martes, 15 de noviembre de 2022

De Callao a Cibeles, la prueba de la política madrileña

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

Me llama la atención un titular del diario El Mundo relacionado con la propuesta de la ex ministra Reyes Maroto para las elecciones a la alcaldía madrileña. El titular en cuestión es el siguiente: «El socialismo madrileño duda de Reyes Maroto: "Andas con ella de Callao a Cibeles y no la para nadie"». Esta teoría del reconocimiento público supongo que se basa en experimentos científicos, como por ejemplo recorrer los puntos mencionados (variables en cada ciudad) acompañado de dos controladores, uno con un cronómetro y un contabilizador del número de personas que te reconocen, pudiéndose establecer un índice de reconocimiento callejero con el que evaluar a los candidatos. Por supuesto, los candidatos no deben saber cuándo se realiza el experimento para evitar que se dediquen a inaugurar, dar ruedas de prensa o ir a partidos de deportes populares en los días previos. Todo muy científico.

En el diario se nos explica:

En el PSOE cierran filas en torno a la designación de Reyes Maroto como candidata oficial al Ayuntamiento de Madrid. «No es un sapo que nos tengamos que tragar», resume de forma gráfica un cargo público del partido dando a entender que al menos se ha atendido la petición que los socialistas madrileños habían trasladado a Ferraz: no querían más «estrellitas» ni «experimentos» como el del ex seleccionador de baloncesto Pepu Hernández, que en 2019 cosechó el peor resultado del partido en una plaza que se les resiste desde hace más de tres décadas.

La elegida es ministra de Industria desde 2018 y antes fue diputada de la Asamblea de Madrid durante tres años y medio, por lo que a su experiencia como gestora se suma el plus de que la política local no le resulta ajena. «El problema es que es prácticamente una desconocida. Tú ahora mismo vas con ella de Callao hasta Cibeles y seguramente no la para nadie por la calle», subraya un dirigente poniendo voz a una preocupación extendida internamente.* 


Seguramente "el dirigente" prefiera permanecer en el anonimato por aquello de que no le paren "de Callao a Cibeles".

La teoría del reconocimiento callejero tiene muchas posibilidades, pero hay que definir bien qué significa eso de ser reconocido. Que te reconozcan no significa que te voten y, mucho menos, que te amen, que es el ideal del político, que podría renombrarse como el "pop-lítico".

Habría políticos reconocidos para bien... y para mal. ¿Qué es preferible: que te reconozcan y te tiren piedras o te persigan con un palo o que no te reconozcan pero consideren que has hecho un buen trabajo aunque no sepan que es tuyo? Lo dejo sobre la mesa porque la respuesta de los políticos puede ser confusa.

En estas últimas décadas, la política se ha convertido en mediática y populachera. Tenemos los políticos "peones" y tenemos los políticos "reyes de la pista". La teoría de la comunicación política se centra en la promoción del líder, que debe ser empático, atractivo, con quien puedan identificarse, que sepa poner cara de atención a los problemas y de prometer con convicción. Es el político que sabe echar las culpas de lo que ocurre a los demás y siempre tiene una buena excusa. A eso le sumamos cierta fotogenia y respuesta improvisada ingeniosa y ya tenemos un líder sólido, es decir, que pueda pasear de Callao a Cibeles (y viceversa) con garantías de aplauso, sonrisas y apretones de manos o palmaditas en la espalda. No todos los líderes pueden hacer eso, desde luego.

La opción de un seleccionador de baloncesto para unas elecciones —al que llama "estrellita" ese "garganta profunda" del partido— no deja muchas dudas sobre los criterios empleado para encontrar la persona adecuada para dirigir una ciudad como Madrid. Por mucho éxito que hayas tenido en tu etapa de seleccionador, por muy bien que muevas el banquillo y gestiones tus tiempos muertos, no parece que eso sea garantía de nada. Pero, sin embargo, se ha realizado.


Mucho me temo que con estas teorías sobre el funcionamiento de la popularidad en la política no vamos a tener unos gobiernos presentables. Si la aspiración de nuestros políticos es poder recorrer el tramo señalado mientras la gente mira, apunta con el dedo y cuchichea, creo que no estamos seleccionando bien.

Reyes Maroto, se nos dice, ha sido diputada en la Asamblea de Madrid, una buena oportunidad para que los madrileños la conocieran, no por paseos, sino por sus iniciativas en favor de la ciudad y sus habitantes. No es momento de paseos, sino de hemeroteca, de conocer lo que hizo en ese tiempo y mostrarlo. Sin embargo, el final del artículo nos dice: "Hasta ahora su momento más mediático fue cuando posó con la foto navaja ensangrentada que recibió de una persona con problemas mentales en las madrileñas de 2021."* Todo un prometedor programa político.

Vivimos en un universo mediático y donde el cielo se mide por "likes" y por "retuits". Eso lleva a que los gobiernos tengan sus miembros correosos, que luchan por hacerse populares de rueda de prensa en rueda de prensa, de debates a tertulias y de estas a declaraciones duras explicando los errores del contrario. Estos rodean al líder promocionado, el que mide su eficacia por sus intervenciones y paseos.

Nuestros líderes son probablemente los que más kilómetros hacen en el día, ahora que no está Boris Johnson. Visitan y visitan. Todo un entrenamiento para esa prueba de fuego que consiste en caminar de Callao a Cibeles, que te reconozcan y sobrevivir.

Así nos va. 

* Marta Bellver "El socialismo madrileño duda de Reyes Maroto: "Andas con ella de Callao a Cibeles y no la para nadie"" El Mundo 14/11/2022 https://www.elmundo.es/madrid/2022/11/14/63728f2efdddff04838b45a8.html

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