sábado, 25 de enero de 2025

El victimismo machista argentino

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Es indudable que la llegada de Trump al poder, las cosas que se dicen y hacen desde la Casa Blanca, animan a las barbaridades, alientan la ignorancia y la perversión que alienta el nuevo "faro" mundial. Sin duda, los retrocesos amparados por el nuevo poder ignorante son ya un hecho más allá de muros y fronteras. Pronto exigiremos que no salga nada de Estados Unidos, por el peligro que supone. Si los trumpistas no quieren que entre nadie, el mundo tendrá, paradójicamente, que protegerse de la barbarie que exportan.

Más allá de la ironía está la realidad de un titular como el que nos dan en RTVE.es: "Argentina eliminará la figura del feminicidio del Código Penal porque implica "una distorsión del concepto de igualdad"" y al que se añaden dos líneas bajo el titular, "Milei dijo en Davos que la figura del feminicidio "legaliza de hecho que la vida de una mujer vale más que la de un hombre"" y ""Esta administración defiende la igualdad ante la Ley. Ninguna vida vale más que otra", ha dicho el ministro de Justicia", auténticas barbaridades, distorsiones de la Historia, el Derecho y de la realidad misma.

Es sabido que Trump es de un machismo subido y que las políticas de "género" le parecen "injusticias", perturbaciones del orden natural. Cuando nuestro Santi Abascal volvió de ese acto imperial que fue la toma de posesión del enviado a salvar a los Estados Unidos y, consecuentemente, a la Humanidad, ya habló de las cosas que cambiarían (él entendía que "a mejor"), entre ellas destacó las cuestiones de género.

El efecto de la misma visita en Milei no se ha hecho esperar y ya tenemos declaraciones de su ministro de Justicia, alguien con un sentido torticero del Derecho, según parece.

El País 25/01/2025

Las penas por los feminicidios no son una medida de la igualdad (o desigualdad), según ellos, entre hombres y mujeres. Son una forma disuasoria de un tipo específico de crímenes que se basan en la creencia en el derecho del varón a disponer de la vida de la mujer por ser inferior, no obedecerle, ser una "propiedad", etc.

En el texto leemos las siguientes barbaridades:

El ministro de Justicia argentino, Mariano Cúneo Libarona, ha anunciado este viernes que el Gobierno eliminará la figura del feminicidio del Código Penal porque implica "una distorsión del concepto de igualdad".

"Vamos a eliminar la figura del femicidio (feminicidio) del Código Penal Argentino. Porque esta administración defiende la igualdad ante la Ley consagrada en nuestra Constitución Nacional. Ninguna vida vale más que otra", ha dicho el ministro en su perfil de la red social X.

Se trata de una modificación de la ley 26.791 del Código Penal, que desde 2012 —durante el Gobierno de Cristina Fernández (2007-2015)— impone la reclusión perpetua a quien mate "a una mujer cuando el hecho sea perpetrado por un hombre y mediare violencia de género".

"Durante años han usado a la mujer para llenarse los bolsillos y desmedrar al hombre. Sin importar nuestro sexo, somos todos iguales ante la Ley y merecemos la misma protección y respeto", ha añadido Libarona, que ha dicho que el feminismo "busca privilegios poniendo a una mitad de la población en contra de la otra".* 

Es tal la perversión de los conceptos que asusta saber en manos de quién está la administración argentina, del presidente para abajo. La desigualdad de las penas no supone que una vida valga más que otra evidentemente, sino que se centra en las causas a las que obedece. Si mañana empezara a darse un crecimiento espectacular de los infanticidios, habría un aumento de penas con carácter disuasorio. Se trataría así de frenar o corregir, no de valorar las vidas.

Es una perversión interesada e ideológicamente retorcida lo que se señala. Lo que se está haciendo no es igualar el "valor" de las vidas de hombres y mujeres, como se aduce, sino precisamente falsear una realidad en la que se dan crímenes al amparo de una falsa "autoridad".

Es sorprendente que eso se pueda decir así, con tal desparpajo, descaro e ignorancia. Pero se trata precisamente, como se suele decir ahora, del "control del relato". Tras estos populismos de ultraderecha se esconden las frustraciones que hacen creer que estos son inventos ideológicos de una vulneración de las leyes "naturales" y "divinas", que son las que canonizan el dominio del hombre sobre la mujer.

A una sociedad patriarcal le interesa "rebajar" las penas contra los que atentan contra los derechos y vida de las mujeres porque sabe que se volverá a la desprotección y al abuso. Declarando la totalidad de la igualdad, lo que quedan es a merced de los machismos reales existentes en la sociedad. Las probabilidades de que una mujer sufra discriminación en una sociedad machista son mucho mayores a las de que un hombre sufra en la misma sociedad. Las leyes que protegen a las mujeres —como es el caso de la figura del "feminicidio"— no tienen como función que la vida de una mujer "valga más" que la de un hombre, sino disuadir a los machistas criminales. Es precisamente lo contrario: se trata de que la vida de una mujer no valga menos. Pero eso lo llevan mal los Trump, Milei, Abascal y compañía, que juegan con la frustración machista existente.

Creo que ha llegado el momento de frenar estas estrategias de darle la vuelta a la tortilla. Eso supone evitar este nuevo victimismo del machismo para evitar que ahora se muestre como una discriminación masculina. El macho pide que le caiga la misma condena por matar a un hombre o a una mujer. Como macho, ya sabemos quién será su víctima preferida.

Lo hecho y dicho por el ministro de Milei se hace bajo la sombra de un discurso mucho más amplio que se basa en diversos negacionismos, del de la Ciencia y del cambio climático, pasando por el de género. 

¡Pobre Argentina, sí! Pero tengamos cuidado porque estos males ignorantes cada vez obtienen más respaldo en un mundo donde es fácil manipular las frustraciones. Y para muchos es frustrante tener a mujeres cerca o por encima. Les parece poco natural y que eso se produce por la "injusta" protección. Habría que vigilar los discursos para ajustarlos a esta nueva (o no tanto) realidad.

No solo no se avanza en "igualdad" (¡qué ironía!), como afirma el ministro de Justicia de Milei, sino que se reducen las penas por un tipo de crimen que puede volver a aumentar. La función de las penas no es establecer equivalencias, sino frenar lo que tiene más probabilidades de producirse y, hoy por hoy, el peligro está en el machismo y su violencia contra las mujeres. 

 

* "Argentina eliminará la figura del feminicidio del Código Penal porque implica "una distorsión del concepto de igualdad"" RTVE.es 24/01/2025 https://www.rtve.es/noticias/20250124/argentina-eliminara-figura-del-feminicidio-del-codigo-penal-porque-implica-distorsion-del-concepto-igualdad/16421815.shtml

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