Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los judíos ultraortodoxos han reaccionado mal a la presión
nacional e internacional sobre sus métodos y formas de interpretar y enjuiciar el
mundo. Recordamos que el caso que había desencadenado la repulsa general había sido el
de una niña de ocho años insultada, llamada “prostituta”, escupida y acosada
por las calles por no ir vestida como ellos piensan que deben ir vestidas las
niñas de ocho años.
Su reacción ha causado más indignación, si cabe, porque han
utilizado determinados símbolos del holocausto, tratando de representarse como
los nuevos mártires, las nuevas víctimas de persecución. Se han plantado en el
pecho estrellas amarillas con la palabra “Jude”, se han puesto “pijamas
de rayas” y han hecho fotografiarse a los niños en la pose de una famosa fotografía del
gueto de Varsovia en la que un niño levanta sus brazos en señal de rendición
frente a las tropas nazis.
La foto del niño con los brazos levantados en el gueto de Varsovia |
El hecho de que ellos fuera los “perseguidos” —¿qué papel interpreta
entonces la niña involuntariamente aquí?—, convierte a los demás en “nazis”
obviamente. Y así se encargaron de gritárselo a la policía israelí cuando
intervino. Como es lógico, a la mayoría del los israelíes no les hace la más
mínima gracia que los llamen “nazis” y los comparen con ellos y menos viniendo
de estos señores. The New York Times
nos cuenta que son casi el 10 por ciento de la población, pero que van
creciendo; que lo del trabajo no les parece bien a muchos de ellos y prefieren
apuntarse a un paro más bien indefinido y vivir del subsidio dedicándose a la
noble tarea del estudio permanente de las Escrituras*. La consecuencia que
sacan de sus atentas y constantes lecturas es que hay que ir por la vida discriminando
a las niñas que no se visten como quieren, no se sientan en la parte adecuada
el autobús y un montón de reglas de incuestionable cumplimiento para los que
son de la comunidad. Me imagino que los demás no se atreverán a pisar siquiera
la zona.
Los ultraortodoxos protestando considerándose perseguidos |
En junio de 2010 se produjo una manifestación de protesta de
los judíos askenazis (de origen centro y oriental de Europa) contra la
prohibición de discriminar a los niños judíos sefardíes en las escuelas. La
mayor parte de las manifestaciones suelen ser contra la segregación. Para ellos,
en cambio, lo natural es la segregación. No quieren mezclarse con otros judíos,
sean de donde sean. Ellos son los “puros” y los demás los contaminados y
contaminantes. No es un problema externo, interconfesional; es un problema de
los elegidos frente al resto del
mundo. Nos cuenta el diario argentino La
Nación de entonces cuáles eran los argumentos que esgrimían:
“¡Es la tora quien decreta!”,
“¡No toquen a los redentores de Israel!”, podía leerse en las pancartas que
llevaban los manifestantes.**
La niña discriminada ahora es de origen centroamericano; tan
judía como ellos. Pero no es así en su mente restrictiva. Ellos son únicos, los
“redentores”. Y ser únicos significa que únicamente se puede ser como ellos, lo demás
son deviaciones, aberraciones. Puede que entre ellos haya quienes piensen que no está bien escupir, insultar, segregar, etc., —dejemos el beneficio de la duda— pero no se les ve manifestarlo o, al menos, no nos lo transmiten con la misma intensidad.
En todas las religiones existe gente así. Son los únicos “puros”;
los únicos que leen correctamente las Escrituras frente a las malas
interpretaciones o herejías de los demás. Para ellos la religión no es más que
un instrumento selectivo que les sirve para situarse en el lado virtuoso de las líneas de separación que deben existir en el mundo. No les basta con considerarse
religiosos y cumplir ellos los preceptos. Extienden hasta el infinito las reglas y
normas hasta cubrir todos los aspectos de la vida propia y ajena, que es la
forma de poder interferir y controlar a todos. Su “pureza” les concede ese
privilegio. Buscan la diferencia de forma constante para evitar ser
confundidos y eso se refleja en todos los órdenes de la vida, desde el
vestuario a la alimentación, de los horarios a los saludos. Sí, en todas las
religiones podemos encontrarlos. Ellos son diferentes y quieren que todos lo
sepan.
Poniéndose la estrella amarilla en sus ropas, poniéndose los
pijamas de rayas y haciéndose fotos imitando a los judíos que fueron recluidos
y masacrados en Varsovia, estos ultraortodoxos no solo falsean la historia del
pueblo judío, sino que insultan a todos los que hayan podido padecer
persecuciones por el fanatismo de otros. La manifestación de los perseguidores perseguidos no es más que un sarcasmo
histórico, un chiste de mal gusto.
Nos dicen que estos ultraortodoxos no reconocen el estado de
Israel, ni sus leyes, porque debe venir el mesías a fundarlo. Se iban a enterar, desde luego.
* “Israeli Protest’s Invocation of Holocaust Is
Condemned” The New York Times 02/01/2012
http://www.nytimes.com/2012/01/02/world/middleeast/holocaust-images-in-ultra-orthodox-protest-anger-israeli-leaders.html?hp
** “Judíos ultraortodoxos
protestan por discriminación en escuela religiosa” La Nación 17/06/2010 http://www.nacion.com/2010-06-17/Mundo/UltimaHora/Mundo2412689.aspx
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