profundamente peligrosos.

Leno dice que, en su interior, sabía que estaban mal. Lo malo es que las cámaras, por ahora, no entran en el "interior" de las personas. Se limitan a recoger su voces, gestos, historias y chistes. En cualquier caso, es mejor que se arrepienta si así se siente mejor. Puede que alguien le siga. ¿Quién sabe? Solo por eso, valdría la pena.

 


"Jay Leno Apologizes for Years of Anti-Asian Jokes" The New York Times 25/03/2021 https://www.nytimes.com/2021/03/25/arts/television/jay-leno-apology.html

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