Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En
RTVE.es nos presentan el libro de Cristina Olea, su corresponsal en Estados
Unidos, a través de una entrevista. Su título es La fractura americana. Trump, Harris y las crónicas de un país convulso
(La esfera de los libros 2024) y nos dice que ofrece un panorama de los Estados
Unidos más allá de las esferas del poder o las disputas por la presidencia,
tratando de reflejar el fruto de sus vivencias en los últimos años recorriendo
el país.
La
entrevista, lógicamente, se va hacia la figura de Trump y de los posibles
efectos de sus planes a la vista de lo que ya hizo en su primer mandato y las
promesas para este segundo en cuanto que tome posesión mañana. En la entrevista
se percibe cómo Trump ha logrado conectar con una parte del pueblo
norteamericano, del que una mitad le ama y otra le odia, convirtiendo en el
país en irreconciliable entre ambas posturas. Pese a todo, Trump ha conseguido
desmontar al Partido Republicano, haciéndolo el "partido de Donald
Trump" —nos dice Olea— y convirtiéndose en la imagen de "pueblo",
pese a ser hijo de un multimillonario. Hay muchas cosas que distancian a Trump
del pueblo, pero ha conseguido que el propio pueblo las ignore y crea la visión
de la realidad y de su persona acorde con sus intereses.
Hay una pregunta cuyas respuestas nos parecen clarificadoras de un aspecto esencial, el trato con los medios, algo en lo que hemos insistido en estos años de seguimiento de su figura en el poder o fuera de él. Cristina Olea responde así a la cuestión de la relación y uso mediático por parte de Trump:
La relación de Donald Trump con la prensa es muy compleja porque, efectivamente, por un lado es muy hostil — durante su primer mandato insultaba a los periodistas de medios tradicionales y los llamaba fake news a la cara —, por poner un ejemplo, en todos sus mítines siempre hay un momento en el que él señala la tarima de prensa y nos insulta y, entonces, el público se gira hacia nosotros y nos empieza a abuchear. Pero, por otro lado, concede un acceso insólito a los periodistas y a los ciudadanos; siempre sabemos qué es lo que se está pasando por su mente, porque lo dice abiertamente, lo tuitea. Quiere ser su propio portavoz y hace llegar sus mensajes a cualquier hora.
Esta exposición constante de sus pensamientos, de sus amenazas, hace que los medios estén siempre pendientes de sus declaraciones y que él sea el gran protagonista de la política estadounidense, y yo diría que mundial, en la última década. Está constantemente en los titulares y, además, ofrece un espectáculo continuo a los medios de comunicación. Con esto ha conseguido que la gente esté constantemente hablando sobre él y sobre los mensajes que quiere colocar. Probablemente, su relación con los medios de comunicación, hostil y contradictoria, ha tenido mucho que ver con su llegada a la Casa Blanca, primero en 2017, y con su regreso al poder.*
Trump juega con blancas, no se sienta a esperar; es él quien dirige el proceso comunicativo. Por eso, quizá, como se señala en el texto es ampliamente comunicativo, pero no hace apenas entrevistas. En el contacto con la prensa es él quien da y pone los titulares; no se sienta a esperar a ver "cómo" es tratado por el entrevistador.
Trump es hijo mediático de los nuevos tiempos; los medios tradicionales no le importan demasiado porque tiene la posibilidad de acceder al público directamente a través de redes. Ya no se trata de saber qué piensa, sino, por el contrario, sino de bloquear el acceso a todo lo que no sean sus pensamientos.
La incontinencia es torrencial, un flujo que arrasa, que arrastra a los que no deja pensar en otra cosa ni ver el mundo de otra manera. Trump ha mostrado el valor de lo contrario de todo aquello que se consideraba virtud política: mesura, equilibrio, racionalidad, verdad... Con Trump triunfa la desmesura, el desequilibrio, la irracionalidad y las fake news. Trump deja que las palabras vacías —¿Make America Great Again?, qué es esto?— sean llenadas por cada uno con sentimientos, con deseos insatisfechos, con frustraciones y odios escondidos.
Cuando ha creado el deseo, su dedo apunta a los culpables, ya sean los inmigrantes —todos criminales—, los demócratas —puro fraude, tramposos— u otros países —todos envidiosos de la grandeza americana—. Todos juntos han conspirado para reducir el verdadero poder de la fuerza y del destino. Él es quien rompe esta tendencia, quien denuncia el fraude mundial, la castración de Estados Unidos, por acuerdos, tratados, etc. El mundo parasita América. Él es el desparasitador, el negacionista de la Ciencia, del cambio climático, de las vacunas... de todo. Es el que ve en la fuerza de las armas la demostración del poder; si no, ¿para qué sirven? Ya ha amenazado a Panamá, a Groenlandia...
Todos los medios del mundo se preguntan en distintos tonos qué pasará desde mañana, mañana mismo. La otra pregunta es hasta dónde piensa llegar y cómo forzará las situaciones. De esas preguntas en la cima irán surgiendo muchas otras conforme vaya traspasando límites, haciendo realidades de sus palabras.
La preocupación mundial por la llegada de Trump es un hecho. Pero hay otras cuestiones que deberían también preocuparnos, como es la expansión de su modelo populista y personalista. Hay demasiados imitadores, demasiados aspirantes a ser los Trump de sus respectivos país. Y algunos ya lo están logrando desde sus variantes locales. Ahora acuden a celebrar la toma de posesión de su inspirador con la esperanza de que les eche una mano, de lo promocional a lo económico, como está ocurriendo en Alemania con Elon Musk.
El excelente trabajo que Cristina Olea realiza desde Washington se complementa con esta obra de análisis, necesaria para recoger, nos dice, el día a día, rellenado huecos y transmitiendo experiencias. El espacio de los medios no siempre lo permite, se quedan muchas cosas fuera que ahora se recogen.
Nos haremos con el libro y lo comentaremos.
* Marta Rey "Entrevista Cristina Olea: "Lo que espanta a la mitad de la población de EE.UU. es lo que gusta a los votantes de Trump" RTVE.es 19/02/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250119/cristina-olea-espanta-mitad-poblacion-eeuu-gusta-votantes-trump/16405056.shtml
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