miércoles, 15 de noviembre de 2023

La responsabilidad del periodista

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El diario El Mundo ha dado sus premios internacionales de Periodismo. El primero se lo han concedido a Carlos Dada, fundador y director de El Faro, diario dominicano. El segundo se lo han concedido a la periodista y ensayista turca Ece Temelkuran, fulminada con el tradicional arma del poder en todos los regímenes autoritarios, el telefonazo. Hay muchas formas de acabar con un periodista, como por ejemplo, a la rusa, cayendo desde un balcón, a la mexicana, un tiro y adiós, etc.

A Ece Temelkuran lo han hecho con el teléfono, una llamadita y fuera. Temelkuran se ha traído a su madre desde Turquía, probablemente para que se quede tranquila y vea que a los periodistas no se les trata igual de mal en todas partes, que incluso se les valora y premia. En otros simplemente se les olvida. En Turquía, nos dicen hay 200 periodistas encarcelados, lo que no está mal para un país de la OTAN.

Una cosa que me sorprende es cómo, cada vez que se asesina, encarcela, etc. a los periodistas, no se les rinde homenaje en nuestras facultades de Ciencias de la Información con un minuto de silencio o poniendo sus nombres en alguna lista, muro o espacio de homenaje. Lo cierto es que en todos estos años nadie ha tenido el detalle. A los periodistas les exigimos muchas veces que se arriesguen, pero no siempre somos justos con ellos cuando lo hacen.


Voy a comentarlo por si a alguien le parece bien, que nuestros alumnos sean conscientes de que hay gente que pierde vida, espacio o fortuna porque resulta molesto a los poderes políticos, económicos o de cualquier otro orden.

Hoy he tenido precisamente una reunión temprana para organizar en enero un acto de presentación de un libro que considero necesario en estos tiempos en los que apenas se leen libros o la prensa en cualquier formato. La idea de que es necesario recuperar algo que hay dentro del Periodismo que comparte con el alma humana, con sus deseos más íntimos.

Se habla mucho de la necesidad del periodismo para la democracia, pero la verdad es que cada vez valoramos menos la actividad periodística y, quizá por ello, la democrática. Confieso que no tengo clara la dirección del problema. No veo con claridad si es la falta de democracia la que afecta al Periodismo o si es el desinterés informativo el que acaba afectando a la democracia. Supongo una cosa va con otra aunque no sea fácil saber cómo interactúan.

Defender no solo la profesión periodística, sino también su función en una sociedad que debe estar informada para poder decidir con conocimiento, se va convirtiendo en algo subversivo y casi vicioso, malsano. En tiempos como estos, lo que triunfa es la manipulación, que ya no se ve como un problema moral, sino como una cuestión técnica. No se trata de evitarla, sino de hacerla funcionar en la dirección adecuada. Puro pragmatismo.

Luego está la galopante incultura, que hace mucho más fácil la manipulación, incluida la del propio informador, al que se le dan ya las instrucciones para que movilice la opinión en un sentido u otro. Siempre ha sido más fácil engañar a los ignorantes.

Del discurso de la ensayista y periodista turca Ece Temelkuran me han gustado unas palabras claras y arriesgadas en este mundo tan complejo: 

El verdadero periodismo, que devasta el alma de tantas formas, comienza cuando te das cuenta de que la objetividad no es neutralidad y que este trabajo conlleva una responsabilidad moral.*

El mundo nos da ejemplos cada día de situaciones y actos ante los que no se puede ser neutral. El dolor humano no admite la indiferencia, la neutralidad, que sería deshumanizarnos hasta niveles inconcebibles. Está bien hacer notar esa distancia —que muchos confunden— entre lo que neutralidad y lo que es objetividad. Ser objetivo es estimar las causas de lo que ocurre. No nace uno "objetivo", sino que por el contrario la objetividad la da la capacidad de comprender, el conocimiento profundo de las cosas. Con ella podemos comunicar con conocimiento de causa y, especialmente, evitar la manipulación y el engaño, que es precisamente a lo que lleva la ignorancia. En un mundo de ignorantes es muy difícil comprender y, por supuesto, hacer comprender. La formación periodística es formación humana; no es solo técnica, que es la más sencilla. Es precisamente un trabajo de escultura del propio yo para poder ser justos con el mundo, no neutrales. Y ser justos con el mundo es intentar comprenderlo, darle sentido a la gran pregunta: ¿por qué existe el mal? Es una cuestión ética y moral. Ha muchas formas de Periodismo, muchos textos distintos dentro de un periódico, de un programa de radio, etc. Pero todas deben buscar ese punto de equilibrio entre lo que podemos dar y lo que el mundo necesita. Eso vale para muchas cosas, de la crítica literaria a la crónica de guerra.

El periodista no debe ser neutral, sino comprometido; es más, justamente comprometido. No es fácil. Lo fácil, como nos demuestran cada día, es ponerse al servicio de los poderosos y darle color a sus razones o sentido a la ausencia de las mismas.

Explicar(se) el mundo no es sencillo. Por eso el periodista no solo debe saber escribir bien, un término confuso. Debe pensar y saber expresar de la mejor forma lo que ha visto y pensado. Los ignorantes, los simples, los indiferentes, etc. son peligrosos en el Periodismo.

 

* Jorge Benítez "Ece Temelkuran: "El verdadero periodismo comienza cuando te das cuenta de que la objetividad no es neutralidad"" El Mundo / Papel 13/11/2023 https://www.elmundo.es/papel/lideres/2023/11/13/65525cdee9cf4a7f398b457a.html

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