Joaquín Mª Aguirre (UCM)
El
furor revisionista de conceptos (sedición, malversación...) hace que el
gobierno no haga sino dispararse tiros en su propio pie y que la gente comience
a pensar que le están tomando el pelo, que ya sea por intereses propios o por
ineptitud, la política la están haciendo a trompicones y de forma chapucera.
Lamentablemente, todo acaba en trifulca porque nadie asume sus errores y
responsabiliza a los demás de los desastres que provoca. La rabia del escocido
es terrible y arremete contra todos... exceptuando al causante del desastre que
no es otro que el mismo.
La
debacle gubernamental, jurídica y ciudadana producida por una ley llamada del
"solo sí es sí" (mal acaba lo que empieza por una tautología) cuando
ha pisado la calle y se han visto sus efectos: los condenados ven reducidas sus
penas y salen antes a la calle. Es justo lo contrario de lo que se pretendía.
El furor proviene del "subidón" que se les produce a los políticos ante la perspectiva de una elecciones, algo que altera su razón y los lanza a las aventuras del proponer acelerado, del torrente de propuestas en las que prima la improvisación y las más de la veces el efectismo de aquello que aparenta grandes cosas, capaces de copar los titulares y, como decía (y comentamos aquí) un político madrileño, que te reconozcan en un recorrido "de Callao a Cibeles", que te paren y den palmaditas, que es la vara de medir la popularidad que te lleve a ocupar un sillón político en los siguientes cuatro años.
28 febrero 2019 |
Los
partidos empiezan a plantearse qué pueden hacer para llamar la atención y de
esta forma se crean las chapuzas que dejan a la luz las políticas
electoralistas y buscadoras del momento adecuado para salir a la luz y
convertirse en rentables. Pero entonces queda la chapuza al descubierto.
Y llega
el momento de desmarcarse.
En el
diario El Mundo se nos da cuenta de la creación de una "agrupación electoral"
para las próximas elecciones:
Los concejales Luis Cueto y José Manuel Calvo buscan por la ciudad a expertos que quieran concurrir en Recupera Madrid, la agrupación de electores que pretende reorganizar la izquierda en una entidad que no sea un partido, ni posea estructura, ni organización ni sede. Con una lista de nombres, recorren Madrid con la intención de adjudicar cada área a "expertos que sepan de lo suyo", explican fuentes de la agrupación. Del equipo saldrá impulsado un candidato a las elecciones municipales de 2023 sustentado por una base de especialistas. Por ejemplo, del Colegio Oficial de Gestores Administrativos cerraron un fichaje que ha propuesto simplificar el proceso de los trámites administrativos del Ayuntamiento. "Nuestro candidato saldrá de entre tres o cuatro perfiles. Puede que tenga el perfil de Manuela Carmena, con una labor social reconocible".
Manuela Carmena ya intentó impulsar una agrupación de electores en 2019. Las agrupaciones se crean "para cada proceso electoral concreto; no es necesario registrarla como asociación; no es posible su conversión en un partido político", señala la Junta Electoral Central. La ley indica que es necesario reunir al menos 8.000 firmas en una ciudad como Madrid, de más de un millón de habitantes. Si una agrupación electoral quisiera participar en elecciones nacionales o autonómicas tendría que reunir como mínimo las firmas del 1% de los inscritos en su circunscripción.
"Recupera Madrid está entrando en el marco del descontento muy bien". ¿Está agotada la política de partidos? "Muchas asociaciones entran a hacer política cuando saben que somos independientes. Los expertos acceden si van con otros expertos. Por fin se abre ese espacio. Muchos están queriendo participar".*
Vivimos en una época con vocación crepuscular y todos los días nos preguntamos sobre "el fin de algo". "¿Está agotada la política de partidos?" es una pregunta crepuscular. Primero se preguntaron si "estaba agotado el bipartidismo", con lo cual todo se fragmentó y se crearon situaciones de trifulcas a múltiples bandas, ya con socios de gobierno o con las oposiciones, que hicieron añorar los tiempos más calmados.
La pregunta crepuscular ya no es ahora por el bipartidismo, sino por lo que le siguió, la política de múltiples partidos. La creación de "una entidad que no sea un partido, ni posea estructura, ni organización ni sede" se presenta como un intento angelical de prescindir del cuerpo para no tener tentaciones. Desgraciadamente y por mucho que lo intenten, dará igual como lo llamen, porque no es el nombre —"partido"— lo que le da la realidad, sino su función, lo que hagan. No tener sede, ni estructura, ni organización, etc. es solo una forma de auto engaño que confunde efectos y causas, una ilusión absurda.
Cuando la democracia española echó a andar, lo hizo con más de 500 partidos distintos, por lo que se produjo un movimiento de filtrado y de fusiones entre ellos. Las primeras elecciones dejaron fuera a muchos, pero los políticos se fueron integrando en otros grupos. Desde hace años asistimos al movimiento contrario, a la desintegración de los grandes partidos que surgieron de escisiones, por un lado, pero también de juntar pequeños grupos. Todos se encontraron a mitad de camino y empezó la "caída del bipartidismo" y el comienzo de la rentable política del bisagra, del pequeño grupo que conseguía mucho poder porque se le necesitaba para gobernar. Un ejemplo claro lo tenemos en el gobierno central y otro en los gobiernos del PP que necesitan a Vox.
Pero lo que ocurre en Madrid y nos cuenta el diario es un paso más allá. Ya no se trata de la atomización solo, sino también de la disolución angelical, todo espíritu y nada de cuerpo, nada que recuerde o huela a "partido".
elDiario.es |
El abandono de la política por parte de los ciudadanos ante la falta de eficiencia política es un terreno peligroso porque ese espacio se busca ocupar por aquellos que proponen "soluciones" autoritarias ante el "fracaso" de los políticos y los partidos. La tentación totalitaria la vemos cada vez con más frecuencia y la excusa suele ser siempre la misma, la ineficacia de la democracia liberal, como hemos estado viendo en los mismísimos Estados Unidos en estas últimas elecciones.
Se empezó responsabilizando al bipartidismo y seguimos fraccionando
la política incapaces de ver que el problema somos nosotros mismos y nuestra
incapacidad para establecer estructuras que no satisfagan intereses
personalistas, deseos de poder, de medrar, que es lo que lleva a muchos a la
política. Los resultados los vemos cada día.
Intentar que solo los expertos puedan solucionar los problemas es como decir que el político no es experto en nada, algo que suele ser cierto en muchas ocasiones. Es experto en mantenerse, en detectar que quieren los demás para seguir siendo votado. Si ya no quieren "partidos" prescindirá de ellos. La propuesta de hacer política sin políticos ignora que es político quien hace política y no al contrario. Es una forma de presentación, nada más. Igualmente se plantea un gobierno de expertos sin crear una tecnocracia, otro despropósito retórico semántico. El problema es otro y tiene que ver más con actitudes y prioridades que con otras cosas.
* Juan
Diego Madueño "Se buscan especialistas para impulsar la candidatura no
política Recupera Madrid: "Nuestro experto en deporte propone recetar
deporte"" 17/11/2022 https://www.elmundo.es/madrid/2022/11/17/637539b621efa0ff4c8b4600.html
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