Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
La
Historia no es tanto lo que ocurre, como lo que se cuenta. Y, como consecuencia, solo ha existido lo que se ha contado.
La Historia, por ello, siempre ha sido problemática por esos dos principios: por
lo que se incluye y se deja fuera, primero; por cómo se cuenta lo que se
cuenta, después. No por dejar de contar las cosas estas dejan de existir; lo
que se ignora, se atraganta.
Por
estas y otras muchas cosas más —su dependencia del poder para contar o no, por
ejemplo—, la Historia está condenada a crisis periódicas en cuanto que lo que
podríamos llamar el "pacto de aceptabilidad" se rompe y cada uno
empieza a interpretarla a su manera, enfrentada a las de otros.
El 19
de junio, Egyptian Streets nos traía
la siguiente noticia:
Egypt’s Ministry of Education has decided to
remove mention of the 25 January 2011 uprising and 30 June 2013 mass protests
from high school curriculum, according to the state-owned newspaper Al-Ahram.
In a press conference, Reda Hegazy, the general
director of high school exams and head of the high education sector, stated
that the new curriculum will follow international standards.
In the latest history exam for Egypt’s high
school students, a question regarding the 30 June mass protests was included,
saying “What if Al-Sisi never gave the 30 June speech?”.
The new decision will be implemented starting
the educational year 2017/2018, which is set to start in September.
The decision, reportedly, resulted in clashes
between parliamentarians and the government, as the latter took the decision
independently. Several MPs, however, rejected the involvement of politics in
education and backed up the new decision.
The new curriculum is forecasted to tackle
Egypt’s history until the assassination of former president Anwar Al-Sadat,
removing the era of Mubarak and the two uprisings.*
El breve texto revela todos los defectos de la Historia y cuál
es el sentido de su existencia.
Es sorprendente, por ejemplo, que la pregunta “What if
Al-Sisi never gave the 30 June speech?” pueda formularse. Es un claro ejemplo
de pregunta, como se suele decir, con trampa. Nada tiene que ver con los
hechos, sino que es una forma de ratificación de los discursos oficiales. ¿Cuál
sería la respuesta correcta? Es
evidente que la que ratifica al poder, que es quien la hace. Lo demás es erróneo.
Haciendo preguntas como esa es como la Historia cumple su función de respaldo
del poder, es decir, propagandística.
No menos sorprendente es la disputa entre gobierno y
parlamento. El "rechazo a mezclar historia y política" es realmente
absurdo, pues toda la Historia es política. Decir que es "política" y
no "historia" los treinta años de Hosni Mubarak, la revolución del 25
de enero y el 30 de junio, que acabó en el "no-coup", es otro ejemplo
de la perversión perceptiva en que vive Egipto. Tiene que alimentarse con
discursos justificativos y acaba creando un mundo ficticio que tiene que ser aceptado
para sobrevivir.
A través del control de los discursos es como se produce la
legitimidad del poder, como Michel Foucault no enseñó. De todos ellos, el
discurso histórico, especialmente el curricular, juega un papel central en la
percepción social de porqué el mundo es como es. Esconder los hechos crea un
vacío que hace todo inexplicable. La "explicación" no tienen por qué
ser verdadera, pero sí es necesaria para la coherencia de los que viven la
fantasía. Sin ella, se vive en un mundo fantasmal.
No es la primera vez que se presentan conflictos con los libros de Historia en Egipto. Más bien es una rutina. Ha pasado con la polémica exclusión del Premio Nobel, Mohamed El-Baradei, caído históricamente en desgracia. Más recientemente, con la representación de las islas de Tiran y Sanafir, que deberán ser borradas de los manuales. cuando se dé por zanjada la cuestión de la entrega a Arabia Saudí. Es un ejemplo claro del constante tejer y destejer de la historia egipcia según como soplen los vientos.
Los que querían dejar fuera casi cuarenta años de vida
egipcia considerando que eso era politizar
el currículum escolar no se dan cuenta (o sí) de que no hay acto más auténticamente
político que escamotear la realidad. Lo problemático son los huecos que quedan.
Egypt Independent
nos contaba ayer que, pasados estos días, el ministerio ha rectificado en su
idea de acabar la Historia contada en el momento del asesinato de Anwar
El-Sadat:
The Education Ministry has reconsidered the
newly-developed high school history curriculum in which information about the
January 25 and June 30 revolutions are omitted.
Consequently, information about the January 25
and June 30 revolutions will remain in high school books, according to head of
the Ministry’s Public Education Sector Reda Hegazy.
High school students will study the same
history curriculum provided last year, which was initially created in the 1980s
and has been updated several times in recent years.
The decision of the Ministry of Education to
delete the January 25 and June 30 revolutions from history books caused great
controversy within the ministry, as some considered it politicization of
curricula.
Gamal Shakra, a member of the Committee on the
Modification of the History Curriculum, said that the new book, currently
suspended, includes information about the First and Second World Wars,
colonialism in Africa & Asia and Zionism. As for Egyptian history, the book
covers the October 1973 war with Israel.
Shakra cited the lack of historical documents
and testimonies by the Supreme Council of Armed Forces, the Cabinet, and other
state authorities as the reason behind the Committee’s decision to omit
information about the two recent revolutions.**
Que haya poca documentación como para contar las cosas
recientes no deja de ser una paradoja. Seguramente, la discreción del Consejo
Supremo de las Fuerzas Armadas y el gobierno suministrarán gustosos la
descripción de su participación en los acontecimientos y quizá terminen como
aquel célebre concurso televisivo, "hasta aquí puedo leer". Lo demás
ya se contará, que no es cosa de ir asustando a los tiernos infantes.
Más sentido común tienen las declaraciones que cierran la
noticia:
Mohamed Afifi, a professor of history at Cairo
University, said that the decision was a big mistake, as the two revolutions
represent the legitimacy of the current ruling regime.
“The elimination of the two revolutions from
the curriculum is an unrealistic idea and one that follows unacceptable logic,”
he added.**
Tiene toda la razón. Esa peligrosa "lógica inaceptable"
es precisamente la que queda cuando no se unen las piezas para que tengan un
significado. Sin ella el "no coup" se queda en vulgar
"coup". La "legitimidad" del régimen actual se crea desde
la interpretación de esos dos acontecimientos que no pueden ser soslayados: el
25 de enero y el 30 de junio. Eliminarlos es hacer surgir el régimen de una
chistera.
*
"Egypt Removes 25 January, 30 June Uprisings from School Curriculum"
Egyptian Streets 19/06/2017
https://egyptianstreets.com/2017/06/19/egypt-removes-25-january-revolution-30-june-mass-protests-from-school-curriculum/
**
"Education Ministry backtracks on omitting Jan 25, June 30 revolutions
from curriculum" Egypt Independent 3/07/2017
http://www.egyptindependent.com/education-ministry-reconsiders-curriculum/
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