Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Los preocupantes avances de este nuevo modelo de ultraderecha ya incluyen declaración expresa del apoyo a Rusia, de la que esperan sacar algo más que lo que sacan de Occidente, al que evidentemente rechazan desde diferentes perspectivas.
Asistimos desde hace algún tiempo al crecimiento de este tipo de grupos y, como ahora, un avance electoral claro convirtiéndose en la primera fuerza de un país como Eslovaquia. Es evidente que los países pertenecientes a la ex Unión Soviética mantienen unos lazos ideológicos con las siguientes generaciones diferentes y peculiares. Rusia ya no es el país contra el que se sublevaban los pueblos pidiendo "libertad", sino un destino mejorado respecto a lo que esperaban obtener de Occidente y Europa.
A nadie se le oculta que en los planes de Putin está la destrucción de la Unión Europea como tal. Desde hace años ha mantenido medianamente claras y algunas muy oscuras relaciones con grupos y partidos con los que esperaba crear el antieuropeísmo suficiente como para mantener entretenido al continente. Eso grupos han ido de los ultraderechistas franceses de LePen y los partidarios del Brexit a los independentistas catalanes, visitantes todos ellos de Moscú en diferentes momentos.
Estos grupos son "populistas" y viven de la confrontación, de crearla y mantenerla, como un signo distintivo de su forma política de estar. Del Kremlin reciben distintos tipos de apoyo y asesoría. Europa debe estar en estado de preocupación y disolución. Su manejo de las fuentes de información hace que lleguen las informaciones en los momentos adecuados. Crear problemas y utilizarlos para conseguir el control o el descontrol es su objetivo.
En RTVE.es nos trazan así el perfil del ganador de las elecciones en Eslovaquia:
El veterano político Robert Fico, de 59 años, ha sabido explotar el descontento generado entre las clases más desfavorecidas y en el ambiente rural por la inflación, la caída del poder adquisitivo y la gestión errática de la coalición de centro-derecha, que perdió el pasado diciembre una moción de censura.
Fico se opone a las cuotas de reparto solidario de refugiados en la Unión Europea que propone Bruselas, promete que si gobierna Eslovaquia dejará de prestar ayuda militar a Ucrania y también que volverá a reforzar sus lazos con Rusia.
En el pasado ha dicho que la llegada de migrantes de países musulmanes supone el riesgo de la entrada de terroristas, y prometió en su día vigilar estrechamente a cada musulmán que viviera en Eslovaquia. Igualmente, se opone a equiparar los derechos de los homosexuales con el de resto de ciudadanos al negarse a aceptar el matrimonio de personas del mismo sexo.*
Como puede apreciarse, es un programa oportunista y plenamente populista. Como ya es normal, la política se convierte en el arte de reinterpretar los problemas. La crisis económica provocada por la pandemia y por la propia guerra de Putin contra Ucrania es reinterpretada y redirigida como la causante del hundimiento. La solución, les ha dicho, es dejar de apoyar a Ucrania (romper la unidad europea) y pasarse al lado ruso. Ya tenemos en Europa más prorrusos en distintos países con diferentes grados de control.
Pero resulta interesante darse cuenta de los otros dos factores "culturales": el "racismo" y la "anti homosexualidad", que son dos factores constantes entre los diversos movimientos. El elemento oculto es el "anti feminismo", implícito en la forma de "defensa" de la familia "tradicional". Es más, todos estos elementos definen una forma retrógrada y violenta de entender la vida social y personal que se identifica con leyes naturales y divinas, que muestran un deseo de fijar unas líneas estándar fuera de las cuales, se es "enemigo del pueblo".
La creación de foros y medios en los que se reafirma este mensaje-programa acaba calando en aquellos que aceptan que todos sus males provienen de la "inmigración" y de la "desnaturalización" de la familia. La creación de un estado emocional que establece el organicismo de tierra, religión y lazos sangre como el fondo explicativo de cualquier problema tiende a buscar ahí las respuestas a los problemas.
Estamos fallando en el sostenimiento de la unidad e identidad europeas. No me refiero solo al caso de Eslovaquia, que pasa de la tiranía rusa al amor por ella. Me refiero también a España en la que este espectáculo que estamos viviendo no solo es destructivo por sí mismo, sino que lo es para el futuro, permitiendo con este caos la proliferación de los populismos de distinto signo pero con un mismo objetivo.
Como siempre ha ocurrido, se trata de fomentar el rechazo hacia lo que se hace responsable de las crisis. El deterioro de la vida social y económica es patente. Pronto lo único que será necesario es buscar los responsables adecuados para los fines deseados. Los nacionalismos ya lo hacen: el "estado español" es el responsable.
Tenemos cerca los mecanismos usados en Reino Unido para lograr convencer a la gente de que votaran a favor del "Brexit", porque la Unión Europea era la responsable de todos sus males. Hoy vemos que no ha sido así y muchos desean volver a Europa, de donde piensan que nunca debieron salir.
El caso eslovaco es preocupante por muchos motivos. Cada país que se vuelve "prorruso" en Europa es un doble mensaje: la propaganda y lazos rusos le funcionan a Putin y Europa es incapaz de darse cuenta del problema o no sabe cómo atajarlo. La política de enfrentamientos a cara de perro entre facciones en Europa hace que se olviden los verdaderos enemigos, los retos reales. Hay que empezar a aclararse en esto antes de que sea muy tarde.
* "El socialdemócrata prorruso Robert Fico gana las elecciones en Eslovaquia" RTVE.es / EFE 1/10/2023 https://www.rtve.es/noticias/20231001/eslovaquia-elecciones-gana-prorruso-robert-fico/2457239.shtml
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