sábado, 28 de octubre de 2023

La muerte de Armita

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Al igual que en la Rusia de Putin existe una extraña tendencia entre los disidentes a saltar por los balcones y caer a la calle, en Irán las mujeres que no llevan bien puesto el velo tienen también una extraña tendencia a morirse por causas externas. Esta vez la que acaba de fallecer es Armita Garavand, víctima de "una bajada de tensión" que la hizo caer en coma y fallecer hoy sábado.

Los medios recogen la versión oficial y lo que creen que realmente pasó. En el diario El Mundo se nos explica que

La joven Armita Garavand murió este sábado tras pasar 28 días en coma después de un supuesto altercado con las autoridades por no llevar el velo islámico en el metro de Teherán, informó la agencia estatal IRNA.

Las autoridades iraníes han defendido que la joven de 16 años se golpeó la cabeza tras sufrir una bajada de tensión en el metro de la capital, pero grupos de derechos humanos han denunciado que fue agredida por no cubrirse con el obligatorio velo islámico.

"Desafortunadamente, el daño cerebral le provocó un coma y ha muerto hace unos minutos", indicó IRNA.

La agencia estatal afirmó que la joven recibió un "extenso tratamiento médico en sus 28 días de hospitalización en una unidad de cuidados especiales".

Una vez más repitió la versión oficial de que Garavand sufrió el 1 de octubre una bajada de tensión cuando entraba a un vagón del metro, cayó al suelo y se golpeó la cabeza, lo que provocó un paro cardíaco, la disminución de la oxigenación cerebral y un edema en el cerebro.*

Más adelante se recogen otras fuentes con versiones diferentes de lo sucedido criticando la versión oficial dada desde Irán:

Amnistía Internacional, sin embargo, afirmó que el vídeo ha sido manipulado con la aceleración de fotogramas en cuatro secciones y hay lapsos de más de tres minutos en la grabación hecha pública.

Las organización kurda de derechos humanos Hengaw, con sede en Oslo, ha denunciado que la joven fue agredida por no llevar el velo islámico, obligatorio en el país desde 1983.*



En mitad de la crisis bélica y humanitaria que se vive en Gaza, en medio de toda esta barbarie, la muerte de Armita Garavand adquiere un significado específico y muestra la actitud y respuesta del régimen iraní a los intentos de sus ciudadanas de enfrentarse al mandato de los ayatolas y en especial de esa Policía de la Moral que lo sostiene actuando como fuerza represora.

La revolución contra el régimen iraní, como ocurrió en Afganistán tras la desastrosa salida de las fuerzas norteamericanas y de otros países dejándolos a su suerte, ha quedado en manos de las mujeres, que son las que personifican la resistencia y ofrecen su vida a la causa general.

Con frecuencia escribimos "¡no olvidemos a las mujeres afganas!" y "¡no olvidemos a las mujeres iraníes!" porque es en ellas donde está la esperanza de un futuro mejor y, sobre todo, distinto.

El universo creado por los talibanes y los ayatolas, pese a sus diferencias, es profundamente oscuro, misógino y represivo. Es lo que da de sí su ideología fundamentalista y los primeros que lo pagan son sus poblaciones, que viven adoctrinadas y encarceladas  para evitar que pueda entrar cualquier tipo desviación de los principios que se transmite con fuerza. El que se resiste desaparece bajo la muerte, el encierro y el silencio.

¿Se producirá un movimiento de protesta como el anterior con Masha Amini, otra víctima del velo mal colocado y la represión brutal? Es con lo que especulan hoy los medios. Irán tiene hoy un "velo" informativo en el conflicto que alienta desde lejos, el de Gaza, donde son las fuerzas proiraníes de Hamás las que buscan crear  todo el ruido posible sin importan los sacrificios sobre el tablero.

Hoy Irán está consiguiendo distraer de su situación interna removiendo todas sus piezas por el espacio de Oriente Medio. Cuando aumenta la presión sobre él, mueve entonces sus fichas y crea caos y destrucción. La represión interior en Irán costo miles de muertos y decenas de miles de detenidos. El temor de que la muerte de Armita Garavand cause otra revuelta interior hace actuar con mayor represión, con mayor contundencia. La base del régimen es que no pueda ser cuestionado; el desafío es algo que no se puede permitir porque debe transmitir que es incontestable, que es la voluntad de Dios.

Armita tenía 16 años y no creo que el régimen la viera como un "peligro", pero sí como un desafío. No llevar el velo o llevarlo incorrectamente no parece que haga caer ningún régimen, pero sí es un recordatorio de su falta de adecuación a la vida de los que están entre sus opresivos muros ideológicos. En Irán las ideas se traducen en golpes, en encierros, en multas, finalmente en muertes. No hay otro sistema. Los golpes que le dieron es la forma de actuar desde el abuso y el sistema patriarcal que tienen entre manos. A las mujeres se les golpea con saña, con desprecio.

No debemos olvidar a las mujeres de Irán o Afganistán porque en ellas es donde está la esperanza de futuro en mayor libertad. Debemos valorar lo que significa su compromiso de ser capaces de controlar sus vidas. Representa mucho.

 


* "Muere Armita Garawand, la adolescente iraní que estaba en coma tras ser agredida por la policía de la moral al no llevar velo" El Mundo / EFE28/10/2023 https://www.elmundo.es/internacional/2023/10/28/653cae17e85ece4b178b45bf.html

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