Joaquín Mª Aguirre (UCM)
Hay
guerras y hay barbarie. La distinción no es clara y para muchos no hay distinción:
toda guerra es barbarie. Puede haber "guerras justas", pero la barbarie
no es nunca justa. Solo es, eso, barbarie; el olvido de la dignidad humana, de
cualquier consideración, la destrucción indiscriminada.
Lo que
está ocurriendo en Gaza e Israel es barbarie, furor destructor indiscriminado.
Las causas pueden tener mayor o menor simpatía, se pueden comprender, pero la
barbarie es la pérdida de cualquier razón y por ello de cualquier simpatía.
La
irracionalidad sin límites en la destrucción del otro es algo que hay que
rechazar de plano. La tentación es siempre mirar a unos como víctimas y a otros
como verdugos, pero a lo que estamos asistiendo es a una pérdida de esta
distinción, lo que lleva a la otra guerra, la mediática, la de la exhibición de
heridas o incluso a su invención.
Está
claro que la solución que se busca es la extinción del otro. No hay solución
alguna que se haya puesto sobre la mesa más que la destrucción. La existencia
misma de la Franja es una demostración de cómo se busca la reducción y la extinción
milenarista. En algún lugar de ambos idearios religiosos se contempla la
decisión final divina de extinguir al otro, algo a lo que los fieles de unos y
otros ayudan. Dios lo quiere y ellos lo
cumplen con fiereza.
Se
juntan allí todos los males, prejuicios, venganzas, odios posibles. El mundo se
divide en dos, los que quieren continuar y los que no entienden cómo pueden
parar la barbarie.
Las imágenes terribles, los mensajes horrorizados de conocidos, de personas que empiezan a contarnos de sus muertes de amigos, de parientes, de cooperantes, de periodistas...
La
mortífera campaña sobre Gaza es como pescar peces en un cubo; es una ratonera,
con dos puertas cerradas en cada lado; es una cárcel, como señalan muchos
comentaristas.
En esa
cárcel se carece de todo, pues dependen del exterior, es decir, que lo que
Israel decida suministrar. En RTVE.es se nos habla de lo que supone la pérdida
de energía eléctrica que ha sido cortada:
Gaza está a oscuras. La guerra entre
Israel y Hamás ha estrangulado el deficiente suministro eléctrico en la Franja
hasta el extremo de que la única central que genera energía dentro
del territorio ha tenido que apagarse por falta de combustible.
Tampoco recibe electricidad desde el exterior, ya que Israel cerró sus líneas
con Gaza el lunes pasado. Desde el inicio de la guerra y hasta el pasado 11 de
octubre, la Franja ya había sufrido 625 cortes de luz de varias horas y se
prevé que el apagón actual ahonde en una crisis que afecta a áreas críticas de
los hospitales, como unidades de cuidados intensivos o salas de maternidad, y a
las bombas de aguas residuales, los pozos de agua potable o las plantas
desalinizadoras.
A las 11.00 GMT (13:00 hora peninsular española), la compañía eléctrica de Gaza cortó la electricidad de todo el enclave ante la falta de combustible y los proyectiles israelíes han dañado gravemente los aparatos que suministraban electricidad desde Israel, afectando las redes en numerosas provincias. Israel mantiene un cerco implacable desde el domingo, cuando desconectó la Franja de su red eléctrica y cortó toda entrada de gasolina, alimentos o medicinas.
Este corte supone la pérdida de las apenas 13 horas de luz que los gazatíes recibían de media al día; un suministro que apenas cubre el 45% de la demanda eléctrica del enclave, según datos de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) hasta septiembre de 2023.
Los hospitales se convertirán en morgues, ha denunciado el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), que advierte que no solo morirán enfermos y heridos por la guerra entre Israel y Hamás, sino también recién nacidos en incubadoras y ancianos que reciben oxígeno. "Nos enfrentamos a una grave escasez de energía, suministros y recursos humanos", ha explicado a EFE el doctor Medhat Abás, portavoz del Complejo Médico Al Shifa, el hospital más grande de la ciudad de Gaza.*
No solo
las bombas y las balas matan. La pérdida de energía, el corte de la entrada de
alimentos, de todo servicio desde el exterior se ha convertido en un arma de
guerra más. La padecen todos, los civiles, los enfermos, los niños. Su resistencia
está en sus debilidades. Cuando nos dicen que los hospitales se convertirán en
morgues no es una metáfora. Literalmente, todos los que están conectados para
sobrevivir morirán. La exigencia internacional de un corredor es negada. La
respuesta de Israel es brutal y no distingue como no distinguían los que disparaban
desde el cielo con los parapentes o se llevaban rehenes con los que tratan de
evitar ser bombardeados.
Esta es una guerra bárbara, una guerra sucia desde el primer disparo. Es una guerra radical; no busca solución alguna, solo la destrucción del otro, el martirio y el paraíso. ES una guerra integral, fundamentalista, ciega. Solo busca destrucción y el desprestigio del otro. Es una guerra lanzada por los estrategas para romper tendencias políticas y diplomáticas. Los que tienen a Dios a su lado no les importan las muertes. Todas son sacrificios y serán recompensadas. Pero ahora lo que queda es sufrir. Y a los que sufren no se les pregunta si lo querían o no. No hay distinción a la hora de matar porque todos, del bebé al enfermo conectado a una máquina forman parte de un todo satánico.
Hamás deseaba mostrar la vulnerabilidad de Israel; este desea devolver el golpe de forma ejemplificante. El círculo creado no lo van a romper. Solo crecerá la intensidad de la barbarie. Se trata de hacer ver que se va en serio.
Mientras, nos queda poco que hacer, solo horrorizarnos y mostrar nuestra indignación. El regodeo en la destrucción es difícil de parar. Todos tienen causa, todos tienen excusa. Nadie tiene deseo de parar. Muchos desean sumarse al caos. Es fácil hacerlo desde fuera.
* DatosRTVE/ InfografíaRTVE "Mapas y datos
para entender la guerra entre Israel y Hamás: Gaza se queda a oscuras"
RTVE.es 12/10/2023 https://www.rtve.es/noticias/20231012/mapa-guerra-entre-israel-hamas-bombardeos-ataques-victimas/2458062.shtml
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