domingo, 4 de agosto de 2019

Dos matanzas

Joaquín Mª Aguirre (UCM) 
No sé sobre cuántas matanzas made in USA hemos escrito aquí a lo largo de estos años. Probablemente de muchas. Institutos, centros comerciales, conciertos, bares, discotecas... Cualquier escenario es bueno para que un sujeto medio enloquecido comience a sembrar muerte y dolor. Su blancos son aleatorios, si fue maltratado en su clase o empresa; homosexuales, como en Florida, porque su cerrazón mental le hace ver pecado por el mundo, aunque asesine; musulmanes en una mezquita, porque ve en ellos los enemigos de los Estados Unidos; o, como esta vez, hispanos porque invaden el sagrado territorio que Dios le dio a la "raza blanca" en América.
El crimen de Texas  es de odio. Ya lo han calificado como terrorismo doméstico. Tiene un responsable claro: las diatribas contra los hispanos desde la presidencia de Trump. La campaña por el "muro" se basa en la criminalidad hispana, la que llegaba del sur, como razón para actuar. Los efectos son estos. Hay poca duda. No es una cuestión legal; es una cuestión moral.
El racismo existe antes de Trump, pero quien desde su puesto privilegiado ha dirigido todo tipo de ataques considerando que lo que llega desde Rio Grande es un peligro, es Donald Trump, presidente de todos los norteamericanos, le guste o no.
El diario El País explica:

Hay al menos una persona detenida, que ha sido identificada por la policía como el pistolero. Se trata de un varón blanco de 21 años. La policía ha explicado que el asesino había escrito antes de actuar un manifiesto de cuatro páginas titulado Probablemente voy a morir hoy, un texto que no ha hecho público y que todavía está confirmando que efectivamente haya sido escrito por el atacante, pero que sitúa el tiroteo como "un potencial crimen de odio". El manifiesto habría sido publicado en un foro ultraderechista de Internet poco antes de la masacre.
El texto, según The New York Times, expresa posturas racistas y habla del ataque como "una respuesta a la invasión hispana de Texas". "Los hispanos tomarán el control del Gobierno local y estatal de mi amado Texas", dice el manifiesto, según el diario estadounidense. "La abundante población hispana en Texas", prosigue, "nos convertirá en un bastión de los demócratas".*



Añaden que el asesino condujo 9 horas hasta la frontera, hasta El Paso, donde se cebó en un Wal-Mart, unos grandes almacenes atestados de gente un sábado por la mañana.
Lo hizo guiado por "su amado Texas", para evitar la "invasión hispana" y para impedir que se convirtiera en "un bastión de los demócratas". En esos tres puntos se centra el programa de su actuación, claramente político, claramente republicano, claramente racista.
Este acto criminal es una de las respuestas posibles a las insinuaciones de Trump en sus mítines, en su descripción de los peligros que acechan a los Estados Unidos. Donde casi todos vemos un acto criminal, otros ven un acto de amor, un sacrificio por la sagrada patria norteamericana, la tierra prometida.
El debate de las armas es uno. Resurge con cada matanza o tiroteo. Pero este tiene características raciales y políticas claras. Las personas ven el mundo como quieren verlo. El asesino tenía una clara visión del mundo y de sus problemas. Los problemas se los han estado contando cada día políticos y medios afines. Él ha puesto su solución. La existencia de un manifiesto no deja dudas de su carácter.
No se había terminado de asimilar la matanza, cuando ya había otra. Esta ver en Ohio, frente a un bar. Nos explica la BBC:

Nine people have been killed and at least 16 injured in a mass shooting in Dayton, Ohio, police have confirmed.
First reports came in at about 01:00 local time (05:00 GMT) of a shooting outside a bar in the Oregon district of the city.
Police confirmed they killed the shooter at the scene. Casualties have been taken to a number of hospitals.
The incident came only hours after a mass shooting in El Paso, Texas which left at least 20 people dead.
"We had officers in the immediate vicinity when this shooting began and were able to respond and put an end to it quickly," Dayton Police Department wrote in a tweet. The authorities have appealed for witnesses.**



La prensa norteamericana no ha dado todavía motivos o pistas para esta segunda masacre en menos de 24 horas. De nuevo se pedirá el control de las armas; de nuevo los que lo hagan serán insultados, considerados antinorteamericanos. Las armas forman parte del espíritu norteamericano, dice algunos, un derecho inalienable.
The Washington Post recuerda que los grandes almacenes de la matanza en Texas, un Wal-Mart, es un lugar de venta de armas, uno más de los que se benefician. Pero no se mata a una empresa, se mata a sus clientes y trabajadores. Lo más probable es que, como ocurre siempre, ese mismo Wal-Mart, muchos otros, se beneficien del aumento de la venta de armas tras la matanza.
Puede que el razonamiento de Trump esta vez sea parecido al de otras matanzas: si hubiera más gente armada podrían haber acabado con el asesino. El mundo de Trump es el de Duelo a muerte en OK Corral, pero en la realidad, los asesinos se preocupan de matar todo lo que puedan antes de ser abatidos o detenidos.


El asesino de Texas se ha entregado sin problemas después de matar a veinte personas y herir a decenas. Eso indica que quiere "hablar al mundo", explicar "sus motivos patrióticos", ser "entendido", extender su mensaje de alerta. Al de Dayton no le ha dado tiempo, por lo que tendrán que trabajar un poco más. Sabremos qué tipo de odio es el que le ha motivado.
La gravedad de los motivos del asesinato en Texas, ir a matar hispanos para "proteger" la frontera de "invasiones", tiene que tener reflejo en la política norteamericana, en plena campaña. Al menos sería lo lógico, que sirviera para abrir algunos ojos. Pero lo más probable es que incite a otros al aplauso, aunque sea en privado. El asesino irá a engrosar las filas de los "héroes americanos" cuyos nombres pueden ser escritos en los mangos de las armas para otras matanzas. Será convertido en héroe por esa parte de la población que celebra estos actos como defensivos, como respuesta adecuada a la invasión que "padecen".


El tuit de Trump suena desafinado en su canto habitual. ¿Es consciente de que tras el crimen está el odio racista que alimenta con sus discursos? ¿Le importa? ¿Qué es lo que lamenta? Tras su victoria al día siguiente ya estaba manifestándose el racismo latente, contra Barack y Michelle Obama, contra los que hablaban español en cafeterías y mercados, insultados, amenazados de ser deportados... No es casual. Se siembra y se recoge.
Cuanto más claros sean los discursos en su componente racista, más claro será su origen y finalidad. Cuando llegue el discurso febril del asesino en su juicio, escucharemos de nuevo la "supremacía" de la "raza blanca" y la defensa acalorada de la República cuyas fronteras se ven amenazadas.
Se está envenenado a los Estados Unidos como se está envenenado a otros países con los discursos racistas y xenófobos. Y en un país armado hasta los dientes es muy peligroso. 


Finalmente son este tipo de sujetos los que saltan de la fantasía a la realidad para "vivir" su horrendo "acto heroico", su propia matanza para la que se han ido preparando meticulosamente. En los Estados Unidos, las leyes lo permiten y los discursos siembran el odio. Los ataques a los jóvenes que comenzaron la campaña tras la matanza en su instituto demuestran la gravedad de la enfermedad social. Tratamos de ello aquí cuando ocurrió. Otro episodio vergonzoso de la peor versión de América.
Dos matanzas en menos de veinticuatro horas es un triste récord. Sabemos ya el móvil en los grandes almacenes. Quedan por conocer los datos del segundo asesino.


* "20 muertos y 26 heridos en un tiroteo en un centro comercial de El Paso (Texas)" El País 3/08/2019 https://elpais.com/internacional/2019/08/03/actualidad/1564858805_623559.html
** "Dayton shooting: Nine confirmed killed, shooter also dead" BBC 4/09/2019 https://www.bbc.com/news/world-us-canada-49224816

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