miércoles, 1 de noviembre de 2023

El paso boliviano

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Lo que está ocurriendo en Palestina no tiene nombre matizable. Es barbarie, ya lo hemos dicho varias veces. No se trata de si un caso es justificable o no La barbarie no lo es en ningún sentido. Por mucha razón que se tenga, la barbarie nos hace perderla.

Los intentos de involucrarnos en uno de los bandos por simpatía no son más que una trampa emocional en la que muchos caen. Cuanto más se pierda en la guerra, cuanto más se sufra, más adhesiones, más apoyos, piensan algunos. Esta guerra no es por Gaza; eso es el campo de batalla momentáneo. Esta guerra es mucho más amplia, con escenarios lejanos e intereses que mueven en la sombra. Los palestinos de Gaza son víctimas de muchas más cosas que los bombardeos israelíes. Hay causas más amplias en una guerra que es de otro orden; es solo una muestra parcial, dolorosa pero parcial. Una guerra altamente ideologizada, no solo por el territorio, que es la excusa.

Es una guerra destinada a encender otras guerras, a arrasar más territorios, a deshacerse de viejos enemigos. Es la guerra sin solución, solo política de tierra quemada.  No se trata de ganar un territorio, sino de ganar apoyos para las causas respectivas. Pero ese es un camino peligroso porque algunos no pueden permitir que se pierdan esos apoyos que supondría que las piezas de la estrategia internacional siguen cayendo sin control. Esta guerra se da sobre un tablero de ajedrez mundial. Palestina es apenas una casilla.


Bolivia acaba de romper relaciones con Israel. Es un movimiento pequeño en el tablero, pero es solo la salida del primer peón. En RTVE.es nos dan cuenta de este movimiento: 

Bolivia ha anunciado que rompe relaciones diplomáticas con Israel por lo que considera una "agresiva y desproporcionada ofensiva militar" contra la población de la Franja de Gaza.

En un comunicado, el vicecanciller, Freddy Mamani Machaca, indicó que el Gobierno "ha tomado la determinación de romper relaciones diplomáticas con el Estado de Israel en repudio y condena a la agresiva y desproporcionada ofensiva militar israelí que se realiza en la Franja de Gaza".

Por su parte, Israel ha acusado al Gobierno de Bolivia de "rendirse al terrorismo y al régimen del Ayatolá en Irán". "La decisión del Gobierno de Bolivia de romper relaciones diplomáticas con Israel es una rendición al terrorismo y al régimen de los Ayatolás en Irán. Al adoptar esta medida, el Gobierno boliviano se alinea con la organización terrorista Hamás", afirmó el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel en un comunicado.

"Desde el cambio de Gobierno en Bolivia, las relaciones entre los países han carecido de contenido", indicó la cancillería israelí.

El lunes, el presidente de Bolivia, Luis Arce, se reunió con el embajador de Palestina, Mahmud Elalwani, y le expresó su rechazo a los "crímenes de guerra en la Franja de Gaza", donde han muerto más de 8.500 personas por los bombardeos israelíes.* 


Este intento de relativizar, de minimizar el movimiento boliviano es el movimiento que le queda a Israel en el escenario internacional. Es cierto que la ruptura con Bolivia no es casual, dado el acercamiento de Bolivia a Irán, lo que lo explica, pero es encender una mecha.

En la BBC se nos hablaba el 21 de julio de este año del "acercamiento" entre Bolivia e Irán. Esto supone un alineamiento del régimen bolivariano al iraní, lo que hace que las críticas de Israel como respuesta tengan más sentido. 

Pese a que geográficamente están separados por miles de kilómetros, Bolivia e Irán dieron un paso más en su acercamiento.

Los gobiernos de ambos países firmaron este jueves un memorándum de entendimiento para ampliar la cooperación bilateral en el campo de seguridad y de defensa, informó la agencia estatal persa IRNA.

El acuerdo fue rubricado en Teherán por el ministro de Defensa boliviano, Edmundo Novillo Aguilar, y su par iraní, y Mohammad Reza Ashtiani.

El documento ha sido criticado por miembros de la oposición boliviana, que han lamentado que el gobierno de Luis Arce prosiga el acercamiento con Irán iniciado en el mandato del expresidente Evo Morales.**


¿Qué puede significar este acuerdo? Evidentemente era ya un paso de refuerzo de Irán antes de que Hamas atacará Israel desencadenando este desastre humanitario. Que sea Bolivia quien rompa con Israel no es casualidad. Este paso boliviano puede ser el comienzo de una serie de rechazos no necesariamente vinculados a Irán, el controlador en la sombra de lo que ocurre en la zona.

Todo esto tiene un valor ante las opiniones públicas de los diferentes países que pueden ver cómo se saca a la gente a la calle pidiendo la ruptura con el régimen de Israel. No hay que irse muy lejos para comprobarlo. ¿Puede Israel permitirse la ruptura internacional cuando sus actuaciones no puedan ser ya respaldadas por nadie?

Es esta batalla la que Israel está perdiendo. La estrategia de Netanyahu, guiada su soberbia implacable, le va a hacer perder los apoyos que podría tener Israel. Netanyahu tiene un objetivo: mantenerse fuerte, asegurar —como vimos hace unos días— que esto lo va a ganar sí o sí, que es lo que le permite aunar en torno a su figura. Lo que él quiere mostrar como "firmeza", el mundo lo ve como "brutalidad".


Lo que ha conseguido es que se abran focos de violencia que estaban medianamente controlados. Otros grupos controlados por Irán en los países vecinos se han puesto en marcha. Ha conseguido que una mayoría de la opinión pública de países democráticos (la libertad de prensa es esencial en esto) vea con malos ojos ya la causa israelí, que muchos países se sientan "incómodos" con lo que hace y más "incómodos" si tienen que justificarlo. La opción del "derecho a la autodefensa" que muchos han esgrimido se queda en nada cuando el uso de la fuerza es desproporcionado y genocida. Acostumbrado a ser blanqueado en sus acciones, la brutalidad queda esta vez en evidencia. Qué sea verdad y qué manipulación pasa a un segundo término ante la sonrisa de Netanyahu, su confianza escandalosa y desafiante. Netanyahu es el peor embajador de Israel, la negación de la causa israelí. Lo es desde hace mucho tiempo, pero son los israelíes los que le eligen presidente como son los norteamericanos los que eligieron a Trump y pese a los precedentes pueden hacerlo de nuevo. Cuando las democracias dan tan malos dirigentes como las dictaduras, algo malo ocurre y arrecian las tormentas.

Hace tiempo que el pueblo israelí elige estos tipos duros que acaban haciendo lo que el pueblo les ha "ordenado" en las urnas o sencillamente los que logran convencerles de que ellos, tipos duros, son capaces de velar para que puedan descansar tranquilos.

La renuncia del representante de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos es otro golpe para Israel. La carta de dimisión explicándola se centra en dos aspectos: "hemos fallado", en referencia a las Naciones Unidas, y en el hecho del "genocidio", algo que da por hecho en Gaza. 


Es un duro golpe, al que hay que añadir la condena indirecta de Israel que hizo del Secretario General de Naciones Unidas, Antonio Guterres. Israel ha pedido su dimisión por "justificar" el ataque de Hamas. 

Las condenas a las acciones de Israel no se pueden seguir "explicando" siempre, como en el caso de Bolivia. Cada vez son menos quienes en lo personal se sienten del lado de Israel; es incómodo institucional y personalmente.  Las justificaciones de sus acciones brillan por su ausencia más allá del "derecho a la autodefensa", que se pierde cuando se convierte en barbarie.

El gesto boliviano abre la espita de otro nivel de condenas. Pronto es posible que se sumen más. También es posible que los protectores de Israel, los que financian sus guerras, empiecen a darse cuenta que nos les resulta rentable en ningún sentido seguir apoyando. 

Los entresijos de las relaciones en la zona no podrán seguir soportando la contradicción permanente entre las alianzas por arriba —las internacionales— y las simpatías y alianzas por debajo, que también son internacionales pero no se presentan como tales: las islámicas. Los conflictos entre los gobiernos y las bases en sociedades poco o nada democráticas explican este otro tipo de estrategias y porqué se trataba de complicar la vida a Arabia Saudí cuando esta trataba de "normalizar" la relaciones con Israel.

Respecto a Bolivia, el artículo de RTVE.es señala: 

En 2009, el Gobierno del entonces presidente Evo Morales (2006-2019) rompió relaciones diplomáticas con Israel como respuesta a los ataques contra la Franja de Gaza; pero los lazos se restablecieron en 2020 por el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez (2019-2020).* 

Mientras las relaciones diplomáticas con Israel formen parte de los cambios de gobierno en los países, es decir, se haga causa parcial de los apoyos de unos y otros, el problema israelí-palestino, por llamarlo de algún modo, no tendrá solución. Lo que vale para Bolivia vale para otros países, en los que el cambio de administración, supone variaciones en apoyos, disculpas y hasta financiación.

Lo peor del drama palestino es que forma parte de la agenda política, de los programas, lo que se traduce en falta de unidad en la consideración y en demasiados puntos de vista. Por eso es necesario contemplarlo con los ojos de lo que supone de muertes de inocentes, que son utilizados como elemento de propaganda o como objetivos para conseguir apoyos políticos, respaldos, financiación, armamento, etc.

El apoyo de muchos países a Israel se está tambaleando. Lo está haciendo porque la amenaza del terrorismo se extiende más allá de Palestina con las llamadas de Hamás, un grupo terrorista, a "la ira", es decir, a atentar. El mundo occidental no teme "atentados israelíes", pero sí atentados yihadistas porque es a lo que se llama, lo que tiene un efecto sobre la opinión pública que se trata de usar para mantener el apoyo por unos y el miedo por otros.


Israel usa el miedo a Hamas, al terrorismo internacional; Hamas usa el genocidio, la destrucción de inocentes para atraer las simpatías a su causa. Los dos enfoques carecen de una vía de solución del problema, pues el objetivo es la destrucción total que es como se entiende el fin del problema. Sin embargo, hay que ser muy ingenuo para pensar que esto será así. En Palestina seguirán entrado personas interesadas en que no haya paz y en Israel no habrá forma de exterminar a todos los que considera sus enemigos, pues está creado en mitad del mundo islámico. Es la maldición de la tierra prometida.


Ante esta sinrazón que busca nuestra atención, solo cabe mantenerse del lado del que sufre, del que es víctima inocente de la barbarie directa o indirecta. Hoy el dolor no solo es una realidad, sino que también es un arma, una realidad manipulable.

Lo terrible es que nadie busca un alto el fuego, que los mismos países que les rodean dan con cuentagotas su ayuda, que apenas se abren los pasos para hacer llegar la ayuda humanitaria. Es un lanzamiento continuo de acusaciones que busca elevar el clima conflictivo.

De nuevo y cada día la condena de la barbarie, no de un acto concreto, sino de todo lo que la impulsa, promueve y desea la violencia sin límite. Las causas, repetimos, pierden su razón, cuando se vuelven absolutas e ignoran el dolor que causan. 

 

* "Bolivia rompe relaciones diplomáticas con Israel por su "desproporcionada" ofensiva en Gaza" RTVE.es / EFE 1/11/2023 https://www.rtve.es/noticias/20231101/bolivia-rompe-relaciones-diplomaticas-israel-su-desproporcionada-ofensiva-gaza/2459793.shtml

** "Lo que se sabe del acuerdo de seguridad entre Bolivia e Irán" BBC News Mundo 21/07/2023 https://www.bbc.com/mundo/articles/cld9nq1zqwyo

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