Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las
hipótesis sobre los dos últimos incidentes, el atropello con muertes múltiples
y decenas de heridos en Nueva Orleans, por un lado, y la voladura de un coche
cargado de materiales explosivos frente a un hotel de Trump en Las Vegas,
vuelven a ponernos ante los ojos los problemas de los veteranos. Las conexiones
en el tiempo de los dos incidentes alejaron de los motivos que ahora salen a la
luz viendo su diversidad y también el punto en común, ser veteranos.
Los
medios nos traen hoy información sobre lo ocurrido en Las Vegas:
Livelsberger, de 37 años y
miembro en activo de las Fuerzas Especiales del Ejército de EEUU se quitó la
vida de un disparo en la cabeza instantes antes de que explotaran los fuegos
artificiales y los cilindros de gas que llevaba en el vehículo, una camioneta
Tesla Cybertruck alquilada. La detonación hirió a siete personas.
El militar dejó una nota en la que declaraba
lo que iba a hacer como "una llamada de aviso a todos los camaradas,
veteranos y estadounidenses" y denunciaba a las élites del poder como un
grupo de "debiluchos e irresponsables que solo buscan enriquecerse".
"Los estadounidenses sólo prestan
atención a los espectáculos y a la violencia. ¿Qué mejor manera de transmitir
mi mensaje que con un espectáculo con fuegos artificiales y explosivos? ¿Por
qué lo hago ahora? Porque necesito limpiar mi mente de los hermanos que he
perdido y liberarme de la carga de las vidas que he arrebatado", lamentó
el militar.*
Es difícil ser más claro en sus juicios y en sus intenciones. La elección del hotel Trump cierra el hecho y su significación.
No se
trata ya de la fascinación por las armas y la violencia, algo
"asumido" en gran medida por la sociedad norteamericana y un signo de
su división, con las armas al alza. Aquí hay otra cosa: el sentido de la
violencia o, si se prefiere, el "sinsentido".
El problema que Matthew Livelsberger deja encima de la mesa a los norteamericanos en su culto a la violencia y a su sinsentido. Podríamos llamarlo una forma de "idolatría" que tiene en las armas una manifestación, pero no es más que una concreción de algo más profundo.
El
ataque del suicida es contra el sistema en su conjunto. El párrafo final de la
explicación dejada es rotundo en su forma de sentir lo que ha sido su vida
"gloriosa" en el Ejército, algo que las condecoraciones recibidas
transforman en dolorosa ironía.
Es
precisamente su lucidez la que le ha
llevado al suicidio-espectáculo y no a la masacre. Su "razonamiento"
podía haberse desviado a causar más muertes, pero lo ha limitado al
"espectáculo", como lo califica irónicamente el suicida, a dar a ese
violento público norteamericano lo que reclama.
Podemos
recurrir a argumentos que se centren en la psique del autor y su comportamiento,
pero haríamos mejor en centrarnos en el comportamiento general del sistema, en
los motivos que le han llevado a abrir los ojos y dejar de compartir la forma
violenta de entender el mundo en la que vivía.
Por
casualidades de la vida, elegí anoche una película que no me puedo alejar de la
cabeza mientras pienso en estos atentados: De
aquí a la eternidad (1953), dirigida por Fred Zinnemann, película ganadora
de ocho premios Oscar, entre ellos los más importantes, basada en una obra de James
Jones, uno de esos autores que se dedicó a destripar la vida militar, algo que
había conocido y padecido. Jones fue más allá del heroísmo y se adentró en la
locura, reflejando en su título La delgada
línea roja (1962), lo poco que separa uno y otra.
Quizá dentro de algunas décadas alguien decida escribir o llevar al cine la historia de un militar condecorado, en activo, Matthew Livelsberger, que ve que su vida, que sus actos, solo han servido para "enriquecer" a las personas que más tarde les despreciaran por lo que antes les aplaudían y, como resultado, comenzó a despreciarse a sí mismo.
* "El FBI estima que la explosión en Las Vegas apunta a un caso de suicidio por "estrés postraumático de combate"" 20minutos / EuropaPress 4/01/2025 https://www.20minutos.es/noticia/5669509/0/fbi-estima-explosion-las-vegas-apunta-caso-suicidio-estres-postraumatico-combate/
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