Joaquín Mª Aguirre (UCM)
La
capacidad para convertir cualquier descubrimiento, invención, aplicación, etc.
en herramienta de maldad o fraude es sorprendente. Cualquier cosa que hagamos
podemos convertirla en algo para hacer daño a alguien. De esta forma se
desahoga esa voluntad de maldad que nos define como humanos, por parafrasear a
Nietzsche. Más que el poder es el mal lo que nos deja satisfechos, lo que nos
complace porque desarrolla una inventiva irresponsable. El poder implica qué hacer
con él; la maldad, en cambio, es instantánea, nos complace mientras la hacemos
y el simple pensar en la consecuencias negativas que pueda tener para nuestras
víctimas ya es placentero por sí mismo.
Nos dice el titular de RTVE.es —en su sección VerificaRTVE— que "Los deepfakes pornográficos aumentan un 464% con la mujer como víctima principal" y se nos señala que
Los vídeos ultrafalsos (deepfake, en inglés) de contenido pornográfico se han disparado en el último año con las mujeres como principales víctimas protagonizando en contra de su voluntad estos contenidos audiovisuales generados con inteligencia artificial. Así se desprende del estudio ‘State of deepfakes 2023’, que pone de manifiesto que los montajes sexuales de este tipo son una tendencia al alza, con un “aumento del 464% en el último año”. El informe que firma la empresa de ciberseguridad Home Security Heroes también deja claro que “las mujeres son víctimas del 99% de los deepfakes pornográficos”.
En VerificaRTVE ya te hemos explicado que los deepfakes son "vídeos ultrafalsos que destacan por su alto nivel de credibilidad al conseguir mostrar imágenes muy similares a una grabación real superponiendo millones de fotografías" de una determinada persona para suplantarlo "en un vídeo grabado por un actor" o actriz. El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) advierte de que estos contenidos "son vídeos manipulados para hacer creer a los usuarios que ven a una determinada persona realizando declaraciones o acciones que nunca ocurrieron”. Los deepfake pueden crearse con “herramientas o programas de inteligencia artificial que permiten el intercambio de rostros en imágenes y la modificación de la voz”.
Que se produzca tan enorme aumento de este procedimiento de destrucción de la imagen personal, que sea la mujer la víctima en un 99% de los casos, nos dice mucho sobre el fondo del asunto.
Los "deepfakes" pornográficos revelan varias cosas. Lo primero es la elevada frustración masculina, que debe ser el elemento que hace la falsificación se produzca. En este caso, la víctima tiene rostro. Se trata precisamente de eso, de ponerle el rostro a unas imágenes pornográficas que se hacen circular en el entorno de la víctima. No se elige cualquier persona y cualquier público, es esencial que este último reconozca a la víctimas para que la venganza o como queramos llamar al ataque surta efecto. Es un ejercicio controlado de maldad, perfectamente elegido y diseñado para hacer daño a alguien.
Que este sea el sistema elegido para intimidar y, esto es importante, sembrar el miedo a que te pueda ocurrir a ti revela sus posibilidades. El que lo hace busca complicidad, como en otros casos que vemos cada día. La maldad se ejerce en grupo, lo que permite el refuerzo de los atacantes y aumenta su sentido de impunidad. Es la cobardía grupal que se disfraza de osadía.
Revela también el fondo conservador y machista en el que el "honor de la mujer" se sigue considerando como materia de trabajo en la maldad. Es una variante sofisticada del machismo que ha dominado las relaciones sociales. Hablar mal de una mujer es difundir su vida sexual; el donjuanismo, en cambio, considera la exhibición sexual como un mérito. Es sorprendente cómo retrocedemos a los mismos planteamientos pese a la apariencia de progreso. Una razón más en esto es el descenso de la edad de la villanía contra las mujeres. Los primeros casos que se notificaron eran de niños, ni siquiera de adolescentes.
Con esto volvemos al mismo problema: el fallo de los valores, palabra que muchos dieron por "anticuada" y ahora vemos sus frutos. Puede que se hayan cambiado muchos valores, pero la convivencia se centra en aquellos que garantizan la convivencia. Puede que los valores deban evolucionar, pero su función es precisamente a lo que hoy no tenemos: límites. El descenso en edad hace ver que no se transmiten ni familiar ni educativamente o, si se hace, son inútiles por el efecto doble del aumento de la circulación de información y la codicia combinados.
Lo que percibimos es que cuanto mayor es la presencia de las mujeres en la sociedad, el sustrato machista se resiste y recrudece sus ofensivas contra ellas. La igualdad o el respeto les resultan intolerables. Quizá el machismo secular haya servido para tapar la incompetencia y las frustraciones, que quedan al descubierto ahora, en una sociedad más igualitaria.
La mujer que rechaza, la mujer que supera, la mujer que hace... se convierte en víctima de estas maldades en las que los frustrados, los incapaces de hacer otra cosa, se revuelven haciendo lo que la tecnología les permite: difamar, distorsionar, engañar... Ufanos, se divierten viendo cómo hacen saltar el buen nombre de las personas con estos vídeos sexuales. Son sus propias fantasías llevadas a las pantallas lo que constituye su mundo en la nueva opinión pública de los teléfonos. En un mundo en el que se valora sobre todo la imagen, la imagen pública pasa a ser el principal objetivo a destruir. Cuando la imagen lo es todo se convierte en el principal objetivo.
Esas cifras del 99% de ataque a las mujeres y el crecimiento del 464% de los casos lo dejan bastante claro y nos alejan de logros anteriores al dar armas más potentes para frenar la igualdad y el respeto. Pero lo preocupante es la falta de valores o incluso tendencias negativas en crecimiento que nos dejan desarmados ante nosotros mismos. De la educción a las leyes pasando por los medios, deberíamos pensar en lo que estamos construyendo.
* Blanca Bayo Pérez / VerificaRTVE "Los deepfakes pornográficos aumentan un 464% con la mujer como víctima principal" RTVE.es / VerificaRTVE 3/11/2023 https://www.rtve.es/noticias/20231103/deepfake-pornograficos-aumentan-464-mujeres-principales-victimas/2459989.shtml
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