Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
¿Puede
alguien perdonarse a uno mismo? Perdonarse uno mismo es un acto metafísicamente complicado. Solo la
carencia de lecturas por parte de Donald Trump le puede llevar a un acto de
este tipo. Dostoievski sería recomendable, pero no sé si será demasiado
complejo para empezar.
Desde
el punto de vista legal, perdonarse a uno mismo se llama "impunidad".
Se suele decir que nadie está por encima de la ley. El presidente dispone de la
capacidad de perdón, pero ¿por encima del presidente quién está? Que quien
perdone sea la máxima autoridad es una forma de refuerzo de la autoridad. Pero
la capacidad de perdonarse solo puede proporcionarse desde el exterior. Trump
podría perdonar a sus allegados y familia, no sin matices, como ahora expondremos.
Desde
el punto de vista psicológico, que se pueda perdonar a sí mismo plantea el
problema de que Trump, en su propia psique, ha sido quien ha tomado las dos
decisiones, la que requiere perdón y la de perdonarse. Una mente egocéntrica y narcisista como la suya no admite
error. Más de una vez se le ha reprochado su creencia en estar por encima de
todo y con poder absoluto. Pese a los que le corrigen, Trump sigue pensando que
puede hacer lo que quiera porque se considera como un propietario de una empresa que se llama Estados Unidos.
Desde
el punto de vista político, el perdonarse es asumir su falta sin asumir su
culpa, algo demasiado descarado como para que le sea perdonado. Ni demócratas
ni republicanos pueden aceptarlo porque sería el fin de la democracia. No habrían
elegido a un presidente, sino a un emperador,
Calígula.
The New
York Times señala:
NORFOLK, Va — President Trump on Saturday
asserted the “complete power to pardon” relatives, aides and possibly even
himself in response to investigations into Russia’s meddling in last year’s
election, as he came to the defense of Attorney General Jeff Sessions just days
after expressing regret about appointing him.
Mr. Trump suggested in a series of early
morning messages on Twitter that he had no need to use the pardon power at this
point but left the option open. Presidents have the authority to pardon others
for federal crimes, but legal scholars debate whether a president can pardon
himself. Mr. Trump’s use of the word “complete” seemed to suggest he did not
see a limit to that authority.
“While all agree the U.S. President has the
complete power to pardon, why think of that when only crime so far is LEAKS
against us,” he wrote on Twitter. “FAKE NEWS.”*
"Complete power" es una clara manifestación del
carácter absolutista de Trump. Probablemente
no se haya elegido nunca a un presidente tan carente de sentido de "lo
político" y tan hundido en la idea de "poder". La diferencia es
muy grande y debería servir de reflexión a muchos que han estado teorizando
cínicamente sobre lo contrario. El mundo, gracias a estos teóricos, se nos ha
llenado de personas para las que la política es algo retórico y el poder lo
importante. No llegan ni siquiera a la consideración de déspotas ilustrados
(hablar de ilustrado respecto a Trump
es claramente excesivo).
Trump ha generado un caos entre sus propios allegados, ya
sea porque han seguido sus instrucciones o por que no lo han hecho y han
actuado por libre pensando que el amparo de la Casa Blanca era suficiente. La
expresión justificativa que se ha escuchado estos días —"en el mundo de
los negocios se actúa así"— muestra
el completo dislate al que se enfrentan los norteamericanos desde que el presidente electo comenzó a tomar
decisiones. Con la presidencia efectiva, tras su toma de posesión, el caos
siguió ascendiendo. Hoy es imparable.
Resulta hasta cómico que el nuevo secretario de prensa que
ha sustituido al desencajado Sean Spicer ("esperaba llegar al año y lo ha
dejado a los seis meses y un día", comentaban en la prensa), Scaramucci
hay borrado sus tuits anteriores de sus cuentas con la intención de no crear "malentendidos".
The Washington Post se ocupa también de la cuestión del
autoperdón. El profesor de Derecho Jonathan Turley, de la U. George Washington,
escribe en The Washington Post un artículo con el título "Yes, Trump can
legally pardon himself or his family. No, he shouldn’t" y señala:
President Trump is reportedly looking into
using his pardon power in response to an expanding special counsel
investigation of Russian influence in the 2016 election. If he really did
pardon his aides, his family or himself to head off Robert Mueller’s inquiry,
the move probably would be constitutional but ultimately self-defeating for the
president.
In using his power to pardon potential
witnesses against him, Trump probably would convert a weak criminal
investigation into a full-fledged impeachment effort. In 1833, Chief Justice
John Marshall upheld a presidential pardon by Andrew Jackson by saying that a
pardon is “an act of grace” by a president. A pardon in these circumstances
would not be viewed as an act of grace, but a gratuity from an isolated
president.**
Esto coincide con lo señalado anteriormente: se salva de una
para entrar directamente en el proceso de "impeachment", que es la
única salida que le quedaría. Trump no ha entendido que una cosa es salvar su
cabeza y otra el sistema. Trump ha puesto en peligro el sistema de varias
formas. La primera y más evidente es apoyar sus esfuerzos para conseguir en el
poder en Rusia. No hace falta recurrir a la Teoría de Juegos nos permitiría comprobar
fácilmente que Rusia gana siempre. La única duda es que oculte sus carcajadas o
lo haga a la cara.
El aislamiento del presidente no es solo una cuestión moral.
La gente se puede aburrir de tener que estar defendiendo a un presidente que
cada día hunde más su presidencia. Para muchos, la política es supervivencia y
con Trump no solo no está garantizada la supervivencia sino que puede aparecer
en cualquier momento algo que haga
desear haber estado con la boca callada. Borrar los tuits, como Scaramucci,
puede no ser suficiente.
El profesor Turley establece los efectos de esta cuestión
del autoperdón:
The issue of whether a president can pardon
himself is one of the unanswered questions of the Constitution; it has never
happened in the history of our republic. Even Nixon did not stoop to a
self-pardon, although he did research it. Neither did Andrew Johnson or Bill
Clinton, both of whom were impeached by the House but not removed from office
by the Senate. Such an act would make the White House look like the Bada Bing
Club. After a self-pardon, Trump could wipe out the Islamic State, trigger an
economic golden age and solve global warming with a carbon-eating border wall —
and no one would notice. He would simply go down in history as the man who not
only pardoned his family members but himself.
Pardoning his associates at this stage would
clearly have a tactical benefit, but the historical and political costs of that
would be immense. The most obvious reason for issuing pardons now would not be
to protect any of the key people from jail but to limit Mueller’s leverage over
witnesses. Mueller has selected a team of prosecutorial heavies, some of whom
are known for flipping witnesses and using pressure to secure their
cooperation. A pardon removes that option and reinforces the ability of close
associates to take a hard line with investigators.
Of course, the use of the pardon power to
protect the president’s political allies and family members would be
legitimately decried as an abuse. It would not, however, be
unprecedented.**
La democracia, podemos concluir, se convierte en tiranía.
Todos los mecanismos y poderes que el pueblo le ha entregado con la
consideración de que serán para el bien del propio pueblo, el presidente los
usaría en beneficio de él y los suyos. Quedarían por encima de la ley; el
sistema se quebraría. Solo quedaría el impeachment,
es decir, deshacerse del que ha quebrado el sistema pervirtiéndolo.
La apelación a la Historia que hace Jonathan Turley no es
trivial: da igual lo que Trump pudiera hacer después. Ante la Historia de los
Estados Unidos, en las escuelas sería un paria, un tramposo, el "deshonesto
Don", como existe el tópico del "honesto Abe", por Lincoln. Sería
otro Richard "Tricky" Nixon, como el descrito en el obra de Phillip
Roth, "La pandilla" (Our Gang).
El ególatra Trump solo podría aspirar históricamente a ser una cagada de paloma en la bandera de las barras y estrellas. Es lo que
le están diciendo. ¿Servirá de algo?
La idea del "completo poder" es perversa en una
democracia y va contra su esencia misma, hasta expresada como advertencia en un tuit del
presidente. Pero, en la mentalidad de Trump, el poder no es poder si no puedes hacer, por lo que tiende a excederse; los límites son desafíos. No es casual que una de
las anécdotas reveladoras de la campaña electoral fuera la invención de un
inexistente artículo de la Constitución norteamericana.
Otro de los artículos de The Washington Post es el firmado
por tres profesores de Derecho, Laurence H. Tribe, Richard Painter y Norman
Eisen, con el título "No, Trump can’t pardon himself. The Constitution
tells us so", afirman:
Can a president pardon himself? Four days
before Richard Nixon resigned, his own Justice Department’s Office of Legal
Counsel opined no, citing “the fundamental rule that no one may be a judge in
his own case.” We agree.
The Justice Department was right that guidance
could be found in the enduring principles that no one can be both the judge and
the defendant in the same matter, and that no one is above the law.
The Constitution specifically bars the
president from using the pardon power to prevent his own impeachment and
removal. It adds that any official removed through impeachment remains fully
subject to criminal prosecution. That provision would make no sense if the
president could pardon himself.
The pardon provision of the Constitution is
there to enable the president to act essentially in the role of a judge of
another person’s criminal case, and to intervene on behalf of the defendant
when the president determines that would be equitable.***
Ya sea porque los juristas afirman que no se puede o no se debe,
no hay salida por este camino para Trump y su especial "pandilla". Si
se repasa el historial de estos pocos más de seis meses se comprobará cómo todo
ha sido un despropósito en todos los órdenes. Solo la obcecación puede hacer
que este desastre se mantenga mucho tiempo, pero ¿cómo salir?
El descrédito de los Estados Unidos en todos los órdenes está
en manos de una persona cuyo comportamiento es difícil de defender en aspectos
que van de lo protocolario a la Defensa. Admirado y admirador de dictadores y
retrógrados políticos en todos los órdenes, está en un puesto que le viene
enorme. Sus acciones nos afectan a todos, como ocurre con su negacionismo del
cambio climático o las cuestiones en los conflictos internacionales. Llegó,
insultó y amenazó.
Puede que Donald Trump se perdone a sí mismo; puede que sea
el único que le perdone.
*
"Trump Says He Has ‘Complete Power’ to Pardon" The New York Times
22/07/2017
https://www.nytimes.com/2017/07/22/us/politics/donald-trump-jeff-sessions.html
** Jonathan Turley "Yes, Trump can legally
pardon himself or his family. No, he shouldn’t" The Washington Post
21/07/2017
https://www.washingtonpost.com/outlook/yes-trump-can-legally-pardon-himself-or-his-family-no-he-shouldnt/2017/07/21/6134fb12-6e2d-11e7-b9e2-2056e768a7e5_story.html
***
Laurence H. Tribe, Richard Painter y Norman Eisen "No, Trump can’t pardon
himself. The Constitution tells us so" The Washington Post 21/07/2017
https://www.washingtonpost.com/opinions/no-trump-cant-pardon-himself-the-constitution-tells-us-so/2017/07/21/f3445d74-6e49-11e7-b9e2-2056e768a7e5_story.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.