Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Las
conferencias que el presidente al-Sisi organiza con frecuencia para mantener a
los jóvenes por el buen camino egipcio
sirven para que se lo diga, de paso, a los de todas las edades. El presidente,
aunque se desprendiera de su uniforme, estar todo
el día diciendo a todos lo que deben y no deben hacer. Algunos confunden lo que
es "mandar" y lo que es "gobernar". Puede que la mentalidad
militar confunda una cosa y la otra, pero suelen ser fáciles de diferenciar. El
gobierno admite las críticas mientras que el mando es indiscutible. Se acaba de celebrar la cuarta conferencia nacional; la primera fue en octubre de 2016. ¿Se han resuelto problemas o solo se escucha? Más allá de las sonrisas y los selfies en cada una de las cuatro celebradas, ¿qué hay?
La
excusa para las "conferencias para jóvenes" se produce después de constatar
que la juventud empezó a pasar fuertemente de la "política"
sintiéndose distanciada de la presidencia. Para ellos el régimen no ha
cambiado. Este paternalismo político pensaron que terminaría con el último
discurso de Mubarak a sus "hijos e hijas" del país. Pero lo jóvenes
ya se había dado cuenta que aunque Mubarak los llamara a todos
"hijos" había amplia diferencias entre la situación de Gamal y la
suya.
El
presidente al-Sisi trata escenificar esta especie de encuentro al que van,
lógicamente, los que quieren ir y que sirve para muestra de que los jóvenes no
están abandonados a su suerte. Los que se van al extranjero es porque ellos
quieren.
La
primera Conferencia Nacional de la Juventud se celebró hace menos de un año,
en octubre de 2016, de 25 al 27. Según la web del gobierno egipcio, su finalidad era:
The conference brings together the Egyptian
prominent youth future leaders with the Egyptian State’s officials and
institutions, giving them the chance to debate directly the present and the
future and exchange ideas and experience to support their ambitions for a
better future for their country through constructive talks and pre-planned
vision.
This congress will be especially devoted to the
purpose of extending effective communication channels among the Egyptian
Government and the prominent Egyptian youth across the country, bringing
together socially responsible groups of patriotic university students,
political powers, media, parties, and the first batch of the Presidential
Leadership Program.*
Lo que después sea esto en realidad es otra cuestión. No da
la impresión que la juventud haya quedado especialmente motivada en todos estos
campos. Ocurre como siempre, lo detalles de "modernización" quedan desfigurados con las otras cuestiones
que no ocurren en los escenarios de las conferencias, sino en el sura vida de
las calles y las empresas. Pasar de las palabras a los hechos es bastante duro.
El presidente se ha centrado este año en los dos grandes
problemas de Egipto, tal como les ha dicho: el terrorismo y el crecimiento de
la población. Del primero se habla todos los días; del segundo, unos días toca
celebrarlo como el "país más poblado del mundo árabe" y otros amenazar
con imponer algo parecido a la política china del "hijo único" ahora
que la han modificado ellos. Es el mensaje que los medios han recogido. Pero ha
habido otros también.
Daily News Egypt
se ha centrado en el aspecto de la información, un tema menos tratado en los
propios medios:
President Abdel Fattah Al-Sisi called on
Tuesday media outlets to support the state and create a “phobia” against its
failure, adding that the “atmosphere” is adequate for such procedure.
Al-Sisi’s statement came during a session
titled “Creating a Failure State: Confrontation Mechanisms”, part of the 4th
National Youth Conference in Alexandria.
“This is not biased to the state, but rather
protecting Egypt,” Al-Sisi said, adding that the state would “help” with
producing films that aim to “enhance patriotism”.
“In 2011, the media had certain agendas, and it
almost led Egypt to witness events more severe than what we see in other
countries in the region,” Al-Sisi added, although he did not explain what the
media agendas were.**
El presidente, hombre carismático, no acaba de entender el
papel de los medios. Lo señalamos con frecuencia. La visión de Egipto como un
cuartel en el que cada uno tiene asignado un papel que debe cumplir según un
plan estricto se impone cuando lo que ocurre no le gusta.
La cuestión —parece ser— es el predominio de la
representación sobre la realidad. Cuando las cosas se parecen otra cosa
entonces cambian. Es decir, la felicidad empieza por una sonrisa o al
patriotismo por un aplauso.
Una y otra vez, el presidente insiste en su idea de que la
culpa de lo que ocurre la tienen los terroristas que atentan y los medios que
lo cuentan demasiado. Ya lo dijo una vez anticipándose a Donald Trump: "todos
mienten y si quieren saber algo, me escuchan a mí". Patriotismo, pues, es no escuchar a los medios que pretenden
mostrar que el estado va mal, que las cosas no funcionan como deben. El
patriotismo —y probablemente tenga razón— es un acto de ceguera.
El que quiera estar ciego, sordo y mudo, el máximo grado de
patriotismo, es muy suyo de hacerlo. El problema es qué pasa con los "no
patriotas", que pasan a ser directamente "enemigos del pueblo",
en el sentido que Ibsen le dio al término.
Daily News Egypt
recoge inmediatamente las reacciones a esta fórmula del patriotismo entendido
como relaciones públicas:
The state’s speech is constantly directed
towards threatening media practitioners, media analyst Hesham Kassem told Daily News Egypt.
“A phobia is a kind of mental disturbance. Now
the president of the country is asking the media to spread mental disturbance
among citizens?” Kassem said.
He added that the role of the media is not to
develop or protect the country, but this was rather the role of the government.
Meanwhile, media analyst Yasser Abdelaziz told Daily News Egypt that the best way for
the media to act as protection to a nation is through doing its role of
spreading awareness with transparency and diversity.**
Y tienen razón ambos. Los medios no están para callarse o
aplaudir; están para informar, analizar, explicar y criticar. Cuanto más medios
hay y mayor información se ofrece podemos ampliar nuestros puntos de vista.
Esto no es garantía de un buen estado del sistema informativo, en el que hay
muchos factores para producir "ruido", "desinformación" o "propaganda",
que son tres modalidades negativas en una sociedad democrática o que aspire a
ella. Las autoritarias lo más a lo que aspiran es a la "propaganda",
una forma "ordenada" pero falsa, un valor que se debe tener en
cuenta. En los medios egipcios hay todas las variantes, de las más caóticas a
las demasiado ordenadas. Están los medios oficiales y aquellos que han sido
puestos al servicio del poder por empresarios deseosos de servir al poder y al
régimen.
Los que tratan, en cambio, de cumplir con su deber
informativo, el democrático, son reconvenidos, cuando no cerrados o bloqueados,
cuyo número sigue creciendo. El presidente se vuelve en sus discursos contra
ellos acusándolos injustamente de la situación.
Los medios, viene a
decir, no son patrióticos". El patriotismo consiste en aceptar la versión
oficial y no en llevar la contraria o informar en exceso de lo que no interesa.
El diario señala:
Al-Sisi, among other state officials, has long
condemned the media coverage for several issues. Following the two church
bombings in Tanta and Alexandria in April, Al-Sisi said in a televised speech
that the media should deal with the issue sensitively, adding, “It is not
logical that every time I turn a [TV] channel I see footage of the incidents,
and you know that this hurts citizens.”
Moreover, in 2016, Al-Sisi blamed the media’s
coverage on issues challenging Egypt, saying “Italy has accused Egyptian
security services of the murder of the Italian young man Giulio Regini based on
the news broadcasted by Egyptian media. The same applies to the Russian flight
issue.”**
Los dos argumentos son sorprendentes y explican por ellos
mismos el concepto "patriótico" de la información. Puede, por
ejemplo, estar todos los días hablando de las promesas gubernamentales, pero es
anti patriótico interesarse por los atentados. El silencio no para ni balas ni
bombas. Los muertos quieren ser reivindicados, no ocultados, independientemente de que el
presidente lo vea "lógico". Parece que entre las funciones
presidenciales está el decidir cuántas veces se deben ver las cosas.
En cuanto al segundo aspecto, retomado de la primera Conferencia
Nacional de la Juventud, octubre de 2016, es me mayor gravedad. La acusación de
que son los medios los que han creado el "problema" con la muerte de
Iulio Regeni —secuestrado, torturado y asesinado— no solo es impresentable,
sino que es una obscenidad política que mancha a la presidencia y al gobierno
de Egipto. La creencia en que los países se basan en lo que los medios egipcios
dicen, en este caso, es seguir ignorando las investigaciones ante la
obstaculización constante del estado, que dice "colaborar" pero que
solo obstruye. Sus versiones de lo ocurrido —del accidente de tráfico a la
banda de criminales a la que trataron de responsabilizar después de haber
matado a todos sus integrantes— son ridículas y una ofensa cruel a la familia y
a Italia, que no se ha creído nunca lo que el gobierno ha dicho.
Peor es todavía la cuestión del atentado contra el avión de
los turistas rusos, que el gobierno se niega a aceptar desde 2015. El hecho de
que Rusia siga sin autorizar vuelos debería ser una señal, pero la obcecación
egipcia no tiene límites. Lo negarán con la esperanza de que los demás se
aburran, como ocurrió con el bombardeo y ametrallamiento por parte del ejército
egipcio al grupo de turistas mejicanos, que se vieron sorprendidos, guía
incluidos. Hasta la patronal turística intentó arreglarlo de forma paralela,
pero no hay nada que hacer con unos diplomáticos empeñados en decirle al mundo
entero lo que deben creer, aunque vaya contra toda lógica y evidencia.
Con ello Egipto no gana nada y pierdo todo en credibilidad.
No me resisto a recoger el final del artículo de Egypt Independent informando
de la inauguración de la primera conferencia nacional de la Juventud en Sharm
El-Sheij. Tras contarnos lo importante que era la seguridad, el diario
señalaba:
Sharm el-Sheikh has been in a state of high
security ahead of the event, with police patrols at night and helicopters
hovering over the city.
Shopkeepers in the city expressed hopes that
the conference might send a message to the world that Egypt is stable and safe,
helping to lure tourists back to the Red Sea resort.***
25 octubre 2016 |
No hay nada como la visión de las calles llenas de fuerzas
de seguridad y helicópteros sobrevolando continuamente la zona como para
sentirse "seguro". Me temo que las esperanzas del vendedor se
quedaron en muy poco. El "mensaje al mundo" no funcionó.
Las llamadas al patriotismo del presidente tampoco hacen
mucho. Los medios deben seguir informando, que es su labor. Una labor difícil: «Egypt
ranks 161 out of 180 countries on Reporters Without Borders’ (RWB) 2017 list
measuring countries’ freedom of press»**, se nos indica enDaily News Egypt . No es un buen mensaje turístico.
Alguien debería explicar que decir qué, cuánto o cómo deben
mostrar la realidad no ayuda nada a la mejora de la situación. Pero son el
chivo expiatorio de la falta de eficiencia. Siempre se les podrá culpar por
decir (demasiado) lo que ocurre. Sirven para que la gente tenga claro quiénes
son los "responsables".
Muchos medios y periodistas entienden que el patriotismo es otra cosa y lo hacen
asumiendo su responsabilidad de informar honestamente. Eso eso su forma de ayudar con el país.
* "1st
National Youth Conference" State Information Servuce26/09/2016 http://www.sis.gov.eg/Story/106472?lang=en-us
** "Al-Sisi calls on media to support state and patriotism" Daily News Egypt 26/07/2017 https://dailynewsegypt.com/2017/07/26/al-sisi-calls-media-support-state-patriotism/
***
"Sisi inaugurates Egypt’s first National Youth Conference in Sharm
el-Sheikh" Egypt Independent 25/10/2016
http://www.egyptindependent.com/sisi-inaugurates-egypt-s-first-national-youth-conference-sharm-el-sheikh/
octubre 2016 |
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