Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Continúa
el drama informativo en Egipto. La larga cadena de cierres y bloqueos de medios
tiene un aspecto en la cuestión de la libertad de expresión, pero también un
segundo aspecto, el profesional, el que está afectando a los periodistas cuya
situación laboral es cada vez más precaria. Muchos de ellos han sido despedidos
o se encuentran cobrando solo partes de su sueldo debido al bloqueo.
Daily
News Egypt hace una visita a uno de los periódicos afectados por esta
situación. A los bloqueos de la información y a la tensión existente por la
situación profesional se añade una dimensión orwelliana del asunto: «The official authority blocking the websites remains
anonymous.»* El laberinto del
poder administrativo egipcio oculta el origen de estos cierres y bloqueos, lo
que causa una profunda indefensión, a la que hay que sumar los cambios oficialistas tras las elecciones en la
cabeza del sindicato que debería proteger a los periodistas y la creación de
nuevas estructuras de control de los medios y profesionales.
Nos
cuenta Daily News la situación desesperada:
Up to 129 websites have been blocked since
then, reported the Association for Freedom of Thought and Expression (AFTE).
While journalists and activists considered the
action as a violation to press freedom, and even a violation to articles of the
Egyptian constitution stipulating the right to access to information, the
action had further impacts.
Walking into the newsroom of Masr Al-Arabia
following the blocking, one finds only a handful of journalists—around
eight—while it was usually the workplace of more than 40 journalists, described
a former Masr Al-Arabia journalist, who preferred anonymity, (later referred to
in this article as MM).
After more than four years of working for Masr
Al-Arabia, MM was let go, along with more than 50% of the websites’ staff
following the blocking. MM explained that the administration told journalists
that their contract would change from full-time to freelance, which they
considered to be dismissal.
Since the blocking, the Masr Al-Arabia website
and Al-Mesryoon website and weekly newspaper announced that dozens of
journalists were let go, due to the financial issue that resulted following the
blocking.
About half of the staff working for Masr
Al-Arabia was let go, while the rest agreed to receive half of their salaries
due to the issue, Editor-in-Chief of Masr Al-Arabia Adel Sabry said.
During an open discussion about the issue at
the Egyptian Centre for Public Policy Studies (ECPPS), Sabry said that the
blocking of websites affected more than 600 journalists, whether by receiving
lower salaries or dismissal from institutions.
Joining the same discussion was Fathi Magdi,
Al-Mesryoon managing editor, who said that the blocking did not only result in
a direct financial loss, but also had an indirect impact, as it influenced the
interest of investors and advertisers—hence, a bigger financial loss.*
La estrategia parece muy clara: la asfixia económica. La
idea de que nadie sepa quién está ordenando estos bloqueos y cierres es
realmente orwelliana pues se basa en la dilación de unas respuestas, algo poco
digno de un estado de derecho y que atenta con los principios básicos. No
contestando, el gobierno egipcio deja que los medios mueran, traslada el
conflicto a las redacciones enfrentando a los periodistas con sus empresas y
desprestigia a los medios ante la opinión pública.
Todos son métodos antidemocráticos ya que impiden la defensa
al no saber ni quién les acusa ni de qué se les acusa. Las protestas ante los
jueces pidiendo explicaciones se pueden dilatar y tener poco resultados.
Una vez más el gobierno egipcio pone en marcha acciones que
no se corresponden con sus discursos. Estas tácticas son dictatoriales y
merecen el rechazo Esta vaguedad es puro autoritarismo y atenta contra todos
los derechos a la libertad de información. Si hay delitos o sospecha de ellos,
que actúen los mecanismos legales que permitan la defensa de los acusados.
La oscuridad le sirve al gobierno para eliminar a sus
críticos, que van creciendo. No puede creerse que muchos de los silenciados
puedan ser considerados terroristas. En la mente gubernamental, todo el que
lleva la contraria al discurso oficial está mintiendo y tratando de
desestabilizar el estado. En este sentido, el estado egipcio es viejo por su mentalidad. Ni siquiera el
autoritarismo se puede ejercer hoy así, intentando imponer una verdad oficial
en un mundo abierto. La respuesta es la oscuridad burocrática en una deriva que
no tiene fin pues es imposible que acabe. Seguirá creciendo y tratará de
imponer silencio.
La preocupación manifestada por el presidente por el
discurso religioso se resuelve finalmente en más ortodoxia.
"Reformar", increíblemente, significa "uniformar", como lo
han sido todas las modificaciones reduccionistas egipcias. El ejemplo más claro
es la imposición del sermón oficial de los viernes. Lo mismo se trata de hacer
con los medios de información, uniformidad y transmisión de la verdad oficial.
La desesperación de los responsables de los medios crece
ante la falta de responsables y la inhibición de quienes deberían defenderles:
Meanwhile, Sabry and Magdi said that they were
doing all efforts to solve the issue of the website blocking.
“We went to the syndicate, the SCMA; we even
filed a lawsuit against the minister of communications as the institution
responsible for carrying out the decision; however, we have not reached
anything yet,” Sabry said, asserting that the state should have announced the
authority responsible for such action.
Since its formation, the SCMA is assigned to
generally regulate media and press affairs.
“We do not know which state institution is
responsible for the block, but the responsible institution to solve this issue
is the SCMA; however, the chairman of the SCMA, Makram Mohammed Ahmed, never
sides with journalists, but rather always sides with the state,” Magdi said.
They both blamed the Press Syndicate for the
impacts of the websites being blocked, as they said the syndicate did not take
any action towards them.
The head of the Press Syndicate, Abdel Mohsen
Salama, said in several press statements that the syndicate would support
websites if proved that they were not affiliated with the Muslim Brotherhood
(MB) group.
Ahmed also praised the blocking of websites,
saying that Egypt should have blocked the websites affiliated with terrorist
groups long ago.
Magdi and Sabry condemned the statements of
Salama and Ahmed, saying that their websites never published extremist content,
but it was rather perceived as such for publishing content that might be in
opposition to the state.*
Con el sindicato en estas condiciones, es difícil que los
medios puedan sobrevivir mucho tiempo en este estado de indefensión en el que,
como señalan, protestar demasiado puede implicar la retirada de las licencias y
el cierre definitivo de los medios.
Para estos se ha ido transformando el panorama legal de los
medios mediante un entramado burocrático que tiene por función su vigilancia.
Al igual que se ha hecho con otras instituciones —por ejemplo, con las ONG—, se
crean unas condiciones legales que las mantienen bajo un estricto control. De
igual forma que ocurre con los medios, cualquiera puede ser acusada, cerrada y
sus miembros detenidos, fondos congelados, etc.
A los jóvenes les ha dicho que los medios mienten —¡saludable mensaje, lleno de liberalismo!—, que son una distorsión que los otros países creen y causa "mala imagen". La responsabilidad de los males de Egipto está en los periodistas, que carecen de "patriotismo", en los medios discrepantes, financiados por países terroristas
Egypt Independent nos traía ayer información sobre la triple
vigilancia sobre los medios que el gobierno egipcio ha creado para el control
de la información:
The National Authority of Journalism, assigned
to supervise and administrate the state-owned press institutions, issued
recommendations on Saturday aiming to support the state against destructive
plots, following a meeting between editors-in chiefs of state-run newspapers.
Among the recommendations, was a call on
Parliament to speed the release of the Information Circulation law.
The Information Circulation Law stipulates the
freedom to circulate information and aims to tackle the issues of information
access, in order to diminish rumors and speculations that may emerge on any
topic.
According to the state-run newspaper Al-Ahram,
the Head of the National Authority of journalism Karam Gabr said that on the
top of these recommendations is the assertion of the state’s interest to turn
national journalism into a parachute that includes all ideologies.
In April, President Abdel Fattah Al-Sisi issued
a presidential decree to enforce institution laws for the recently-decided
media and press.
The press institution draft law was already
passed by parliament with a two-thirds majority in December. These institutions
include an independent Supreme Council for Media Organizations, a National
Press Authority, and a National Media Authority.
The council aims to regulate media and press
affairs. Meanwhile, the other two authorities will be assigned to looking into
press-related legislations, monitoring the financial and administrative
performance of national institutions, and appointing the heads of their boards
of directors.**
Como puede comprobarse, el control sobre medios,
profesionales y financiación va a ser muy estrecho. El silencio actual implica
una tensa espera destructiva. Puede que cuando se termine el proceso de
tramitación de los tres organismos propuestos ya no quede nada que regular
porque habrán desaparecido las empresas estranguladas económicamente, vacías
profesionalmente.
Una vez más: combatir el terrorismo con formas autoritarias
no hace sino fomentarlo. La mejor manera de enfrentarse al extremismo no es
poner consultorios en las estaciones del Metro de El Cairo para atender las dudas religiosas de los que vayan a
poner bombas o cortar cuellos, como se está haciendo. Es ingenuo y absurdo. Lo
único que se hace así es potenciar a Al-Azhar, que lo aprovecha bien en su pulso
con el presidente.
No se combate el terrorismo impidiendo que se critique al
gobierno y sus errores, sino escuchando las críticas para evitar cometerlos.
Muchos de los intelectuales que comenzaron apoyando al gobierno actual se han
callado. Y lo han hecho porque no comparten los métodos ni las ideas. Aspiraban
a que se avanzara en libertades y no que en su nombre se siguiera reprimiendo.
Decir lo que se piensa es cada vez un ejercicio más difícil y muchos lo han
abandonado, física o intelectualmente.
La retórica para justificar todo esto es muy pobre: los
"intereses del estado". La propaganda no transforma la
realidad; los problemas siguen existiendo y se agravan por la falta de ideas o
iniciativas para resolverlos. Y lo que es peor todavía: lo que se genera es un
clima de aceptación de las formas y del fondo. El "patriotismo" es aguantar y aplaudir.
Las formas son claramente burocráticas en su versión kafkiana. Como en la novela El castillo, los interesados vagan por los pasillos y despachos pidiendo una
explicación que no les llega; como en El proceso su medio está bloqueado sin saber quién o de qué
se les acusa. El periodista egipcio es un nuevo agrimensor K perdido en el laberinto de silencios o un nuevo Joseph K, un acusado que desconoce su causa.
El fondo es incluso peor: el poder es el poder y solo hay una verdad, la suya. De él no se
esperan libertades sino permisos, autorizaciones. Como en Orwell, siempre hay
que saber responder lo adecuado, no lo verdadero.
La visión que el gobierno egipcio tiene de la información es
militarista porque su poder lo es institucionalmente. Las órdenes no se discuten. Los medios de comunicación tienen un
sentido vertical y jerárquico y el estado suministra opiniones y contenidos acordes con sus
planes y estrategias. Ir más allá es arriesgado. En este contexto, las información insustancial va ganando terreno. Esto no es un indicador de "paz", sino más bien de lo contrario: hablar se ha vuelto peligroso.
Cuando el sistema legal que se está creando esté terminado,
se habrá cerrado la posibilidad para muchos de poder expresarse. Habrá que
esperar al siguiente acto oficial, a una nueva conferencia con los jóvenes
quizá, para que se enteren de cuáles son los problemas oficiales.
La distancia entre la realidad y lo que los medios —los que siguen los dictados— muestran es cada vez mayor. Se ha convertido la información en un placebo de la realidad.
* "Two
months into blocking of websites, more journalists are being cut off"
Daily News Egypt 30/07/2017
https://dailynewsegypt.com/2017/07/30/two-months-blocking-websites-journalists-cut-off/
**
"National Authority of journalism release recommendations to monitor false
information" Egypt Independent
30/07/2017
http://www.egyptindependent.com/national-authority-journalism-release-recommendations-monitor-false-information/
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