Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hoy
asistimos a la consagración de una nueva especialidad periodística: la lectura
de labios. El soberbio espectáculo de la investidura de Pedro Sánchez pasará a
la Historia de Lo que Sea como el
momento en el que finalmente tanto tiempo de entrenamiento, tantos días de
sacrificio dan por fin fruto.
El acontecimiento
se venía rondando desde hace tiempo. Se gestó, como tantos otros momentos
transcendentales, en el campo de los deportes. La sensación que el hecho podía
suceder en cualquier momento hacía que los entrenadores, que los jugadores en el
banquillo, pusieran sus manos ante la boca para evitar ser "leídos" y
posteriormente desvelados su más íntimos y comprometidos pensamientos
exteriorizados en un momento de debilidad, de distracción infinita que les
llevaba a ese vacío peligroso: la creencia en que nadie les observa, la
peregrina idea de estar solos en el cosmos sin miradas, sin cámaras, sin
micrófonos... es decir, la NADA.
Este
vago sentimiento, quasi
existencialista, en donde se sustituye el "ser-en-el-mundo", el dasein heideggeriano, por el
"ser-para-las-cámaras" de este mundo de la aldea global eléctrica de
McLuhan, se ha manifestado en la investidura, espacio de representación cuyo
objetivo es alcanzar la plenitud presidencial.
Alejándonos
del lenguaje filosófico, nos adentramos en el mundo factual, en donde lo
empírico se define como "cazada", es decir, la revelación del sujeto
en su plenitud cuando cree que nadie le mira.
Las
polémicas científicas sobre si los gestos son universales o son culturales
llevó a una interesante conclusión por parte de algunos investigadores: los
gestos pueden ser naturales, pero nuestra convivencia hace que los escondamos
ante la mirada ajena, y ahí entra la cultura. Es decir, cuando estamos solos
somos iguales y en cuanto que sentimos que nos miran actuamos de forma esquiva
y cultural, representamos. No
queremos ser sinceros, sino actores que representan un papel sobre un escenario.
¿Hay mejor auditorio que la tribuna del Congreso de los Diputados? ¿Sinceridad? ¡Ni mencionarlo! La
"sinceridad", nos advierten los expertos en comunicación política, es
la madre del fracaso. De hecho, el éxito del político es evitar que la
sinceridad fluya destruyendo el mundo que es eficaz para conseguir sus
objetivos. "El político es un fingidor", parafraseando al gran
Pessoa.
En el
escenario del Congreso cada político que sale a la tribuna lleva su papel bien
aprendido, con las indicaciones de gestos, movimientos, tonos, etc.
perfectamente programados para que nada, en este siglo de la pantallas, se
pierda, para que nada se malinterprete, para que nada sea retorcido por el
contrario hasta sacarle punta, los colores o cualquier otro elemento.
Eso en
la tribuna de los oradores, cuando las cámaras apuntan hacia ti, cuando
millones de ojos y orejas, en cantidades aproximadamente iguales, se centran en
ti. ¿Pero qué pasa en otros lugares? ¿Qué pasa con las respuestas o reacciones?
Nada inquieta más a un político que no saber que le miran, que le escuchan o que
le pueden leer los labios, que te pillen con la guardia baja, desprotegido, sin
tu disfraz de Otelo, Lear, Ofelia, Desdémona, Viuda Negra o de Nora ibseniana,
según toque el día.
Es como
si te pillaran en paños menores, que
se decía antes, pillar en bragas en
versión actual. Para los interesados en este crucial aspecto, incluimos las
versiones que el Wordreference, en su
edición 2023, recoge: catch (sb) with
their trousers down (UK) y catch (sb)
with their pants down (USA). Estos conceptos básicos son la base de esta
nueva rama que a falta de nombre académico definitivo podríamos adelantar como
"Periodismo de Pillada". En Antena 3 se nos indican esas
"pilladas" y diversos acontecimientos de foco desplazado, es decir,
que en vez de darse en la Tribuna Central, se amplía el campo de la mirada para
dirigirla hacia las distintas zonas ocupadas, ya sean los escaños o los
asientos para los invitados más o menos ilustres. No sé si tiene que ver con
eso que llaman ahora "periodismo 360", pero algo de eso hay.
Se nos dice en Antena 3 con el curioso titular "¿Qué dijo Ayuso a Sánchez? El vídeo del momento en el que fuentes del PP aseguran que ha dicho "me gusta la fruta"":
El debate de investidura de este miércoles en el
Congreso de los Diputados está dejando auténticos 'momentazos'. A la carcajada
de Pedro Sánchez, el abandono de Vox, la sonrisa de Irene Montero o el duelo por
la cita de Antonio Machado se ha sumado una 'cazada' a Isabel Díaz Ayuso
dedicándole unas palabras al presidente del Gobierno en funciones. Pero ¿cuáles
fueron esas palabras?
Durante su turno de contrarréplica, Sánchez ha
criticado a Feijóo por sus declaraciones sobre la corrupción: "Es
bastante atrevido hablar de corrupción por parte del PP. Su antecesor
(refiriéndose a Pablo Casado) apuntó a un posible caso de corrupción
relacionado con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y
su respuesta fue evacuar al señor Casado y echar tierra encima de ese
caso", ha expresado el líder socialista.
Casualidades o no de la vida, en ese preciso momento las cámaras del hemiciclo han enfocado a la presidenta madrileña, que se encontraba presente en la tribuna de invitados. Es ahí, una vez ha escuchado que han mencionado su nombre, cuando ha pronunciado unas palabras que han desatado inmediatamente la polémica.
"Me gusta
la fruta"
Fuentes cercanas a Ayuso, concretamente del propio
gabinete de la Comunidad de Madrid, han ironizado al asegurar que la presidenta
ha dicho textualmente "me gusta la fruta". Ya después han
confirmado que, en efecto, ha dicho lo que parece que ha dicho. Esta es la
postura que defienden desde el PSOE, que acusan a la presidenta de la Comunidad
de Madrid de insultar a Sánchez y llamarle "hijo de puta".*
Hay varios puntos interesantes en el texto. Me refiero a ese "casualidades o no" sobre el momento de enfocar a Díaz Ayuso. Casualidad o confirmación de que hay un guion y una planificación en sentido plenamente visual, es decir, "planos" y "planes". Plano y contraplano, como exige el lenguaje narrativo. Evidentemente, quien no tenía el "guion" era Isabel Díaz Ayuso, pero el "neorrealismo" tiene estas cosas.
El otro aspecto obviamente es el de la verificación de lo dicho. A la tesis del "me gusta la fruta" que apuntaría a una campaña institucional en favor de la dieta sana, se suma la más devota de "La madre Teresa de Calcuta", a la que apuntan algunos medios.
Entre la fruta y la mención a la humilde Santa, junto con la hipótesis de la mención a otro tipo de madre, el nuevo "periodismo de pilladas" o de "momentazos", se irá desarrollando.
De la lectura de labios a la ampliación de las imágenes para captar gestos, peinetas, muecas, etc. el nuevo modelo de periodismo trata de aliviar ("instruir deleitando", decía la vieja máxima) lo rutinario, cansino, agotado, etc. que supone esta (mala) vida política. Las "pilladas", piensan algunos, son "momentazos". Una peineta, un insulto, un mal gesto, etc. cada cierto tiempo alivian el directo, dan juego en los noticiarios y siembran de comentarios los medios y las redes de memes.
Los gabinetes de comunicación de los partidos políticos deberán ensayar las reacciones posibles para que no les pillen en un descuido o una reacción desafortunada. La reacción espontánea frente a la réplica pensada. Los políticos en sus entrenamientos serían presionados con todo tipo de insultos, amenazas, gestos ofensivos, etc. mientras deben mantener cara de póquer. De esta forma se podrían defender de las cámaras indiscretas y las pilladas.
Que con lo que nos estamos jugando hoy en España la cuestión sea lo que dijo entre dientes Díaz Ayuso es una trivialización obscena, pero si ayer ponderábamos la necesidad de la defensa del Periodismo, este debe ser consecuente. Entender el "periodismo" como un elemento único es engañoso y poco práctico. Hay formas de ejercerlo de muy distinta manera y lo importante es la función que cumple. Si los políticos deciden "dar espectáculo" y son atendidos en sus deseos, lo extenderán al máximo porque esa es su necesidad y objetivo, llamar la atención. Cualquier mecanismo o procedimiento que sirva para ello será empleado, como ese señor que nos muestran que hace continuos gestos desde su escaño, una especie de versión de "cine mudo" del hemiciclo. Es una forma de llamar la atención.
Este formato de "periodismo de pilladas", de "momentazos", es una forma degenerada de la información política causada por la propia degeneración de la política y sus integrantes. Encontrar el "ángulo divertido" a lo que no lo es no es un buen camino, por muchas visitas que pueda tener el artículo y mucha circulación por redes sociales, retuits, o cualquier otra forma que extienda este planteamiento complaciente con el gusto zafio.
Ya es bastante bochornoso el espectáculo en sí como para decorarlo con "pilladas" y "momentazos", que dan lugar a absurdas polémicas e hipócritas rasgados de vestiduras. No lo fomentemos. Vayamos a la política, no en la forma en que ellos quieren, sino en la que como ciudadanos, como lectores o espectadores necesitamos.
* "¿Qué dijo Ayuso a Sánchez? El vídeo del momento en el que fuentes del PP aseguran que ha dicho "me gusta la fruta"" Antena3 15/11/2023 https://www.antena3.com/noticias/espana/que-dijo-ayuso-sanchez-video-momento-que-fuentes-aseguran-que-dicho-gusta-fruta_2023111565550cdab276150001b4b00e.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.