jueves, 31 de julio de 2025

El reconocimiento de Palestina

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La situación en Gaza es tan brutal que lo que pretendía Israel se ha dado la vuelta y ahora actúa en su contra. La excusa de Hamás y la recuperación de los rehenes judíos han dejado de funcionar ante la evidencia de lo poco que le importan al propio Netanyahu y su gobierno de radicales.

Cada vez es más evidente —si alguna vez no lo ha sido— que el fallo de la casi siempre eficiente inteligencia judía que posibilitó la entrada en territorio israelí de los terroristas de Hamás ha sido una excusa que ha permitido el genocidio palestino y los ataques a los países de la zona que Israel decidía que comprometían su "existencia". Lo que vemos cada día, en cambio, es un cruel ejercicio de exterminio masivo, que cuenta ya más de 60.000 muertos, la gran mayoría civiles, con mujeres y niños. A las bombas hay que sumar el hambre como instrumento de muerte.

Creo que ha quedado claro que el objetivo de Israel no es Hamás, que no es más que la excusa. El objetivo real es la población civil, que es la que habita el territorio, un espacio que Israel necesita para crecer, para instalar a sus colonos, ávidos de tierras que se convierten en "israelíes" mediante el método doble de devastación primero y ocupación después.

No hay muertes accidentales en Gaza; solo un sádico plan de crecimiento, de expansión, cuya imagen más cruel es ese vídeo generado por IA que nos muestra la Franja convertida en una "Riviera" de Oriente Medio en la que disfrutan de sus bebidas frías unos tostados Trump y Netanyahu. El propio Trump, incapaz de diplomacia o prudencia, colgó en sus páginas de redes sociales. No, no creo que el destino de su rostro sea precisamente el Monte Rushmore. La Historia lo podrá en su sitio, pero en uno muy diferente al que espera.

La crueldad e indiferencia ante el dolor y la muerte está haciendo que muchos países empiecen a notar la fuerza de la presión popular sobre sus gobiernos. El temor a los Estados Unidos de Trump y su arbitrariedad está que se vaya creando una clara respuesta. Solo la ultraderecha internacional está interesada en sostener las políticas destructivas de Trump y Netanyahu, además de crearle un problema a los países árabes que han estado manteniendo un apoyo casi invisible a Israel por los beneficios que les reportaba el apoyo americano a través del armamento y el respaldo a sus regímenes frente a los movimientos islamistas que buscan sus derrocamientos.

A mediados de mayo se conocía la noticia de la "conversión" de Arabia Saudí en "potencia" militar gracias a las compras de armas realizadas a los Estados Unidos. Armando al estado, se garantiza la permanencia de un régimen como el saudí y además el apoyo de "proveedor" de las armas en caso de conflicto.


Al reciente anuncio de Francia del reconocimiento de Palestina y su apoyo a la llamada "solución de los dos estados", hay que sumar el que la prensa de hoy nos trae de Canadá, un país en una posición peculiar dadas las manifestaciones de "anexión" y amenazas de más aranceles por parte del "zar" Trump´.

En RTVE.es podemos leer que

El primer ministro canadiense, Mark Carney, ha anunciado este miércoles que Canadá tiene la intención de reconocer en la Asamblea General de la ONU de septiembre a Palestina como Estado, sumándose así a medidas similares tomadas recientemente por otros países occidentales.

"Esta intención se basa en el compromiso de la Autoridad Palestina con las reformas tan necesarias, incluyendo los compromisos del presidente (Mahmud) Abbas de reformar profundamente su gobernanza, celebrar elecciones generales en 2026 en las que Hamás no pueda participar, y desmilitarizar el Estado palestino", ha declarado en un comunicado.*



Evidentemente, todo esto no puede ocurrir si no se obtiene un compromiso claro por parte de Israel de aceptarlo también, algo que es poco probable con Benjamín Netanyahu en el poder.

Lo que Benjamín Netanyahu ha conseguido hasta el momento es destrozar la imagen del Israel "víctima", fomentar el sentimiento anti Israel —que prefieren llamar "antisemitismo"— e intensificar el "antisemitismo" real en aquellos que ya lo eran; además está consiguiendo lanzar a Hamás hacia el liderazgo del islamismo por el que compiten varias grupos y facciones desde diversos frentes.

Junto a lo señalado, se están consiguiendo varias cosas destacables y peligrosas: se está fomentando el "anti occidentalismo", ya que se aprovecha tanto el apoyo norteamericano como la falta de medidas de eficacia real por parte de Europa. Los negocios de Israel con Europa son importantes y se guarda un cuidadoso silencio hasta que saltan, como ha ocurrido en España con los contratos de compra de armas.


Trump está fusionando los ataques económicos en la guerra arancelaria con el suministro principal de armas y apoyo logístico a Israel. Para Trump, como sabemos, Netanyahu ha pedido públicamente el Premio Nobel, un chiste macabro que quedará en la antología del disparate histórico. Si Trump empieza a sancionar económicamente por la falta de apoyo a Israel, la cuestión se hará más abierta y complicada, algo que empezarán a experimentar los norteamericanos, que se están condenando ellos mismo al ostracismo.

La medida de Canadá debe entenderse como medida doble: contra la política de Israel y como un desafío / rechazo contra las políticas económicas imperialistas de Trump.



En el mundo internacional global, no existen piezas sueltas y todo tiene repercusiones, de ahí su complejidad. Netanyahu no podría haber hecho lo que hace sin el apoyo de los Estados Unidos de Trump. La apertura continua de frentes de conflictos es el resultado de abrir primero unos de los que se aprovechan para abrir otros. Cada vez hay más señales de guerra o de aumento de la compra de armamento, una señal de peligro.

Como señalamos en el inicio, lo que ha conseguido Israel es pasar de ser la "victima" a ser el "agresor" desproporcionado. Israel ha perdido cualquier resto de razón al dejar al descubierto su forma de proceder y el poco interés real en recuperar los rehenes que falta, algo que se le recrimina desde los mismos familiares. Lo que queda al descubierto, además de la crueldad, su intención colonial después de hacer desaparecer a, por ahora, 60.000 palestinos, un hueco humano que "necesita" para expandirse y debilitar a los residentes, a los que niega el derecho al espacio y a existir.


Cada vez se hace más difícil "aceptar" lo que ocurre con las acciones de Israel, su falta de sentido de diálogo, de busca de soluciones. Esto ya le está pasando factura por todo el mundo, desde la ciudadanía y la presión sobre los gobiernos, empresas, etc. Lo hemos podido ver desde cosas aparentemente fútiles, como el Festival de Eurovisión, a las relaciones comerciales y políticas.

Canadá ha señalado que es el "sufrimiento de los ciudadanos" lo que le mueve a su reconocimiento como Estado. Es un duro camino fruto de múltiples errores por parte de unos y otros a lo largo de la Historia pasada y reciente. Según nos informan, Trump ya está amenazando a Canadá por el reconocimiento de Palestina. No ha tardado mucho.

¿El gran beneficiado? Hamás, que presenta como "victoria" cualquier paso humanitario o crítico contra la política de Israel.  En realidad, Israel se está derrotando a sí mismo.


* "Canadá reconocerá en septiembre el Estado palestino por el "sufrimiento" de sus ciudadanos" RTVE.es / Agencias 331/07/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250730/canada-reconocera-septiembre-estado-palestino-por-sufrimiento-ciudadanos/16682833.shtml

miércoles, 30 de julio de 2025

Las mujeres egipcias hoy

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Los lectores más lejanos de este blog recordarán que comenzó con la Primavera Árabe, allá por 2011. Se comenzó precisamente porque aquí se quedaron aquí atrapados unos compañeros de la Universidad de El Cairo con la que teníamos un proyecto común. Aquello creó un fuerte lazo y un interés permanente por lo que ocurría en Egipto y poder descubrir el papel esencial que jugaba en la zona y, sobre todo, las servidumbres acumuladas desde su creación moderna como república y las contradicciones constantes entre una clase elevada con formación y unas clases desprovistas de casi todo manejadas por los grupos islamistas.

Con el golpe de estado militar de Abdel Fatah al-Sisi contra el islamista de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Morsi, pronto se percibió una estrategia combinada para asegurarse el poder con una mezcla de nacionalismo, de extraño liberalismo económico (con un control de la economía por las empresas llevadas por militares) y un discurso moralista acorde con las bases egipcias para sustraerlo al control islamista a través de la poderosa Universidad de Al-Azhar, centro de referencia del islam suní. Un pragmático militar se fue haciendo con esos tres ejes, el control militar, el económico y el religioso para desmontar la doble resistencia que más le preocupaba, la de los progresistas y la del islamismo. Al-Sisi quiso colocarse en medio con un discurso nacionalista, que exaltaba a la vez que reprimía.

Para ello jugó un papel fundamental el control de la prensa. Los medios que habían sido críticos comenzaron a caer en el extraño oficialismo, que unos días predicaba el "orgullo egipcio" y otros un conservadurismo político y sobre todo religioso. Los periódicos independientes empezaron a desaparecer, haciendo imposible entender qué pasaba en Egipto. Medios fiables hasta el momento fueron comprados por las fuerzas económicas de dentro y fuera y puestos al servicio del régimen dejaron de informar de la realidad y comenzaron a hablar casi en exclusiva de turismo, de pirámides y de poco más, silenciando los problemas y el estado de la cuestión.

Uno de los elementos que más fuerza tuvo en la revolución de la Primavera fue, como en otros muchos lugares, el paso adelante de las mujeres, que hicieron de su condición motivo de lucha. En estos días que releo la obra de la feminista y luchadora egipcia, Nawal al-Sa'dawi, titulada La cara oculta de la mujer árabe, escrita originariamente en 1977 y traducida al español en 1991 me acuerdo mucho de aquellos momentos y de la lucha de muchas mujeres, una lucha que hacían extensiva al conjunto de la sociedad.


De algunos de aquellos medios me siguen llegando noticias, resúmenes a través del correo electrónico. Hoy mismo recibí uno de los mejores medios de entonces, Egyptian Streets, una buena representación del deseo de modernidad y cambio, con un encabezado que llamó mi atención y asombro.

El encabezado era "On Elitism and Policing Women’s Attire in Egypt" y este es el texto que el propio medio proponía como presentación a los lectores para acceder al artículo completo: 

In recent years, a troubling pattern has emerged across various venues in Egypt, where resorts, restaurants, and clubs have increasingly imposed informal bans on women wearing the hijab or the burkini. Under the guise of maintaining a certain aesthetic or "respecting" the values of the establishment, these practices have raised serious concerns about the policing of women’s bodies, as well as the classist and exclusionary ideologies underpinning them.

This issue, however, is not new. It is rooted in a complex social history where the veil has long been politicized. In early 20th century Egypt, the hijab was often viewed by the elite and the Western-influenced middle class as a symbol of backwardness. Over time, however, it became a deeply personal and often political expression; an emblem of religious identity, resistance, and autonomy.

From a legal perspective, the situation remains ambiguous. While the Ministry of Tourism has stated that no venue has the right to exclude veiled women, enforcement remains weak, especially in the absence of clear legislation banning such acts. The result is a system where informal rules go unchecked and women continue to be excluded based on what they wear. 

[Trad. Google: En los últimos años, ha surgido un patrón preocupante en diversos lugares de Egipto, donde complejos turísticos, restaurantes y clubes han impuesto cada vez más prohibiciones informales a las mujeres que usan el hiyab o el burkini. Con el pretexto de mantener una cierta estética o de "respetar" los valores del sistema, estas prácticas han suscitado serias preocupaciones sobre la vigilancia del cuerpo femenino, así como sobre las ideologías clasistas y excluyentes que las sustentan.

Este problema, sin embargo, no es nuevo. Tiene sus raíces en una compleja historia social donde el velo se ha politizado durante mucho tiempo. A principios del siglo XX en Egipto, la élite y la clase media, influenciada por Occidente, solían considerar el hiyab como un símbolo de atraso. Con el tiempo, sin embargo, se convirtió en una expresión profundamente personal y, a menudo, política; un emblema de identidad religiosa, resistencia y autonomía.

Desde una perspectiva legal, la situación sigue siendo ambigua. Si bien el Ministerio de Turismo ha declarado que ningún lugar tiene derecho a excluir a las mujeres con velo, la aplicación de la ley sigue siendo deficiente, especialmente ante la ausencia de una legislación clara que prohíba tales actos. El resultado es un sistema donde las reglas informales no se controlan y las mujeres siguen siendo excluidas por su vestimenta.]


El texto no puede ser más sorprendente. Donde antes se reivindicaba el derecho de la mujer a no llevar el velo, algo que en la mayoría de los casos provenía del conservadurismo familiar y social, del patriarcado fuertemente arraigado, ahora se reivindica lo contrario.

Que el rechazo a las formas más tradicionales del vestido, identificadas con la imposición patriarcal, provenga de establecimientos relacionados con el turismo (acceso a playas y piscinas, hoteles, restaurantes, etc.) no es casual. Los responsables del sector saben bien que este tradicionalismo exhibicionista que se practica no casa bien con el turismo externo, al que se lanzan llamadas a los cuatro vientos porque se necesitan las divisas del turismo. Simplificando, mientras se intenta vender una imagen de "modernidad" en el exterior que no espante al turismo que viene de fuera, se fortalecen las formas de control sobre el cuerpo de las mujeres a las que se les exige "tradicionalismo patriarcal", como rasgo nacional y religioso, identificando ambos valores, tal como el régimen de al-Sisi propone para evitar discursos que le tachen de "occidentalista" y "anti islam".

El régimen se enfrenta así a sus contradicciones, a su intento de satisfacer dos corrientes contrarias y que necesita, la del dinero turístico y las inversiones en el sector, con las "moralistas" que hacen ver la necesidad de velos, burkas y "burkinis".

Para el prólogo de la edición española, Nawal al-Sa'dawi comentaba lo que estaba sucediendo en ese momento en Egipto: 

Se escuchan también voces de satisfacción y complacencia en Arabia Saudí, Kuwait y otros muchos países árabes porque, en junio de 1991, el Gobierno egipcio aprobó un decreto por el que se disolvía la Asociación de Solidaridad con la Mujer Árabe y sus fondos se traspasaban a la Asociación de Mujeres Musulmanas. Asimismo, una escritora egipcia ha dicho que la liberación de la mujer está en contra de la religión y de las tradiciones, y que es necesario que las musulmanas se cubran con el velo.**

Lo que nos cuenta del momento —la dictadura de Hosni Mubarak, tras el asesinato del presidente Sadat por "traición" y alinearse con Occidente e Israel— nos hace ver una constante de los regímenes árabes: la principal forma de mostrar su ortodoxia es penalizando a las mujeres en sus derechos. Es lo que nos muestra el cambio de nombre y función citado por El Sa'dawi. Con actos como este, el régimen se asegura el tradicionalismo que centra su poder en el control de las mujeres; lo demás no le importa mucho.

Recuerdo algunas fotos que me mostraron mis amigas egipcias, las que habían estudiado en nuestras universidades españolas por esos años noventa. Recuerdo una que me sorprendió por el cambio: ninguna llevaba velo, algo que sí hacían entonces algunas incluso en España. Como profesoras en universidades egipcias temía perder sus empleos; eran miembros de las clases privilegiadas, las que había podido estudiar en el extranjero, pero que debían ahora amoldarse a las exigencias del gobierno y de la calle. Fuera, que hicieran lo que quisieran, pero dentro, a la vista de todos, era otra cosa.

Cuando el gobierno egipcio se encuentra en una situación en la que percibe peligro, reacciona con gestos como estos, de los que las mujeres son objetivo. Ahora lo está pues tiene mucho que explicar sobre su actitud ante lo que ocurre en Gaza.

La exclusión de las mujeres vestidas de forma tradicional de locales , playas y piscinas es una buena excusa para imponer el conservadurismo controlador. No es único país árabe que crea dos mundos, uno para el turismo extranjero y otro donde la mujer está encerrada en casas y vestimentas. Pero en Egipto, como siempre, todo es un poco más complicado. El gobierno sabe que el Hermano Musulmán Mohamed Morsi ganó en las urnas y que la base islamista sigue ahí, que hay que tener cuidado por si acaso se enfada más de lo permisible y crea problemas serios.


Al-Sisi se enfadaba con los dirigentes de Al-Azahar porque no presentaban "reformas" para hacer un islam más moderado. Pero los de la Universidad islámica sabían que eso era una forma de perder poder y no estaban dispuestos.

Muchos de mis amigos egipcios desaparecieron pronto. Lo suyo no era la lucha sino vivir dentro del sistema y salir del país cuando no aguantaban más. Era la clase dirigente; bastaba con conservar su poder de cada día. Mis críticas al sistema les comprometían y muchos lazos se rompieron. Lo comprendí cuando empecé a recibir mensajes indirectos de aviso desde la embajada. Me leían. Y eso no era bueno. A una doctoranda mía le preguntaron si me conocía en el control de salida del aeropuerto de El Cairo hacia España. Era un aviso.

Hoy vuelvo a escribir sobre Egipto. Lo hago con dolor por el retroceso de todos y la complacencia de muchos. El tema de las mujeres vuelve a ser el centro. 

Vuelvo a poner la foto de lo que era entonces y ahora mi deseo para Egipto, un deseo que muchos egipcios ya no comparten y prefieren seguir con la comodidad de sus privilegios de clase. Vuelvo a poner la foto en apoyo de quienes resisten, de quienes siguen pidiendo libertad, de las mujeres que quieren ser libres y no estar vigiladas o dar cuenta a nadie.


* — Nawal El Sa'dawi (1991) La cara desnuda de la mujer árabe (1977). Ed. Horas y horas. Traducción: María Luisa Fuentes

martes, 29 de julio de 2025

El negocio de la desgracia

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Hay muchas formas de hacer "negocios", unas más limpias que otras. La "limpieza" mayor o menor también está en función del tipo de negocio y de aquello con lo que se juegue.

No hace mucho comentamos aquí la vergüenza de la empresa dedicada a acoger mujeres maltratadas a las que se maltrataba, se insultaba, a las que se amenazaba con quitarle los hijos etc. Es difícil entender estos casos en lo que las acciones en principio protectoras se convierten en agresiones y se acaba perjudicando a quienes se debía proteger.

Las causas son varias, como la falta de atención de la administración, que se desentiende del control, la perdida de compromiso de una burocracia apática con los valores sociales que el estado y las instituciones públicas deben mantener, la falta de un personal formado y comprometido que atienda y cumpla con su función. Lo que tienen en común estos casos es que reflejan que no están ante un problema social, algo que afecta duramente a las personas, sino ante un "negocio", que se trata de cobrar primero y atender de cualquier manera después. No hay voluntad de mejora social, sino el acceso a unas subvenciones que se administran priorizando el beneficio económico. Poco más.

En el diario El Mundo vemos hoy otro nuevo y grave caso, esta vez con menores. El artículo lo firma Luigi Benedicto Borges y lleva por titular "El cierre de dos centros de menores de Gran Canaria destapa una cruel trama abusos y contratos millonarios". En el texto se nos explica el caso: 

Malos tratos, acoso, tortura y racismo. El cierre, el pasado jueves, del centro de menores José García I de Arinaga (Gran Canaria), gestionado por Quórum Social 77 y encargado de acoger a 148 niños que llegaron a la isla en pateras y cayucos, ha sacado a la luz situaciones de pesadilla dentro de una ONG que atiende a cerca de 2.000 menores migrantes en toda Canarias, labor por la cual ha recibido más de 150 millones de euros desde 2023 en subvenciones públicas por parte del Gobierno de Canarias.

El cierre se produce por orden de Tomás Martín, juez titular del Juzgado de Violencia contra la Infancia y la Adolescencia de Las Palmas de Gran Canaria (Instrucción 3), el único en España especializado en esta materia. El caso, denominado Operación Cábila, se encuentra bajo secreto de sumario, pero ya el pasado mes de mayo el juez ordenó la clausura de otro centro, La Fortaleza I de Santa Brígida, conocido como Bandama y gestionado también por Quórum Social 77. La investigación arrancó cuando la Dirección General de Protección de la Infancia del Gobierno de Canarias llevó a la Fiscalía las quejas de varios residentes del La Fortaleza I. Relataban que recibían «castigos físicos», eran internados en «cuartos de aislamiento» y sufrían «insultos racistas y amenazas» por parte de algunos trabajadores. Uno de los denunciantes llegó a grabar un vídeo en el que un empleado insulta a un menor llamándolo «negro de mierda».*


Independientemente de lo que resulte la de la investigación de los casos abiertos, deberíamos empezar a preocuparnos seriamente por lo que está ocurriendo con algunas ONG, un término que nos hemos acostumbrado a considerar de forma positiva. Presuponíamos que eran personas con un ánimo específico las que estaban detrás, muchas veces equiparándolo con los "voluntarios", personas comprometidas con alguna causa. Eso hace que no acabemos de entender el cambio. Muchas de estas ONG han degenerado en empresas en busca de lucro que tratan de hacerse con el dinero que desde las instituciones públicas les llega en forma de subvenciones.

No debemos perder de vista la situación de descubrimiento continuo de tramas de corrupción en otros ámbitos. Que algunas ONGs estén recibiendo subvenciones y estén incumpliendo sus funciones o, peor, que hayan pasado a formar parte de problema, maltratando a los maltratados o castigando a los menores que debían proteger, es algo que debería hacernos extremar la vigilancia.

Por lo que se nos dice en el artículo, la misma ONG ha visto cerradas dos de sus instalaciones. Eso ya debería hacernos mirar debajo de la alfombra a ver qué encontramos, cuáles son las características que rigen su funcionamiento, su control de personal, forma de selección, empleo de los fondos, etc.

Si la función es la protección de la infancia, está claro que no lo cumplen. Los "insultos racistas", los "encierros", los "castigos físicos", etc. son acusaciones graves, algo que el juez ha encontrado al atender las denuncias.

Quizá ha llegado el momento en que estas instituciones se fijen unos objetivos más claros, formen personas con cierta vocación de servicio y sensibilidad ante ciertos problemas que la requieren. Si esto no se sanciona, quien financia se convertirá en cómplice.

Mujeres e infancia, junto con los mayores en residencias, son las principales víctimas de una sociedad cada vez más cruel con los indefensos y necesitados. En los tres sectores nos encontramos con problemas parecidos: violencia, maltrato, vejaciones.  Como sociedad deberíamos ya preguntarnos por esto, por sus causas, por lo que dicen de nosotros, por lo que consentimos, de lo que presumimos y de la realidad tras las palabras y presupuestos.

Los tres sectores principalmente afectados —mujeres, niños., personas mayores— se han convertido en partes de un nuevo tipo de negocio sucio, el de la desgracia. Algunos ven a los afectados como una "oportunidad" de negocio —la ONG en cuestión ha recibido 150 millones de euros desde 2023—, de un beneficio económico sin pudor. Así, las que ya son víctimas sociales pasan a serlo doblemente.

Maltratos, abusos, violencia... No es lo que se espera de centros creados para lo contrario.

* Luigi Benedicto Borges "El cierre de dos centros de menores de Gran Canaria destapa una cruel trama abusos y contratos millonarios" El Mundo 29/07/2025 https://www.elmundo.es/cronica/2025/07/29/6887c34afdddff4a3b8b458e.html

lunes, 28 de julio de 2025

Los acuerdos USA: armas y energía

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El próximo presidente de los Estados Unidos tendrá sobre la mesa un dilema, seguir los pasos de Donald Trump o tratar de recuperar el prestigio perdido en estos años; tendrá que decidir si sigue la fórmula de la amenaza y el chantaje o, si por el contrario, da un sentido conforme al diccionario a la palabra "aliado". En definitiva, tendrá que decidir sobre cómo quiere relacionarse con el mundo más allá de la violencia. De ello dependerán muchas cosas en la política internacional, en las relaciones entre países y, dentro de ellos, el creciente recelo, animadversión hacia los Estados Unidos. Es parte importante de los cambios que se están produciendo.

Estamos acostumbrados a llevar las quejas de Trump y el aparato gubernamental a las primeras planas. La visión mesiánica del imperio norteamericano ha cristalizado finalmente en una visión quejica, en una colección de tópicos neuróticos y lamentos infinitos. Ninguno de ellos explica porqué si un país ha sufrido tantos ataques, robos, parásitos, etc. ha llegado a ser la primera potencia mundial, la que está armada hasta las cejas y se puede permitir promesas de anexión o favorecer dictaduras e imponer genocidios como el de Gaza.

Hay, por supuesto, una "explicación": Dios lo quiere. El país puntero en los avances científicos, el que atrae a los investigadores de todo el mundo, se ha convertido en un país mesiánico, en el nuevo "pueblo elegido" para la gloria, con un presidente al que Dios quiere allí sí o sí.

El "acuerdo" con la Unión Europea impone la compra de energía y de material de guerra, con lo que se favorece a las dos grandes industrias que han hecho "América grande". La tercera, la digital, ya no necesita de imposiciones de uso porque se les ha entregado el mundo con la argucia de la "globalización". Hoy puede leer usted esto porque las empresas norteamericanas del sector, entregadas al trumpismo, lo permiten. Pueden borrarlo en cualquier momento o usar el "shadow ban", la fórmula del algoritmo que reduce drásticamente la visibilidad.

Me encontré ayer, releyendo la obra de la feminista egipcia Nawal El Saadawi, el siguiente pasaje escrito en 1991 para el prólogo de la traducción española de su obra La cara desnuda de la mujer árabe:

...¿cuál es ese nuevo orden del que tanto habla la primera potencia mundial, es decir, “la industria militar americana”? Se trata de un sistema que pretende:

1. La dominación de quien posee la fuerza de la bomba atómica sobre quien tiene la razón de los valores humanos.   

2. La dominación de quien detenta el poder económico sobre quien tiene la verdad.   

3. La dominación del hombre sobre la mujer.*

Lo primero que hice fue comprobar la fecha pues parece estar escrito hoy mismo.

Quizá no hemos sabido ver esto a tiempo pensando que nuestro estatus de "aliados" hacía que no se nos aplicara, que solo los que carecían de ese estatus privilegiado percibían las cosas de esta manera.

El trumpismo actual, como pensamiento oficial, participa de estos principios, incluido el del machismo patriarcal, que se impone a través de diversas acciones enmascarado como "tradición" y "mandato divino" de la superioridad masculina. Trump ha querido controlar hasta la vestimenta y estilo a través de una serie de normas y se ha insultado a las feministas que se le han enfrentado.

Trump ignora (o no) que el ascenso de los Estados Unidos se produce tras la II Guerra Mundial, entrando en una Europa devastada. Se dice que el general Charles de Gaulle, presidente de Francia marcó las relaciones con Estados Unidos convencido de que las tropas norteamericanas solo intervinieron cuando ya no había apenas resistencia y dependerían de la ocupación estadounidense como ultima salvación. Esta idea es la que permitió a Francia no querer depender de USA para la defensa del país y convertirse en potencia europea con armamento nuclear.

Estados Unidos quiere vender armas y energía. La mejor manera de hacerlo no es fomentar la paz, sino las guerras, por mucho que Trump se presente como un enviado de la paz. Lo cierto es que desde que está en el poder no hay día prácticamente que no estalle algún conflicto o se recrudezcan otros. Es el problema de tener a la industria armamentística detrás, como apoyo y financiación. El caso especial de la guerra de Gaza con un Israel genocida con Netanyahu al frente será el que marque su paso a la historia negativa.

La mejor forma de vender armas es la guerra o su amenaza. Hemos vuelto a una especie de nuevo formato de la Guerra Fría, con el episodio en caliente de la guerra en Ucrania. Esta amenaza rusa a Europa ha sido suficiente para que Estados Unidos (e Israel) aumenten sus ventas de armas para disfrute de su industria de armamento. La paz con Trump no es paz, es un paréntesis amenazante en el que hay que armarse, un juego diabólico en que se vuelve a tener dos espacios controlados por las dos superpotencias. Trump necesita a Rusia para hacer negocios y vender protección.


Las potencias europeas son mini potencias. Europa se construyó para evitar guerras contando con un paraguas permanente norteamericano. Hoy ese paraguas se paga doble, como dependencia y como alquileres de seguridad, compra de armas y energía, etc.

El acuerdo de aranceles con el compromiso de depender energética y militarmente de Estados Unidos es un mal acuerdo si no se va eliminando esta doble dependencia. La cuestión es ¿dejarán los Estados Unidos que la independencia ser real y efectiva? No hace falta ser muy perspicaz para intuir la respuesta. Por es esencial lo que ocurra en el periodo post Trump. ¿Se seguirá la misma política de fomento de la dependencia, de crear conflictos cercanos para que los países de la Unión Europea se sientan en peligro y reclamen protección norteamericana? Una vez que Rusia ha comprendido el mecanismo le bastará ser una amenaza creíble para meter el suficiente miedo a Europa como para que esta se lance a pedir protección y compre más armas. Hemos visto lo que ocurre en Ucrania como para no necesitar imaginar demasiado: protección a cambio de explotación de recursos.

Según nos decían hoy en el debate mañanero de RTVE.es, España es el país de la UE que más armas compra a Israel. Es algo que va más allá de lo que se ha expuesto con algún contrato que ha salido a la luz. ¿Qué autoridad queda para pedir parar la barbarie genocida de Gaza?

Lo que está ocurriendo hoy en muchos lugares forma parte de esta estrategia de venta de armas, del gran negocio norteamericano a través de la venta de energía y de armas. Basta que se produzcan bombardeos en zonas de energía, que se corten los tráficos energéticos, para que haya que recurrir a los Estados Unidos de Trump.


El mundo se ve débil. Es poco probable que los que lleguen después de Trump modifiquen todo este entramado que se ve reafirmado por las corrupciones propias del mundo de las armas. 

Recibirá pleno apoyo económico y político aquel que siga defendiendo los intereses de esa "gran industria", que —como decía la escritora egipcia Nawal El Saadawi— busca "la dominación de quien posee la fuerza de la bomba atómica sobre quien tiene la razón de los valores humanos".

No podemos permitirnos más ingenuidades de las necesarias. Hay que evitar que nuestros gobiernos actúen de esta forma por miedo, incapacidad o falta de integridad. Son muchas las cosas que están en juego y nos conformamos con poco. 

Una visión de un futuro de dependencia no es la mejor. Estados Unidos (y Rusia e Israel) se está acostumbrando a que se puede hacer cualquier cosa y eso no es bueno.

 

* — Nawal El Saadawi (1991) La cara desnuda de la mujer árabe (1977). Ed. Horas y horas. Traducción: María Luisa Fuentes

 

domingo, 27 de julio de 2025

Crece el odio racista

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El odio nos ha sorprendido. Muchos no estaban preparados para esta avalancha causada por el "caso de Torre Pacheco", el que nos ha dado a conocer la dimensión real del problema. Lo ha hecho salir a la superficie.

Desde entonces medios e instituciones se hacen una pregunta: ¿es España racista? Creo que la pregunta es demasiado básica y engañosa, maximalista. Busca una respuesta que no solo no aclara nada, sino que puede ser manipulada y conseguir el efecto contrario. ¿Por cuál "España" nos preguntamos? No hay una "España" a la que podamos atribuir un comportamiento conjunto, sino una serie de españoles, personas concretas que realizan una serie de actos y discursos que pueden ser reconocidos como racistas o xenófobos. Son personas que actúan cuando tienen ocasión. No son España, son españoles.

Puede haber actos institucionales, leyes, discursos, etc. que sean racistas, sin duda. Tenemos ejemplos todos los días en muchas partes del mundo, incluso aquí entre nosotros Hoy nos preguntamos por "España", dentro de esta tendencia a manejar lo concreto a través de lo abstracto, con lo que nos quedamos en esas preguntas.

Pero el caso también nos ha dado una parte "positiva", un perfil más claro de un problema subyacente y que avanza gracias a la combinación de muy diversos factores. Es en esto donde nos debemos centrar, lo que debemos vigilar los que están preocupados por su deriva.

En 20minutos, Elena Omedes nos ofrece este titular "Los mensajes de odio racista pierden la "vergüenza" en las redes: "Cada vez hay más gente sin filtro y hacen mucho ruido"": 

"Paliza", "mierda", "machete" y "delincuente". Son las cuatro palabras más detectadas entre la oleada de bulos y discursos racistas y xenófobos que inundaron las redes tras el suceso de Torre Pacheco. Los mensajes de odio prácticamente se quintuplicaron en apenas un día, y justo después de los disturbios que se generaron cuando decenas de personas decidieron tomarse la justicia por su mano y amenazar y atacar a los inmigrantes de la localidad murciana, como respuesta a la agresión que días antes había sufrido un anciano por parte de un grupo de jóvenes magrebíes. Lo sucedido entonces fue fruto de un caldo de cultivo que lleva gestándose en España y a nivel internacional desde hace ya un tiempo, y generó también cierta validación entre quienes, hasta ahora, no expresaban en voz alta algunos pensamientos de carácter racista. *

Las palabras ya nos dicen algo sobre el "enmarcado" del racismo, una mezcla de desprecio y agresividad. Son formas de vejación y de llamada a la violencia. Así se manifiesta esa idea de "superioridad" y deseo de darle salida a través de la violencia.

Podía haber sido una llamada despectiva, pero esta vez ha ido más allá: era una llamada a la violencia, a la "cacería", lo que realmente se produjo.

Hace tiempo que se dan muestras en España de una cierta violencia que se va asentando y que acaba fijándose en los más débiles, los migrantes. 

La debilidad de los migrantes se basa en un principio falso: no tienen derecho a la defensa de la ley ni a estar aquí. Para que eso se produzca se inculca muy temprano en los más jóvenes un sentido "agresivo / defensivo" que ellos asimilan. Los inmigrantes son "un peligro" del que hay que "defenderse". Las leyes y el sistema "no funcionan" y "hay que actuar". La respuesta de la movilización demuestra cómo esto "funciona", con rapidez y eficacia. Era la puesta de largo de lo experimentado con cientos de acciones previas. Tenían el lugar y la motivación adecuada. El llamamiento funcionó.

Se señala más adelante en el artículo:

El Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe) monitorizó todos los discursos de odio que se generaron a raíz de los altercados de Torre Pacheco, y halló un aumento preocupante de los discursos racistas en redes sociales. Solo entre el 6 y el 22 de julio detectaron más de 138.000 mensajes de odio, la inmensa mayoría de ellos (el 91%) dirigidos a personas del norte de África. El informe publicado el jueves advierte de un repunte de los bulos, la desinformación, imágenes manipuladas y convocatorias violentas contra la población migrante.  El día en el que se detectó el pico máximo de odio fue el 12 de julio, que coincide con la manifestación convocada en la localidad murciana: de 6.824 a 33.046 mensajes racistas en apenas 24 horas, lo que supone un incremento de más del 384%.* 

La pregunta no es si "España es racista", sino más bien "cómo parar el racismo" altamente estructurado que se nos ha mostrado; cómo frenar su crecimiento especialmente entre unos jóvenes que se sienten cada vez más alejados de unos valores y se adentran en los contrarios. Hay que preguntarse cómo en una sociedad se admite la violencia en un grado que permite hablar de "cacerías", etc.

Algunas de estas preguntas tienen repuestas complejas, pues cuando uno se pregunta por el "cómo" o el "por qué" es porque ya se ha producido algo que se nos ha escapado de las manos, algo que ha crecido ante nuestros ojos y que apenas hemos sabido ver.

A los políticos españoles les gusta demasiado barrer debajo de la alfombra los problemas de este orden. No saben cómo actuar con ellos. Se desvía el problema hacia cómo controlar la inmigración, con lo que se hace el juego a los racistas y xenófobos. El problema real es cómo frenar el racismo y la xenofobia, que es algo muy diferente.

Sabemos que se está fomentando desde la extrema derecha europea y sus variantes locales. El presidente Trump acaba de desembarcar en Escocia para jugar al golf y ha dejado caer que Europa es "victima" de la inmigración y que le da mucha pena. Es la forma de presentarse defendiendo sus políticas racistas, que no solo se dan en las fronteras sino en las persecuciones masivas para expulsar de los Estados Unidos a millones de personas.

No se puede negar la influencia trumpista en la expansión del racismo por Europa. Se ha convertido en el elemento determinante del discurso político y hacia el que se orientan, en un sentido u otro. Conforme cala en la opinión pública, los partidos procuran encajarlo en sus discursos: el "problema" es la inmigración.

La base del racismo es hacer culpables de lo que hace uno al resto. Eso es lo que permite organizar "cacerías", lanzar discursos encendidos sobre generalidades y peligros.  Un delito es un delito, lo haga alguien de Soria o de Afganistán... pero ni se percibe igual ni se actúa igual. La Psicología Social lo explica: a mayor identificación del grupo, mayor rechazo del otro, al que se percibe como grupo amenazante.

Vemos cómo partidos moderados, liberales y democráticos van introduciendo cuestiones en los discursos que les llevan a no enfrentarse directamente al problema, sino a desplazarlo al inmigrante y no a los violentos comportamientos, de palabra y obra, de los racistas.

Las bolsas de violencia social están aumentando, especialmente entre los jóvenes, que están "normalizando" los conflictos desde la escuela, donde se aprenden y practican. Después son llevados hasta el "Torre Pacheco" de turno donde ponen en práctica lo aprendido. No se trata de generalizar, sino de señalar que la violencia se aprende y se justifica allí donde no se combate. La manipulación hace el resto.

Los datos que nos dan desde los observatorios son muy preocupantes no solo por el crecimiento, sino por la parálisis social que muestran, La alteración del orden público es la etapa final, pero hay que actuar antes y con más eficacia. El discurso racista se está "normalizando" por bocas que van del presidente de los Estados Unidos a los políticos locales. Crece con fuerza y los silencios son su abono. 

 

* Elena Omedes "Los mensajes de odio racista pierden la "vergüenza" en las redes: "Cada vez hay más gente sin filtro y hacen mucho ruido"" 20minutos  27/07/2025 https://www.20minutos.es/noticia/5734294/0/mensajes-odio-racista-pierden-verguenza-redes-cada-vez-mas-gente-sin-filtro-mucho-ruido/

sábado, 26 de julio de 2025

Las armas del hambre

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Las imágenes de las guerras suelen ser espectaculares, pero jamás se ha visto algo como lo que nos llega desde Gaza. La destrucción por los bombardeos es sustituida por el arma más infame e inmoral: el hambre.

El hambre ya no tiene la excusa selectiva, la explicación de un bombardeo sobre posiciones. En Gaza no hay posiciones y el hambre afecta a todos por igual. Sencillamente, no hay alimentos y desde todos los puntos surgen las acusaciones al Israel de Benjamín Netanyahu y a los Estados Unidos de Trump por su respaldo y la gestión criminal de lo poco que entra en la zona.

Los gazatíes deben elegir entre morir de hambre o morir en los puntos en los que unas miserables provisiones les hacen ir. Allí deben luchar entre ellos por conseguir algo y sobrevivir a los disparos de una empresa paramilitar norteamericana contratada para gestionar los alimentos o bajo los disparos del ejército de Israel.

Ahora las agencias de prensa denuncian que los periodistas en la zona no solo mueren por los riesgos de la guerra, sino que están muriendo por lo mismo que la población, por la hambruna creada por Israel.

Cuando alguien protesta y lo denuncia, Israel habla de "antisemitismo".  Si mueren  médicos o periodistas, Israel habla de "un error" y sigue matando. En uno de los mayores ejercicios de hipocresía de la Historia mundial, Benjamín Netanyahu le entregó a Donald Trump la copia de la carta enviada a Suecia solicitando para él el Premio Nobel de la Paz. El presidente de los Estados Unidos la recibió orgulloso. Para él no es adulación vergonzosa a quien ampara y financia sus crímenes de guerra, sino estricta justicia. Ambos son "pacificadores" a través del exterminio genocida.

No hay otra forma de enfocarlo.

En 20minutos, con el titular "Almudena Ariza alerta de la situación de los periodistas que hay en Gaza: "Han muerto reporteros en guerras, nunca por hambre"", la periodista española se hace eco de las denuncias de las agencias internacionales de prensa: 

La reportera y corresponsal de RTVE en Jerusalén, Almudena Ariza, ha alertado sobre la situación de los pocos periodistas que quedan en Gaza, que están sufriendo la hambruna extrema igual que la población local.

La periodista, que ha cubierto las guerras de Afganistán e Irak, donde informó desde el frente, así como la invasión rusa de Ucrania, además de crisis humanitarias como el tsunami de 2004 en Indonesia o terremoto de Haití en 2010, además de trabajar en África, Asia y América Latina, puso de manifiesto un hecho: "Se han perdido reporteros en guerras, pero nunca por hambre".

Lo hace tras un comunicado de la AFP, Agence France-Presse, una de las principales y más respetadas agencias de noticias del mundo, junto con Reuters (Reino Unido) y AP (Associated Press, EE UU), en el que la agencia denunciaba el peligro de muerte por inanición de sus reporteros.*

En el texto se nos explica la salida de la prensa de la zona ante la situación de peligro y la dependencia de los periodistas "free lancers" residentes en la zona que se ven sometidos a las mismas condiciones de hambruna de los habitantes.

La periodista española, tal como hacen las grandes agencias internacionales de prensa, denuncia una situación insólita, que ya es un clamor de indignación internacional contra lo que está haciendo el gobierno israelí, su ejército y los cómplices en este genocidio.


El presidente francés anunciaba estos días pasado el reconocimiento de Palestina como estado ante lo que se está viendo padecer a ese pueblo, víctima de dos violencias la de Hamás y la de Israel. Netanyahu ha pisoteado todos los acuerdos existentes y se ha saltado todas las normas y principios humanitarios internacionales.

Israel actúa desde un doble frente: la excusa militar que le permite tener enfrente a Hamás, un grupo terrorista, y basarse en estos para eliminar a su verdadero "enemigo", el pueblo palestino al que debe desplazar para hacerse con más espacio. Para ello intenta rebajar su número mediante la violencia —matando— y mediante el terror, que les hace intentar huir y le sirve para destruir sus ciudades y refugios, el verdadero objetivo del gobierno israelí. La expansión de los colonos haciéndose con las ciudades y territorios destruidos es el verdadero objetivo del gobierno israelí. Cuanta menos población, mejor. 

6/06/2025

En ese grupo que debe desaparecer se encuentra la prensa por partida doble: por informar y porque son palestinos. Esas dos condiciones les bastan, La prensa internacional, fuera del lugar, no quiere privilegios con su aviso. Se limita a señalar que también están muriendo aquellos que nos mantienen informados de lo que ocurre allí.

Ya nadie se puede engañar, a menos que así lo desee, sobre cuál es el verdadero fin de esta violencia criminal y despiadada.

Las imágenes de los niños reducidos casi a esqueletos mientras se amontonan y pudren los miles de camiones en la frontera no pueden dejar a nadie indiferente. Netanyahu puede llamarlo "anti semitismo" en un intento de tapar su acción criminal. De no ser Israel esto se habría acabado hace mucho por una mayor firmeza diplomática y de intervenciones internacionales. Nadie se habría atrevido a recibir a Netanyahu como se ha hecho en la Casa Blanca o en algún que otro país que ha perdido vergüenza y dignidad en ello.

La prensa que queda en Gaza intenta superar su propio estado de hambre y escapar de los atentados directos contra ellos para silenciarlos. Gracias a ellos podemos observare el grado de inhumanidad que se practica.

De nada le ha de servir a Netanyahu ocultarse tras "holocaustos" pasados. Lo suyo es un presente cruel e intencionado para exterminar a un pueblo entero ante los silencios cómplices de muchos.

Lo dijimos hace mucho y lo repetimos hoy: son Netanyahu y sus acciones de exterminio las que están creando un sentimiento de rechazo frontal hacia la política de Israel por todo el mundo. Aquí no hay nada bíblico ni religioso, solo la idea recordada por el propio primer ministro de que son un "pueblo elegido" y que eso les da derecho a exterminar, a cometer el más grave genocidio desde hace décadas. Ellos con Dios y por encima de las leyes.

Aquí no hay "anti semitismo", concepto del que se ha abusado por parte de gobierno de Israel. Hay un ejercicio sistemático y premeditado de crueldad contra gente inocente, civiles, mujeres y niños, que ninguna etiqueta podrá ocultar y cubrirá de vergüenza a quienes lo están llevado a cabo.

Se hace además ante la mirada cómplice y acomplejada de países que se dicen "civilizados", "democráticos" y "progresistas". Nada más lejos de la realidad si se consiente y avala con el silencio esta situación cuyo final es el exterminio completo o su reducción a un gigantesco campo de concentración cuyas fronteras controlarán.

De esta forma, el hambre se convertirá en el arma definitiva de control. Es un círculo vicioso creado por el gobierno israelí, formado por radicales y racistas. Se dejará así a un pueblo entero pendiente exclusivamente de su supervivencia cada día. No tendrán más objetivo que sobrevivir con algo de comida e irán así a su matadero.

Habrá otros, en cambio, que tomen decisiones más drásticas ante lo que se les ha hecho padecer. El hambre alimentará el futuro deseo de venganza en los que sobrevivan.

Nuestro apoyo de nuevo a la labor de conciencia que está haciendo la periodista Almudena Ariza tratando de transmitir el horror y la vergüenza. Nuestro apoyo a los que se juegan la vida para informar desde allí y, finalmente, a los que sacan fuerzas de la nada para poder contar al mundo lo que están pasando.

Israel no está solucionando un problema; lo está agrandando y creándose otros nuevos.

 

* "Almudena Ariza alerta de la situación de los periodistas que hay en Gaza: "Han muerto reporteros en guerras, nunca por hambre""

20minutos 25/07/2025 https://www.20minutos.es/noticia/5734479/0/almudena-ariza-alerta-situacion-los-periodistas-que-hay-gaza-han-muerto-reporteros-guerras-nunca-por-hambre/