Joaquín
Mª Aguirre (UCM)
Más
allá de cualquier cuestión técnica, la Unión Europea debe afrontar dos tipos de
problemas: el que quiere salir, como en el Brexit británico, que supone un
enorme reto, y otro peor, el de los que "no
quieren cumplir" con los principios básicos, los que afectan a las
libertades y derechos de los ciudadanos.
No es
casual que en el Brexit se haya comenzado debatiendo por los derechos de los
ciudadanos que quedan afectados en la separación o ruptura. La Unión es algo
más que economía; son sobre todo "derechos", personas que son iguales
ante las leyes y las instituciones porque comparten una visión de la vida y las
libertades.
Ahora
que se percibe un distanciamiento completo en la visión de los derechos y
libertades de los ciudadanos en el caso de la aspirante a formar parte de la
Unión Europea, Turquía, es chocante tener que contemplar la
"involución" política de algunos de sus miembros, como es el caso
actual de Polonia.
Nos
dice el diario El País:
Europa ultima medidas concretas contra los
excesos autoritarios de Polonia. La Comisión Europea ha anunciado este
miércoles que abrirá un procedimiento de infracción contra el Gobierno polaco
si no retira la reforma que coloca al poder judicial bajo control político.
Además, el Ejecutivo comunitario alerta de que está “cada vez más cerca” de
apretar el llamado botón nuclear de la UE: la activación del proceso que puede
acabar suspendiendo los derechos de voto de Polonia en el seno comunitario.
Esta vía inédita se esgrime como amenaza contra un Gobierno que ha desoído
todas las advertencias de Bruselas.
El gigante del Este —séptima economía de la
Unión Europea— plantea la mayor afrenta a los valores europeos. Polonia,
gobernada por Beata Szydlo, del ultraconservador Ley y Justicia (PiS), se
encamina hacia la dictadura sin que la Comisión Europea, garante de las reglas
de la UE, tenga claro cómo impedirlo. Tras casi dos años de advertencias por
los incumplimientos sistemáticos del Estado de derecho, Bruselas invoca por
primera vez el procedimiento que puede acabar despojando a Varsovia de su voz
en la UE. Los comisarios han llegado a ese punto tras un largo debate en el que
casi todos han querido expresar su preocupación por la deriva autoritaria de
Varsovia, según explican las fuentes consultadas.*
¿Qué
hacer con un miembro de la Unión Europea que comienza a parecerse al que uno no
desea como socio? El control político sobre el poder judicial es la reducción
de la democracia a la impunidad gubernamental que, al controlar el aparato
judicial, puede actuar en cualquier sentido.
El este
de Europa sigue manteniendo en algunos países las formas autoritarias cambiadas
de signo que les mantuvieron al margen de las libertades. Al igual que en
países como Turquía, las andanzas polacas o húngaras hacen resquebrajarse los
postulados de la Unión Europea, comprometida institucionalmente con un modelo
de democracia.
En la
medida en que los países se separan de ese modelo conjunto, su estancia en el
interior de la Unión se vuelve más conflictiva. Es inevitable que los que se
ven manipulados, perseguidos, en la impotencia legal o política recurran a las
instituciones comunes para tratar de frenar su estado.
El
intento de crear un grupo autoritario dentro de la UE, liderado por Hungría y
Polonia, con sus populismos nacionalistas de derechas, con conexiones con la
Rusia de Putin (como es el caso de Viktor Orbán) muestran que las agresiones
desde el interior pueden ser tan peligrosas (o más) que las del exterior. Las
agresiones exteriores sueles aumentar la solidaridad, pero las conexiones rusas
actúan más como un troyano, un ataque desde dentro destinado a subvertir los
principios europeos.
La
condena de las prácticas autoritarias de Polonia y el apoyo que Hungría le está
dando son un reto europeo. Y un reto importante. Europa no se puede permitir
ascensos autoritarios que minen los derechos de sus ciudadanos. Igual que se
están defendiendo los derechos de todos
los europeos en Reino Unido para el Brexit futuro, los ciudadanos polacos
son "europeos" y no pueden tener menos derechos que los que la Unión
establece. Con toda razón, recurren a las instituciones europeas —sus
instituciones— para que les defienda de los abusos.
En el
artículo de Politico publicado a
principios de año, con el título "Why Putin needs Orbán", se señalaba
sobre el caso húngaro, otro de autoritarismo ascendente:
Orbán has worked to boost ties with the Kremlin
since coming to power in 2010. But the election of President Trump seems to be
creating new opportunities for Hungary — and for Budapest’s relationship with
Moscow.
The Hungarian prime minister has hailed Trump’s
election, saying it heralds a new age where countries are free to put their
interests first. “The era of multilateralism is at an end, and the era of
bilateral relations is upon us,” he said in a January 23 speech.*
"Bilateralismo" significa aquí ignorar al conjunto cuando le interesa pero mantenerse dentro para tener los beneficios correspondientes. Es nadar entre dos aguas. Las diferencias entre Hungría y Polonia son grandes (especialmente en sus relaciones con la Rusia de Putin) pero el fondo del autoritarismo se asemeja mucho en los recortes democráticos. Los polacos se vieron afectados por las sanciones sobre productos perecederos e hicieron un orgullosa campaña con sus manzanas como protagonistas. Pero no es este el caso de Viktor Orbán, abiertamente pro negocios con Putin.
Los que
ven en Putin y Trump modelos que imitar son pocos, pero dentro de la Unión son
un peligro. Hungría es advertida una y otra vez por las autoridades de
Bruselas. Juegan a dos bandas tratando
de obtener ventajas de las relaciones a través de sus desafíos. Se sienten
seguros en la Unión pero lanzan sus redes en la cercana Rusia de la que obtienen
tratamiento favorable por romper la unidad europea. Divide y vencerás.
Una
Polonia retrógrada es un atentado contra sus propios ciudadanos, cuyos derechos
y garantías se ven pisoteados respecto a otros conciudadanos de la Unión. ¿Cómo
puede defenderse Europa de países que entran en unas condiciones y después las
modifican negativamente? Muchos polacos ven en Europa una defensa de sus libertades, a las que no quieren renunciar por el giro autoritario de sus propios gobiernos. No son los únicos que intensifican sus sentimientos europeos ante el avance de movimientos retrógrados, nacionalistas y populistas.
No es una situación fácil y pone en cuestión el espíritu mismo de la Unión Europea. ¿Es posible que un modelo autoritario conviva con uno liberal? Hay que tener cuidado con los efectos de contagio. Son
troyanos autoritarios.
*
"La UE advierte a Polonia por su clara deriva autoritaria" El País
20/07/2017
https://internacional.elpais.com/internacional/2017/07/19/actualidad/1500473399_253763.html
**
"Why Putin needs Orbán" Politico 2/1/2017
http://www.politico.eu/article/why-vladimir-putin-needs-viktor-orban-russia-hungary/
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