martes, 22 de noviembre de 2022

La foto de Infantino

 Joaquín Mª Aguirre (UCM)

El Mundial de Qatar no ha hecho más que empezar y ya tenemos controversias de todos los niveles y tamaños. Una más es el revuelo creado por una inoportuna fotografía que le han sacado al presidente de la FIFA, Infantini junto a uno de los personajes más siniestros de la zona, el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salman.

Las relaciones entre Arabia Saudí y Qatar son complejas, como lo es todo en la zona. Al igual que Egipto, Arabia Saudí ha estado enfrentada a Qatar, a la que consideraban lugar de reunión de los Hermanos Musulmanes. Pero hace poco tiempo, tras el verano, se realizó un operación de limado de las relaciones, me imagino que era parte del plan que el Mundial debía ayudar a reconstruir dada la crisis mundial y el avance de algunos enemigos comunes.

Islamistas de los Hermanos, repartidos con sede en Qatar y en Turquía, se oponen a la corriente wahabita que los saudíes exportan a los países a los que controlan. Es una lucha de integrismos con luchas por el poder en el área. En mitad de esta lucha, el saque del Mundial queda a la vista como un mensaje claro de recomposición, de la misma forma que Egipto llegó a acuerdos para destensar lo que se había convertir en conflicto tras el derrocamiento del islamista Morsi por el golpe de estado militar que ha llevado a Al-Sisi al poder. Con el país completamente controlado, el presidente egipcio se dispone a ampliar sus relaciones internacionales y asegurarse así que no se alienta desde allí a los enemigos.

En mitad de todo esto, la foto de Gianni Infantino junto a Mohamed Bin Salman hace saltar chispas, tal como nos lo cuenta La Vanguardia:

El Mundial de Qatar inauguró sus puertas el domingo en una ceremonia no exenta de polémica, como gran parte de lo que rodea la celebración del campeonato internacional de fútbol en el emirato árabe y que han motivado boicots en Alemania o Dinamarca. La composición del palco de las autoridades del estadio Al Bait durante la ceremonia inaugural dejó una instantánea que ha levantado ampollas en las redes sociales.

El presidente de la FIFA, Gianni Infantino, se sentó al lado del príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman, considerado el instigador del brutal asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Estambul en 2018. Las cámaras que enfocaban al emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani, dando su discurso inmortalizaron el momento.

La cercanía de Bin Salman, que fue nombrado el pasado septiembre primer ministro de un país que castiga con la muerte la disidencia, a Infantino fue vista con recelo en Twitter. Algunos usuarios recordaron que Arabia Saudí planea presentarse como candidata a organizar el Mundial del 2030, según han apuntado algunos medios, aunque Riad no lo ha confirmado. El Times de Londres publicó en septiembre que el reino podría presentar una oferta conjunta con Egipto y Grecia.*


 No sé si el presidente de la FIFA, tal como se "identificaba" el otro día, sintiéndose qatarí, gay y no sé cuántas cosas más, mientras renegaba y se avergonzaba de "Europa" por su hipocresía es consciente de la manipulación. Quizá está llevando demasiado lejos sus identificaciones.

¿Es consciente de la operación de "lavado" de imagen, de blanqueo político, para la que está siendo utilizada la foto? Lo que se nos cuenta en el tercer párrafo del texto de La Vanguardia es relevante. ¿Están preparando un nuevo asalto a los repartos de sedes para los mundiales de 2030? ¿No hay bastante conflicto?

También en La Vanguardia, John Carlin y Charlie Castaldi ironizan desde el título de su artículo: "Futuras sedes del Mundial: ¿Corea del Norte? ¿Tibet? ¿Groenlandia?". No es para menos. Los medios se enfrentan a la disyuntiva de boicotear un Mundial que es el pan de cada día para ellos, una fuente de ingresos en mitad de la crisis. 

Sabedores los dirigentes de los países autoritarios que todo se relaja con una pelota por medio, van a usar (ya están usando) el dinero como atracción para "normalizar" sus gobiernos y evitar reticencias. Lo que une un estadio no lo separan los Derechos Humanos.

Que Gianni Infantino se siente como si tal cosa junto a alguien que es señalado como quien ordenó el asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, nos muestra el poder del dinero y de las relaciones públicas. Atrás quedan muchas cosas que son silenciadas por el griterío de los estadios. 

No es solo la FIFA, es cierto. La intervención de Morgan Freeman en un acto inaugural que rechazaron muchos artistas es también un indicador negativo. Irónicamente, se señala su papel interpretando a Nelson Mandela. Las federaciones tratan de neutralizar las diferentes acciones reivindicativas, solidarias, etc. con las que los jugadores tratan de sentirse mejor frente a lo que significa correr sobre un césped que ha dejado miles de muertos con la construcción de los estadios, como sabemos. No es fácil quedarse parado, mostrarse insensible, ante esto.

Pero Infantino lo ha conseguido rizando el rizo de lo tragable. 

* "La foto de Infantino sentado junto a Bin Salman en el Mundial de Qatar levanta ampollas" La Vanguardia 21/11/2022

https://www.lavanguardia.com/internacional/20221121/8615533/foto-infantino-sentado-bin-salman-mundial-qatar-futbol-2022.html

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