Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
No
podíamos dejar a los hipotéticos lectores sin saber cómo ha sido la sanción de
un año a la presentadora egipcia Reham Saeed, la "presentadora
patriótica". Recordemos que estos días volvió a causar gran controversia
cuando insultó a los obesos de Egipto, llamándoles monstruos y (especialmente)
cargas para el Estado, ya que además de comer más hace pagar por sus enfermedades
más frecuentes.
Nos
quedaba saber cuáles han sido los argumentos
dados por el Consejo que la ha sancionado. Ya advertíamos que la presentadora
había lanzado sus diatribas e insultos contra la gente obesa movida por su
fervor patriótico.
Lo
había hecho siguiendo el modelo del presidente, que también se ha dedicado a
decir a los egipcios que están gordos
y que hagan como él, que salgan a montar en bici (sin guardaespaldas).
Los
modales militares de al-Sisi son siempre del "¡hágase!", en este caso
"¡adelgace!" y si no se pierde peso se enfada. Por eso la presentadora
patriótica decidió emular a su jefe y usar el tono insultante y despectivo contra
los obesos.
En
diciembre pasado la cadena australiana ABC News le dedicaba un artículo a lo
dicho por el presidente al-Sisi contra las personas obesas:
President el-Sisi, who often tells Egyptians
they must buckle down and accept hardships to get through hard times, said they
must change their habits to shed the fat.
"The second I walk into any place I look
at things you cannot possibly imagine I would notice; and I ask myself 'what is
this? Who are these people? Why are these people not looking after
themselves?'" Mr el-Sisi said.
He derided Egyptians for not walking enough
and, laughing, turned to his prime minister, seated next to him, and told him
not to put on weight.
Egypt's pro-government media prominently
trumpeted his comments.
Parliament, packed by his supporters, has said
it intends to introduce legislation making physical education part of the core
curriculum at schools.
Similarly, his education minister said students
taking a 10-stop ride on the Cairo metro should get off two stops early and
walk to their destination as a form of exercise.*
No es lo mismo que te lo diga tu dietista a que te lo diga
un general con todo el poder, una corte ministerial dispuesta a hacer como que
lo van a solucionar y una ristra de periodistas y presentadores vociferantes
que te insultan. Adelgazas o te adelgazan. La culpa, como siempre es del
pueblo... y eso le encanta a los presentadores televisivos y a los periodistas
que dicen y escriben discursos convenciendo al pueblo de que la culpa de sus
males las tienen ellos mismos.
Sin embargo, cuando se escucha a los especialistas, las
elevadísimas cifras egipcias (2 de cada tres con sobre peso, 1 de cada tres con
obesidad) se explican desde factores económicos, culturales y sociales. La
falta de ejercicio es una razón, pero los tipos de comidas que cada uno se
puede permitir dicen mucho.
La forma de ejercer el gobierno es vertical. El pueblo solo
existe para recibir regañinas de su presidente, que se enfada mucho cuando no
se le obedece. Pero no se cambian los hábitos alimentarios a golpe de cornetín,
como parecen pretender. Los ministerios tratan de hacer alguna cosilla, pero es
ahí cuando se dan cuenta de la poca capacidad disponible más allá de dar voces.
Cualquier medida requiere recursos y, como decíamos ayer, es muy barato y
vistoso poner carteles en cuatro estaciones de metro de El Cairo y pretender
que se van a modificar los hábitos patriarcales. La foto es lo importante.
En un artículo de The Guardian de 2016, donde daban cuenta
de parte del problema:
A survey by the World Health
Organisation (WHO) covering
2011-12 found that 62.2% of Egyptian adults were overweight, and 31.3% of them
were classed as obese.
“This is more than a health issue,” said Dr
Randa Abou el Naga of the WHO in Egypt, who cites a lack of physical activity
as the main driver of obesity.
“City planning is responsible,” she said.
“There should be proper places for playing sports. Overcrowding in schools also
means no sports classes; 75% of Egyptians aren’t doing any vigorous physical
exercise.”
Naga said the Egyptian government could easily
switch from subsidising sugar and oil to healthier options such as milk. Kiosks
and corner shops throughout the country offer a range of sugary and salty
snacks, a cheap option for children and their parents.**
En el artículo, los especialistas definen a los egipcios
como "adictos al azúcar", lo cual, como sabemos hoy, no es una
metáfora. Los subsidios se han encargado de favorecer los alimentos, como se
señala, con los que se compone una dieta explosiva.
No se discute el problema de la obesidad egipcia, que es una
realidad social, sino las formas y maneras del régimen y de sus
"ilustrados" frente al pueblo y los mecanismos de control sociales,
esa especie de adoctrinamiento en forma arengas hirientes y constantes.
En la cadena australiana citada anteriormente, se reconoce
el problema de la obesidad, pero se critican las formas usadas por al-Sisi:
It was the typical style of President el-Sisi,
who sees even the smallest minutiae as needing his shaping and weighs in on
anything from road building to filmmaking, often while scolding and haranguing
Egyptians to correct their behaviour.
But the President's critics said he was
fat-shaming and taking an elitist approach to a problem whose roots lie to a
large extent in poverty.
They also criticised him for not offering
concrete plans to combat obesity and spread fitness.
Prices for food — particularly fruits and
vegetables — have spiralled because of economic reforms introduced by President
el-Sisi, often making cheaper junk foods more appealing.*
Pero estas cosas no importan. Lo que realmente importa es la
atención y la obediencia. No sabemos lo que le dijo el difunto Sadat cuando se
le apareció a al-Sisi en un sueño, pero se pasó de confianza. Sus palabras son
órdenes; el problema es que muchas no pasan de ahí. Se podría hacer un interesante
volumen con las cosas que se ha dicho que hay que hacer y cómo han quedado,
desde la reforma del islam para modernizarlo a la agencia espacial egipcia, de
la que cada cierto tiempo se habla. Todo es una gigantesca campaña para
intentar vender una modernidad que después se demuestra poco moderna.
Los mecanismos de sanción se han vuelto contra Reham Saeed,
por haber hecho lo mismo que el presidente, pero claro, ella carece de la
autoridad suficiente como para evitar las críticas. Por eso era interesante
saber qué criterios iban a aplicar para explicar su sanción. Egypt Today nos
trae la motivación dada por el Consejo de los Medios ante quien tuvo que responder.
Son los siguientes:
- She confused between obese patients and
owners of fat bodies (overweight people).
- She caused frustration for the patients and the
dissatisfaction of the viewers due to the use of phrases and descriptions that
represent big implicit and explicit insults to the Egyptian woman.
- Her remarks during the investigation session
were inconsistent; she sometimes apologized, while at other times she confirms
she was not mistaken, which means she is unable to distinguish between the
clear media rules and the “cheap” personal opinions, and between advice and
insult.***
No tiene desperdicio ninguna de las tres razones. La primera
no nos deja claro si hay que insultar solo a los que no se considera como
enfermos, es decir, a los obesos. Esto implicaría que a los que tengan sobre
peso si se les puede considerar "viciosos" porque es porque quieren.
No sé, no es fácil meterse en la cabeza de quien haya dado estas razones.
La segunda razón es todavía más confusa, pues distingue
entre pacientes y televidentes, ¿es que no hay personas obesas porque no se
levantan del sillón frente al televisor? Y se mete en el mismo saco la cuestión
de insultar a las mujeres como algo específico, cuando estas también pueden ser
obesas y espectadoras sin que haya incompatibilidad.
El tercer argumento es realmente apasionante y quizá
deberían internarla según lo expuesto. Casi da pena el trato dado a una fiel
legionaria del régimen, que ha cometido el error (eso sí) de regañar a los
egipcios sin la graduación necesaria. La imagen de Reham Saeed queda reducida a
polvo pisoteado, mostrándonos una mujer desequilibrada, incapaz de distinguir
entre el bien y el mal (es decir, entre una orden del presidente y tomar
decisiones propias).
Es especialmente un refuerzo de la autoridad del régimen cuando
dice eso de "she is unable to distinguish between the clear media rules
and the “cheap” personal opinions, and between advice and insult". Hay que
tener mucho cuidado con las reglas claras de los medios porque son las que sirven
para cerrar, encerrar y censurar a muchos, con más, menos o ninguna razón. Lo
de las "opiniones personales baratas" tampoco está mal para un
resolución, ya que en Egipto, la trascendencia está siempre en el Estado.
La cuestión siempre está un poco más allá. ¿Por qué esta reacción tan furibunda contra ella cuando ella ha
hecho de todo y lo ha resuelto de forma menor a base de lágrimas en pantalla o de
llantos en privado?
El tercer motivo es cruel, incluso para una persona que ha
hecho lo que ha hecho. Nos describen escuetamente su patética lucha por demostrar que "tenía
razón" y que "se disculpaba", donde el Consejo ve incongruencia e insultos.
Lo que ella no entiende pueden ser muchas cosas, quizá por qué unos pueden decirlas y otros no; por qué si ella se ha limitado a seguir la línea doctrinal, la sancionan por ello.
Habrá que esperar más claves, aunque quizás algunas las
hayamos dicho ya.
*
"President Abdel Fattah el-Sisi tells Egyptians to lose weight, and TV to
snub those 'overweight'" ABC News (Au) 26/12/2018
https://www.abc.net.au/news/2018-12-26/el-sisi-tells-egypt-to-lose-weight/10668044
**
"Egypt's obesity battle: 'No one cares about calories here'" The
Guardian 7/10/2019 https://www.theguardian.com/world/2016/oct/07/egypt-obesity-battle-calories-overweight
***
"Riham Saeed faces 1-year-ban from broadcasting for 'insulting Egyptian
women'" Egypt Today 28/08/2019
https://www.egypttoday.com/Article/4/74293/Riham-Saeed-faces-1-year-ban-from-broadcasting-for-insulting
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