Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Ya solo
nos queda el espacio, como ya han señalado Musk y Trump (¡inevitable hablar de
ellos ya en la primera línea!). La Tierra es cada vez más una pelotita que da vueltas por el sistema
solar. Pero, de puertas para adentro, cada vez estamos más apretados en
nuestras especulativas ciudades y echamos de menos un campo como el de antes.
Hemos industrializado casi todo y solo los muy ricos pueden sostener unos
conceptos de tamaño y distancia como los de antes.
La
proliferación de especies pequeñas para tenerlas en casa como animales de
compañía cubre la soledad de la falta de hijos, esos seres que crecen y tienen
gastos cada vez más elevados.
La
Ciencia se pone al servicio de las necesidades, es decir, hace negocio, como
hemos tenido ocasión de comentar en ocasiones, puesto que esto crece. Ya no
solo se trata de establecer un intenso sentimiento hacia nuestras mascotas que
haga que las "clonemos" para sentir que no las dejamos morir de
muerte natural sino hasta que nosotros nos muramos. También se juega con los
tamaños, con mascotas "bonsái", hechas para caber en cualquier lugar
de nuestras pequeñas casas, que puedan ser llevadas en el bolso o en una
cartera. Antes se buscaban animales pequeños; ahora se hacen a medida.
En
20minutos, en su sección "Animaleros" —señal del éxito de esto es la
creación de secciones en los medios—, nos hablan de estas especies cada vez más
reducidas en su tamaño:
En los últimos años, los animales de granja en versión
miniatura han pasado de ser una curiosidad en redes sociales a convertirse en
solicitadas mascotas de compañía para muchos hogares. Vacas de razas
pequeñas, cabras pigmeas y ponis enanos aparecen cada vez más en vídeos virales,
mostrando una estética entrañable y comportamientos sociables que enamoran a
millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, es un fenómeno que va más
allá de la simple estética: representa un cambio significativo en cómo
concebimos la convivencia con animales tradicionalmente asociados con la
producción agrícola.
En Estados Unidos, epicentro de esta tendencia, razas vacunas como las mini Highland, las mini Hereford, las vacas Punganur de India, las cabras pigmeas africanas y los ponis de las Shetland se han convertido en símbolos de una vida rural idealizada, que venden una mezcla de estilo de vida campestre y sofisticación. En Europa, aunque con un auge más moderado, comienza a observarse un interés creciente por estos animales, impulsado por un cambio cultural hacia modos de vida más sostenibles. Sin embargo, en España, la situación se complica debido a una normativa específica que regula estrictamente la tenencia de animales de granja, independientemente de su tamaño.*
Ya no habrá de
extrañarse cuando veamos salir a pasear con una vaca —¿de qué sirve una vaca si
no la puedes sacar de casa?— o un cordero, pronto un elefantito con el que los
niños se pararán a jugar y a darles cacahuetes pequeñitos, no se vayan a
atragantar y la liemos.
Menos
problemáticos que los hijos, menos pedigüeños, hemos creado un vínculo muy
especial con estos nuevos animales de compañía. Antes una vaca era una vaca;
hoy es otra cosa. Es algo que va del exotismo al objeto de lujo con el que dar
envidia al vecino que sigue con su pekinés de toda la vida. Los malos de las
nuevas películas de James Bond ya no tendrán un gato en sus brazos sino mini
tigres de andar por casa, casi de peluche.
Se podrá tener una granja en la terraza, pastizales de quita y pon. Serán mini espacios verdes para mini vacas o mini ovejas. "—¡Julio Alejandro, no te dejes abierta la puerta de la terraza que se meten las vacas y lo ponen todo perdido!" "—¡Anastasia, si no sacas al parque el cordero, lo devuelvo!" "—¿Cómo quieres la leche, desnatada o de la vaca?"...
En el reportaje
de 20minutos hablan de "cambio cultural", pero estas cosas ya se daban
en la época convulsa de María Antonieta disfrazada de pastorcita, que como
sabemos no acabó muy bien para los privilegiados.
Hoy esto forma parte de una mejor comprensión del papel de la tontería en la naturaleza humana. Se atienden los caprichos de quien los puede pagar. Los que clonan los animales, sencillamente, son animados a pagar esas cantidades enormes o se sentirán culpables. Del sentimiento de culpa dependerá el precio. Los animales se harán más pequeños y, cuando se pase un poco la moda, se rebajarán los precios para que aquellos que no podían pagarse las mini mascotas clonadas y sentían envidia puedan hacerlo.
Casas pequeñas, ausencia del campo, que da alergia. Mascotas inusuales para marcar distancia con nuestras mini granjas, envidia de la comunidad. ¡Por fin la Ciencia, a pesar de lo que diga Trump, sirve para algo! Ponga una vaca de paseo en su vida. Vea las noticias del mundo con ella sobre el regazo. Las pantallas crecen, las mascotas disminuyen.
¡Qué pena que no se aplique la Ciencia a problemas más graves! Pero no todos sirven para hacer negocio.
* Vanessa M.
Clavijo "La moda de las mini granjas y el auge de vacas enanas, de menos
de un metro de altura, y cabras pigmeas como mascotas" 26/01/2025
https://www.20minutos.es/noticia/5674948/0/moda-las-mini-granjas-auge-vacas-enanas-como-mascotas/
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