Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Antes a
estas noticias se les llamaba "serpientes de verano", en relación a
una noticia que mantuvo agitado un aburrido verano. La expresión quedó como la
noticia de dudosa realidad, pero que sirve para rellenar los huecos de interés
en un país que se paralizaba cuando llegaba el verano. ¡Qué tiempos! Hoy las
olas de calor que nos dejan tirados son incapaces de frenar la avalancha de noticias,
las explosiones de informaciones capaces de provocar sus propios "golpes
de calor" noticiosos.
Por si lo nuestro fuera poco, en 20minutos nos lanzan, recogido de los Estados Unidos, el siguiente titular "Un profesor universitario predice el año en el que Estados Unidos vivirá otra guerra civil". Allí se nos explica la "predicción" del docente y sus motivaciones:
Las tensiones en Estados Unidos, ya desde el primer mandato de Donald Trump, están al rojo vivo. Hace unas semanas hubo violentas protestas en Los Ángeles y son muchas las voces que alertan de que un gran conflicto civil está más cerca de lo que parece.
El profesor Benjamin Cohen, de la Universidad de California-Santa Bárbara, advierte de que la posibilidad de que la polarización política alcance un punto de ruptura violenta en todo Estados Unidos es "sustancialmente mayor que cero".
En un artículo publicado por el Daily Mail, el economista político y autor de 20 libros dice que California declararía su independencia de Estados Unidos en 2035, en medio de una creciente fricción con el gobierno federal, lo que impulsaría al próximo presidente a tomar medidas drásticas.
"El vicepresidente Vance ha amenazado con una toma militar del gobierno estatal en Sacramento, respaldada por tropas de la Guardia Nacional de los estados republicanos cercanos. Un conflicto armado parece cada vez más probable", escribe Cohen en un boletín informativo ficticio sobre su escenario hipotético.*
Lo peor de todo es que no se trata de una "serpiente de verano", de sensacionalismo, si no de una probabilidad creciente, eso que el profesor autor del artículo define como "sustancialmente mayor que cero". Su rigor académico le impide dar una cifra precisa de la probabilidad de que ocurra, aunque sí da un plazo, diez años, una cantidad redonda.
No sé si hay alguna forma "precisa" de establecer las probabilidades de una "guerra civil", algún método infalible de cálculo, dada la complejidad del asunto debido a la gran cantidad de variables, pero lo cierto es que ya hemos tratado esto en varias ocasiones, lo que no lo hace más probable, pero sí nos indica que existe una creciente preocupación por esto. Y si existe una preocupación es porque está siendo pensado por mucha gente. Y si está en la mente de mucha gente puede acabar ocurriendo.
Quizá el principal factor que anima esta idea sea la creencia del trumpismo (y lo que hay detrás) en la inevitabilidad de sus objetivos, en plantearlos como un destino, como un mandato divino. Por eso la amenaza de Vance, que es real, contiene mucha información sobre lo posible.
Las derivas autoritarias del trumpismo parten de esa idea de destino, una línea muy marcada en el pensamiento retrógrado estadounidense del que el trumpismo es una mezcla. Por ejemplo: el atentado contra la oreja de Trump se percibió como una "señal"; no fue la suerte, fue un "ángel" que salvó la vida del candidato a presidente porque el destino le "necesitaba". Si creemos que se nos ha salvado la vida por orden divina, inevitablemente todo lo que hagamos después se justifica, sea lo que sea.
Lo que hace Benjamin Cohen es hacer un cálculo sobre "lo inevitable" precisamente para evitarlo. Pero los humanos tenemos una larga tradición de hacer poco caso de las advertencias o, lo que es peor, verlas como un camino abierto para explorar posibilidades.
No es el único que lo hace. El historiador Timothy Snyder escribe este pasado 12 de junio en su página un texto titulado "Trump's civil war / And our new birth of freedom"** en el que comenta una reciente mención a la guerra en un discurso en una base militar:
Earlier this week Donald Trump called for a
second civil war at a US military base. This scenario can be resisted and
prevented, if we have the courage to listen, interpret, and act. And this
Saturday we will have the occasion to act.
The listening is important. The speech was
given at the base now known again as Ft. Bragg. The fort was named for a
confederate general. It was renamed Ft. Liberty. Under this administration, it
was renamed Fort Bragg, now ostensibly to honor another American serviceman, not
the confederate general. It is a dishonest pretense that dishonors everyone.
The fort is now named again after a confederate general, as Trump made clear.
The tradition that is now in fact being honored, that of oathbreakers and
traitors.
In Trump's speech, the existence of the United States is placed in doubt. We are not a country but a divided society in which some of us deserve punishment by others. He made no mention of the world today, nor of any common American interest that might necessitate national defense. There was no concern about threats from China or Russia. Middle Eastern dictatorships, the only countries that Trump singled out, garnered great praise because their leaders gave Trump money. There was no mention of any wars that are actually underway, such as the Russian invasion of Ukraine.**
[ Trad. Google. A principios de esta semana, Donald Trump instó a una segunda guerra civil en una base militar estadounidense. Este escenario se puede resistir y prevenir si tenemos la valentía de escuchar, interpretar y actuar. Y este sábado tendremos la oportunidad de actuar.
Escuchar es importante. El discurso se pronunció en la base que ahora se conoce de nuevo como Fuerte Bragg. El fuerte recibió su nombre en honor a un general confederado. Pasó a llamarse Fuerte Libertad. Bajo esta administración, se le cambió el nombre a Fuerte Bragg, aparentemente para honrar a otro militar estadounidense, no al general confederado. Es una farsa deshonrosa que deshonra a todos. El fuerte ahora vuelve a llevar el nombre de un general confederado, como Trump dejó claro. La tradición que ahora se honra, la de los que rompen juramentos y los traidores.
En el discurso de Trump, se pone en duda la existencia de Estados Unidos. No somos un país, sino una sociedad dividida en la que algunos merecemos el castigo de otros. No mencionó el mundo actual ni ningún interés común estadounidense que pudiera requerir la defensa nacional. No le preocupaban las amenazas de China ni de Rusia. Las dictaduras de Oriente Medio, los únicos países que Trump mencionó, recibieron grandes elogios porque sus líderes le dieron dinero. No mencionó ninguna guerra en curso, como la invasión rusa de Ucrania. ]**
Hay muchas formas de "guerra civil", pero Trump está precisando ese amplio espectro en una dirección determinada. No olvidemos lo que ocurrió en el Capitolio un 6 de enero. No es una fantasía; es una posibilidad.
* "Un profesor universitario predice el año en el que Estados Unidos vivirá otra guerra civil" 20minutos 05/07/2025 https://www.20minutos.es/internacional/profesor-universitario-predice-ano-estados-unidos-vivira-otra-guerra-civil-5728742/
** Timothy Snyder "Trump's civil war / And our new birth of freedom" 12/06/2025 https://snyder.substack.com/p/trumps-civil-war





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