martes, 21 de noviembre de 2023

Los shows presidenciales

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

En un mundo lleno de peligros y desastres, de hechos terribles y de otros peores a medio a hacer, una noticia nos deja helados: Donald Trump aventaja en siete puntos a Joe Biden en intención de voto. Con un Trump de nuevo en la Casa Blanca, en su salsa, marcando con ritmo su "he vuelto" como un Terminator de nuevo, para alegría de sus seguidores que no han dejado de serlo pese a las denuncias y campañas en contra.

Sí, Trump marcó tendencia, una forma comunicativa que marca un perfil político y comunicativo. La cuestión es cuántos trumps nos podemos permitir.

En el diario 20minutos nos explican esta vuelta que las encuestas anuncian:

El precandidato presidencial republicano Donald Trump ha obtenido un 48% de apoyo en el último sondeo publicado de cara a las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, siete puntos por delante de su probable rival, el actual presidente estadounidense, Joe Biden.

El estudio de Harvard CAPS-Harris Poll atribuye así a Trump dos puntos más con respecto a la encuesta del mes pasado y sitúa el porcentaje de indecisos, a la postre clave para la votación, en el 11%.

En cuanto a los indecisos, al ser preguntados hacia qué candidato se inclinan, el 53% menciona a Trump, mientras el 47% a Biden.* 

La verdad es que el constante Biden no ha hecho mucho, ni dentro ni fuera. Ha resultado un candidato soso, que no ha transmitido energía por más que lo ha intentado. Es cierto que después de Trump, que es todo lo contrario, puro espectáculo, el que llegara a la Casa Blanca lo tenía muy crudo en cuanto a sus perspectivas. 

Lo cierto es que esto del liderazgo se está poniendo complicado. El estilo ha cambiado. Basta con ver otro showman, como el que acaba de consagrarse en la presidencia argentina, con 11 puntos de ventaja sobre su rival peronista. También es cierto que las horas bajas del país auguraban que el ministro de Economía saliente no era el candidato que sería mejor valorado.

Si de Trump sabemos lo que podemos esperar hasta cierto punto, de Javier Milei no sabemos qué esperar realmente. Veamos el retrato que de él se nos hace en El Mundo, desde Buenos Aires, por Sebastián Fest:

De Javier Milei pueden decirse muchas cosas, no en vano es el nuevo presidente de Argentina. Pero hay dos que vale destacar en su exitoso camino hacia el despacho principal de la Casa Rosada: no es un político y le cuesta mucho mentir.

Milei, de 53 años, es, de hecho, el primer economista en llegar a la presidencia de Argentina, toda una paradoja tratándose de un país en eterna crisis económica. Y, cuando se jugaba voto a voto la victoria, dijo que si es presidente hará un ajuste muy duro.

Eso no es lo que promete un político en campaña, pero sí es lo que inevitablemente sucederá en las próximas semanas en Argentina a partir de la victoria de un hombre que hace tres años no participaba en política. Un hombre que con un partido en realidad inexistente, La Libertad Avanza (LLA), logró derrotar a la más poderosa de las máquinas electorales que haya visto Argentina, el peronismo. En este caso, encarnado por Sergio Massa.**


 

Lo de que no se es un político se va convirtiendo ya en un clásico de la negación, en un estándar de los mensajes políticos. Nadie quiere a los políticos. Trump también presumía de lo mismo, "él no era político", se definía como una especie de antisistema, lo que no dejaba de tener su guasa. Los diversos estratos del republicanismo se volvieron locos de alegría con esta afirmación. Pero lo de Milei es peor. No es político, nos dicen y, para confirmarlo, dicen que "no sabe mentir", algo imprescindible según los estándares. Desde luego, es algo que se aprende rápido, en cuanto que le falle algún cálculo.

De hecho, como Trump, Milei se presenta también como el "gran arreglador", el que va a solucionar los problemas de Argentina desde hace más de un siglo. Ha manifestado su deseo de convertir Argentina en una superpotencia. Lo ha dicho a su manera de espectáculo y al grito de "¡Viva la libertad, carajo!", que es el que le parece más adecuado para la situación. ¡Si la economía se pudiera cambiar a ritmo de estos conjuros!


La experiencia histórica no hace saber que no hay fórmulas mágicas para cambiar las cosas, que los países no son de arcilla moldeable al gusto, sino unos depósitos de malas costumbres, intereses particulares, mitos y creencias sobre uno mismo y esperanzas infundadas en milagros. No hay cambios de la noche a la mañana y la política se hace con lo que hay... y con voluntad firme de cambio. Nada cuesta más que sacar a un pueblo de sus virtudes, las que le han hecho seguir durante décadas tropezando en las mismas piedras.
Deberíamos reflexionar ante lo que suponen estos cambios de modelos hacia políticos espectáculo, aunque nosotros no podemos hablar mucho tampoco, aunque por motivos diferentes. 
Dicen que Trump ha sido uno de los primeros en felicitar a Javier Milei. Me imagino que si Trump gana, ocurrirá lo mismo con Milei.

* "Trump amplía su ventaja sobre Biden en las encuestas electorales" 20 minutos 20/11/2023 https://www.20minutos.es/noticia/5191956/0/trump-amplia-su-ventaja-sobre-biden-las-encuestas-electorales/

**  Sebastián Fest "Javier Milei, el ultraliberal que promete poner patas arriba a Argentina y llevar a mínimos el vínculo con España" El Mundo 20/11/2023 https://www.elmundo.es/internacional/2023/11/20/655a9a8cfdddffc8b48b4578.html

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