miércoles, 18 de octubre de 2023

Inimputable

Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El problema se va presentando con mayor frecuencia. Los niños ya no se pelean como antes, ni se dicen aquello de "cacaculopis" o se sacan la lengua... no. Los titulares de RTVE.es nos dicen "Un niño de 12 años apuñala a una compañera en un instituto de L'Hospitalet de Llobregat"* y añaden en la primera línea que le acompaña: "Los Mossos d'Esquadra han abierto diligencias, pero el agresor es inimputable".

Creo que se nos han quedado desfasados los conceptos de "infancia" y de "infantes", probablemente aquí y en otras partes del mundo. Que cada uno se ocupe de su territorio, que ya es bastante. Pero ¿quién se atreverá a ponerle el cascabel al gato; quién va a reconocer que un "niño" ya no representa lo mismo, por mucha imaginería y poesía que le echemos al asunto?

El resumen de lo ocurrido nos dice que fueron seis las puñaladas dadas a la compañera de clase. Afortunadamente, ya sea por falta de pericia (se supone que el niño no tenía experiencia en esto), la niña está bien. Lo que nos dice sobre lo ocurrido RTVE.es  es ya casi una fórmula estandarizada dada la poca descripción que se puede hacer del infante por la protección acumulada sobre su persona, que le pone precisamente en esa categoría de "inimputable". 

Un niño de 12 años ha apuñalado con un arma blanca a una compañera de clase en el instituto Rubió i Ors de L'Hospitalet de Llobregat, según fuentes policiales.

Los hechos sucedieron este lunes sobre las 10 horas de la mañana, cuando el centro barcelonés alertó a los Mossos d'Esquadra de los hechos y la víctima fue trasladada a un hospital en estado leve, mientras que el agresor, inimputable, fue entregado a sus padres.

La policía catalana ha abierto diligencias y se han hecho cargo de la instrucción, que será entregada a la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (Dgaia) para que realice el procedimiento administrativo oportuno.*

En la categoría "inimputable" se acumulan toda una serie de supuestos que habrá que revisar. No digo yo que lo convirtamos en "imputable" y lo mandemos a una isla con un penal como el de Papillón (¿se acuerda alguien de Papillón?). Quizá, incluso, en el futuro podamos disfrutar de una versión infantil de La gran evasión, con uno huyendo en triciclo emulando a Steve McQueen. No lo sé, pero Dios no lo quiera.

Habrá que hacer algo, digo yo, en las dos dimensiones del problema, aunque a lo mejor tampoco se puede definir como "problema", quién sabe. Las dos dimensiones a las que me refiero son la preventiva y la explicativa, indisolublemente unidas. Lo cierto es que no se puede prevenir nada si no entendemos dónde está el problema. Y lo cierto es que no entendemos el problema, no solo por lo de inimputable, sino por lo inexplicable. Se manda al niño agresor con sus padres, nos dice la noticia, pero ¿y sin el problema son los padres?

Lo cierto es que el descenso de las edades violentas, el aumento de las agresiones físicas, de las agresiones sexuales infantiles, etc. están a la orden del día y solo vemos cómo unos y otros se quejan y se señalan con el dedo como responsables. Unos dicen que no tienen formación, otros que son pocos y así se va pasando la pelota hasta que se olvida. Un nuevo caso nos lo recordará pronto.

¿Qué significa que los Mossos han abierto una instrucción? ¿Hasta qué punto nos lleva eso si no va a los que sí pueden tratar de frenar estos casos? De seguir esto así, los padres mandarán a sus hijos al colegio unos con guardaespaldas y otros con abogados, por los que pudiera ocurrir.

El asunto es serio, pese a que lo tratemos con cierta ironía. Lo que no se puede hacer es soslayar los problemas porque por la edad son "inimputables". Como hemos dicho antes, "inimputable" no quiere decir "incompresible" ni "inexplicable". Llevamos ya el suficiente número de casos como para preocuparnos todos. Recurrimos a excusas más que a explicaciones, que es lo que hace falta para alcanzar soluciones.

Los hemos dicho en otras ocasiones. Lo que ocurre en la infancia no se olvida, no se pasa. Sencillamente aguarda el momento en el que se vuelva a repetir alguna circunstancia. Pueden pasar días, meses o años, pero se repetirá. Los abusadores esperan el momento.

Deberíamos tratar con más seriedad estos fenómenos que no son intrascendentes. Se producen con más frecuencia cada vez. El aumento de la violencia de género es una realidad; el negacionismo de la misma es un síntoma, un intento de quitar  trascendencia en beneficio de idealizaciones de las que ya ha pasado el momento. Lo mismo ocurre con otro tipo de circunstancias, como es el caso. La violencia aumenta.

Hay que redefinir los conceptos y analizar las situaciones, por doloroso que sea, puesto todos son síntomas de nuestro fracaso social, de nuestra incapacidad de organizar de otra forma la convivencia y, sobre todo, de mirar para otro lado.

 

* "Un niño de 12 años apuñala a una compañera en un instituto de L'Hospitalet de Llobregat" RTVE.es 17/10/2023 https://www.rtve.es/noticias/20231017/nino-12-anos-apunala-companera-instituto-lhospitalet-llobregat/2458528.shtml

 

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