Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En
noticias de corrupciones y guerras, despertar y ver las noticias se va haciendo
cada día más difícil. Pero cuando crees que has llegado a un límite en el que
se ha visto todo, surgen nuevos ejemplos de algo que no es fácil de calificar,
algo que no llegar a ser una guerra, con muertes y desplazados, pero que te
abre nuevas puertas; algo que no llega a corrupción, pero que te abre también
nuevas etiquetas de maldad.
Desde RTVE.es nos llega una de esas noticas que te resultan difíciles de entender desde el comportamiento. Su titular es "Denuncian maltratos y vejaciones en un centro para víctimas de violencia de género en la Comunidad de Madrid":
La Fiscalía de Alcalá de Henares ha interpuesto
en los juzgados de Arganda una denuncia por "deficiencias en
funcionamiento" y "trato discriminatorio" en uno de los
centros de acogida para víctimas de violencia de género de la Comunidad de
Madrid.
La denuncia parte de una acción colectiva de víctimas
y de extrabajadoras del centro que han pasado por el centro durante los
últimos años. Todas las mujeres y todas las quejas proceden de la misma casa
que depende de la Consejería de Familia y Asuntos Sociales y cuya
ubicación no se puede revelar por la seguridad de las usuarias y de sus hijos.
Este recurso público de la Comunidad de Madrid está externalizado y lo
presta una asociación privada sin ánimo de lucro.
El portavoz de la Comunidad de Madrid, Miguel
Ángel García, ha explicado este miércoles que se han tomado "varias
medidas" relacionadas con este asunto. García ha declarado que "fue
la propia Consejería la que, una vez que recibió esta denuncia, abrió expediente
informativo y puso el caso en manos de la Fiscalía". El portavoz también
ha puntualizado que "a finales del mes de mayo, por lo que tenemos
constancia, se archivó". Desde la Comunidad de Madrid aseguran que
seguirán "investigando en caso de que haya habido mala praxis".
Por su parte, la asociación sin ánimo de lucro que gestiona esta vivienda de acogida para víctimas de violencia de género no ha contestado a ninguno de los mensajes de RTVE solicitando información y declaraciones sobre las acusaciones contenidas en la denuncia.*
No resulta fácil entender esto y menos con los detalles del trato dado a estas mujeres que llegan huyendo del maltrato y se encuentran con una recepción y trato igualmente de maltrato.
Son varias las cosas inexplicables que nos transmite la información de Ana Utrilla, la autora del artículo. La primera de ellas es obviamente el trato dado a unas mujeres que vienen con sus hijos de unas circunstancias terribles:
La denuncia, a la que ha tenido acceso TVE, incorpora algunas frases con los testimonios de las mujeres que dan una idea del trato que sufrían: "Aquí no vengas a hacerte la víctima" o "trágate lo que has vomitado". Las denunciantes se refieren al hogar de acogida como "un infierno", "un sitio hostil" o "la misma cárcel". Y muestran sus deseos frustrados: "Me hubiera gustado ser acogida por personas buenas". "Pasamos de tener miedo a unos hombres a tenérselo a quienes debían ayudarnos".*
¿Qué clase de asociación "benéfica sin ánimo de lucro" tiene y consiente este personal que da el (mal)trato señalado en el artículo, el reflejado en la denuncia? Se nos dice que es un servicio "externalizado", una palabra que con la que está cayendo habría que revisar, pues puede que el "lucro" no buscado vaya por otra vía. Nos dice Utrilla los mensajes enviados a esa anónima asociación no son contestados, lo que puede significar que nadie quiere dar la cara o que es mejor no darla, o también que nadie se hacía responsable de lo que allí ocurriera.
La denuncia ha sido realizada no solo por las mujeres acogidas con sus hijos en situación de máxima vulnerabilidad, sino también por extrabajadoras del centro, lo que complica la cuestión, ya que nos lleva a diversas instituciones, como los sindicatos o la propia Comunidad, a las que les tendría que llegar algo de lo que sucedía.
Las amenazas contra estas mujeres en esa situación de peligro se centraban, nos dicen, en "quitarles los hijos", lo que demuestra una estrategia del miedo para anular la resistencia que podrían ofrecer a este maltrato y vejaciones. Es una maldad pensada, estratégica, un torpedo a la línea de flotación de su posible resistencia. Son mujeres a las que la sola perspectiva de salir de esas paredes supone un estado de pánico. ¿Quién ejerce esta maldad? ¿Quién tiene conocimiento de ella y no actúa?
Vemos con una frecuencia cada vez mayor casos de violencia en el trato con niños en guarderías, al igual que los vemos en el otro extremo, en residencias de mayores de las que salen cada cierto tiempo grabaciones de maltrato, insultos, vejaciones, para asombro de los que no acabamos de entender estos ejercicios de maldad con los más débiles. Es algo que cualquier persona normal no puede entender y que es un signo de una forma perversa de maldad. Distingo la maldad de la perversión y las junto aquí como el salto de una barrera. Hay cierta diferencia entre robar a los ricos, a lo Robín Hood, y robar a los más pobres lo poco que tienen. A esta segunda fórmula, a veces se le llama "mercado".
Resulta finalmente insólito que entre cuidadoras que
maltratan e instituciones sin ánimo de lucro que dan servicios externalizados
que nadie controla, se haya archivado la denuncia nos dice la denuncia. ¿Tampoco la
fiscalía, tan ocupada como suele estar, ve problemas en esto? 
11/04/2025
No es el primer caso de este tipo de abusos que se da en la Comunidad de Madrid ni en Torrejón de Ardoz. Como no voy a creer en la maldad del espacio, tendré que pensar que hay una mayor concentración de inútiles en las instituciones que permiten que esto ocurra.
Más allá de lo legal, que es importante, está lo político (quién y por qué se asignó ese servicio a esa "asociación") y, sobre todo, lo social y humanitario. No puede ser que, bajo ningún concepto, en el espacio al que llegan mujeres con sus hijos huyendo del maltrato se encuentre con esas otras mujeres que las vejan, amenazan y las hacen vivir un nuevo infierno.
La mayoría no tienen trabajo ni ayuda económica. La única salida que les quedaba era volver cerca de su agresor o a una zona de riesgo. Después de meses viviendo una pesadilla, las denunciantes intentan seguir adelante, aunque ahora con una herida abierta que no será fácil de olvidar.*
Esto que a algunos no les parecerá grave es un indicio de un estado social, de una forma agresiva de relacionarse. Cada vez hay más violencia acumulada en los distintos niveles de interacción social, donde unos y otros reproducen lo que ven. Y lo que ven es violencia. Allí donde hay cierta jerarquía, hay un ejercicio constante de poder que se interpreta como la capacidad arbitraria de hacer daño.
La última temporada escucho quejas de este tipo de comportamiento que es cada vez más arbitrario en función de esa jerarquía. ¿Explicación?: el miedo. En una sociedad de trabajo precario y mal pagado, la mayor amenaza es perder el empleo, algo que los mediocres que sueles tener por encima aprovechan para desahogar sus frustraciones contigo.
Un ejemplo de ese miedo nos lo ofrece con claridad la situación de esas mujeres que están acogidas allí por las agresiones de sus parejas, Su debilidad, su miedo es triple; a sus parejas, a la pérdida de sus hijos y verse en la calle. Eso las vuelve triplemente vulnerables.
Hemos pasado del servicio de la protección y el amparo al "negocio de la protección". El aumento del maltrato y el envejecimiento hace que lo que antes se consideraba vocación en la protección sea ahora un negocio —otro más— que se rellena con personas que evidentemente no son las más adecuadas para prestar ese servicio de amparo ni de empatizar con las víctimas. Quien las seleccionó, se cubrió de gloria y, además , tiene una responsabilidad por ello y por no haber mantenido la supervisión adecuada. ¿Estamos ante una nueva forma de captar recursos y de montar negocios? Probablemente. Ya saben: no hay "problemas", solo "oportunidades". ¡Quién nos iba a decir que habría este segundo nivel de violencia contra los más vulnerables, niños, ancianos y mujeres maltratadas!
Hay que empezar vigilar esta nueva forma de padecimiento que encuentran donde, como nos dice, esperaban encontrar protección y compresión. Lo que han encontrado es muy distinto, la otra cara del infierno.
* Ana Utrilla "Denuncian maltratos y vejaciones en un centro para víctimas de violencia de género en la Comunidad de Madrid" RTVE.es 18/06/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250618/denuncian-maltratos-vejaciones-centro-acogida-violencia-genero-comunidad-madrid/16629862.shtml




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