miércoles, 29 de julio de 2020

Yo también quiero un corredor seguro

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La oferta de algo llamado "un corredor seguro" por parte del gobierno español al británico para que permite la llegada de los turistas a los archipiélagos canario y balear siembra muchas dudas sobre lo que realmente eso suponga, la forma de crearlo, las responsabilidad que implicaría en su caso y, finalmente, lo que ha creado, un agravio comparativo. Ahora, Andalucía y Valencia reclaman su derecho a un corredor igual que el de las islas, ¿por qué no?
¿Qué es "un corredor seguro"? En estos tiempos de juego con las palabras, es una herramienta que nos hace sentir mejor, sencillamente. El problema no es el corredor, sino lo que ocurra más allá. ¿Estarán los turistas aislados de la población apestada? ¿No tenemos los demás derecho a que se nos aseguren nuestros corredores, aquellos que debemos recorrer para ir trabajar o para nuestras propias vacaciones? ¿Quién los los garantiza?
A primeros de junio se nos daba una noticia esperanzadora, la creación a título experimental de un "corredor seguro" entre Baleares y Alemania. El diario de Economía 5 Días nos daba así los detalles: 


Baleares será la primera comunidad autónoma de España que establecerá un corredor turístico seguro con Alemania y que por lo tanto esquivará la cuarentena impuesta por el Ejecutivo para poder acceder a cualquier destino turístico hasta el 1 de julio. La presidenta balear Francina Armengol ha presentado esta mañana este proyecto piloto, que cuenta con la autorización del Ministerio de Sanidad, que permitirá que 10.900 viajeros alemanes (también están incluidos propietarios de segunda residencia) inicien sus vacaciones en esa región desde el 15 al 29 de junio con una estancia mínima de cinco días. "Es un proyecto muy importante porque nos posiciona como un destino seguro. Somos el primer destino de España que se abre al turismo mundial. Es un plan piloto muy trabajado y pactado con el sector público y privado", ha recalcado. Esos 10.900 viajeros suponen tan solo el 0,91% del turismo extranjero recibido en la segunda quincena de junio de 2019, tal y como precisó el consejero de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela.
Las plazas de hotel y avión se comercializarán a través de tres turoperadores (TUI, DER Touristik y Schauinsland-Reisen) y distintas aerolíneas y no hay establecido, tal y como ha avanzado Armengol, ningún cupo específico para las islas. Negueruela avanzó que ya se han contratado las 1.000 primeras plazas y que los vuelos están previstos para el día 15 y 17 de junio con destino Mallorca.Una de las principales novedades del corredor es que los turistas alemanes (podrán venir de cualquier región sin excepciones) no estarán obligados a hacerse un test en origen para certificar que no están contagiados. "El objetivo de Baleares es poder abrir de forma segura y nos hemos centrado en Alemania porque es nuestro gran mercado emisor con condiciones epidemiológicas similares. Los casos de Covid en Alemania son de 6 por cada 100.000 habitantes y en Baleares 5 por cada 100.000 habitantes, mientras que la tasa de contagio es de 0,12% en Alemania y de 0,09% en Baleares. De ese modo cumplimos los criterios marcados por la UE para los corredores seguros", ha recalcado Armengol.*



Las imágenes de los turistas recibiendo aplausos desde el aeropuerto hasta la llegada a los hoteles se usaron para confirmar que no había peligro, que todo desde que se pisaba España hasta la salida estaría vigilado para la tranquilidad de los que llegaban. Ese experimento con casi 11.000 turistas se las prometía muy felices, un ejemplo de cómo se debía actuar para vencer al coronavirus y salvar el verano del sector. 
El 23  de junio, Hostelur, una publicación especializada del sector, titulaba "Alemania elogia las medidas de protección de España para los turistas" y citaba a las autoridades alemanas manifestando su satisfacción por el buen trabajo realizado para garantizar la seguridad de sus ciudadanos. El 17 de julio, la misma publicación titulaba "Alemania amenaza con restricciones a sus turistas si actúan como en España" y señalaba:

El ministro de Asuntos Exteriores alemán, Heiko Maas, ha advertido este jueves de que podrían ser necesarias nuevas restricciones ante eventuales nuevos contagios de la COVID-19, si los turistas alemanes en el extranjero no se comportan con responsabilidad, tal y como ocurrió el fin de semana pasado en Mallorca, donde fueron fotografiados participando en una fiesta multitudinaria y sin medidas de seguridad. Precisamente, este turismo incívico y sus posibles efectos en la pandemia llevó al Govern balear a ordenar el cierre de todos los establecimientos de comercio, ocio y restauración de dos calles de la Playa de Palma (las conocidas como "de la Cerveza" y "del Jamón") y de Punta Ballena, en Magaluf, ambas en Mallorca.**

¿Corredor seguro para turistas poco seguros? Hablamos mucho de la irresponsabilidad de los "jóvenes", pero nos limitamos en hablar del turismo irresponsable para evitar enfadar a nuestro sector turístico. La culpa, decían ya algunos, la tienen los medios, que muestra imágenes de los excesos en las fiestas playeras. Los excesos turísticos son fruto de lo que ha servido de incentivo para pasarse esas semanas en muchos lugares de España. Confinamiento en tu país, desmadre fuera, ¡son vacaciones! Ha tenido que ser el ministro de Asuntos Exteriores alemán el que denunciara a sus propios ciudadanos por una conducta poco saludable por no decir irresponsable. ¿En qué quedó el "corredor seguro?

Ayer mencionábamos que el tono enfadado del doctor Fernando Simón, señalando que desde el punto de vista epidemiológico era mejor que los belgas y británicos se quedaran en su casa, traería cola. Y así ha sido.
En La Vanguardia leemos:

Mientras, en España, el sector turístico se muestra indignado por la gestión del Ejecutivo. El empresariado está especialmente molesto por las declaraciones de Fernando Simón, el responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, que el lunes afirmó que “desde el punto de vista sanitario, es mejor que los belgas y británicos no vengan a España”.
La Mesa del Turismo, un grupo histórico compuesto por distintos agentes económicos, exigió ayer su “dimisión inmediata” por “celebrar la ruina de un sector que supone más del 12,5% del PIB y el 13% del empleo del país”. El ministro de Sanidad, Salvador Illa, salió en defensa de Simón asegurando que hablaba “como epidemiólogo” y que los turistas “no corren ningún riesgo” en España.
Además, el lobby Exceltur exigió al Gobierno “una mayor anticipación diplomática” para evitar decisiones como las del Reino Unido, que representa el primer país emisor de turistas, con 18 millones en el 2019. En declaraciones a Efe el presidente Gabriel Escarrer dijo: “A España le ha faltado actividad diplomática de alto nivel”.**



Vayamos a lo inverso: ¿corremos riesgos los españoles por la llegada de turistas? Creo que es el punto de vista que ha tratado de reflejar el doctor Simón. La respuesta es indudablemente sí. Creo que seguimos sin querer entender o no logran comprender qué significa "pandemia". Lo malo no es que sean "turistas", algo que al coronavirus le trae sin cuidado. La única forma de evitar que el virus se extienda por el mundo es reducir la movilidad, luego donde estemos, aumentar la distancia social, mascarillas e higiene. Cuanto más movimiento haya, más probabilidades de contagio, independientemente de la nacionalidad o la actividad, que no son determinantes en sí, sino por las circunstancias que requieran en los términos expresados.
En Cataluña acaban de sancionar al obispado por organizar una misa funeral en recuerdo de los muertos por la pandemia. ¿Hay una causa mejor intencionada que una misa por los fallecidos? Da igual la causa. Es una reunión (misa) en un local cerrado (templo) con más de diez personas (fieles asistentes). Todo depende de cómo lo interpretemos. Se mantenían las distancias, pero da igual. ¿Que hay una guerra abierta con la iglesia catalana? Vale. Pero el caso muestra que no es la actividad en sí, sino el incumplimiento de las normas de seguridad.


Lo importante de los turistas es: a) ¿vienen de un país con tasas mayores o menores?; b) ¿han sido testados antes de venir?; c) ¿cumplirán las normas del resto? y d) ¿qué actividades pueden realizar? No se trata solo de proteger y dar garantías a los turistas. También se trata de proteger a la población de los que llegan de fuera asegurando el aislamiento. En este mundo al revés, debería ser España la que exigiera la cuarentena para entrar. Sin embargo, eso significaría que el lobby turístico mencionado por La Vanguardia mandaría a la hoguera a quien lo hiciera.
La cuarentena es una forma de garantía, una asegurarse que después de un tiempo no se desarrolla la enfermedad. En China, a los propios ciudadanos que llegan desde el exterior los meten en habitaciones de hoteles durante quince días, hasta asegurarse de que están sanos y puedan volver a sus pueblos. De allí no salen ni al pasillo. Les cobran después la factura del hotel, comida y gastos derivados. No sé si esta ocupación hotelera puede ser considerada como "turismo ocupacional". Claro, es China, dirán algunos.


Recordemos que nuestros dos primeros casos se produjeron con dos turistas, precisamente uno en Baleares y otro en Canarias. No deja de ser una paradoja un poco humillante que nuestros gobernantes nos quieran sanos para disfrute de los turistas extranjeros. Los virus no entienden de fronteras o nacionalidades, desde luego, pero los gobiernos sí. Al igual que el sagaz Boris Johnson se ha querido marcar un detalle populista empezando a pensar en los suyos, deberíamos pensar más en nuestra parcela.
De fondo siempre lo mismo: los intereses de unos y otros, aunque sean los de muchos, frente a la salud. ¿Por qué confiar en "corredores seguros" cuando estamos incumpliendo nuestros propios protocolos cada día, cuando estamos ignorando lo que sabemos con certeza? Si se está mostrando que es en el ocio y las reuniones familiares donde está el mayor peligro, ¿por qué insistimos en plantearnos lo mismo traído de fuera?



Como ya es habitual, España sigue viviendo su paradoja de país dependiente de otros para mantenerse a flote. Eso nos hace especialmente débiles hoy y mucho más mañana si no lo remediamos. Y la única forma es transformarnos, cambiar este modelo que depende de los demás directamente y apostar por tener el control en nuestras manos. Pero la resistencia de ese sector combinado de ocio, turismo, restauración, etc. que se ha ido formando en estas décadas, ¡tan cómodo para Europa! crea una resistencia poderosa.
Esto no se puede cambiar en dos días y, como cualquier reconversión, será traumático. Pero es la apuesta por una mayor independencia, tener nuestro destino en manos propias y no en las del Boris Johnson o el belga de turno.


España se ha convertido en un país acomodaticio, que ha enquistado sus problemas convirtiéndolos en crónicos, como el desempleo y la precariedad, en gran parte producidos por nuestro modelo, una versión moderna de la antigua España de pandereta. Importamos turistas y exportamos médicos, ingenieros, científicos y otros grupos con buena formación que son bien apreciados fuera, mucho mejor que aquí. Cada vez que se nos cierra una fábrica volvemos al pasado. Las decisiones sobre nuestro futuro se toman fuera ante la impotencia gritona de los gobiernos españoles. ¿Dónde están las alternativas? ¿Dónde de las inversiones, los planes? 
Nuestras atomizadas empresas, nuestro autoempleados carecen de fuerza, solo subsisten. Hemos ido enterrando sectores, uno tras otro. Los cierres derivados de la pandemia muestran lo dependientes que somos de terceros. Vienen atraídos por facilidades, pero su compromiso local es nulo, como vemos cada día, y huyen a países más baratos y dóciles, que se disputan a la baja sus llegadas. La cerveza me está esperando en la barra del bar, dice una bien intencionada campaña publicitaria en estos días. Tomarla en casa empieza a ser incívico.


Ahora ofrecemos "corredores seguros" mientras crece nuestra inseguridad por el aumento de los casos, cuya procedencia es el mundo del ocio, que se resiste a tomar en serio las medidas, tanto por parte de los que ofrecen como por parte de los demandantes de entretenimiento, del botellón playero a la discoteca. ¿Cómo enderezar a los irresponsables? ¿Cómo convencer a los que no quieren que las mascarillas les estropeen el maquillaje, el peinado, un bonito blanqueado de dientes o lo que sea? ¿Cómo vivir sin los colegas? ¿No te pone el riesgo?
Entiendo lo que trata de hacer el ejecutivo, pero hay que poner el problema sobre la mesa de una vez, nuestro modelo, dar el salto a ser un país moderno, productivo, industrializado, culto... ¡inteligente! Quiero competir con el norte y no con el sur del sur; quiero competir, no servirle
Quiero un "corredor seguro" para nuestro futuro.


* Carlos Molina "Así será el corredor turístico que unirá Alemania y Baleares en la última quincena de junio" 5 Días 9/06/2020 https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/06/09/companias/1591702611_888212.html
** "Alemania amenaza con restricciones a sus turistas si actúan como en España" Hosteltur 17/07/2020 https://www.hosteltur.com/138085_alemania-amenaza-con-restricciones-a-sus-turistas-si-actuan-como-en-espana.html
*** "Los vetos de Alemania y Holanda agravan la parálisis turística" La Vanguardia 29/07/2020 https://www.lavanguardia.com/economia/20200729/482574826473/alemania-paises-bajos-turistas-restricciones-catalunya.html




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