Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Todavía tenemos encima los efectos de la pasada DANA y ahora nos llegan
las imágenes de los incendios californianos envueltas en el morbo de Hollywood
y las mansiones de los ricos, de los famosos. Pese a ello, sigue habiendo el
mismo silencio sobre las causas del origen. Después de la DANA comenzaron a salir
a la luz los avisos que durante décadas habían sido acallados por la conjunción
de intereses alrededor del suelo, de su especulación y de su conversión en
"inversión" y "ahorro". ¿Quién va a iniciar políticas que
se enfrenten a los inversores y que espanten a los posibles compradores? De los
bancos a la inmobiliarias, pasando por los inversores de sus ahorros en algo que nunca perderá valor, como se repetía,
hasta llegar a los políticos, que necesitan votos y apoyos financieros para sus
campañas, formaban parte de ese negacionismo de los hechos, de los datos, de
esa inercia que no negaba directamente, solo dejaba de actuar.
La transformación de España en "paraíso turístico" presuponía
la estabilidad climática, algo que sabemos es una falsedad. Los soleados
espacio levantino, aquellos lugares en los que Europa, los oligarcas rusos y
los españoles confiados iban por ese clima benigno y estable, de inviernos
suaves, etc. se ha transformado en un espacio agresivo, cambiante, sujeto a
vientos que se pueden convertir en huracanados, lluvias que desembocan en
DANAs, transformadas en arrasadoras corrientes que buscan la salida l mar entre
miles de chalets construidos al borde mismo de la playa, construidos en
barrancos... lugares idílicos hasta que todo comenzó a cambiar.
Lo que está ocurriendo en Los Angeles es algo muy parecido... y avisado desde hace décadas. Pero los intereses políticos y de los políticos con los económicos impiden los acuerdos en España como en Estados Unidos. Algunos políticos está ahí colocados para defender esos intereses, no los de los ciudadanos.
En RTVE.es, Álvaro Caballero nos trae un historial de
avisos con el titular "El infierno se desata en "la capital
del fuego": el cambio climático y el urbanismo, detrás de los incendios de
California":
"Malibú se ha convertido en la capital del fuego
de Norteamérica, y posiblemente, del mundo". Las proféticas palabras del influyente
intelectual estadounidense Mike Davis de 1998 resuenan ahora con fuerza, cuando
cinco grandes incendios cercan la ciudad de Los Ángeles.
El más grande de ellos, el de Palisades, que ya ha
quemado más de 8.000 hectáreas, ha arrasado precisamente varias zonas de
Malibú, el exclusivo suburbio de millonarios frente al océano al oeste de Los
Ángeles. En total, hay diez muertos, casi 200.000 personas han sido
desalojadas, y más de 10.000 viviendas e infraestructuras han sido
arrasadas, lo que lo sitúa como uno de los incendios más destructivos de la
historia de California.
En un capítulo que lleva como provocador título Hay
que dejar que arda Malibú,
dentro de su libro La ecología del miedo, Los Ángeles y la imaginación del
desastre, este sociólogo y geógrafo alertaba del peligro de seguir reconstruyendo
las mansiones de una zona que por su propio ecosistema arde frecuentemente
—de media un gran incendio afecta a esta área cada dos años y medio—.
Además, señalaba, la deficiente política de prevención
del fuego y el avance del cambio climático empeoraban la gravedad de los
incendios, cada vez más destructivos y difíciles de apagar.*
Lo que hizo el agua y el viento aquí, lo está haciendo allí el fuego y el
viento. Los problemas de fondo, los mismos: el cambio climático, por un lado, y
la inacción humana ante sus propios desastres, por otro.
Las imágenes de televisión nos muestran un panorama de mansiones devastadas
por el fuego. Entre las ruinas de tantas casas millonarias reducidas a cenizas,
nos muestran una que se mantiene, orgullosa, en perfecto estado. Su millonario
dueño contrató un servicio privado de bomberos para que la protegieran y así lo
han hecho. Una solución "muy americana", pero que no deja de condenar
a la soledad al dueño. Es el "ganador" solitario en un campo de
batalla en el que no quedan vecinos a su alrededor.
El artículo establece comparaciones con lo ocurrido en España:
California, como la mayor parte
de España, tiene un clima mediterráneo. "Y en estas zonas estamos viendo
que las precipitaciones están siendo cada vez más irregulares, con eventos
de sequía que son muy intensos y favorecen el desarrollo de
incendios", según el profesor de la Universidad de Alicante. Pone de ejemplo
que para abastecer de agua el sur del Estado se tuvo que construir una
desaladora en San Diego, a pesar de las grandes cantidades de agua que
almacenan las Montañas Rocosas.*
No creo que sirvan de mucho las advertencias de los especialistas y técnicos que han investigado sobre el cambio climático y sus consecuencias si no se toman medidas. En el artículo se llegan a preguntar si merece la pena reconstruir sobre lo que estará expuesto a los mismos riesgo de forma creciente. Esa cuestión apunta directamente a la economía, a las inversiones y costes, al valor de la propiedad.
Se nos habla de la negativa de las compañías aseguradoras a seguir asumiendo los riesgos de lo que es cuestión de tiempo. Las cifras de los seguros que tendrán que pagar las compañías asustan. Los pagos para tener asegurada una casa en la zona serán pronto inasumibles, si no lo son ya.
En España, la primera pregunta "real" que se hicieron algunos fue "¿quién va a comprar ahora los pisos bajos?". Es una pregunta muy reveladora de cómo se enfoca la cuestión. Todos esos pisos y casas arrasadas, chalets y apartamentos, todo lo que se vendía como un privilegio climático y espacial, con su "proximidad al mar", se vuelve en su contra. Lo que antes era un inversión segura se vuelve ahora un riesgo cada vez más alto.
Quizá por eso da la sensación de haber un cierto cerco de silencio mediático alrededor del problema. No hay perspectiva de "arreglar" y parece que hay más interés en crear cortinas de humo para alejar la verdadera cuestión del centro de las miradas.
Las luchas políticas sobre dónde estaba cada uno y lo que hizo después tienden a eludir la responsabilidad sobre las causas humanas del desastre. Probablemente, nos dicen los expertos, la dana era inevitable, pero sí eran evitables las consecuencias terribles por ignorar la posibilidad de que ocurriera. Ha sido, como en California, una combinación de causas climáticas, falta de recursos y malísima gestión del territorio.
Los intereses políticos y de los grupos de intereses forman una alianza que han logrado llevar de nuevo a Donald Trump a la Casa Blanca.
El País Semanal 18/09/2019 |
Los políticos que tienden a mostrarse como "ahorradores" acaban siendo los que recortan recursos para estas cosas. Las consecuencias se pagan después, cuando es necesario tenerlos para frenar el desastre. La inversión en esto, ya lo ha dicho Trump, es un despilfarro basado en una "mentira", la del cambio climático, que tiende a desvalorizar espacios y propiedades por los riesgos.
Como California, España vive cada vez más del buen clima. El centro del cine se trasladó a California precisamente porque allí había más días de luz, de sol, mejor tiempo, y eso era un ahorro en los tiempos en los que "iluminar" los estudios era muy caro. Una cosa trajo a la otra y las mansiones proliferaron. Un gran negocio para el estado.
Veremos cómo actúa ahora Donald Trump, un negacionista de muchas cosas, entre ellas del cambio climático. Mientras no pase el problema de California a Florida, podrá seguir diciendo lo mismo, que la "culpa" es de los demócratas. Él, por lo pronto, ya ha designado a un negacionista como responsable de controlarlo.
En España es el buen tiempo el que sustenta el turismo. Ahora nos preocupamos por la reconstrucción de lo destruido. ¿Qué ocurrirá si se dan de nuevo las mismas circunstancias? Se nos repite una y otra vez la excepcionalidad de los sucesos, pero las condiciones son las mismas. Las anomalías climáticas están empezando a dejar de serlo. Lo que antes pasaba de vez en cuando, ahora lo tenemos encima cada poco tiempo.
¿Van a reaccionar a esto o se van a seguir primando los intereses económicos de unos y otros y los intereses políticos?
Si nos quedamos en el morbo de ver destruidas las mansiones millonarias y no entendemos que es lo mismo que pasó con la DANA, el fruto de los errores cometidos, poco habremos aprendido. Y aprender y corregir es esencial.
El fuego, el agua y el viento lo pone la naturaleza atacada. Pero el ser humano pone los errores, las carencias, la ignorancia interesada. A lo mejor, lo que podemos contar de California no podemos decirlo tan claramente en España. Pero el problema es el mismo.
* Álvaro Caballero "El infierno se desata en "la capital del fuego": el cambio climático y el urbanismo, detrás de los incendios de California" RTVE.es 10/01/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250110/infierno-capital-fuego-cambio-climatico-urbanismo-incendios-angeles/16402514.shtml
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