Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Las
cosas crecen y no se sabe muy bien cómo. La noticia que el diario El Mundo nos
ofrece nos debería inquietar a todos. Su intranquilizador titular es "Un
ministro suspendido en Israel tras decir que una de las opciones podría ser un
ataque nuclear en Gaza". A pesar de todos los matices usados, una bomba nuclear es una bomba nuclear. Nos explican en el diario:
El primer ministro israelí Benjamin
Netanyahu ha suspendido "hasta nuevo aviso" la participación
del ministro Amijai Eliyahu en las reuniones del Gobierno después de
que dijera que una de las posibilidades en la guerra contra el grupo integrista
Hamas podría ser el lanzamiento de una bomba atómica en la Franja de Gaza.
La aclaración posterior de Eliyahu ("fue una frase dicha de forma metafórica") y el hecho que esté al frente de un ministerio inventado llamado "Legado" o "Patrimonio" (producto de acuerdos de coalición con el Likud tras las elecciones de hace un año) y sin influencia alguna en la gestión general del Gobierno y de la guerra en particular no ha reducido la ola de críticas en Israel exigiendo a Netanyahu que no sólo desautorice sus palabras sino que le destituya de forma inmediata.*
Una cosa es suspender a un ministro y otra destituirlo, claro. La diferencia es clara: lo "cesas" si ha dicho una tontería con la que no estás de acuerdo y lo "suspendes" si ha sido simplemente inoportuno. La diferencia entre uno y otro puede ser el inicio de la III Guerra Mundial.
Cuando tomas algo de distancias comprendes que las grandes crisis planetarias requieren de la conjunción de algunos factores, que no bastan los sucesos, que hacen falta idiotas que los malinterpreten, como solemos decir, que se junten el hambre y las ganas de poder. El ministro de Netanyahu está en el lugar adecuado para crear una catástrofe si se le deja suelto. El problema es que el gobierno israelí es una reunión de colegas con ganas infinitas de demostrar que no están dispuestos a ceder ante nada, que no dejan de lado ninguna posibilidad... incluida la nuclear.
Suspendiendo al ministro Netanyahu ha mandado un mensaje, pero no lo rotundo que esperaba el mundo. Significa simplemente que a alguien con mucho poder (un ministro) se le ha pasado por la cabeza el uso de armas nucleares.
En RTVE.es, Cristina Olea se hace la pregunta por qué Estados Unidos apoya de forma inquebrantable a Israel. Olea le traslada la pregunta a Joel Beinin, "profesor de historia y de historia de Oriente Medio en la Universidad de Stanford."** La respuesta larga (hay otra corta, pero demasiado simple, la de la hegemonía norteamericana) incluye tres factores: a) el remordimiento por haber permitido el holocausto judío; b) el papel de la industria armamentística y c) el lobby sionista ante el congreso norteamericano, que usa donaciones y votos para presionar a los políticos.
Son tres poderosas razones. Si conectamos la segunda con la tentación nuclear del ministro "suspendido" por hablar de la bomba el resultado es intranquilizador. ¿Significa que Estados Unidos ha creado un monstruo al que abastece de armamento con el riesgo de usarlo? Esto ya no es el "escudo antimisiles", un arma claramente defensiva cuyo empleo se justifica por sí mismo, defenderse.
Si vamos al diario israelí The Jerusalem Post se nos informa de esta manera:
Heritage Minister Amichai Eliyahu from Otzma Yehudit was suspended on Sunday from government meetings after he said dropping an atom bomb on Gaza is an option in an interview to Kol Barama on Sunday morning.
The statement was made in relation to his discussing humanitarian aid to Gaza.
"We wouldn't have given the Nazis humanitarian aid," he said. "There's no such thing as innocents in Gaza."
When the interviewer asked whether Israel should just drop an atom bomb on the strip, Eliyahu replied that that was an option. Upon being reminded of the more than 240 hostages being held in Gaza, he said he would pray for their return but that "there is also a price to war."
Only two days earlier, Eliyahu had tweeted about destroying an entire city, comparing it to Sodom and Gamora.***
El propio medio tilda de "ultraderechista" al Ministro de Patrimonio. No es de extrañar, pero creo que se queda corto. Si vemos sus afirmaciones con atención, nos damos cuenta que va más allá de la bomba, solución extrema. Ve "normal" que mueran los rehenes israelíes que son los que justifican —son palabras de Netanyahu— que no haya alto el fuego. Si los rehenes murieran, la bomba sería lo único que tendría sentido entonces. Como "no hay inocentes en Gaza", como nos explica, la destrucción total estaría justificada. Un peligro público, incluido Israel.
Confieso que no entiendo qué ha querido decir el ministro con lo de que se trataba de una "metáfora". Si hay algo que no es metafórico es una bomba y menos una nuclear.
Asusta pensar que parte del destino del mundo en las próximas décadas esté en manos de gente así, que ve las catástrofes con la misma claridad que Netanyahu ve la profecías de Isaías como garantía de que nada puede fallar.
Todo lo que no sea presionar para que Israel deje de considerar que no hay "inocentes" en Gaza justificando la destrucción brutal de un pueblo entero, es hacer el juego a estos totalitarios y visionarios de los que el propio Netanyahu se ha rodeado. Pero es difícil controlar una situación que está sostenida por Estados Unidos, por un lado, y por Rusia e Irán por otro apoyando a Hamás y otros grupos que operan en la zona. Estados Unidos, por los motivos señalados en la entrevista de Cristina Olea tiene limitadas sus posibilidades. Por la otra parte, se trata de crear un segundo conflicto junto al de Ucrania, de dividir en dos frentes, que podrían abrirse en más lugares de la zona o sencillamente activando los núcleos terroristas llamando a más "días de la ira". Eso agitaría las opiniones públicas de medio mundo, cada vez más alejadas de las razones de Israel, imposible de justificar en su barbarie diaria sobre el campo de batalla y al que hay que temer en sus deseos "metafóricos", como el manifestado sobre el uso de armas nucleares.
El hundimiento de las simpatías hacia la causa de Israel es continuo gracias a sus empeños. Lo malo es que lo que hay al otro lado, Hamás y los que están detrás, buscan ese rendimiento, lo que supone la provocación constante, agitar el capote ante el morro del toro.
Seguimos sin entender la pregunta clave: ¿por qué ahora? Sería la que nos permitiría establecer los objetivos buscados. Una operación de esta envergadura, una guerra de este calibre, de esta brutalidad, no se monta sin cálculo, sin unos objetivos que, puede que sean ajenos a los que más lo sufren, los palestinos.
Las causas no justifican los actos. Las mejores causas pueden verse hundidas por las acciones más brutales. Y estas no se suman o restan: aparecen conjuntamente en toda su brutalidad. La brutalidad de unos no justifican la brutalidad de otros. Muchos de los que mueren son niños que no comprenden siquiera por qué mueren. Lo de la bomba, lo de que nadie es inocente en Gaza y que todo puede ser destruido invocando a Isaías no es es más que una retórica macabra. La idea de que en la guerra muere gente es de un cinismo impresentable. Es lo que hay.
* Sal Emergui "Un ministro suspendido en Israel tras decir que una de las opciones podría ser un ataque nuclear en Gaza" El Mundo 5/11/2023 https://www.elmundo.es/internacional/2023/11/05/65477d8ce9cf4ac85e8b45b0.html
** Cristina Olea "¿Por qué Estados Unidos siempre está
del lado de Israel?" RTVE.es
4/11/2023
https://www.rtve.es/noticias/20231104/estados-unidos-siempre-esta-del-lado-israel/2460001.shtml
*** Ariella
Marsden "Far-right minister suspended for suggesting Israel could nuke
Gaza" Jerusalem Post 5/11/2023
https://www.jpost.com/israel-news/article-771766
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