sábado, 12 de noviembre de 2022

La caída de Trumpy Dumpty

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

La elección del personaje de Humpty Dumpty, el huevo que se estrella al caer del muro y se hace mil pedazos, por parte del conservador New York Post diario no está desprovista de una maldad muy al estilo del propio Trump. ¿Van a perdonar a Donald Trump el no haber logrado un éxito con sus candidatos impuestos, los más trumpistas, los mayores defensores de la teoría del fraude electoral, una cuña metida en la historia de la democracia norteamericana? ¿Le van a perdonar que un presidente débil como es Joe Biden salga hablando de "gran día para la democracia" en los medios, felicitándose por el resultado?

¿Por qué Humpty Dumpty? Como suele ocurrir en la sátira política, en la figura de Trump coinciden varias líneas al conectarse con el personaje de las antiguas rimas infantiles británicas. La primera línea nos lleva al sentido de la rima. La encontramos en la Wikipedia: 

Humpty Dumpty sat on a wall,

Humpty Dumpty had a great fall.

All the king's horses and all the king's men

Couldn't put Humpty together again.

 

Humpty Dumpty se sentó en un muro,

Humpty Dumpty tuvo una gran caída.

Ni todos los caballos ni todos los hombres del Rey

pudieron a Humpty recomponer. 

Alicia y Humpty Dumpty, en Alicia a través del espejo

Se juega con varios elementos al llevar al personaje hacia Trump fundiéndolos. La sátira política realizada consta de los siguientes elementos: a) el huevo Humpty, un huevo osado ya que se sube alto sin ser consciente de su propia fragilidad; b) el muro, que representa esa altura; c) la caída; y d) la imposibilidad de recomponerlo tras hacerse mil pedazos por parte de los caballeros del rey.

Lo primero que destaca es la "imprudencia", Humpty Dumpty no es consciente de su propia fragilidad, algo que aumenta su osadía al sentarse en lo alto del muro.

Lo divertido de la sátira del New York Post es precisamente su capacidad de retomar esos elementos y conectarlos con los del propio Trump en la realidad. La imagen de Trump como Humpty Dumpty va acompañada por su propia versión de la "rima": "Don (who couldn't build a wall) had a great fall -can all the GOP's men put the party back together again?" (Don (que no pudo construir un muro) tuvo una gran caída- ¿podrán todos los hombres del partido Republicano (GOP, en sus siglas) reconstruir el partido de nuevo?).

El "muro" ya es el "no muro", el que "Don" (Donald Trump) fue incapaz de construir. Se refieren, claro está, al muro con México, el que hizo que le gritaran sus seguidores "¡Construye el muro, construye el muro!" y "¡Termina el muro!" y que en palabras de Trump él iba a erigir y el propio México "iba a pagar", un eslogan que encandiló a los trumpistas, que lo convirtieron en canto constante y en imagen de Trump en la frontera. La ironía es clara: el muro no se construyó, lo que deja a "Trumpy Dumpty" (juego irónico con el nombre) hecho pedazos.

Pero la pregunta esta vez no proviene de su capacidad de reconstruirse a sí mismo tras la caída, sino que en forma de pregunta se dirige al propio Partido Republicano, al GOP: ¿podrán reconstruirlo después de Trump? Esa es la cuestión real que está tras la sátira de Trumpy Dumpty, ¿puede sobrevivir el partido a Donald Trump?

La pregunta realizada por el medio es una llamada directa a la insumisión. Trump absorbió los mecanismos del partido, no siendo hombre del partido, presentándose como un antisistema, prácticamente, un mesías salvador no solo del partido (que le importa bien poco) sino del país y, más allá, del mundo en su totalidad llevado por su megalomanía.

La expresión "All the king's horses and all the king's men", que se reconvierte en "all the GOP's men" tiene una larga tradición en el mundo cultural norteamericano relacionada con el poder político y la corrupción. La frase la tenemos tenemos en la gran novela de Robert Penn Warren "Todos los hombres del rey" (1946), ganadora del Premio Pulitzer, que el director Robert Rossen llevó al cine en 1949, con Broderick Crawford como protagonista y que aquí se llamó "El político", una historia de ascenso y caída política, de corrupción y de ansias de poder.

Con el caso Watergate, los periodistas de The Washington Post que lo dejaron al descubierto, Carl Bernstein y Bob Woodward, titularon "Todos los hombres del presidente" su obra en referencia a ese Richard Nixon que también subió muy alto en su propio muro y no hubo forma de recomponer. Fue llevada al cine con Dustin Hoffman y Robert Reford en una célebre película sobre la investigación que hizo caer a Nixon. Son muchas ocasiones en las que se compara a Trump con "Tricky Nixon", una referencia poco favorecedora, desde luego.

El hecho de que el ataque a Donald Trump provenga de medios de filiación republicana forma parte de la estrategia de supervivencia del Partido Republicano. Se trata de sobrevivir a Donald Trump, a su herencia y a sus perspectivas de futuro. Con Trump, como se ha visto, todo se complica.

Cada vez está más claro —los resultado electorales así lo muestran— que las posibilidades de futuro no muestran a Trump en el horizonte político. Esto se vio venir y así lo han señalado republicanos que han sido conscientes que el día que Trump cayera lo haría llevándose por delante al partido, algo que sería difícil de reconstruir tras el desastre.

La estrategia del "fraude electoral" no ha funcionado, pero Trump y los suyos siguen insistiendo en esa línea de defensa que pervierte seriamente el futuro de la democracia norteamericana lanzando a una polarización peligrosa que ya ha dejado muertos. Para Trump la democracia es solo una vía posible para llegar al poder, del que nunca, por cierto, considera que debe salir, como demostró el asalto al Capitolio, un punto de inflexión que Trump se empeña en manipular y fomentar.

Las elecciones realizadas estos días han sido una prueba, un margen para ver si la estrategia de Trump funcionaba. Se ha visto que no y Trumpy Dumpty ha caído desde lo más alto. Sus candidatos favoritos se han quedado en la cuneta y ya le salen alternativas para las elecciones presidenciales próximas, con las que sigue coqueteando. Mucho de este coqueteo es un intento de librarse de lo que hizo anteriormente durante su mandato presidencial, que deja cada día más elementos peligrosos al descubierto para su persona.

En Antena 3 se refieren al artículo y portada del New York Post en los siguientes términos:

El New York Post, que es propiedad del magnate Rupert Murdoch, publica este jueves en su portada una caricatura del magnate con una cabeza descomunal, sentado en un muro. Dice que Trump "saboteó" las elecciones de medio mandato al proponer candidatos republicanos equivocados.

En ese artículo de opinión, el periodista John Podhoretz describe al exmandatario como "tóxico": "Lo que sugieren los resultados del martes por la noche es que Trump es quizás el repelente de votos más profundo en la historia moderna de Estados Unidos", escribe.

Sobre The Wall Street Journal, que es considerado portavoz del mundo financiero, también apunta a Trump como responsable de que no se diera la ola roja que se esperaba en esta elecciones de medio mandato.* 

¿Puede que la estrategia republicana de supervivencia comience por la necesidad de hundir ellos mismos a Trump? Ya se habla abiertamente de alternativas presidenciales y se seguirá haciendo. Trump ya está buscando y señalando "traidores".

Trumpy Dumpty se ha caído de lo alto de su muro retórico, pero puede que nadie vaya a intentar recomponerlo, que "all the GOP's men" estén empeñados en recomponer su propio partido. Un candidato fuerte y exitoso les ayudaría a superar los peligros tóxicos de Trump. Creo que están en ellos. Trumpy cayó desde lo alto del muro de su propia osadía. 

* "La portada del New York Post que caricaturiza a Donald Trump" Antena 3 11/11/2022 https://www.antena3.com/noticias/mundo/portada-new-york-post-que-caricaturiza-donald-trump_20221111636ec35477e04b0001fa1fec.html

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