domingo, 27 de julio de 2025

Crece el odio racista

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El odio nos ha sorprendido. Muchos no estaban preparados para esta avalancha causada por el "caso de Torre Pacheco", el que nos ha dado a conocer la dimensión real del problema. Lo ha hecho salir a la superficie.

Desde entonces medios e instituciones se hacen una pregunta: ¿es España racista? Creo que la pregunta es demasiado básica y engañosa, maximalista. Busca una respuesta que no solo no aclara nada, sino que puede ser manipulada y conseguir el efecto contrario. ¿Por cuál "España" nos preguntamos? No hay una "España" a la que podamos atribuir un comportamiento conjunto, sino una serie de españoles, personas concretas que realizan una serie de actos y discursos que pueden ser reconocidos como racistas o xenófobos. Son personas que actúan cuando tienen ocasión. No son España, son españoles.

Puede haber actos institucionales, leyes, discursos, etc. que sean racistas, sin duda. Tenemos ejemplos todos los días en muchas partes del mundo, incluso aquí entre nosotros Hoy nos preguntamos por "España", dentro de esta tendencia a manejar lo concreto a través de lo abstracto, con lo que nos quedamos en esas preguntas.

Pero el caso también nos ha dado una parte "positiva", un perfil más claro de un problema subyacente y que avanza gracias a la combinación de muy diversos factores. Es en esto donde nos debemos centrar, lo que debemos vigilar los que están preocupados por su deriva.

En 20minutos, Elena Omedes nos ofrece este titular "Los mensajes de odio racista pierden la "vergüenza" en las redes: "Cada vez hay más gente sin filtro y hacen mucho ruido"": 

"Paliza", "mierda", "machete" y "delincuente". Son las cuatro palabras más detectadas entre la oleada de bulos y discursos racistas y xenófobos que inundaron las redes tras el suceso de Torre Pacheco. Los mensajes de odio prácticamente se quintuplicaron en apenas un día, y justo después de los disturbios que se generaron cuando decenas de personas decidieron tomarse la justicia por su mano y amenazar y atacar a los inmigrantes de la localidad murciana, como respuesta a la agresión que días antes había sufrido un anciano por parte de un grupo de jóvenes magrebíes. Lo sucedido entonces fue fruto de un caldo de cultivo que lleva gestándose en España y a nivel internacional desde hace ya un tiempo, y generó también cierta validación entre quienes, hasta ahora, no expresaban en voz alta algunos pensamientos de carácter racista. *

Las palabras ya nos dicen algo sobre el "enmarcado" del racismo, una mezcla de desprecio y agresividad. Son formas de vejación y de llamada a la violencia. Así se manifiesta esa idea de "superioridad" y deseo de darle salida a través de la violencia.

Podía haber sido una llamada despectiva, pero esta vez ha ido más allá: era una llamada a la violencia, a la "cacería", lo que realmente se produjo.

Hace tiempo que se dan muestras en España de una cierta violencia que se va asentando y que acaba fijándose en los más débiles, los migrantes. 

La debilidad de los migrantes se basa en un principio falso: no tienen derecho a la defensa de la ley ni a estar aquí. Para que eso se produzca se inculca muy temprano en los más jóvenes un sentido "agresivo / defensivo" que ellos asimilan. Los inmigrantes son "un peligro" del que hay que "defenderse". Las leyes y el sistema "no funcionan" y "hay que actuar". La respuesta de la movilización demuestra cómo esto "funciona", con rapidez y eficacia. Era la puesta de largo de lo experimentado con cientos de acciones previas. Tenían el lugar y la motivación adecuada. El llamamiento funcionó.

Se señala más adelante en el artículo:

El Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe) monitorizó todos los discursos de odio que se generaron a raíz de los altercados de Torre Pacheco, y halló un aumento preocupante de los discursos racistas en redes sociales. Solo entre el 6 y el 22 de julio detectaron más de 138.000 mensajes de odio, la inmensa mayoría de ellos (el 91%) dirigidos a personas del norte de África. El informe publicado el jueves advierte de un repunte de los bulos, la desinformación, imágenes manipuladas y convocatorias violentas contra la población migrante.  El día en el que se detectó el pico máximo de odio fue el 12 de julio, que coincide con la manifestación convocada en la localidad murciana: de 6.824 a 33.046 mensajes racistas en apenas 24 horas, lo que supone un incremento de más del 384%.* 

La pregunta no es si "España es racista", sino más bien "cómo parar el racismo" altamente estructurado que se nos ha mostrado; cómo frenar su crecimiento especialmente entre unos jóvenes que se sienten cada vez más alejados de unos valores y se adentran en los contrarios. Hay que preguntarse cómo en una sociedad se admite la violencia en un grado que permite hablar de "cacerías", etc.

Algunas de estas preguntas tienen repuestas complejas, pues cuando uno se pregunta por el "cómo" o el "por qué" es porque ya se ha producido algo que se nos ha escapado de las manos, algo que ha crecido ante nuestros ojos y que apenas hemos sabido ver.

A los políticos españoles les gusta demasiado barrer debajo de la alfombra los problemas de este orden. No saben cómo actuar con ellos. Se desvía el problema hacia cómo controlar la inmigración, con lo que se hace el juego a los racistas y xenófobos. El problema real es cómo frenar el racismo y la xenofobia, que es algo muy diferente.

Sabemos que se está fomentando desde la extrema derecha europea y sus variantes locales. El presidente Trump acaba de desembarcar en Escocia para jugar al golf y ha dejado caer que Europa es "victima" de la inmigración y que le da mucha pena. Es la forma de presentarse defendiendo sus políticas racistas, que no solo se dan en las fronteras sino en las persecuciones masivas para expulsar de los Estados Unidos a millones de personas.

No se puede negar la influencia trumpista en la expansión del racismo por Europa. Se ha convertido en el elemento determinante del discurso político y hacia el que se orientan, en un sentido u otro. Conforme cala en la opinión pública, los partidos procuran encajarlo en sus discursos: el "problema" es la inmigración.

La base del racismo es hacer culpables de lo que hace uno al resto. Eso es lo que permite organizar "cacerías", lanzar discursos encendidos sobre generalidades y peligros.  Un delito es un delito, lo haga alguien de Soria o de Afganistán... pero ni se percibe igual ni se actúa igual. La Psicología Social lo explica: a mayor identificación del grupo, mayor rechazo del otro, al que se percibe como grupo amenazante.

Vemos cómo partidos moderados, liberales y democráticos van introduciendo cuestiones en los discursos que les llevan a no enfrentarse directamente al problema, sino a desplazarlo al inmigrante y no a los violentos comportamientos, de palabra y obra, de los racistas.

Las bolsas de violencia social están aumentando, especialmente entre los jóvenes, que están "normalizando" los conflictos desde la escuela, donde se aprenden y practican. Después son llevados hasta el "Torre Pacheco" de turno donde ponen en práctica lo aprendido. No se trata de generalizar, sino de señalar que la violencia se aprende y se justifica allí donde no se combate. La manipulación hace el resto.

Los datos que nos dan desde los observatorios son muy preocupantes no solo por el crecimiento, sino por la parálisis social que muestran, La alteración del orden público es la etapa final, pero hay que actuar antes y con más eficacia. El discurso racista se está "normalizando" por bocas que van del presidente de los Estados Unidos a los políticos locales. Crece con fuerza y los silencios son su abono. 

 

* Elena Omedes "Los mensajes de odio racista pierden la "vergüenza" en las redes: "Cada vez hay más gente sin filtro y hacen mucho ruido"" 20minutos  27/07/2025 https://www.20minutos.es/noticia/5734294/0/mensajes-odio-racista-pierden-verguenza-redes-cada-vez-mas-gente-sin-filtro-mucho-ruido/

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