Joaquín Mª Aguirre (UCM)
En su
siempre interesante selección de prensa europea, RTVE.es incluye un artículo
aparecido en Franceinfo el pasado día 16, firmado por Mathilde Goulpi, titulado
"¿Dónde nacieron sus padres?" Por qué se hará ahora esta pregunta en
el censo francés"*, sobre un nuevo rasgo preocupante que ha sembrado
preocupaciones en el país vecino.
El
texto trata de "tranquilizar" sobre la nueva pregunta incluida en el
cuestionario sobre el censo en Francia. En un mundo con crecimiento del racismo,
es lógico que se tenga prevención por lo que pueda suponer saltarse el
principio de que los orígenes familiares no son pertinentes si se tiene ya la
nacionalidad por haber nacido en el país. Esta relevancia de los padres puede
llevar a una forma de racismo de segundo grado, por llamarlo así, que podría,
incluso —¿por qué no?— trasladarse a una tercera generación, la de los abuelos
extranjeros.
En el
artículo traducido se nos explica:
Edad, ocupación, vivienda... Entre el 16 de enero y el
8 de marzo, nueve millones de franceses elegidos al azar serán invitados a
participar en el censo anual realizado por el Instituto Nacional de Estadística
y Estudios Económicos (Insee) y las autoridades locales. El objetivo es conocer
la distribución de la población y sus características, para afinar las
políticas públicas desplegadas en cada región.
Para esta campaña se han añadido tres nuevos ítems al
cuestionario, de los que ahora hay una treintena: frecuencia de teletrabajo,
existencia de una discapacidad y lugar de nacimiento de la madre y el padre.
Pero la introducción de este último ítem ha dividido a los implicados en la
lucha contra la discriminación.
Documentar
mejor la discriminación
El Insee y la Defensora de los Derechos Humanos
francesa, Claire Hédon, consideran que esta pregunta es necesaria para
"poner de relieve los tipos de segregación o desigualdad de
situación" vinculados al origen de los padres, explica a franceinfo Muriel
Barlet, responsable del departamento de demografía del Insee. Esta información
es útil no sólo para los responsables públicos, sino también para
investigadores y profesores, añade el equipo de la Defensora de los Derechos,
contactado por franceinfo.
"Esto permitirá que el debate público se
desarrolle sobre una base informada y no, como ocurre con demasiada frecuencia,
sobre la base de aproximaciones, atajos o estereotipos", explicó a
franceinfo el equipo de Defensora de los Derechos.*
Sin embargo, las explicaciones dadas no convencen a muchos, pues temen las consecuencias que puedan tener estas informaciones en un país con crecimiento de la ultraderecha y perspectivas de acceso al poder.
Ayer escribíamos aquí sobre el papel del descenso de la natalidad y el ascenso de los animales domésticos; lo conectábamos con el caso de los Estados Unidos, con el descenso de la natalidad "nacional" visto como un problema y los hijos de inmigrantes vistos como un peligro para el país.
Ahora en Francia quieren saber quién es hijo de quién, donde nacieron los padres. Por muy buenas intenciones que se exhiban, lo cierto es que muchos no se fían de en qué pueda acabar eso y el uso que se pueda dar de los datos en el futuro. Por mucho que se hable de confidencialidad, el peligro está servido al establecer "ciudadanos" de distintos niveles según la procedencia.
Se
asegura que esto se hace con fines "científicos", destinado
principalmente a la "academia", para tener un mejor conocimiento de
la población. ´Me imagino que hay muchas otras preguntas que pueden ser
relevantes sin incidir, qué casualidad, en una línea cada vez más problemática.
Lo cierto es que nadie, por mucho que se diga, puede garantizar el uso futuro o
exclusivamente ceñido a lo académico que, por otro lado, no tiene una patente
de objetividad. No sería la primera vez que la financiación de estudios
científicos tiene un mal origen o un peor fin, Los estudios son de quienes los
financian, como bien saben por las empresas que lo hacen.
Es una
cierta forma de incultura interesada la que orienta la consideración de la
persona hacia la sangre y el territorio, junto con la religión, como elementos
definidores, como un destino del que no se puede escapar. Un "hijo de
árabes", por ejemplo, siempre será "árabe" y no un verdadero
"francés". Ser "francés" ya no es un hecho cultural, sino
cuestión de sangre y esta no se modifica respecto a tus padres. Esa es la tesis
principal del nacionalismo racista que está volviendo en países que, como
Estados Unidos, se consideraban libres aunque mantuvieran la esclavitud.
Sencillamente, el negro no tenía derechos.
Que
esté pasando algo así en Europa, en la Unión Europea, es muy preocupante. Que
se trate de identificar a los padres (lo que sirve para identificar también a
los abuelos, su origen, y la línea se sumerge en el pasado), es una forma de
establecer diferencias entre la población, por mucho que los
"científicos" y las instituciones digan que su intención es otra. No
será la primera vez que se superponen otros resultados no deseados a los iniciales.
Los
elementos diferenciales van a la "raza", pero también a la cultura y, en especial, a la religión,
elementos que pasan de ser "sospechosos" a elementos de
"culpabilidad", en donde lo que uno haga se extiende a todos como
"explicación" fácil. Un "francés" robará, por ejemplo,
porque puede ser un delincuente, lo que supone individualidad; un árabe lo hará
porque "todos son iguales", porque está en "su naturaleza".
Es lo que ha hecho Donald Trump al calificar como "narcotraficantes"
y "criminales" a todos los hispanos que crucen la frontera, por lo
que se puede —algunos lo han hecho por su cuenta— disparar sobre ellos en
cuanto pasan "el muro".
Creo
que debemos tener en cuenta lo que se hace fuera con en el temor de que pase
dentro, de retroceder en nuestra visión del mundo, de las relaciones entre
culturas y entre personas. Estas últimas son las reales; lo demás es creación
humana.
Hemos
dado por supuesto que las personas afectadas pertenecen a otras culturas, pero
¿no afectará a la construcción de la identidad europea? Si se extiende el
prejuicio de la inmigración a personas que provienen de países de la Unión, por
las que legalmente podemos movernos, se habrá roto el principio de la
europeidad, algo con lo que muchos populistas de corte nacionalista sueñan. La
idea de la "pureza de raza" ya sabemos dónde llevó en el pasado y
puede que este reapareciendo de forma progresiva. El ciudadano francés, sean
quienes sean sus padres o abuelos, es un "europeo", pese a quien
pese. Por eso algunos saben que debilitando por la base, también se debilitan conceptos
más amplios.
Creo que tienen razón los que se han preocupado por la recogida de información. Preguntar por tus padres es ya establecer distinciones donde no debe haberlas. Por eso determinados grupos han pedido que no se conteste esas preguntas. De cualquier forma, no responder ya es un dato que se puede interpretar. Quedará claro quiénes son los hijos de Francia.
* Una
mirada europea. Mathilde Goupil
"¿Dónde nacieron sus padres?" Por qué se hará ahora esta
pregunta en el censo francés" RTVE.es / Franceinfo 16/01/2025
https://www.francetvinfo.fr/societe/quel-est-le-lieu-de-naissance-de-vos-parents-pourquoi-cette-question-sera-desormais-posee-lors-du-recensement_7011449.html
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