lunes, 21 de julio de 2025

Trump y el dios de los ricos

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Es una lástima que apenas regrese gente del otro mundo para contarnos algo. Gracias a esto, las especulaciones de todo tipo son posibles y con ello las estafas en vida. Que llegues al otro mundo y no sea como te lo han contado, pase; pero el problema está en la estafas inmobiliarias espirituales, las que te hacen aquí vendiéndote el más allá.

En 20minutos nos dan cumplida información sobre algunos de estos manejos y ¡cómo no!, Trump está por medio.

Aquí hemos resaltado en varias ocasiones el Trump vendedor de Biblias y el uso rentable de ello. Pero el aparato "espiritual" va más allá cuando justifica lo suyo como "voluntad divina", un truco que parece le funciona. Si logras convencer que lo que haces, aunque no se entienda y por extraño que parezca, lo quiere Dios, gran parte de trayecto está realizado.

El artículo en cuestión se titula "Qué es la Teología de la Prosperidad, el credo que idolatra el dinero y que Trump está impulsando desde la Casa Blanca" y los firma Chema Lizarralde. La idea tiene una larga tradición entre los ricos del mundo que, lejos de renunciar a sus riquezas materiales, las consideran como una especie de signo del favor divino. Es la mezcla perfecta, riqueza y salvación, para presentarse ante sus votantes.

Resultan ridículas —aunque eficaces— las imágenes del Despacho Oval de la Casa Blanca convertido en lugar de oración agradeciendo el regalo divino que para el pueblo norteamericano supone Donald Trump.

En el artículo se  nos dice en la introducción de la cuestión: 

¿Y si nuestra pobreza (o riqueza) fuera voluntad de Dios? Eso es lo que se plantea una pujante creencia que ya tiene nombre: es la teología de la prosperidad y sus defensores han entrado en la Casa Blanca por la puerta grande.

Donald Trump ha creado en este su segundo mandato la Oficina de la Fe de la Casa Blanca. Lo ha hecho para "ayudar a las entidades religiosas, organizaciones comunitarias y casas de culto en sus esfuerzos por fortalecer a las familias estadounidenses, promover el trabajo y la autosuficiencia, y proteger la libertad religiosa". En febrero, el presidente de Estados Unidos puso al frente a la telepredicadora Paula White.

Es su asesora espiritual desde hace años y uno de los seis líderes religiosos que seleccionó para participar en su ceremonia de investidura del 2017. Se conocieron a finales de 2001 o principios de 2002, cuando Trump se puso en contacto con ella y le dijo que había visto sus sermones en la televisión cristiana. Le dijo que ella tenía el "factor".

A White tal vez muchos la recuerden por aquel momento de 2020, cuando acababa el recuento de votos de las presidenciales y los números señalaban ya la victoria de Joe Biden. Un grupo de fieles republicanos de Florida se puso a rezar y entre ellos una mujer rubia con gafas tomó la palabra para hablar del cielo, de los ángeles y del Señor, y para acusar a una "confederación demoniaca" de querer robar las elecciones.* 

La filosofía es clara y pasa a ser dogma: ya seas rico o pobre, Dios lo quiere. Si Dios quiere que seas rico, ¿por qué despreciar las riquezas o no querer ser más rico de lo que eres? ¿Y los pobres, qué pasa con ellos? Pues lo mismo: Dios lo quiere y Él sabrá por qué.  Los caminos de Dios son inescrutables.

El truco es sencillo: nada pasa porque tú lo quieras, sino porque es voluntad divina. Eso incluye todo tipo de hechos y situaciones. Los que estamos acostumbrados a escuchar sobre no adorar las riquezas materiales, repartir entre los necesitados, etc. nos sentimos inquietos ante esta fórmula típicamente norteamericana, mayoritariamente blanca y tirando a secta protestante, aunque Lizarralde nos advierte de su creciente éxito entre los pobres: "Se ha visto un crecimiento significativo en las iglesias negras e hispanas y es particularmente popular entre los inmigrantes (obligados a emprender y confiados en tener éxito)."* No es de extrañar, pues esta teología del éxito no funciona como un "destino pagano", sino que cree que, si Dios lo quiere, puede modificar su idea y convertirte en millonario para ejemplo de otros. 


Es ahí donde entra el poder de las iglesias, predicadores y telepredicadores: saben lo que a Dios le gusta y pueden hacerte pasar de un destino pobre a otro rico. La construcción parte de ese principio de sabiduría divina y sigue hasta convertirse en excusa para la riqueza sin límites.

Esta "teología" siempre ha estado en la idolatría del éxito. Trump puede jugar con la idea del "hombre hecho a sí mismo", intentando combinar que es hijo privilegiado de ricos de oscura riqueza especulativa con la voluntad  divina, la que le ha llevado a la Casa Blanca para poner paz en el mundo y riqueza en el nuevo "pueblo elegido", los Estados Unidos.

La idea, como decimos, no es nueva y es sencilla. Se trata de darle el giro adecuado a lo que la gente está dispuesta a creer. La telepredicadora, que está posicionada claramente contra la inmigración, dice que Jesucristo fue un "emigrante" en sus años en Egipto, pero que "no era un ilegal"*. 

El ejemplo lo dice casi todo. Al final todo concuerda con lo que quieres. Y Dios dice lo que quiere que digas.  Dios quiere a Trump y —¡ojo!— eso ninguna urna lo va a cambiar.

 

* Chema Lizarralde "Qué es la Teología de la Prosperidad, el credo que idolatra el dinero y que Trump está impulsando desde la Casa Blanca" 20minutos 21/07/2025 https://www.20minutos.es/internacional/que-es-la-teologia-de-la-prosperidad-el-credo-que-idolatra-el-dinero-y-que-trump-esta-impulsando-desde-la-casa-blanca-5731557/

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