viernes, 9 de octubre de 2020

Trumpistas peligrosos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)


La retórica discursiva trumpiana es violenta y genera violencia. Cada una de sus palabras, acciones o simples miradas buscan la incitación hacia alguna forma de violencia que se concreta en un objetivo: Trump necesita enemigos. Ante la carencia de un discurso ordenado, coherente, en el que se desarrollen ideas, la retórica de Trump elige un objetivo —una persona, un partido, una institución, un país...— y lo convierte en el centro de sus ataques y burlas.

Los discursos atacantes de Trump no necesitan de lógica o explicación. Son un bombardeo masivo de acusaciones sin justificación alguna; es como un martillo golpeando el mismo clavo una y otra vez hasta hundirlo. Con esta fórmula elemental y salvaje, Trump oculta sus limitaciones intelectuales y discursivas. Interactúa con su auditorio que va predispuesto al programa que le espera, la contemplación en directo del desmembramiento verbal de todos sus enemigos y fantasmas. Nadie espera de Trump otra cosa. Ha escarbado en las heridas norteamericanas, en sus frustraciones, en sus prejuicios y miedo, y los exprime hasta sacar lo peor: el racismo, la misoginia, la xenofobia. Se acabaron los Estados Unidos generosos, humanitarios, democráticos. "¡America First!" es un grito que va más allá de dar prioridad a los asuntos propios. La ambigüedad del grito se refleja también como un sueño imperialista de dominio que es connatural al pensamiento de Trump: ¿de qué sirve el poder si no lo ejerces, si los demás no lo sienten y te temen? De esta forma alienta los sueños de los perjudicados, de los que consideran que su decadencia se produce por las malas presidencias, las de los que no han puesto al mundo en su sitio. Ahora Trump lo hará y todos los que traten de evitarlo serán considerados enemigos o traidores, ya sean del exterior o de la propia castigada nación mesiánica, la que iba a superar los "vicios" del Viejo Mundo, la "tierra de la libertad y los valientes", la patria que Dios inspiró para los espíritus libres.

Trump ha conseguido algo difícil: hacer una retórica anti poder desde el poder. En su estrategia, todo lo que se encuentra entre el "pueblo" y "él" es un obstáculo. Eso le permite emparentarse paradójicamente con Mao, quien organizó su propia "revolución cultural" desde el poder para deshacerse de los que le movían la silla. No se ha explorado mucho este paralelismo, pero podría dar algunas sorpresas.

El problema de alentar esta desaparición del estado apelando a un engañoso individualismo de pioneros es que puede volver incontrolable, llenarse de "justicieros" que cogen un arma y se baja a El Paso a cazar mejicanos como una tarea patriótica o a tirotear manifestantes que protestan contra la violencia policial. La revolución maoísta también tuvo sus problemas para controla a sus "guardias rojos", los que se convirtieron pronto en una fuerza violenta que se deshacía de obstáculos en nombre de la ortodoxia.

En otra escala, en los Estados Unidos de Trump (no confundir con los Estados Unidos), están empezando a manifestarse peligrosas tendencias de violencia de milicias, algo que también conecta con esa tradición de autodefensa norteamericana que recoge su constitución. Las armas las permite la Constitución y los objetivos los marcan los discursos de Trump, que apuntan a esos enemigos antes mencionados.

Uno de esos puntos en los que nos hemos fijado en varias ocasiones es Michigan, un estado demócrata y progresista, regido por la gobernadora Gretchen Whitmer, a la que Trump se refiere habitualmente como "esa mujer de Michigan". Allí se vio cómo el grito de Trump "¡liberad los estados!" recibía más atención que en otros. Las milicias armadas rodearon, en movimiento de intimidación, la sede del gobierno e intentaron entrar con sus armas. Allí pudimos ver los enfrentamientos de los sanitarios con sus trajes de faena y sus mascarillas con los milicianos vociferantes con sus armas en la mano. Sí, Michigan era un estado caldeado. Lo era especialmente en la época en que se hablaba de Whitmer como una posible acompañante de Joe Biden en la carrera presidencial, para el puesto que finalmente ha sido para Kamala Harris.

La prensa norteamericana y la española de hoy dan cuenta de un intento de secuestro de la gobernadora Whitmer que ha sido desbaratado por el FBI. En La Vanguardia podemos leer sobre este intento fallido: 

En verano empezaron a entrenarse para atacar la casa de verano de la gobernadora en el lago Michigan. Los planes se aplazaron a octubre. Pretendían abducirla y llevarla a un lugar secreto mientras se hacían con el control de los mandos del estado, según la denuncia, que afirma que querían “instigar una guerra civil”. Agentes estatales y del FBI registraron ayer varias viviendas dentro y fuera de Michigan y procedieron a realizar 13 detenciones.

De acuerdo con los investigadores, pertenecían al movimiento de extrema derecha Boogaloo, una corriente de aceleracionistas que busca provocar una segunda guerra civil en el país (a sus miembros se les reconoce porque usan camisas hawaianas). “Este intento de conseguir un alzamiento nacional es algo que debería preocuparnos a todos porque no es solo un problema de Michigan, es un problema de todo Estados Unidos”, declaró anoche la fiscal general en la radio pública NPR. Los detenidos, explicó, pertenecían a Wolverine Watchmen pero “hay múltiples grupos de supremacismo blanco y milicias que actúan de forma concertada”, dijo Nessel.

Whitmer, que agradeció a los agentes “que arriesgaron su vida para defender” la de su familia, no pasó por alto la responsabilidad del presidente Trump en la revuelta social contra restricciones contra la Covid-19. “Nuestro jefe de Estado se ha pasado los últimos 7 meses negando la ciencia, ignorando a los expertos en salud, fomentando desconfianza e ira y animando a los que propagan miedo”, criticó la gobernadora, recordando que la semana pasada Trump declinó la oportunidad de condenar el supremacismo blanco. “Los grupos de odio entendieron las palabras del presidente no como un rechazo sino como una llamada a la acción”* 

Son los resultados de las acciones irresponsables de Trump. Pero quizá nos estamos equivocando al pensar que estas solo obedecen a su ignorancia. Quizá se la ha dado a Trump un estatus demasiado bajo y se consideran sus acciones como falta de pericia, errores, ignorancia, etc. Puede que en otro caso, se considerara una mayor responsabilidad de no ser el presidente de los Estados Unidos. Me gusta recordar los escrúpulos de conciencia que mostraba un columnista de The New York Times al llegar a la Casa Blanca que "temía" no ser capaz de "respetar" el cargo. Como hemos comentado muchas veces, pronto Donald Trump demostró que era él quien no respetaba la presidencia de los Estados Unidos. El tono de las columnas, de los programas de noticias, de los shows televisivos, de las series de animación, etc. demuestra claramente que hoy pocos son capaces de respetar una presidencia con Trump dentro. Y no es solo porque no les guste Trump, que era lo que se temía el columnista, sino porque es él quien la ha pisoteado, vilipendiado con sus acciones y palabras, indignas de un presidente.

El episodio de Michigan no debe considerarse una anécdota. Forma parte de la situación que Trump está creando. Es una consecuencia de considerar "anti americanos", "traidores", "agentes exteriores", etc. a todos aquellos a los que dirige sus discursos de odio. ¡Quién se podía plantear al inicio que Google, Facebook o Twitter acabarían teniendo que eliminar mensajes de odio, noticias falsas, etc. del presidente de los Estados Unidos! Sin embargo, ha ocurrido.


En una entrevista con la periodista Erin Burnett, en la CNN, la gobernadora Gretchen Whitmer, al referirse a su intento de secuestro y los planes que tenían los criminales, ha señalado: "I think that tells you everything that's at stake in this election," she said. "It tells you everything you need to know about the character of the two people on this ballot that we have to choose from in a few weeks."**

Efectivamente, lo dice todo entre las personas en las que hay que votar. La Fox News recoge los testimonios de relevantes republicanos, de republicanos de toda la vida, que manifiestan su apoyo a Joe Biden para la presidencia.

Marc Racicot, a former governor of Montana as well as an ex-chairman of the Republican National Committee, endorsed Democratic nominee Joe Biden for president in an interview this week.

“Even as a Republican, I will not be supporting Donald Trump for president, and I will not be voting for him,” Racicot, 72, told Home Ground Radio host Brian Kahn. “That means that I’ll be voting for Joe Biden for president.”***

Los casos de alejamiento del presidente se van sucediendo más allá del movimiento republicano "Never Trump!". Es difícil no darse cuenta que la política de Trump es la voladura del partido republicano, al que ha llevado a ese especie de muerte ritual de secta de fanáticos milenaristas, un suicidio colectivo dirigiendo miradas y cantos al líder que les mira con complacencia.

Trump es la encarnación  de los males de la política, el terrible demagogo que temían los constitucionalistas, el que podría aprovechar el sistema para destruir el sistema. Es la negación de la razón ante la fuerza, de la mentira ante la verdad, de los hechos ante el deseo. Los responsables de hacerle llegar tan lejos puede que estén algo asustados porque Trump ha demostrado con creces que realmente cree ser el cumplimiento de un destino, un regalo cósmico a la sociedad. Pasado cierto nivel, Trump es incontrolable e imprevisible; sus palabras pueden llevar a lanzarse a la calles armados, como ya ha ocurrido; sus gestos pueden desencadenar catástrofes mundiales rompiendo las defensas, alianzas y acuerdos internacionales. Puede desestabilizar zonas enteras del planeta, como Oriente Medio, o hacer caer las monedas, como hizo con Turquía. Es demasiado poder en manos de alguien con una personalidad narcisista e ignorante de la Historia y la Geografía, alguien incapaz de empatizar con nadie, sin más principio que el valor del dinero. Cada día se siente más poderoso, que en su caso quiere decir no tener en cuenta más que su opinión y considerar las cosas más descabelladas o peligrosas como normales, como ha ocurrido con la lejía y el coronavirus.

Por ahora se han podido desmantelar las fuerzas que desencadena, como ha sucedido en Michigan. Pero no sabemos cuántas milicias queriendo volver a una guerra civil hay, ni cuántos locos andan sueltos por los Estados Unidos. Probablemente muchos más de los que se pueden vigilar.  Los "aceleracionistas" creen en la inevitabilidad de la Historia, pero ellos pueden contribuir regulando el tiempo, acelerándolo con hechos drásticos para que el fin llegue pronto. Trump los alienta sembrando las dudas sobre los fraudes electorales de los que acusa a los demócratas. Trump es "el inevitable", el fruto final de una Historia malintencionada. Es el fuego que amenaza a los ríos de gasolina que recorren la geografía norteamericana. Tendrán que vigilar con cuidado.

* "El FBI aborta un plan para secuestrar a la gobernadora de Michigan y tomar el poder" La Vanguardia 9/10/2020 https://www.lavanguardia.com/internacional/20201008/483941802405/fbi-evita-secuestro-gobernadora-michigan.html

** "Whitmer rips Trump campaign for attacking her after alleged kidnapping plot revealed" CNN 9/10/2020 https://edition.cnn.com/2020/10/08/politics/gretchen-whitmer-kidnapping-plot-cnntv/index.html

*** "Former RNC chairman endorses Joe Biden for president" Fox News 30/09/2020 https://www.foxnews.com/politics/former-rnc-chairman-endorses-joe-biden-for-president

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