jueves, 17 de julio de 2025

Otro patriotismo mejor

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Si pretendemos que el racismo se combate con la Policía patrullando en las calles, es decir, en la última fase del proceso, estamos bastante fuera del problema. Es un problema de orden público, sí, pero es sobre todo un problema cultural. Antes del comportamiento, de la acción, están las ideas que llevan a ello.

A la ultraderecha le viene bien incluso que haya estos despliegues policiales. El efecto buscado se logra y se ahorran algunos golpes y detenciones, que les sirven además para crear sus propias castas de héroes, construir sus propias leyendas personales de "patriotismo", de "españolidad", que es por donde quieren crecer, algo que están haciendo según los datos.

Escuchamos discursos llenos de tópicos, como en el caso de Núñez Feijoo sobre las "deportaciones inmediatas de los que vienen a delinquir", a silencios clamorosos o a los que piden volver a paces anteriores, no siempre tan claras.

Mientras no se asuma que el racismo y la xenofobia están instalados entre nosotros de diferentes formas e intensidades, que están por encima (o por debajo) de otro tipo de problemas, que son los que configuran en discurso político habitual, los que los políticos pueden usar en su intercambio, no habremos avanzado nada o muy poco.


El racismo y la xenofobia hay que combatirlos antes que se manifiesten como conductas violentas en las calles. Hay que combatirlo detectándolo en manifestaciones, conversaciones, gestos, etc. cotidianos. Hay que sacarlo de los discursos tópicos sobre cuestiones que camuflan su verdadera intención, la discriminatoria, que es la que otros utilizarán para llegar a la acción.

Lo ocurrido en Torre Pacheco es la punta de un iceberg cultural, que no se expresa directamente más que en estos estallidos, convocados aprovechando ese caldo de cultivo anterior. Pero hay una serie de discursos y actitudes que circulan en forma adaptada a las situaciones cotidianas. Surgen en pequeños comentarios, en actitudes, en conversaciones, chistes y otras muchas forman que esquivan los rechazos.

Si de verdad estamos contra el racismo y la xenofobia hay que afrontarla en estos pequeños espacios, enfrentarse a ellas de forma clara y decidida. Hay que hacerlo en las escuelas señalando que el acoso que sufren los niños, ya sea físico o verbal, es el inicio de unas actitudes que se volverán más peligrosas con el tiempo. No nos vale mirar hacia otro lado. Hay que dejarlas en evidencia.


No se trata solo de combatir la xenofobia y el racismo; se trata de construir una convivencia ajustada a nuestro deseo de humanidad, deseo de un mundo más justo y humano. No podemos, como se ha hecho durante siglos por todo el mundo, predicar con limitaciones, solo para algunos y excluyendo a otros.

No, lo ocurrido en Torre Pacheco o, para ser más precisos, lo que se quería que ocurriera en Torre Pacheco ha servido para darnos cuenta de la perspectiva de una sociedad salvaje en la que nos cuantos puede llamar a "una cacería" de migrantes sin pudor alguno. Esta falta de pudor es buscada para lograr visibilidad y darse un baño de heroicidad, mostrando su capacidad de "sacrificio" por "todos", "su inmenso amor por España", como proclamaban en Vox hace unos cuantos días, en la previa de Torre Pacheco. Hoy ya sabemos en qué consiste ese "amor".

Si no le gusta esta versión bárbara de España, dígalo, no se calle. El silencio es una complicidad ya que ellos cuentan con él. Hace poco tiempo escribimos aquí que no podíamos dejar que nos robaran el patriotismo. No debemos dejarles que se autoproclamen como "patriotas" convirtiendo en "enemigos de España" a los que les niegan y rechazan sus valores.

El amor a España se manifiesta de muchas formas, pero sobre todo deseando y trabajando por una España más humana, más llena de convivencia y derechos, abierta, justa. Mientras se aplaude a los millones de turistas que vienen a gastarse aquí el dinero, se persigue o margina a los que vienen a traer su trabajo para que se posibilite esa forma de crecimiento.

Nos daban esta mañana en RTVE el dato de que un trabajador migrante gana cerca de un 30% menos que uno nacional. Eso ya es significativo de nuestra peculiar forma de entender la equidad. Hace unos días entrevistaba a las tres doctoras extranjeras que se habían hecho cargo de un centro de salud en esa España vaciada al que nadie quería ir.

Estamos copiando lo peor de lo que ocurre en una Europa que crece en su xenofobia en determinados países. Tienen todas las armas disponibles en sus manos. Pero si queremos una Europa que se aleje de sus raíces racistas hacia un espacio de convivencia y justicia, habrá que ser más firmes en los principios si realmente creemos en ellos. El racismo avanza más allá de los conflictos como el de Torre Pacheco. 

Podemos presumir de que no han conseguido su objetivo de la "cacería", pero el mero hecho de que esta se planteara ya es un fracaso como sociedad.

elDiario.es 16/07/2025

El racismo trabaja con situaciones muy concretas y las eleva al rango de universalidad. Lo que hace uno, lo hacen todos. La idea de que vienen a delinquir ya ha sobrepasado las paranoias de Trump, con sus fantasías del atacado paraíso norteamericano. Una de sus colaboradoras directas llegó a decir que nunca hubo racismo en los Estados Unidos. No sé de qué país estaba realmente hablando. El retroceso norteamericano con Trump y demás al frente es un claro aviso para nosotros.

Por Europa van creciendo el radicalismo xenófobo con medidas legales o con acciones violentas. El silencio se hace cómplice por temor político a que cueste votos.

Esto supone un reto para todos. Nos obliga a pensar qué tipo de país queremos; nos obliga a defenderlo frente a los que se autoproclaman "patriotas" y hacer un nuevo patriotismo más justo. Es hora de demostrar que hay muchas formas mejores que las violentas y teatrales que reivindican algunos. 


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