jueves, 8 de agosto de 2019

Matrimonios bajo presión

Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La noticia en el diario Albawaba es escueta: un joven egipcio de 22 años se suicida por las presiones familiares para que se casara.* Había terminado su carrera de ingeniería y quería centrarse en ella. La presión familiar era brutal sobre este joven, hijo único, que quería seguir su vida profesional.
No es fácil hacerse una idea de la presión que puede suponer esto para unas personas a las que se les dice desde el principio que la familia lo es todo y que no son más que piezas de intercambio, que no hace falta que se preocupen, que ya se encargarán ellos de irles presentando candidatas.
Estamos más acostumbrados a ver este tipo de casos en mujeres, pero la presión matrimonial no es solo una cuestión de género. También existe el matrimonio forzado en el caso de los hombres.
Conozco jóvenes que se han encontrado en su casa "candidatos", que les eran llevados por las familias para ver si se animaban. Con cada candidato, la presión aumenta. Sé de casos en los que han tenido que ver a varios candidatos en un solo día, pese a su negativa. Negarse sirve de muy poco, pues las familias están mentalizadas a que acabarán venciendo la resistencia por una vía u otra.
La presión es mayor sobre las mujeres, cuyo destino es casarse. Pero, como hemos visto, lo es también sobre los hombres, especialmente si son hijos únicos. Pero al contemplar la el matrimonio como una forma de conexión social, la elección de las candidatas es importante ya que determina la posición familiar futura.


Cuando se analizan las escandalosas cifras de divorcio en Egipto, se obvian todo este tipo de circunstancias, ya que se ven no solo como "normalidad" sino como normalidad "positiva". La teoría hace ver que los que mejor pueden realizar la elección de esposos son los familiares. Son ellos los que analizan los pros y contras de cada caso; ellos son los que tienen experiencia Dejarlo en manos de los jóvenes es un peligro, ya que conduce a elecciones "equivocadas" realizadas desde posturas equivocadas, es decir, sentimentales.
La noticia del suicidio del joven da cuenta de la enorme presión, pero también de cierta excepcionalidad. El varón está acostumbrado a esa pasividad, se le buscarán parientes, primas, amigas de los familiares, etc. y se les irá mentalizando que es su destino casarse con ellas. El varón juega con la baza de las esposas múltiples y con la facilidad del divorcio. En cualquier momento de su vida, da igual la edad que tenga —como en el caso de la joven saudí escapada—, puede ser aceptada o buscada por un hombre con edad de ser su padre. Recordemos los 25 años de diferencia establecidos en Egipto, pasado los cuales había que dejar una fianza para los matrimonios.
El suicidio es una muestra de su agonía en la resistencia, pero también de la brutal presión familiar. Nadie se puede imaginar hasta los extremos a que se puede llegar en este sentido. Como hijo único ha estado recibiendo esa presión antes de que pudiera defenderse de ella. Es una cuestión casi ambiental; no es exagerar señalar que desde el momento de su nacimiento empezó a orientarse en el sentido de que casarse era esencial. En muchos casos será criado con una dependencia de las mujeres, mostrándosele que es un "príncipe" que será cuidado por las mujeres para evitar la tentación de querer vivir solo, la peor circunstancia, ya que la descendencia y la continuidad de la familia es el objetivo esencial. La idea de que una línea de varones de la familia se pierda es intolerable. Una vez llegado el hijo, las circunstancias pueden cambiar mucho.
Se supone que la modernización debería haber acabado con estas prácticas que condenan a la infelicidad a las personas. Pero la felicidad no está en ningún programa; esta llega en el paraíso cuando se han cumplido todos los deberes de obediencia. Se hace ver que estos son costumbres foráneas, destinadas a destruir la esencia de la familia y la sociedad.


El movimiento de huida de mujeres saudíes, jóvenes que se resisten al matrimonio impuesto está empezando. Otras son esposas que no aguantan más. Todo se centra en el matrimonio y este lo decide la familia. Empiezan a verse como peligrosos momentos como la Universidad, en los que se pierde el control. Recordemos la petición en el parlamento egipcio de los exámenes de virginidad antes de entrar en la universidad. El hecho de que se presentara la propuesta permite ver cómo se teme que se establezcan relaciones alejados de las familias. La familia es el centro de decisión.
Las cifras de divorcios muestran los defectos del sistema, la inestabilidad que provoca. Por eso tratar de adoctrinar sobre los males del divorcio, como se ha propuesto hacer Egipto, sin prevenir los males del matrimonio es simplemente una cuestión cosmética. Por eso la estigmatización de las mujeres divorciadas, su acoso social. La mujer que se ha divorciado no hace una nueva vida. Si tiene hijos del matrimonio, no podrá casarse si tiene la custodia porque le quitarán los hijos si lo hace. El marido puede tener cuantas esposas quiera, que además puede ir sustituyendo según le convenga. El divorcio exprés está en manos del marido; es potestad suya (se ha debatido recientemente) el derecho a tomar segunda esposa sin notificarlo a la primera.
Cuando muchas mujeres tratan de encontrar salidas a su situación angustiosa, las medidas se recrudecen y se invoca su fundamento islámico, como en la poligamia o el matrimonio infantil, con ilustres ejemplos.

"Solo moriré en paz si te casas!

No es una cuestión islámica exclusiva. Muchas otras sociedades siguen manteniendo una fuerte presión familiar para los matrimonios. En China tenemos el fenómeno de las llamadas "mujeres sobrantes", es decir, aquellas que deciden ser independientes y no casarse, un fenómeno creciente conforme ha ido aumentando la capacidad de independencia de las mujeres a través tanto del trabajo como de los estudios. Esto hace aumentar la presión sobre las que no se casas, 
También existen presiones sobre los hombres. Ya la tradición decía que no había peor crimen contra los padres que no tener hijos. El creciente papel de la mujer en la sociedad, sobre todo a través del acceso a los estudios universitarios, da la posibilidad de poder sobrevivir al margen del destino acordado por la familia. No todas lo logran, pero se va avanzando.


Nos dice un informe de Reuters*** que los efectos de la política del hijo único, que ha reducido el número de niñas, ha creado un fenómeno de matrimonios forzados en Myanmar y otros países circundantes. Ante la escasez de mujeres en China, estas se importan para matrimonios acordados. Eso lleva a estas cuestiones de ampliación del "mercado".
Una campaña publicitaria en China trata de evitar la presión sobre las jóvenes y que puedan decidir su futuro. Deben luchar contra la tradición o, si se prefiere, contra la mentalidad tradicional de sus familias, cuyo mundo era muy distinto al que ellas tienen ahora. China ya no funciona así. Padres acuden a un "mercado matrimonial" en Shanghái para publicitar a sus hijos y estudiar posibilidades.La campaña muestra cómo las hijas logran ganar el respeto de sus familias y entender que son ellas quienes deben decidir sobre su futuro.


La vida moderna, con el acceso a más información o la posibilidad de viajar, junto a la esencial de la posibilidad de formación de las mujeres, entra en conflicto con la sociedad más tradicional y controladora.



Lo ocurrido con el joven suicida egipcio no es un caso aislado. Es un caso extremo, pero no aislado. Y mucho más frecuente en las mujeres, con lo que se sigue practicando el matrimonio infantil o muy joven para evitar las resistencias.
El matrimonio forzado en el caso de la joven saudí gay es otro problema que en las sociedades patriarcales presenta los matrimonios como forma de encubrimiento social de lo que consideran un estigma.
La presión sobre las personas para que elijan el futuro que otros desean o el sentido propietario sobre las personas no trae más que infelicidad. El desprecio hacia los sentimientos de las personas es una característica acusada. Siempre son los mismos motivos los que se aducen: son jóvenes, no saben lo que quieren; hay que tomar las decisiones por ellos. Cuando pasa el tiempo, no se sale de esa consideración infantil o inmadura, ya que el estatus familiar solo se consigue cuando se es parte del escalón activo, es decir, del matrimonio.


Las recientes fugas de las muchachas saudíes ha llamado la atención. Despojadas de los niqab habituales, vemos mujeres jóvenes modernas, vivas, con sus propias ilusiones y deseos. La liberación es física y mental.
El joven egipcio no pudo liberarse de la brutal presión. Les llega desde todas partes. Cualquier persona les interrogará sobre por qué no se han casado, hablarán incluso con las familias. No lo considerarán una intromisión, sino una obligación piadosa. Llamarán, preguntarán, ofrecerán alternativas, candidatos o candidatas. Todos conocen a alguien que les iría bien. Luego llegan los divorcios. O peor.
Los conflictos en el interior de las propias familias por estos casos son también frecuentes. Unos apoyan las decisiones de los jóvenes de crear su propia vida; otros no lo toleran y aumentan la presión sobre ellos. No es algo relacionado con un momento o edad. Comienza a hablarse hasta convertirse en algo natural, que ha de llegar. Cuando llega el momento, se cierra sobre la persona, a la que se le presenta el candidato mejor para ellos y para la familia, a la que se debe supeditar. La familia propia se pone de ejemplo de cómo debe funcionar el sistema.


Tampoco es cuestión de estatus económico. Tenemos el caso reciente de la princesa Haya, huida con sus hijos de su septuagenario esposo y que ha invocado ante las autoridades británicas el peligros de un matrimonio forzado para sus hijos. Nos dice la prensa que la Princesa decidió huir después de ver el caso de la huida de la hija mayor, Latifa, perseguida por el padre
Supongo que en los próximos años saldrán más mujeres de Arabia Saudí. Por ello, la presión y la vigilancia aumentarán. De la misma forma que en Egipto ya se está presionando para evitar los divorcios y nos sus causas.
La orden saudí que permite viajar al extranjero sin la autorización de los "guardianes" responsables ha sido celebrada en memes y chistes con grandes grupos de mujeres con maletas, abandonando el país. Solo refleja una forma de llevarlo con sentido del humor, pero la verdad del sufrimiento va por dentro. El joven suicidado lo confirma.



* "Man in Egypt Commits Suicide to Avoid Getting Married" Albawaba 7/08/2019 https://www.albawaba.com/editors-choice/man-egypt-commits-suicide-avoid-getting-married-1301945
** "Why two Saudi sisters have fled their family" BBC. Video. 8/08/2019 https://www.bbc.com/
*** "How China's one-child policy led to forced marriages in Myanmar" Thompson reuters Foundatio 1/11/2018 http://news.trust.org/item/20181101123457-9f4h6/
****  "Las “mujeres sobrantes” en China protagonizan una campaña de P&G" Reason Why 6/04/2016 https://www.reasonwhy.es/actualidad/campanas/las-mujeres-sobrantes-en-china-protagonizan-una-campana-de-pg-2016-04-06




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